Anika entre libros

Entrevista a Lara Moreno por "Cuatro veces fuego"

"El monólogo interior es la forma más fácil de hablar de un personaje, o que un personaje hable de los otros, o de hablar uno mismo a través de ellos"

Firma: Joseph B. Macgregor / Fotos: autora / Marzo 2009

 

"Cuatro veces fuego" es el segundo libro de relatos de la joven escritora onubense - aunque nacida en Sevilla - Lara Moreno y desde mi punto de vista uno de los mejores libros que tuve oportunidad de leer el año pasado.

Su primer libro de narrativa breve fue Casi todas las Tijeras (Ed. Cuatrovecesfuego -portadaQuórum, 2004), y ha participado también en las antologías Molinos de Viento (CEDMA, Ed. Juan Bonilla, 2005) y en Ellas también cuentan (Finalista Premio Ana María Matute 2004). Además podemos encontrar buena muestra de su infatigable inquietud creativa-literaria en las Ediciones Imperdonables del editor e impresor artesanal Francisco Cumpián (Málaga) y en La Musa Ebria (Granada, 2006).

Como editora publicó del libro de microrrelatos Los Vicios Solitarios (Asociación Cultural Igriega, 2003) y actualmente prepara la edición de la antología poética Aquí y Ahora, también de Igriega. Colabora además con algunas editoriales, como lectora de manuscritos y correctora.

Hace poco en una reseña sobre un hermoso libro de poesías hablaba de que hay libros que los sientes palpitar entre tus manos, escritos con los cinco sentidos. Cuatro veces fuego es un libro que podemos oler, que transpira, suda, huele… que tiene aromas diversos y muy diferentes. Me ha producido la misma sensación que leer los cuentos de Cortázar ya que los textos destilan esa cualidad tan difícil de conseguir y tan "cortaziana" para envolvernos en la palabra, en el párrafo… como si de pronto nos quedáramos atrapados en un laberinto… esa capacidad para trasmitir el sudor, un aroma, para describir el polvo de los muebles, las uñas manchadas de tierra… Atmósferas y sensaciones que podemos palpar, experimentar en nuestras propias carnes mientras leemos.

Lara Moreno en Cuatro veces fuego se nos muestra con una narradora compulsiva y profundamente visceral. Sus relatos parecen responder a un deseo de echar fuera todo lo que bulle en su interior. Por eso, son textos intimistas, narrados desde dentro, y en donde lo narrativo y lo poético aparecen confundidos, entremezclados, creados a partir de acumulación de sensaciones, pero sin carecer tampoco una buena base argumental. Por eso, tenía muchas ganas de intercambiar impresiones sobre el libro con una narradora tan potente y con tanta fuerza como Lara Moreno.

 

 

ENTREVISTA

 

¿Por qué Cuatro veces fuego? ¿De dónde surge este título?

El título lo puse cuando ya estaba el libro armado. Existían las cuatro partes, e intenté darle al conjunto un nombre que las reuniera, que encerrara el significado de lo que para mí es el libro. Al principio se iba a llamar Movimiento en cuatro fuegos, que lo resume para mi gusto aún mejor, pero preferí el otro, más cortante y quizá más directo. Son cuatro caminos, cuatro etapas, y cuatro fuegos al fin y al cabo, porque lo que todos buscamos (o al menos lo que buscan los personajes) es quemarnos.

 

¿Qué criterio has seguido para incluir los relatos que aparecen en el libro? ¿Fueron escritos expresamente o son una reunión de textos que has ido escribiendo a lo largo de los años?

Lo segundo. El primer libro, Casi todas las tijeras, se publicó en el 2004, e hice una selección de lo que había escrito desde entonces. Primero abrí la estructura de los cuatro fuegos y luego fui incluyendo ahí los relatos, eligiendo.

El criterio, además del intrínseco al libro y a las partes, para mí ha sido el Laramoreno2representar el camino que yo he recorrido en estos cuatro años. Hay relatos escritos al principio de esta etapa y otros al final, y yo veo el cambio y la evolución (hacia no sé dónde, pero al menos entendida como movimiento).

 

¿Por qué están ordenados por bloques: Los pequeños ojos, La búsqueda, Criaturas, Cortafuegos? ¿Cuál es el nexo común que los engloba en cada uno de estos bloques?

Los ordené por bloques porque, como ya he dicho, habían pasado cuatro años y había relatos escritos a lo largo de esa etapa en momentos muy distintos. Aunque cada relato está escrito de forma independiente, no quería presentarlos como una reunión sin más, sino organizarlos, darles alguna forma. No sé si lo he conseguido, pero yo veo una línea que los va uniendo, que lleva de uno a otro, aunque tengan independencia temporal. Tenía claro los temas que quería abordar, y de ahí salieron los bloques, y luego hubo un estudio exhaustivo y divertido de la búsqueda de citas para cada bloque, para que fueran representados o "explicados" por otras bocas.

 

¿De qué modo se puede aunar poética con narrativa sin que se produzca un desequilibrio, sin que una sobresalga por encima de la otra?

