Anika entre libros

Entrevista a Rafael Sadoc por "La corona de San Esteban"

"¿Sugerencias a otros escritores...? Paciencia, constancia, perseverancia, creer en lo que has escrito, luchar sin desmayo y lo más importante: humildad"

Firma: Miguel Ángel León Asuero / Fotos: autor / Septiembre 2012

 

El autor Rafael Sadoc, que acaba de publicar con Elia Ediciones su primera novela "La Corona de San Esteban", ha accedido amablemente a ser entrevistado para Anika Entre Libros. El honor de entrevistarle le ha correspondido a un servidor, y aunque esta entrevista se ha realizado de forma telemática, la mente febril del entrevistador no ha podido evitar la tentación de imaginar un entorno más idóneo para la ocasión…

Me imagino en Sanlúcar de Barrameda, donde vive Rafael Sadoc y donde tantas cosas he vivido. Voy paseando por la calle Trascuesta, abarrotada rafaelsadoc2de puestos callejeros de caracoles, verduras, churros, aceitunas y cacharrería, y me embeleso disfrutando del ambiente, los olores, los colores y los personajes. He quedado con Rafael en la puerta del mercado, y allí me lo encuentro.

Está de pie, charlando con una señora que, sentada en un escalón, vende camarones vivos. Los pequeños crustáceos, casi transparentes, llenan una caja de madera que se encuentra en el suelo, y saltan constantemente intentando escapar de allí para llegar a un mar que ni siquiera imaginan dónde queda ya. Mientras charlan, la señora llena generosamente de camarones un pequeño vaso de cristal y lo vuelca en una bolsita de plástico transparente, para repetir la operación de nuevo. Hace un nudo a la bolsita y la agujerea con un alfiler, tendiéndosela, desde el escalón a Rafael, que hurga sonriente en su monedero. Al lado, una anciana mira la operación mientras pregona su mercancía:

-¡Las coquinas! ¡Las coquinas!

Rafael la mira y con el gesto y un dedo, le avisa de que quiere unas poquitas, y la anciana llena con presteza una lata redonda, de las de caballa en aceite, que es la medida. Los moluscos acaban también en una bolsa de plástico.

- ¡Hombre, Rafael! - Ya estoy junto al escritor y esa es mi forma de anunciarme- ¿Qué te cuentas?

- ¡Hola! Pues nada, aquí haciendo gasto mientras te espero…

A Rafael Sadoc lo conocí hace un tiempo allí, en Sanlúcar, durante una tertulia literaria. Lo recordaba como un hombre alto, de mirada franca y voz sincera. Al menos esa fue la impresión que me llevé entonces, que se afianza ahora al notar cómo me estrecha la mano con fuerza y energía.

Tras unas primeras palabras de salutación, seguidas de las propias de una ocasión como esta - ya se sabe: el tiempo, el sitio, y cosas así- decidimos pasear un poco mientras charlamos, así que subimos los escalones de entrada al mercado y, mientras los olores del marisco y el pescado frescos empiezan a rodearnos, nos sumergimos en una marea de gente curiosa. El primero de los gritos no me pilla desprevenido

-"¡Mira qué langostinos tengo!", me dice un pescadero mientras con la mano me invita a acercarme-, pues ya ese ambiente me es familiar.

 

ENTREVISTA

 

Ante todo, Rafael, enhorabuena por esa novela, "La Corona de San Esteban". ¿Cómo va funcionando?

Bien, mejor de lo esperado, está disponible en toda España, además, tanto la crítica como las ventas están siendo bastante positivas -Mientras habla de su obra, se le ilumina la cara, demostrando la debilidad que tiene por la novela.

 

Nos paramos ante un puesto en el que hay un solo pescado: un enorme cazón que ya va por la mitad de su despiece. El pescadero, orgulloso de su mercancía, cada vez que corta una rodaja del animal la mira sonriente y la muestra al cliente antes de ponerla sobre la balanza.

¿Cómo surge la idea de escribir una novela como "La Corona de San Esteban"

En la escuela de cine de Puerto Real nos plantearon realizar un ejercicio sobre un acontecimiento histórico. Yo sabía de la existencia de un rafaelsadoc1proyecto cinematográfico titulado "Valkiria", indagué y descubrí lo del fallido atentado de Hitler, se me ocurrió que debía de ser gaditano el que tropezó con la bomba, sólo tenía que cerrar un pequeño detalle: ¿Cómo carajo metía a un gaditano en la guarida del lobo...? Así nace la idea de La Corona, que al igual que digo siempre: arrancó no como novela y sí como un proyecto de guión.

