Anika entre libros

Entrevista a Olalla García por "El jardín de Hipatia" y "Las puertas de seda"

"Una novela histórica, en sentido estricto, es aquella que se centra en narrar sucesos históricos. En mis libros la Historia es un protagonista más, pero lo que me interesa tratar son las pasiones humanas"

Firman: Ariodante Handeliana y Joseph B Macgregor / Fotos: autora / Foto cabecera y con Anika: Anika Lillo / Octubre 2009

 

Olalla García nació en Madrid en 1973. Licenciada en Historia, ha realizado cursos de especialización en Salamanca, Bolonia y París. Impartió clases en la Universidad de Alcalá antes de iniciar un periplo que la llevó a residir en varias ciudades europeas, durante el cual redactó su primera obra. Actualmente vive en esta ciudad, dedicada a la escritura. Especialista en la Persia de los siglos III al VII d.C., dicha civilización sirvió también de escenario - al igual que en Las Puertas de Seda - donde desarrollar la acción de su primera novela: Ardashir, rey de Persia (2005). Actualmente ha publicado su tercera novela, El jardín de Hipatia, centrada en la figura de Hipatia de Alejandría.

Simultáneamente a la conclusión de la entrevista preparada por "Las Puertas de Seda", salió al mercado la tercera novela de Olalla, "El jardín de Hipatia", -que en muy breve tiempo va por su segunda edición- por lo que nos pusimos en contacto de nuevo con ella para charlar sobre su nuevo libro. En esta ocasión, se trata de una entrevista realizada a dos manos por Ariodante y Joseph B Macgregor que se lee en una segunda parte en esta misma página.

 

 

ENTREVISTA

 

Olalla, tanto "Ardashir, Rey de Persia" cómo "Las Puertas de Seda" comparten idéntico marco escénico: Persia. La primera de ellas se desarrolla Finales del s. II d.C. y la segunda en el s. III d.C. ¿Por qué ese interés por realizar dos novelas sobre la Persia Clásica?

Mi tesis doctoral se centraba en el Irán sasánida (la Persia preislámica de los siglos III-VII d.C.). A medida que me adentraba en el estudio de esta civilización, empecé a darme cuenta de que se trata de una cultura fascinante, de una gran riqueza cultural (por ejemplo, el esplendor de Las mil y una noches deriva de la época sasánida) y desconocida no sólo por el público general, sino incluso por la mayoría de los historiadores.

 

JBM: ¿Qué elementos comparten ambas novelas y en cuáles son dos novelas diferentes? ¿Pertenecen a una serie?

No pertenecen a ninguna serie. En realidad, son tan distintas como pueden serlo dos novelas con la misma autoría. Ardashir es una historia épica y de intriga política presentada en primera persona por un juez y consejero del rey persa; Las Puertas de Seda, una novela de aventuras desarrollada a través de una pluralidad de narradores, todos ellos ficticios, con la guerra y la vida de un harén como telones de fondo.

Por otra parte, cada una de ellas se genera a partir planteamiento muy distinto:

Ardashir parte de la intención de presentarnos una civilización diferente, la persa sasánida (tan discordante con la nuestra y con ciertas costumbres que a nuestros ojos resultan aberrantes, como los matrimonios entre hermanos o entre padres e hijos) desde la perspectiva de un protagonista integrado en esa cultura y capaz de hacernos comprender su lógica interna; por supuesto, que entendamos sus reglas no significa que debamos aceptarlas.

Las Puertas de Seda se plantea desde otra perspectiva: tratar el choque cultural a través de las relaciones personales entre protagonistas de origen muy distinto que, en circunstancias normales, nunca se habrían visto en la tesitura de tener que convivir.

De todos modos, estos planteamientos de fondo están presentes para el lector al que le agrade meditar sobre ellos; quien prefiera leer una novela de campañas bélicas e intrigas cortesanas o una de viajes y aventuras, también se encontrará a gusto, porque en ambas priman el dinamismo y el desarrollo de la acción.

 

JBM: No te gusta el término "novela histórica" y prefieres definirlas como "novelas de ambientación histórica". ¿En qué consiste esta diferencia de matiz?

