Entrevista a Magnus Dagon por "Los Siete Secretos del Mundo Olvidado"

Miguel Ángel López Muñoz, Magnus Dagon, nació en Madrid en 1981. Se licenció en Ciencias Matemáticas y, literariamente hablando, ha cultivado los géneros de la ciencia ficción, la fantasía y el terror. Ha sido galardonado con varios premios y ha publicado más de medio centenar de relatos, tanto en los medios clásicos como en los digitales. Como también le llama poderosamente el séptimo arte, ha creado el grupo de música electrónica Balamb Garden, del que es cantante y letrista.

Miguel/Magnus nos ha concedido una entrevista con la que me gustaría poder entrar en el mundo de ficción que recrea para "Los siete secretos del mundo olvidado" y desvelar, si fuera posible, alguno de ellos.

ENTREVISTA

Confieso que resulta muy atractivo el pseudónimo que ha elegido para firmar su última novela, Magnus Dagon. Es atemporal, con reminiscencias a gran héroe de ficción y crea una imagen mental muy novelesca… Sin embargo, Dagon ya era conocido como el dios-pez babilonio ¿Por qué Magnus Dagon?

Francamente, y esto creo que le va a sorprender a mucha gente... ¡no me acuerdo! Me explico: Magnus Dagon era el nombre del protagonista del primer libro de ciencia ficción que empecé a escribír, y que, si hay suerte, algún día verá la luz, porque he trabajado mucho en él y aún sigo haciéndolo. Al principio de hecho ni se llamaba Magnus Dagon, le cambié el nombre más tarde, igual que a los demás personajes del libro. El caso es que por aquella época no sabía que Dagon era el nombre de un relato de Lovecraft ni un dios, ni tampoco sé de dónde pude sacar lo de Magnus (aunque puede que sea del personaje Ultra Magnus de la serie "Transformers"). El caso es que sí sé que juntos me sonaban bien, y por eso lo elegí.

Entonces, ¿Magnus o Miguel Ángel?

Magnus, por supuesto.

Si ya resulta arduo crear una novela, a secas, recrear todo un mundo futuro, del que no tenemos la más mínima referencia, debe de ser un trabajo inmenso. ¿Cómo se forja una novela de ciencia ficción? ¿Son primero los personajes o la trama?

En mi caso casi siempre son primero los personajes, pero eso es porque siempre me he centrado mucho en ellos. Hay gente para la que el trasfondo es mucho más importante. Y aunque este libro nació de los personajes, de la arqueóloga que busca maravillas perdidas de la Tierra, es obvio que el fondo era de una importancia crucial. Pero para mí es tan importante como en las pelis de Indiana Jones. Sí, mola que Indy busque el Arca de la Alianza, o la Atlántida... pero ¡qué leches!, nos gustan las aventuras de Indy también por cómo es él, no sólo por dónde va.

¿Qué le resultó más difícil, recrear el mundo del futuro, con sus palabras y referencias especiales o crear la propia historia en forma novelada?

Crear el mundo del futuro me resultó muy fácil, pues esencialmente, es el nuestro, pero un poco más ruinoso. Las palabras, las referencias, fueron una cuestión de ser ordenado y meticuloso, e ir apuntándolas todas a medida que se usaban para, o bien no incurrir en contradicciones, o bien recordarlas para usarlas más de una vez. En algunos momentos quizás lo problemático fue que, al ser el protagonista, Goran Rex, alguien que aprendía más sobre la Tierra a medida que avanzaba la novela, era difícil dar la sensación de que su conocimiento terrestre iba en aumento.

He tenido la oportunidad de charlar con otros lectores sobre su novela y a todos nos ha intrigado el título (Los siete secretos del mundo olvidado) y ninguno negamos que seleccionamos su libro para leerlo porque queríamos saber cuáles serían esas siete maravillas que el futuro destacaría de nuestro mundo. De alguna manera queríamos saber qué, de todo lo que hemos hecho como sociedad, será merecedor del recuerdo; es el deseo humano de perpetuar su memoria. De esta forma, su obra no es una simple historia de ficción, posee un importante componente psicológico. ¿Por qué incluir elementos metafísicos en una historia de ciencia ficción? ¿Quizá porque la ciencia ficción es en sí misma pura metafísica?