 

En nuestro paseo, vamos dejando atrás langostinos, galeras, almejas y acedías. Al tiempo que le echamos un último vistazo a un puesto cuyo mostrador está plagado de unos chocos cuyas bonanzas pregona la pescadera, salimos por la dieciochesca puerta principal del mercado a la calle de Los Bretones, y dirigimos instintivamente nuestros pasos hacia la derecha, camino de la Plaza del Cabildo.

Cada vez es más difícil publicar, sobre todo para un autor novel y sin recurrir a la autoedición. ¿Por qué vicisitudes has pasado hasta conseguirlo? ¿Alguna sugerencia para otros escritores que quieran publicar por primera vez?

Reconozco que ha sido difícil, arduo, pude publicar "La Corona de San Esteban" con dos editoriales: Baile Sol y Viceversa. En ambas no veían la historia como lo hacía yo (me refiero a distribución, número de ejemplares en la primera edición, grandes superficies...), preferí esperar, jugué fuerte, aposté por la gente de Elia Ediciones y creo que he acertado. Ellos están encantados con la novela, apuestan por mí e incluso no descartamos una segunda aventura para los personajes protagonistas. -Al llegar a la plaza, Rafael hace una pausa y mira alrededor, recreándose en el ambiente unos instantes. Al pasar junto a la barca con ruedas donde un viejo lobo de mar vende caracolas y dentaduras de tiburón, me señala con la mano hacia la esquina opuesta, donde hay un bar que será escala obligatoria en nuestra peregrina entrevista, y sigue hablando- ¿Sugerencias a otros escritores...? Paciencia, constancia, perseverancia, creer en lo que has escrito, luchar sin desmayo y lo más importante: humildad....

 

Llegamos a Casa Balbino (lo siento, no puedo dejar de decir el nombre, no es por publicidad, sino por homenaje), y nos acercamos a la barra. Este bar es un auténtico museo de la tapa sanluqueña, así que nos entregamos al disfrute de los sentidos, pidiéndonos un par de copas de Manzanilla, unas tortillitas de camarones (hasta número hay que pedir para conseguirlas) y unas Caracolas de la Mar con su vinagre oscurito…. El camarero me conoce, pero conoce aún más a Rafael, y ambos bromean un poco mientras nos sirve la comanda. 

En el libro manifiestas tu ilusión por verlo llevado al cine. ¿Hay alguna novedad al respecto? -Rafael sonríe al tiempo que saborea la tortillita.

Con relación a La Corona aún no, estamos en ello, pero todavía no hay nada firme, en lo concerniente a otro guión mío "The beautiful Cádiz", sí, está todo muy avanzado: localizaciones, actores, música, dirección a cargo de Álvaro de Armiñan (hijo de Jaime de Armiñan), la productora será Teyso Media Ficción, TBC (The beautiful Cádiz) se convertirá en película y espero estrenarla en el Falla....

 

¿Está previsto lanzar la novela en formato digital? ¿Qué opinas de los libros electrónicos?

Por ahora Elia Ediciones no tiene intención de lanzarla en formato digital, los ebook no me disgustan, pero prefiero el papel, tiene más magia, además los libros huelen, y en este recorrido que estamos haciendo por Sanlúcar no podrás negarme que los olores son fundamentales, son un placer más para los sentidos. Conclusión: prefiero la novela en papel antes que el ebook. -un traguito de manzanilla interrumpe su disertar, y yo aprovecho para apurar mi copa. El camarero, solícito al gesto que ambos le hacemos con la mirada, nos llena las copas al instante, y Rafael prosigue- Aunque no descarto verla en formato digital y tampoco me opondré a ello.

 

Con el regusto del vino y las tapas, tras la pugna por ver quién paga la rafaelsadoc3ronda -quien vence es él, que tiene más confianza con el camarero- y el compromiso de tomarnos otra más tarde a mi costa en algún otro local de Sanlúcar, salimos a la calle y dirigimos nuestros pasos hacia la Calzada de los Ejércitos, el bulevar de Sanlúcar. 