Considero que una novela histórica, en sentido estricto, es aquella que se centra en narrar sucesos históricos. En mis libros la Historia es un protagonista más, pero lo que me interesa tratar son las pasiones humanas. Hay quien ha dicho que las mías son "novelas de personajes" y, si tengo que plegarme a un tipo de categorización, opino que esa es la más adecuada. Todas ellas están ambientadas en épocas pasadas, es cierto, y el entorno y la época están tratados con absoluto rigor, pero la Historia no es el eje alrededor del cual gira el argumento, pese a condicionarlo con gran fuerza y a estar presente en cada página.

 

JBM: En "Las Puertas de Seda" no sólo hablas de la cultura Persa clásica sino que también te sirve a la vez para contarnos cosas interesantes del Imperio Romano de la época.

Cierto, y no sólo dentro del interesantísimo contexto histórico de la Anarquía Militar, sino, ante todo, a nivel social: el gimnasio, las termas, los teatros, las tabernas, los burdeles... ilustran la intensidad de una vida pública que contrasta con el enclaustramiento del harén.

 

JBM: De hecho, uno de los temas de la novela es el choque de culturas.

En efecto. Se trata una dinámica que no es exclusiva de nuestra época, sino que se documenta en todos los periodos históricos. En la novela tenemos un choque cultural e institucional a gran escala, a través de la guerra entre el Irán sasánida de Shapur I y el imperio romano, gobernado por Valeriano. Y, a un nivel más personal, las confrontaciones entre una serie de personajes que se verán obligados a reconsiderar sus diferencias culturales en aras de objetivos comunes (que, en ocasiones implican la lucha por la propia supervivencia) y a buscar vías de entendimiento.

 

Presentación de El jardín de Hipatia en la biblioteca Vapor Badia de Sabadell, junto a Francesc Sánchez. En ella aparecen además los dos legionarios de la Legio VIIII Hipanica que acompañaron a la autora durante el evento

Olalla -hipatia

 

JBM: Supongo que un libro como éste exige una importante labor de documentación. ¿A qué textos y fuentes has acudido para escribirlo?

A muchísimas. Hay que tener en cuanta que gran parte de la documentación de que me he servido no se recopiló en exclusiva para esta novela, sino que formaba parte de la cuantiosa bibliografía de mi tesis doctoral. Para los episodios históricos reflejados en la novela, el texto fundamenta es la ShKZ, una extensa inscripción trilingüe (en persa sasánida, parto arsácida y griego) en la cual, entre otras cuestiones, el rey de reyes Shapur narra sus campañas bélicas contra los romanos. Amiano Marcelino es la fuente primordial para el episodio del teatro en Antioquía, una de esas situaciones en las que la realidad supera a la ficción. La Historia Augusta proporciona interesante información sobre Valeriano, su hijo Galieno y los usurpadores que florecieron en territorio romano tras la guerra contra los persas. Pero la parte más ardua de la documentación es la referida a los aspectos de la vida cotidiana, máxime teniendo en cuenta que tratamos con dos civilizaciones muy diferentes, que se dividen el protagonismo a partes iguales; aquí la lista es enorme: por ejemplo, acudí a fuentes jurídicas, tanto de derecho romano como sasánida, a tratados militares sobre ambas culturas, a textos religiosos y filosóficos relativos a las diferentes formas de pensamiento que coexistían en la época, a documentos médicos...

 

JBM: En ese sentido, ¿qué aspectos de la cultura Persa de la época te han resultado más complejos de reflejar en "Las Puertas de Seda"?

La respuesta es lógica si consideramos cuáles suelen ser los principales ámbitos de interés de las fuentes históricas: sobre la organización militar, el armamento, los enfrentamientos bélicos y los tratados políticos existe una documentación más que aceptable; en contraste, los registros relativos a la vida privada de las mujeres y el funcionamiento de los harenes son muy escasos y la documentación se encuentra muy dispersa; claramente, no se trata de argumentos que suscitaran el entusiasmo de los cronistas.

 

JBM: "Las Puertas de Seda" es una historia narrada por varios personajes ¿Qué sentido tiene para ti este recurso narrativo?

