Anika entre libros

Entrevista a Javier Cosnava por "Diario de una adolescente del futuro"

"Yo creo que un autor debe estar comprometido con su tiempo. Incluso a riesgo de equivocarse, incluso estando seguro que va a equivocarse. Mis preocupaciones hacia el mundo en el que vivo las plasmo en mi literatura"

Firma: Gemma Nieto / Foto cabecera y grupal: Anika Lillo / Resto fotos: autor / Diciembre 2010

 

Javier Cosnava no es un hombre sencillo. A pesar de su apariencia, con su sonrisa cálida y su mirada limpia. Y no lo es porque no busca las cosas fáciles, por regla general suele complicarlas para… sencillamente, para ver qué pasa.

De hecho, buscando en la web, no he encontrado muchos datos sobre él; pero sí sus palabras, y con ellas, sus intenciones. Y casi siempre son las mismas, no dejar tranquilo al lector, moverle desde los cimientos y conseguir irritarle; a veces creo que haría cualquier cosa con tal de conseguir sus lectores pensaran; porque a Javier no le gustan las neuronas dormidas, las quiere bien despiertas.

Este catalán de nacimiento, se afincó en Oviedo y, además de escribir con una pluma muy afiliada, también es guionista y ha publicado varias Cosnava1obras de cómic. Junto al dibujante Toni Carbos sacó a la luz en 2008 la novela gráfica Mi heroína; al año siguiente llegaría Un buen hombre, versada sobre la urbanización en la que vivían los soldados de las SS nazis. En esta aventura le acompañaron 11 dibujantes. Algo difícil de conseguir si no se dispone de una sonrisa muy muy cálida y de una mirada muy muy limpia… porque no debe de ser sencillo convencer casi a una docena de profesionales para participar en un proyecto común. De cualquier forma, a Javier le atraen los retos difíciles.

En 2009 publicó la primera parte de la biografía del padre de Adolf Hitler, De los demonios de la mente y este año 2010 acaba de aparecer Diario de una adolescente del futuro, su primera incursión en la novela juvenil y fantástica. Pero que los lectores no se engañen, las apariencias no son lo que uno cree en la narrativa de Javier. Su novela puede parecer juvenil y fantástica… pero solo para las neuronas dormidas; las despiertas, descubrirán otras muchas cosas.

Diario de una adolescente del futuro (Ilarión) relata la vida de Paula, desde su adolescencia cuando solo piensa en fiestas y flirteos con el sexo opuesto hasta su madurez, en una Tierra dominada por un sistema político totalitario enfrentado contra los rebeldes AG. La parte final de la novela la escribe Eva Rubio, y el epílogo que da sentido a la novela lo firma Anika Lillo.

Frases para el recuerdo:

 

Sobre la sociedad: "Nuestro planeta cada vez es más ignorante y se potencia la estupidez hasta rozar la apología a través de la televisión […]. Un mínimo de cultura te da autocontrol […]. Una sociedad inculta es una sociedad maltratadora."

Sobre la censura: "Cuentan por ahí que murieron cerca de ciento cincuenta manifestantes, pero eso nadie se atreve a decirlo en voz alta y en los telediarios solo se habla de los policías muertos."

Sobre la política: "Porque acababa de comprender que Dani sería un gobernante tan despreciable como lo han sido todos a lo largo de la historia de la humanidad." (Eva Rubio).

 

ENTREVISTA

 

¿Por qué escribir una novela juvenil que versa sobre el maltrato ("psicológico, sexual, social, estatal, propagandístico, alienador" -como dice en la Nota del autor al principio de la novela)?

¿Y por qué no? Demasiadas novelas hoy en día son menos clones de otras, demasiadas novelas se parecen entre sí y resultan demasiado definibles, englobables dentro de un género a causa de la obsesión de las editoriales por no asumir riesgos y valerse sólo de escritores que repiten clichés y buscan únicamente vender y ser políticamente correctos. Yo quiero vender lo más posible (risas), pero lo de ser políticamente correcto ya no se me da también. No creo que Diario de una adolescente del futuro sea una novela juvenil ni tampoco fantástica.

Lo que yo hago no puede circunscribirse a las estrechas paredes de ningún género: es una novela "cosnávica", para bien o para mal. Tiene elementos de la literatura juvenil y elementos de la ciencia ficción clásica, pero se aleja de ambas diametralmente camino de... ninguna parte. Ni siquiera tengo muy claro que sea una novela enfocada a un público joven; yo creo que lo que se dice en Diario de una adolescente del futuro puede resultar interesante a cualquier tipo de lector, incluidos los de mediana edad.

Lo único que tengo claro es que se trata de una novela que a mí me habría encantado leer de joven, de adolescente, porque trata de abrirte los ojos mientras los medios de comunicación y buena parte de la literatura que se publica tratan de cerrártelos. Ese es el verdadero maltrato, el de una sociedad que busca unos ciudadanos cada vez más idiotas.

 

Diario de una adolescente del futuro es una obra dura que habla de muchos tipos de maltrato (desde luego, no es apta para pusilánimes); se trata de una novela que impacta sobre el lector de la misma forma que si recibiera un golpe. ¿Se ha dado usted cuenta Cosnava2de que su prosa maltrata al lector tanto como a la protagonista de su obra? ¿Alguno de ellos ha decidido tomarse la revancha?