Prácticamente todo lo que escribo posee un fortísimo carácter psicológico, y eso es en parte consecuencia de que me encanta centrarme en los personajes. Por otro lado, para mí la ciencia ficción es sólo en parte metafísica; sin el componente de aventuras, ocio y diversión, para mí el resto no tendría sentido. Eso es en mi opinión lo más bonito de la ciencia ficción, que hace pensar a la gente, y encima mientras se lo está pasando bien y es un género apreciado por jóvenes de todo el mundo, un logro que ya le gustaría a muchos libros metafísicos de los mal llamados 'serios' alcanzar.

Edición de la revista Más Allá donde Anika entrevista a Magnus Dagon sobre su libro.

Releyendo su trabajo más despacio me he percatado de que no sólo está salpicado de esas referencias psicológicas a las que me refería con anterioridad; más bien, conforman una parte muy importante de ella. ¿Realmente esta búsqueda de las siete maravillas finaliza al encontrarlas o se encuentran mientras se buscan? ¿Qué más ha querido contarnos Magnus Dagon? ¿Cuál es el mensaje que ha deseado dejarnos para la posteridad?

Uy, el mensaje que quise dejar a la posteridad... eso sí que es metafísico. Pues lo que decía el eslogan del libro:

"Los avances del presente son las leyendas del mañana". Coloquialmente hablando, "¡aprendan a apreciar el mundo en que nos ha tocado vivir! Es increíble y está lleno de cosas que deberían hacernos sentir orgullosos de todo lo que hemos avanzado en términos artísticos, científicos y culturales, y que sin duda maravillarán a los expertos sociólogos, arqueólogos y científicos del futuro".

Pero también tenía la ilusión de mostrar a Susan Spector y Goran Rex como un ejemplo para los lectores en muchos sentidos, tanto porque son buenas personas como porque aprenden a dejar atrás las múltiples diferencias que les separan. Estoy harto de esa exaltación del antihéroe que se hace en los tiempos que corren. Por eso, si leyendo este libro alguien ha admirado a alguno de ellos dos y ha querido ser "mejor" tras conocerlos, entonces me sentiré tremendamente orgulloso de haberlos creado.

¿Por qué los siete secretos de su libro y no otros? ¿Qué tienen ésos que los hacen especialmente merecedores de su recuerdo para el futuro?

Hay de todo, y la selección fue los más divertido de hacer del libro. Tenía claro que quería mostrar distintos tipos de monumentos desde el punto de vista arquitectónico y funcional, por un lado, desde torres (un icono presente en muchas de mis historias) hasta bibliotecas, pasando por catedrales u obras de ingeniería moderna. Por otro lado, quería abarcar varios continentes, y finalmente introduje un elemento de gusto personal, por ejemplo al elegir el Tíbet, París o Barcelona como ciudades que aparecen en el libro. Lo último, y más entretenido, fue pensar qué le podía haber pasado a cada uno de esos sitios, estando perdidos, hundidos o tratando de hacer un más difícil todavía.

En las obras de ciencia ficción hay que crear nuevos términos para designar los nuevos avances, sean del tipo que sean. Al principio de su novela nos encontramos con expresiones como Catolislam o Bibliocorán haciendo referencia a una mezcla de dos de las más importantes religiones de hoy en día, como si finalmente hubieran llegado a un entendimiento. ¿Ve así el futuro de la religión? Por otra parte, ¿por qué no Islamcatolicismo o Coranbiblia? ¿No cree que la religión siempre podrá herir susceptibilidades? De cualquier forma, los arqueólogos creyentes de su novela continúan siendo un tanto intransigentes. ¿La religión siempre nos conducirá a eso?

Generalmente no me gusta el tema de la religión en mis historias. Siempre hago fichas de personajes, y en el apartado creencias suelo poner "ateo" o "agnóstico", que es como decir "no sabe/no contesta". En este caso no podía pasarla por alto, claro. Y uno de los problemas de la religión para mí es justo lo que ha remarcado en la pregunta: que si ya se te ocurre sólo respirar en su dirección, corres el peligro de molestar a alguien sin siquiera saberlo.