En el caso concreto de "Las Puertas de Seda", el reto consiste en presentar cómo una serie de personajes de cuna, formación y circunstancias muy diferentes (que cubren todo el abanico cultural, social y religioso de la época) perciben el conflicto central de la novela y labran su camino, que puede ser una vía de escape, la búsqueda de supremacía o de un compromiso. La forma más eficaz de lograrlo es, justamente, ese pluriperspectivismo: que, de forma sucesiva, cada uno de ellos sea observador y juez, sin que la acción se interrumpa en ningún momento y pase de la mirada subjetiva de uno a la del siguiente.

 

JBM: ¿De qué modo crees que aporta fluidez a la trama o la puede ralentizar?

Si se medita bien su uso, esta técnica no sólo aporta fluidez, sino variedad. Además, una de las consecuencias es que el lector siempre está en posesión de más información que cada uno de los protagonistas, por lo que la historia cobra mayor emoción; pues somos conscientes de las carencias y debilidades de los personajes y de lo mucho que pueden equivocarse al tomar sus decisiones.

 

JBM: ¿Podrías explicar un poco qué función cumple cada uno de estos narradores dentro de la historia?

Formalmente, cada narrador posee su propia voz, sus creencias y sistema de valores, su peculiar forma de entender el mundo, de relacionarse y de valorar al resto de los personajes. Es muy interesante, por ejemplo, ver cómo un mismo protagonista como Eurímaco se refleja en los ojos de sus familiares, sus adversarios, sus compañeros de armas, sus sirvientes o sus amantes... y cómo se ve a sí mismo, desde una perspectiva muy diferente a la de cualquiera de las personas que le rodean. En el fondo, suscita toda una serie de reflexiones sobre las razones que nos llevan a justificar, aplaudir o condenar a los demás... y a nosotros mismos. Para el escritor resulta mucho más arduo y complicado, pero el enfoque puede revelarse muy ameno y enriquecedor para el lector.

 

JBM: Al comienzo la narración me parece mucho más descriptiva, sin embargo después la cosa va adquiriendo una mayor agilidad…

Yo más bien diría que, al principio, el argumento se centra más en Olalla1escenas de vida cotidiana, para ir dando paso progresivamente al desarrollo de la aventura, que va ganando mayor protagonismo a medida que avanza la novela. Esto se debe a dos razones fundamentales: en primer lugar, el lector se va introduciendo en la ambientación con naturalidad, de manera que al llegar a la parte en que la trama se agiliza, ya comprende a la perfección la cultura, la época y a los personajes, por lo que no es necesario interrumpir el curso de la acción con ulteriores explicaciones; en segundo lugar, al comenzar a adentrarse en ese mundo a través de la vida cotidiana (con la sensación de calma y seguridad que esta conlleva), la ruptura causada por los efectos de la guerra es mucho más intensa, y permite compartir esa sensación de angustia y desamparo que desgarra a los protagonistas.

 

JBM: Dos cosas me interesan especialmente de tu novela: por un lado, el tratamiento de las escenas de amor, descritas con el equilibrio justo (ni demasiado eróticas, ni cursis tampoco)...

Eso es algo en lo que todos mis lectores coinciden. Creo que el secreto estriba en enfrentarse a ellas desde el enfoque de las culturas que protagonizan la trama, y que contemplaban la sexualidad con mucha mayor naturalidad que nosotros. Con independencia de que seamos creyentes o no, nuestra cultura arrastra el peso de la moral judeo-cristiana. Adoptar la perspectiva de los personajes ayuda a lograr escenas intensas, plenas y sin carga de culpabilidad.

 

JBM: Y por otro el que presentes el harén como un centro de poder político, con sus intrigas, complots, luchas de poder o conspiraciones.

Así es. Tendemos a ver el harén como un ambiente de sensualidad, a la medida de las fantasías y los deseos de nuestra sociedad occidental. No diré que esa perspectiva está errada por completo, pero sí que resulta bastante fragmentaria. En realidad, las mujeres residentes en un harén (y los eunucos encargados de custodiarlas) vivían en un ambiente aislado, un microcosmos en el que las grandes intrigas y luchas poder (que, en otros contextos, provocarían guerras, cambios de dinastías o caídas de imperios) se producen con mucha menor trascendencia pero con una virulencia similar.