En gran medida, "La Corona de San Esteban" es una novela histórica. Al menos, esa es mi visión. A veces, este tipo de novelas son demasiado profusas en información y en datos, dejando de lado la parte narrativa. A través de las páginas de la novela, se ve que conoces el tema sobre el que trata. ¿Has tenido que documentarte mucho o ya conocías dicho tema? ¿Cómo ha sido ese trabajo de documentación?

Me he documentado, y ha sido un verdadero placer hacerlo. Geografía e Historia fue siempre mi asignatura favorita, así que imagínate lo que ha supuesto sumergirme en un periodo tan concreto de la segunda guerra mundial. Una verdadera gozada.

La forma de realizarlo ha sido diversa: documentales, películas, libros, decenas de libros, internet, foros; eso es curioso, contrastaba los datos en foros de la segunda guerra mundial, de grupos húngaros, judíos... Ya te digo, creo que lo mejor de escribirla ha sido eso, el periodo de tiempo que ha transcurrido mientras me documentaba para realizar la novela.

 

Juan Juicios es uno de los personajes de tu novela, un hijo de la cercana Puerto Real que hace gala de la ironía y el gracejo propios de la tierra. ¿No es eso muy arriesgado, sobre todo en una obra de este tipo? -Rafael se ríe abiertamente. Debe estar acostumbrado a que le digan eso-.

El Cádiz del que tanto hago gala, el de las chirigotas, coros, comparsas y cuartetos, está repleto de "Juan Juicios", tengo muy claro desde el principio que esa ironía, ese sarcasmo, debe estar siempre presente en lo que escribo, es mi seña de identidad, mi ADN. Ah.... !!! y no, no me parece arriesgado, es una manera distinta de afrontar hechos históricos, creo que todo es mejor con una sonrisa....

 

Tu eres sanluqueño, te mueves como un pez en el agua por los carnavales, vives tu tierra y sus costumbres… ¿Cuánto de Rafael Sadoc hay en Juan Juicios? -Y vuelve a reírse…

Mucho, pero no solo de Rafael Sadoc, también hay mucho de Martínez Ares, de Subiela, de Carli, de Cornejo, de Aragón, de Tino, de Trujillo, de Olivero, de tantos y tantos amigos gaditanos que me aportan detalles, sugerencias, guiños....

 

Con la charla, hemos llegado al final de la Calzada, y nos encontramos frente a la playa. El sol, si bien empieza a declinar, aún está bien alto, así que queda un buen rato para que se acerque el ocaso (el de Sanlúcar de Barrameda es de los mejores que pueden verse en este mundo) y empiecen las tradicionales carreras de caballos por la playa, así que continuamos andando hacia nuestra derecha, buscando de forma maquinal la zona de Bajo de Guía, donde cumpliré mi promesa de una convidá. Paseamos entre curiosas y antiguas casas, y respiramos un aire saturado de olor a mar.

¿Qué proyectos tienes ahora en mente?

Está el seguir promocionando "La Corona de San Esteban" por toda España, realizar mi primer largometraje "The beautiful Cádiz", que se rodará entre Cádiz y Sevilla, escribir una segunda aventura para Juan Juicios que también se publicará en Elia Ediciones, y por último, estoy terminando el guión de un cortometraje que se presentará a un certamen de la RTVA, venga, la primicia para Anika, se titulará: "El dilema" donde espero que el protagonista masculino vuelva a ser David Trujillo y que el papel femenino lo realice una sanluqueña.

 

Rafael: Muchas gracias por haberme atendido y por este estupendo día en Sanlúcar. ¿Alguna otra cosa que quieras decir a los seguidores de Anika Entre Libros?

Que espero que disfruten de la novela, que estoy en facebook, que me dejen allí sus opiniones, que ha sido un placer, que gracias por la entrevista y mil veces gracias en nombre de todos los sanluqueños, ya que muy pocos hubieran vendido "turísticamente Sanlúcar" mejor de lo que lo has hecho tú....

Vamos llegando a Bajo de Guía, donde remataremos la faena con un pescaíto y unos langostinos. Verdaderamente ha sido una gozada el disfrutar de un día en Sanlúcar de Barrameda en compañía de Rafael Sadoc, tratando de su novela, de sus ideas y de sus proyectos. Seguiremos hablando de lo divino y de lo humano, de Sanlúcar, de los libros, de la comida, del vino, de pasados gloriosos, presentes chungos y futuros más que inciertos, y luego volveremos sobre nuestros pasos para ver las carreras de caballos, fin de fiesta donde los haya…

 

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