Sinceramente, no puedo contestarte a eso porque no lo sé. Planteármelo sería suponer que yo conozco esa fórmula mágica, y no es así. El desequilibrio puede existir para unos y para otros no, depende de los ojos que lean. Y supongo que existe sin más.

Con respecto a la "fusión", es algo espontáneo que me cuesta controlar. El asunto poético, para mí, es la chicha de la palabra o de los sentidos. Pero creo que hay que diferenciar: una cosa es la poética, otra la narrativa, y otra la narrativa poética.

 

Apareces como una narradora compulsiva y bastante visceral…

Pues… ¿lo soy? Supongo que sí, pero no en todos los aspectos. En los cuentos, aunque no haya furia siempre, sí necesito que salgan de corrido, con ritmo (a la hora de la creación, independientemente de que el cuento luego consiga este ritmo).

 

Pero a la vez están muy cuidados. En este caso, compulsión no es sinónimo de improvisación o de descuido…

Ahora soy más cuidadosa que antes, yo creo que es deformación profesional… Y siempre hay gazapos. Pero sí, intento que lo estén, aunque también pienso que hay que tener cuidado, no corregirlos hasta el cansancio, para que no pierdan lo que eran en el momento de la creación.

 

En tus textos además es muy importante la atmósfera, los aromas, los olores, el sudor más que el paisaje o el escenario…

Bueno, a veces yo tengo claro lo que estoy viendo pero no necesito describirlo, porque todo se mueve a base de sensaciones, otras veces yo misma lo veo brumoso, y sólo describo lo que se mueve (a lo mejor lo que se mueve por dentro).

 

¿De dónde surgen los temas o argumentos de tus cuentos? Me da la impresión que nace de tu realidad más cercana, de ti o de gente muy próxima a ti…

En todos puede haber algo cercano a mí, detalles o sensaciones más que hechos reales. No son autobiográficos y sólo en una ocasión conté una historia tal y como había pasado en realidad.

 

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¿Cómo describirías ese mundo propio, absolutamente tuyo y personal que aparece con frecuencia en tus textos?

¿Y si te digo que no puedo describirlo?

 

¿Quién es La Menuda? ¿Es una suerte de alter ego?

No, era un personaje de un cuento, y sigue siéndolo, sólo que ahora se está alargando con la columna en Los Noveles; está continuando su narración o su existencia, esta vez en primera persona. Utilizo su voz para decir lo que quiero, eso sí, pero intento hacerlo desde su pequeño punto de vista, desde lo que imaginé que ella era.

 

Has leído a Cortázar ¿Te sientes influenciada por su manera de narrar? ¿Cuáles piensas que son en todo caso tus influencias?

Hace años que dejé de leerlo, pero me caló hondo, como bien dicen muchos (incluso dicen que demasiado). Encontrarlo fue como reconocer un mundo donde me movía con fluidez al leer. Creo que sus giros son tan personales que a veces atrapan. Y me ha influido mucho, es obvio. Pero no lo tengo presente a la hora de escribir.

Más influencias… No lo sé, muchas, supongo, pero generalmente depende de lo que estés leyendo en el momento, si te apasiona o no, si nadas dentro de las letras. Ahora mismo leo a Faulkner, que ya me embrujó en su día, es un mago.

Conscientemente no persigo ninguna voz ajena. En todo caso pueden interesarme estructuras, armatostes, como forma de aprendizaje.

 

¿Por qué optas con frecuencia por el monólogo interior?

Pues no lo había pensado nunca así. Primera persona, monólogo interior, tercera, segunda… Las elijo sobre la marcha, según me pida el momento. Pero el monólogo interior, para mi gusto, es la forma más fácil de hablar de un personaje, o que un personaje hable de los otros, o de hablar uno mismo a través de ellos.

 

Con Roberto Terán y Miguel Ángel Maya, en la presentación de "Cuatro veces fuego" en Madrid

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Un tema que se repite también bastante en muchos de tus textos es el de las relaciones sentimentales, el amor en todas sus vertientes: el amor ausente, el amor que se acaba, el amor vivido y gozado, el amor cansado, el amor-nostalgia, el amor imaginado, el amor recuperado… y siempre todo como muy apasionado, muy sentido… Parece que al amor es imprescindible ponerle pasión…

No sé si imprescindible pero sí necesario. Fuego, ¿no?

 

Me ha llamado la atención la versión tan original, insólita y personal que haces de El Quijote en "Un hombre sentado a la mesa"…

Ese relato lo escribí cuando me lo pidió Juan Bonilla para una antología, Molinos de viento, y estuve a vueltas con el Quijote un tiempo, hasta que me senté a escribir y me salió así: El Quijote y Sancho como una alegoría de un viejo matrimonio español, o viceversa…

 

Pues muchas gracias, Lara. Si quisieras añadir algo que se me hubiera quedado en el tintero preguntar…

¡Si me has preguntado un montón de cosas, y a algunas ni siquiera he sabido responderte! Y por la confianza :)

 

Laramoreno -opiniones

 

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