 

JBM: En ese sentido, los personajes femeninos me parecen especialmente cuidados (La Dama Morvarid, Pulqueria, Heraclea); además adquieren una gran importancia dentro del devenir de la historia. ¿Es una forma de revindicar el papel de la mujer en la novela clásica como personaje?

Soy una gran deudora de los clásicos, no en vano suponen la base fundamental de mi formación literaria. Pero es cierto que muchas de las grandes heroínas de la literatura clásica están esclavizadas por su condición femenina; son personajes asfixiados por el mundo que las rodea y obligadas a aceptar las cadenas de una sociedad opresiva creada a la medida de los varones; si se doblegan, están sentenciadas al sufrimiento y la frustración; si se rebelan, a la infamia y el desprecio del mundo que las rodea, siempre dispuesto a juzgar y condenar. Otro tipo de heroínas son aquellas que se redimen (o, en ocasiones, redimen a los hombres a los que aman) mediante el sacrificio, mediante el sufrimiento voluntario. En nuestro mundo, ninguna mujer debiera aceptar de partida el papel de redentora, ni dejarse convencer de que ha nacido para sufrir.

 

JBM: De las mujeres que aparecen en la novela ¿cuál es tu preferida o por cuál sientes un cariño especial?

Cada una de ellas es admirable, a su manera. Heraclea es el personaje que más simpatías despierta en los lectores, por su tenacidad en defender su integridad y sus convicciones, por muy adverso que resulte el universo que la rodea. Pero yo también siento un afecto especial por Pulqueria, por su sencillez y su facultad de adaptarse a cualquier entorno con absoluta naturalidad. Y, por supuesto, por Arzog, a la que, a lo largo de la historia, vemos aprender a tomar decisiones y a valorarse a sí misma. Ver crecer así a un ser humano es algo que me emociona profundamente.

 

JBM: Curiosamente los personajes masculinos no son "mejores" o "peores" que los femeninos… Digamos que todos tienen "sus razones", independientemente del sexo al que pertenezcan.

Por supuesto. Igual que tampoco son "buenos" o "malos" por el hecho de pertenecer a la cultura grecorromana o a la persa. Esas catalogaciones simplistas que clasifican a las personas como "mejores" o "peores" por el hecho de pertenecer a un determinado sexo (o cultura, o religión, o tendencia política…) me irritan profundamente. Todos somos seres humanos, todos poseemos nuestras motivaciones; que sean "mejores" o "peores" depende muchas veces del observador. Ante todo, yo busco que mis personajes sean humanos, que se muevan entre luces y sombras, como cualquiera de nosotros.

 

JBM: ¿No crees que a veces el lector no avisado se puede perder un poco con tantas "palabras raras"?

Las noticias que he recibido hasta ahora apuntan más bien a lo contrario. Tengo mucho cuidado para que cada vocablo (sea en griego, latín, persa, arameo…) aparezca en un contexto que permita su inmediata comprensión. Más de una persona me ha llegado a decir que Olalla -moratase sentía muy satisfecha porque, pese a no conocer ninguna de esas lenguas, entendía sin problemas el significado de los términos.

 

Durante la presentación de El jardín de Hipatia en la Casa del Libro de Zaragoza, junto a Santiago Morata

 

JBM: Pienso que alguna situación puede resultar algo escabrosa o desagradable para el lector tal y como aparece descrita en el libro (sobre todo para los hombres) ¿Qué opinas?

Sólo es una escena en todo el libro: te refieres al tema de la castración, ¿no? Dado que uno de los personajes principales es un eunuco, era fundamental reflejar ese proceso. Me documenté mucho al respecto. Hay que tener en cuenta que en la cultura persa (como, más tarde en la musulmana), la proliferación de los harenes exigía disponer de numerosos eunucos, los únicos a los que se permitía ingresar en los espacios privados de la casa reservados a las mujeres; en consecuencia la emasculación estaba muy estudiada desde el punto de vista médico. En realidad, no se llega a describir la castración del protagonista, pero los lectores, tienen la impresión de que sí. Esto resulta especialmente notable en el caso de los hombres, como bien dices. Varios ya me han explicado cuánto les trastorna ese momento de la narración, y la reacción visceral que les provoca. Por cierto, ninguna mujer me ha comentado que a ella le haya sucedido lo mismo.