El motivo de Catolislam o Bibliocorán fue, simplemente, fonético. Me sonaba bien así, y así lo dejé. En realidad, si alguien pudiera molestarse, creo que el problema es más suyo que del autor. Por otro lado, si hay algo que por desgracia no ha evolucionado nada por mucho que la humanidad sí lo ha hecho es la intolerancia asociada a las grandes religiones. No hay más que ver la actitud de las grandes en la actualidad, con pensamientos o frases que no distan mucho de los medievales.

La religión, en mi opinión, siempre nos conducirá a eso, porque sencillamente no puede ser nunca discutida, no admite el pensamiento lógico. La batalla clásica, como comento a veces: fe contra lógica. Los que tienen fe, no se dejan convencer por la lógica, y los que usan la lógica no reconocen el instrumento de la fe. De ese modo, están condenados a ser enemigos eternos.

La ciencia ficción siempre se ha considerado premonitoria. Recogía los últimos avances de la ciencia y se imaginaba en qué podían convertirse en un futuro. Creo que asistimos a una nueva etapa en el género que nos lleva a pensar también en nuestro avance como especie, un tema que usted trata en la novela. ¿En qué se ha basado para hablarnos de la política o la religión del futuro en los términos que lo hace?

Pues más que nada en una extrapolación. He pensado cómo vemos actualmente el mundo clásico (griego, egipcio) y he extrapolado ese punto de vista cambiado el mundo clásico por el siglo XX y la época actual por el futuro.

Así, por ejemplo, la fusión de catolicismo e islamismo no es más que una extrapolación de cómo se fusionaban dioses griegos con egipcios o babilónicos. Luego, claro, hay una componente personal en muchas opiniones. Hay quien puede pensar que no se perderá el conocimiento del siglo XX tan fácilmente.

A mí me gusta pensar que no va a ser así, por el sencillo motivo de que aunque apilemos conocimiento, los saberes básicos que se le pedirán a cada ser humano cambiarán y dejarán este siglo de lado. Es obvio que la gente del siglo XIV conocía bastante bien cómo era el XIII, pero ahora mismo, pues no es así, y sólo gente más experta o más interesada en el tema conoce ese siglo al dedillo.

La existencia de un ser tan evolucionado que pueda transformar su biología para adaptarse a cualquier entorno, como sería el caso de los evos que usted ha "inventado" para su novela, es crucial en la obra ya que le sirve de comodín para salir de algunas situaciones complicadas en la trama. Parece una idea sencilla, pero sólo porque encaja de forma natural en la narración. ¿Cómo se le ocurrió crear a los evos?

Otra respuesta que desconcertará al personal. ¡Jugando a videojuegos! Concretamente a un juego llamado Evo: Search of Eden, en el que empiezas siendo un pez y tienes que, básicamente, sobrevivir. Para ello, a medida que comes plantas u otros animales, consigues puntos que puedes gastar en "evolucionar", pero un sólo cambio por vez: nadar más rápido, tener dientes, ser más grande... luego desarrollas patas y la cosa se traslada al mundo terrestre, donde vas siendo mamífero, reptil o incluso insecto (o mezclas aberrantes de éstos) según como creas que sobrevivirás mejor. De aquí surgió la idea, es decir, haciendo literal lo que en el juego era una manera simbólica de modelizar la evolución de millones de años.

Hay alguna referencia a los grandes del género de SciFi dentro de su relato. Si no recuerdo mal, a Orson Scott Card. Supongo que ha "devorado" a los autores del género ¿En qué medida le han influido para su propia creación? ¿Alguno de ellos lo ha hecho de forma especial?

Creo que el autor de ciencia ficción que más me ha influido en mi manera de escribir es Dan Simmons con Hyperion. El motivo es que Simmons escribió este libro como una "historia de historias", que es una manera de escribir que a mí me encanta, porque soy de la escuela del relato corto. También me gusta tratar de ofrecer mucha historia en todo momento, no que uno esté leyendo un libro y a la mitad tenga la sensación de no haber llegado aún a ninguna parte argumentalmente hablando. Prefiero sin duda condensar que dilatar, aunque sé por experiencia y por desgracia que la gente tiende a ser más benevolente con los libros largos y dilatados, porque aunque se hagan pesados al leerlos, al acabarlos su cerebro "olvida" lo pesado que pudieron ser en algunos momentos.

Siempre ha existido un grupo de lectores que han llevado a su máxima expresión la frase de que "la literatura ha de servir para evadirse", se trata de un público fiel para la ciencia ficción, ¿cómo está de salud el género últimamente?