 

EL JARDIN DE HIPATIA

JBM: Lo primero que me llama la atención de este nuevo libro es que aunque se titula El jardín de Hipatia, en realidad ésta tiene en la narración un papel secundario, importante pero no es la protagonista estelar de la historia.

La protagonista por antonomasia es la ciudad de Alejandría. Como dice el propio Atanasio, "es una urbe cruenta y espléndida, capaz de elevar el alma hasta alturas inconmensurables y de fomentar al instante las más viles pasiones. Su aliento es panacea y veneno; y su pulso aviva al mismo tiempo la carne, la sangre y el espíritu." La Alejandría de la novela representa a la vez lo más sublime y lo más abyecto, lo mejor y lo peor que puede albergar en su interior el ser humano

 

ARIODANTE. Siendo especialista en la Antigüedad tardía, imagino que eso le hizo enmarcar su obra en esa época, pero ¿Atanasio no podría haber sido situado incluso en la modernidad? Quiero decir que la trama es moderna, tal cual una novela negra, pero situada en una época inusual, ¿no lo cree así?

Todos los personajes (sean históricos o ficticios) que forman parte de la trama son espíritus de su época, no de la nuestra. Todos ellos representan corrientes de pensamiento propios de su momento, y que están perfectamente documentadas en fuentes contemporáneas a los hechos que se narran. Otra cosa es que, al mismo tiempo, representen anhelos o angustias con los que podamos sentirnos identificados hoy en día; al fin y al cabo, el espíritu humano se ha enfrentado a las mismas inquietudes, constantes y tenaces, a lo largo de la historia.

La trama principal de la narración responde a un entramado de intrigas políticas (tal y como aparecen descritas en Sócrates de Constantinopla, un cronista coetáneo de Hipatia). Como parte de la misma, hay una pequeña subtrama que relaciona al protagonista con la agencia de espías imperiales, y que incluye averiguar la identidad de cierto personaje de renombre. Imagino que los lectores asiduos de novela negra reconocerán ciertos ingredientes comunes a este tipo de intrigas.

También hay una trama de fuerte contenido erótico entre algunos de los personajes. Es más que probable que algún lector asiduo de relatos de índole pasional encuentre elementos que le resulten conocidos. Y otro tanto podría decirse de la subtrama judicial, o de la que versa sobre filosofía y teología. La novela es muy completa, e incluye elementos, personajes y tramas de distinta naturaleza. Pero, como he dicho, la narración central gira alrededor de las luchas de poder entre los altos dignatarios de la ciudad.

 

JBM: En comparación con Las Puertas de Seda esta novela es menos coral (narrativamente hablando) y mucho menos épica.

En este caso, al igual que en Ardashir, rey de Persia, la historia está contada desde la subjetividad de un solo personaje narrador. A diferencia de Las Puertas de Seda, no se centra tanto en la aventura, sino en la intriga política y la lucha por el poder; ésta parte de un antagonismo doctrinal que, en varias ocasiones, degenera en la brutalidad, la imposición por la fuerza y la violencia física. Por tanto, tenemos discusiones intelectuales pero también grandes dosis de acción.

 

JBM: También en esta novela las mujeres tienen un papel más marginal, tanto Aspolia / Thais como Hipatia aunque son mujeres interesantes, no llegar a tener el protagonismo de los hombres. En Las Puertas de Seda el trato era más igualitario.

No comparto del todo esa apreciación. Creo que, en cierto modo, es comparable a afirmar que las mujeres tienen un papel marginal en la Historia por el hecho de que los cronistas sean, casi siempre, varones. En Las Puertas de Seda nos encontramos frente a diversos narradores, varios de los cuales son mujeres. En El jardín de Hipatia, el relator es un hombre. Pero las mujeres tienen un papel trascendental en su vida, en quién es y cómo se enfrenta al mundo que lo rodea. En su infancia, fue una mujer quien lo moldeó. En su vida adulta, muchos de sus descubrimientos, de las experiencias que le ayudan a madurar, vienen de la mano de su maestra, una segunda madre no sólo en el mundo material, sino también en el del espíritu. Y lo mismo puede decirse del influjo que ejercen sobre él sus amantes.

Una lectora ha llegado a decirme que "la novela está escrita en femenino". Madres, esposas, hermanas, maestras, ayas, amantes… la trama está llena de mujeres que ejercen una enorme influencia sobre los hombres de sus vidas, aunque sean estos quienes toman las decisiones en el ámbito familiar y político, tal y como corresponde a la sociedad de la época.

 

ARIODANTE. El hecho de que Atanasio provenga de Cirene, y que sienta una cierta atracción por ayudar a los necesitados, recuerda el papel del Cireneo en la Pasión de Jesucristo, ¿ha pretendido que ésa sea la imagen a captar?

Atanasio es alguien que valora ante todo lealtad y la palabra dada, dispuesto a enfrentarse a los mayores desafíos, (incluso a arriesgar su vida) por aquellas personas a las que decide ayudar y proteger; pero, al mismo tiempo, sabe mostrarse ante sus adversarios tan cruel e implacable como lo es el mundo que le rodea.

Aparte de eso, defiende los valores propios de un aristócrata culto de su época. En este sentido, su forma de ser y de pensar está basada muy directamente en los textos que nos ha legado Sinesio de Cirene, un hombre extraordinario en muchos sentidos, que fue alumno de Hipatia y obispo de Ptolemaida (y que, además, aparece en la novela como pariente de Atanasio).

 

ARIODANTE. El personaje de Hipatia y su escuela podría considerarse como un símbolo de Alejandría ¿Qué encontró más atractivo en ella: su extraordinaria condición de mujer filósofa, su simbolismo de la ciudad o quizás otra cosa?

Hipatia resulta excepcional por muchos motivos. En primer lugar, por la fascinación que ha ejercido sobre algunos personajes clave de nuestra Historia, que, durante el Renacimiento, la Ilustración, el Romanticismo y el Positivismo la han ido transformando en símbolo de los valores propios a cada una de esas épocas, con más entusiasmo que rigor histórico. También el feminismo la ha convertido en una precursora de sus ideales. Esa es la razón de que hoy en día sea blanco de la admiración desmedida de ciertos sectores, así como de la ira furibunda de otros, por la gran carga simbólica que su figura ha ido acumulando a lo largo de los siglos.

En la novela Hipatia se presenta tal y como la percibían sus coetáneos, como un personaje de su época; dejo al lector interpretarla o no como un representante de la nuestra.

Las fuentes contemporáneas a ella la muestran como una sabia de grandes y sólidas virtudes, con profundos conocimientos filosóficos y científicos, dotada de un notable poder político, gracias a la reputación de que gozaba entre las clases dirigentes. Como comentarista, contribuyó a la conservación y transmisión de autores como Ptolomeo, Euclides, Apolonio y Diofanto, fundamentales para el posterior desarrollo del álgebra, la geometría y la astronomía. Fue, probablemente, la persona de mayor calidad intelectual de su momento histórico, en todo el imperio de Oriente.

 

JBM: Hipatia cree en la visión que Plotino tenía de la filosofía no sólo como una forma de conocimiento sino también como una forma de vivir la vida, un concepto más pragmático que teórico.

Hablar de un "filósofo pragmático" es toda una paradoja, ¿no? Hablando en serio, el sistema de Plotino nace de una reinterpretación de Platón (de ahí el nombre de neoplatonismo con que se conoce hoy en día su escuela y la de sus seguidores posteriores, como Porfirio, Jámblico o la propia Hipatia). Por tanto, su preocupación principal es la metafísica; en este caso, la forma de alcanzar la fusión con lo Uno ascendiendo a través de todas sus emanaciones. Lo que ocurre es que este proceso ha de lograrse mediante un doble procedimiento: mediante un esfuerzo intelectual, epistémico, por ascender hasta el verdadero conocimiento, y, en el plano ético, mediante la práctica de la virtud. Hipatia se consagraba a ambas cosas: el esfuerzo contemplativo y la búsqueda incansable de la virtud. Pero no todos sus alumnos estaban en disposición de alcanzar la perfección de la maestra en ambos campos. Atanasio y Nico son buena prueba de ello.

 

JBM: La Alejandría en la cual se desarrolla la acción de la novela es un Alejandría decante, alejada quizá del antiguo esplendor que la hizo famosa.