Pues literariamente hablando, en mi modesta opinión, fatal. En España, se lo están comiendo las modas, como los zombies. Y ojo, que a mí me encanta el terror y de hecho espero poder publicar tarde o temprano libros y relatos de terror para que la gente conozca ese "otro yo" en términos literarios. Pero es que en los últimos premios Ignotus, que son para premiar el género fantástico en España (pero sobre todo la ciencia ficción), el terror se comió con patatas a la ciencia ficción, y eso es algo que me da muchísima pena por mucho que el terror me apasione.

En el resto del mundo, igual o peor. No hay libros que sean un referente desde hace más de una década, librazos como Neuromante, Ender, Hyperion, El Aprendiz de Guerrero, son todos de muchos años atrás. ¿El problema? No está habiendo relevo. Uno mira las novedades de ciencia ficción y son, o bien reediciones de lo mismo de siempre, o bien libros nuevos de viejos dinosaurios.

Y yo advierto, editores del mundo y de España: los lectores y aficionados al género de hoy en día no van estar leyendo Mundo Anillo o Fundación eternamente. Nuevas generaciones necesitan también nuevas promesas aunque cuenten las mismas historias, que eso al fin y al cabo pasa siempre en todos los géneros, porque ellos tienen la nueva voz con la que desean escuchar esas viejas historias.

Son ya míticas algunas sagas de SciFi bien conocidas entre el público lector que no es asiduo a ellas, como La Fundación de Asimov o Ender de Orson Scott Card, ¿Lleva camino su historia de convertirse en una nueva saga? ¿Podremos leer más aventuras de Goran Rex y su compañera la xenoarqueóloga Susan Spector?

En principio, no, aunque no negaré que he jugado en mi mente con la idea de una continuación. Ahora, también depende de la acogida, por supuesto, si ésta fuera espectacular... pero desde luego, serían nuevas aventuras, y admito que eso es todo un reto para mí, parir una nueva idea que me gustase tanto como la de los monumentos perdidos del siglo XX. De hecho, ya había algunas opciones en mente... pero insisto, a corto plazo no hay planes de ello, aunque me encantaría regresar a ese universo y a los personajes de Rex y Spector, a los que tanto cariño tengo.

Anika y Magnus Dagon en la HispaCon (Valencia)

Es pregunta casi obligada al final de una entrevista. ¿En qué está trabajando actualmente Magnus Dagon? ¿Con qué nueva historia sorprenderá a sus lectores?

Hace apenas una semana he terminado una novela que me ha llevado bastante tiempo escribir. Si alguien pensó que "Los Siete Secretos del Mundo Olvidado" era corta, con esta novela no va a pensarlo, sin duda. Mezcla los géneros de ciencia ficción, superhéroes y novela negra, y los personajes son de una importancia crucial, aunque tiene también una idea disparadora, como ocurría con Los Siete Secretos. Sobre cuándo saldrá, eso es una incógnita, porque antes de ella hay otros manuscritos que estoy moviendo, aunque en este caso sí se trata de una novela pensada como parte de una saga más amplia, en plan novela río, pero no de fantasía como "El Juego de Tronos" sino con trasfondo ciencia-ficcionero pero, insisto, tremendamente influenciada por los comics.

Mi ilusión y batalla personal ahora mismo, francamente, es sacar adelante una saga de relatos de terror que estuve escribiendo durante más de dos años. Algunos ya han ganado premios importantes como el Villa de Torrecampo, pero sobre todo quiero verlos publicados porque son la niña de mis ojos, el que creo que es el trabajo en el que más esfuerzo he puesto en toda mi vida. Están interrelacionados y son muy similares a los Mitos de Cthulhu en la idea de que conforman un alucinante y terrible universo de seres monstruosos, y a Silent Hill en la idea de crear "otro" mundo que está "al otro lado" de este mundo, en todas partes (un edificio en obras, un parking abandonado, pero también la puerta de salida de nuestra propia casa). Además de eso, estos relatos se desarrollan casi todos en Madrid, por lo que me encantaría que se recordaran como una crónica de la ciudad en la que he residido durante toda mi vida.

Ha sido un placer charlar con usted y poderle conocer mejor. Gracias por concedernos esta entrevista para la web Anika Entre Libros.

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