La antigua Alejandría de los reyes lágidas es una ciudad que, en la época en que transcurre nuestra historia, está en ruinas. De hecho, esos restos derruidos de los palacios de antaño tienen su protagonismo en la novela. Pero, a pesar de todo, es una metrópolis que ha sabido renacer muchas veces de a lo largo de la historia, y que a principio del s. V d.C. brillaba con luz propia entre las ciudades de su tiempo, con el Faro como estandarte.

 

JBM: De igual modo, retratas una época en donde varias culturas cada una con creencias diferencias intentan vivir en armonía. Sin embargo, parece que son las autoridades - en este caso concreto Cirilo - quienes están más interesadas en crear mal rollo y reprimir todas aquellas que van en contra de lo que ellos creen o defienden.

Cirilo es alguien a quien sus propios contemporáneos y los cronistas cristianos inmediatamente posteriores retratan como un hombre de difícil carácter, soberbio y beligerante. Apenas se hizo con el poder episcopal emprendió una campaña contra los cristianos novacianistas de la ciudad. Los judíos y la escuela de Hipatia también sufrieron de forma brutal su política como patriarca. Tras aplastar a sus rivales dentro de la ciudad, continuó su lucha ideológica a nivel del imperio. Fue el gran antagonista de Nestorio y el responsable de que se le depusiera y exiliara en el concilio de Éfeso (año 431 d.C.).

Hoy día es santo y padre de la Iglesia. La razón estriba en que fue uno de los grandes pensadores de su tiempo y creador de numerosos tratados de gran profundidad intelectual. Ciertos teólogos contemporáneos consideran que tuvo el mérito de defender la ortodoxia en un momento en que cada una de las numerosas corrientes en el seno de la Iglesia combatían por imponer sus postulados doctrinales, y que logró crear un lenguaje capaz de conciliar los principios del cristianismo de Oriente y de Occidente. También afirman que sabía tender la mano a sus enemigos para traerlos al seno de la verdad religiosa. Y así lo hizo, pero siempre después de haberlos sometido.

 

JBM: El poder se encuentra dividido entre el prefecto Orestes y el Obispo Cirilo que al parecer va tomando cada vez más preponderancia.

A lo que asistimos en la novela es al principio de un proceso histórico: desde el momento de convertirse en la única religión oficial del imperio (en época de Teodosio I, a finales del s. IV d.C.) y a lo largo de la Antigüedad Tardía, la Iglesia va adquiriendo progresivamente cada vez mayor poder político, en detrimento de las aristocracias locales y los representantes provinciales del poder imperial. Así, en la Edad Media nos encontraremos con que los obispos y abades ejercen como señores feudales, con las mismas atribuciones que un noble laico, pero reforzados además de una autoridad espiritual de la que éstos carecen.

 

JBM: En uno de los pasajes del libro, Nico argumenta acerca de la falta de originalidad de los galileos. Los denomina "Expertos en la usurpación": se apropian del libro de los judíos, cambiándole el nombre; hacen lo mismo con la filosofía helénica; y además ansían el poder político. ¿Estás de acuerdo también tú con esa afirmación? O en todo caso ¿No crees que Nico tenga razón en sus argumentos?

Nico es un personaje inmoderado y vehemente, y, por tanto, muy extremado al exponer sus puntos de vista. Lo que no puede negarse es que el cristianismo hizo suyos los instrumentos doctrinales e intelectuales a los que tuvo acceso. En un primer momento era una fe reservada a los judíos, de modo que se dirigió a ellos esgrimiendo las Hipatia _Alejandriaprofecías y los contenidos de su libro sagrado. A partir de san Pablo, es convirtió en un movimiento global destinado a los gentiles, y así aprendió a servirse del lenguaje de éstos, de la gnosis y la filosofía helenística, al igual que, en la época de Hipatia, se expresa según los principios del neoplatonismo, que tiene su culmen en los textos de san Agustín.

Todas las religiones proselitistas mantienen un enfoque parecido; cuando el objetivo fundamental radica en convertir a nuevos creyentes, hay que convencerles recurriendo a un lenguaje que ellos puedan comprender.

 

ARIODANTE. Aprecio que las distintas opciones religiosas y raciales en su obra están bastante objetivamente trazadas y equilibradas, ¿considera la corrupción como un mal universal, unido inevitablemente al poder?

Nunca me han gustado los escritores que utilizan sus libros para fabricar una visión sesgada (sea de los hechos históricos o de la realidad presente) en base a sus convicciones personales. Debemos dejar que los personajes hablen, que cada uno de ellos exprese su posición y que luego sea el lector quien decide con cuál identificarse. La función del autor no es dar las respuestas, sino plantear las preguntas y dejar que el lector juzgue por sí mismo.

Respecto a la capacidad corruptiva del poder, no creo que posea tanta como muchos afirman. Mi opinión es que el poder no corrompe por sí mismo, pero sí que permite contrastar hasta qué punto es corruptible cada individuo concreto.

 

ARIODANTE. ¿No le parece que traducir agentium in rebus como agentes confidenciales es quizás algo anacrónico, muy de novela negra? ¿O tal vez es un efecto buscado?

Los anacronismos son algo que, como historiadora, evito a toda costa, y que me resultan especialmente desagradables en una novela de ambientación histórica. Pero una traducción literal al español de agentes in rebus como "agentes de cosas" (o "de asuntos") resulta demasiado inexpresiva, y no evoca en el lector contemporáneo el sentimiento de desconfianza, incluso de temor, que la expresión agens in rebus provocaba a un ciudadano de la época. Un amigo historiador me propuso utilizar en su lugar el término "agentes confidenciales" que, aunque se desliga de la denominación oficial latina, sí resulta enormemente fiel a las funciones reales de ese cuerpo funcionarial. Los agentes in rebus no sólo operaban como emisarios del emperador, sino también como una verdadera policía secreta o como auténticos espías al servicio del trono imperial. Incluso en los artículos de investigación histórica más serios y rigurosos se los denomina con expresiones similares a la que yo he usado en la novela (como, por ejemplo, "servicio policial secreto").

 

ARIODANTE. La historia es redonda: comienza y acaba con el Jardín, efectivamente, pero en el epílogo queda un final que permitiría una continuación... ¿se ha planteado una segunda parte o prefiere lanzar su mirada por otros espacios, ampliando así su riqueza literaria?

Esta es una pregunta que mucha gente me plantea al leer de mis novelas. Por ahora no entra en mis planes una segunda parte de El jardín de Hipatia, como tampoco de Las Puertas de Seda o de Ardashir, rey de Persia. Pero es cierto que todas ellas presentan conclusiones en los que las tramas se cierran pero el destino final de los personajes queda abierto. Como lectora, me gusta que los libros acaben así, invitándome a participar en el proceso de creación, a que mi imaginación contribuya a crear el futuro de los personajes.

 

ARIODANTE. ¿Qué otra época y qué otros personajes, dentro de la Antigüedad, le resultan más atractivos?

Si profundizamos lo suficiente, encontraremos que cada época alberga hechos y personajes que merecen ser recordados. Por mi parte, tiendo a admirar más a los que destacaron por sus logros sociales, culturales o intelectuales que a quienes lo hicieron por la fuerza de las armas.

 

Javier Cosnava, Marta Querol, Anika Lillo y Olalla García (kdd oficial de Anika Entre Libros 2010)

Cosnava -anika -amigos

 

JBM: Pues esto es todo Olalla, si quisieras añadir alguna otra cosa más.

Sólo decir que me alegro de que al fin Hipatia esté alcanzando la fama de que es meritoria. Para ser justos, merece un mayor reconocimiento que el que le ha dispensado el paso (y el peso) del tiempo. Es un gran personaje histórico, y lo habría sido aun siendo un varón, aunque es cierto que el hecho de que naciera mujer hace que sus logros sean aún más dignos de admiración. En su época se consideraba a las mujeres inferiores al hombre en todo, incluso intelectualmente. Hipatia debió de poseer una inteligencia excepcional para que tantos hombres de alta cuna la aceptaran como maestra; y no sólo eso, sino para que estuvieran deseosos de acudir a su academia desde todas las regiones del imperio.

Nada más. Tan sólo agradecer a Anika y a Ariodante y a Joseph B Macgregor su paciencia, y que me hayan ofrecido la oportunidad de responder a esta magnífica entrevista.

 

Olalla -opiniones

 

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