Una novela que invita a pensar, a mantener siempre intacto un espíritu de revuelta que se perdió en los años sesenta, debe necesariamente impactar, dar un cachete imaginario en el rostro del lector. Diario de una adolescente del futuro es una novela dura, sí, pero también es una novela necesaria, donde nada es gratuito. Mis novelas a menudo son breves porque elimino toda aquella paja que rodea muchas otras obras. Aunque yo respeto lo que hace todo el mundo, y de hecho la mayor parte de la literatura que consumo es lineal y previsible, a mí me gusta hacer otra cosa, sorprender al lector e incluso sorprenderme a mí mismo. Las bofetadas creo que van en ambas direcciones y las ansias de revancha a las que eludías en tu pregunta, las reconduciré hacia un nuevo proyecto en el que los excesos caminen hacia otros derroteros y los golpes le lleguen al lector y a mí mismo por senderos inesperados.

 

En su libro no hay personajes buenos, realmente buenos, ni malos muy malvados. El lector no puede identificarse con ninguno de ellos y se siente confuso sin saber hacia qué punto enfocar su atención. La lectura del libro constituye un trabajo arduo porque las cosas no son ni blancas ni negras, aún siendo diferente todo parece igual. ¿Por qué no deja tranquilo al lector en lugar de atosigarle para que no pare de pensar?

Vivimos en una sociedad maniquea donde hemos olvidado que no hay ni buenos ni malos. Estamos en un bando o en el otro, pero todos somos buenos y malos. Basta ya de utilizar la palabra malvado en lugar de enemigo. Los que se oponen a nuestros intereses económicos ten por seguro que la televisión nos los dibujará como los peores malvados del universo. Y nosotros, pobre tontos, la creeremos. Pero es mentira. Hay intereses económicos y países, grupos, empresas, políticos... que ganan y otros que pierden. No admito siquiera que se piense en buenos y malos, quien piensa en estos términos siempre estará equivocado y vivirá su vida engañado.

Yo admiro a mis enemigos, como Aníbal admiraba a Escipión, como César admiraba a Pompeyo. Si alguien se opone a nuestros intereses comerciales, económicos, tendremos que derrotarle, pero no le minusvaloremos, no hagamos programas en la televisión para que la gente entienda lo malo que es tal dictador cuando el dictador de al lado es nuestro aliado. Yo reivindico la palabra enemigo, adversario, contrario. Son palabras hermosas.

 

Cosnava3

 

En la obra se descubren algunas de sus preocupaciones: política, manipulación, tiranía… No parece que el género fantástico juvenil sea el más adecuado para tratar estos temas, a menos que el género literario utilizado sea una mera excusa para transmitir los mensajes. ¿Es su novela, entonces, una novela de mensajes?

Yo creo que un autor debe estar comprometido con su tiempo. Incluso a riesgo de equivocarse, incluso estando seguro que va a equivocarse. Mis preocupaciones hacia el mundo en el que vivo las plasmo en mi literatura. Yo miro hacia las calles, y veo a nuestros jóvenes, criados en unos ideales absurdos falsamente de izquierdas y sobreprotegidos; unos jóvenes son mucho más violentos de lo que éramos nosotros; que sufren mucho más embarazos a pesar de estar más informados; que empiezan sus relaciones sexuales más pronto y son infinitamente más manipulables.

Como ya he dicho antes, respeto todo tipo de literatura, pero pido que haya espacio para todos los mensajes y todos los mensajeros. Existe un predominio (que en otros ámbitos sería llamado "monopolio") de la literatura juvenil "Light", ñoña, de personajes planos basados en películas de cine y de tramas donde todo el mundo aunque tenga cincuenta años se comporta como un crío de quince. Este tipo de literatura de evasión está muy bien, si está bien construida, por supuesto, pero yo creo que es el momento de hacer otro tipo de novelas. Porque esa literatura de consumo que se hace ahora de forma implícita también está transmitiendo mensaje: que todo va bien, que la gente es previsible, superficial y que hasta vampiros que tienen ocho siglos están preocupados por cosas de adolescente.

Yo quiero hablar de otro tipo de jóvenes, de ésos que creen que las cosas van mal, que las crisis nos va engullir si no hacemos algo y que nuestros políticos dan más miedo que los vampiros, los zombis y los hombres-lobo juntos.

 

Repasando su producción literaria anterior, acaso ¿para Javier Cosnava no importa tanto cómo se cuenta, si no lo que se cuenta?

Una novela es "lo que se cuenta", el cómo es una añagaza, un producto de tu experiencia como narrador. Cuando has escrito lo suficiente, ya sabes que puedes construir tus historias de una forma u otra, dignamente, y dentro de ciertos parámetros. Y si sabes que puedes hacerlo, ¿para qué escribes? El reto está en poder utilizar el poco talento que tenías de inicio y los conocimientos que te ha dado la profesión para construir un castillo de naipes sustentado en tus ideas de alucinado. Y el reto definitivo es que al final, pese a todo, el conjunto tenga sentido. Yo no concibo la literatura sin ese reto. Si cuando comienzo una novela sé que la puedo escribir, sé todo lo que voy a decir y sé por qué lo voy a decir, no la escribo. Empiezo más proyectos de los que acabo y soy tremendamente prolífico porque escribo por voz, como esta entrevista. Lo que no me funciona lo guardo para mejor ocasión. De hecho, Diario de una adolescente del futuro está escrito a partir de las cenizas de un proyecto fallido de hace casi diez años.

 

El Beckenridge de la novela, ese robot con sentimientos y conciencia de sí mismo, recuerda a El hombre bicentenario, de Asimov; asimismo, la idea de vivir en un mundo virtual nos trae a la memoria la trilogía de Matrix, de los hermanos Wachowski… ¿qué deuda mantiene su obra con la ciencia ficción?

Sobre este tema me permitirás que no hable demasiado. Yo soy un gran admirador de la ciencia-ficción clásica. El que sea conocedor del género recordará un famoso personaje de una novela de hace muchos años que se apellidaba Beckenridge; también recordará un escritor que se apellida Lem, como el hombre que en Diario de una adolescente del futuro inventa la forma de convertir a los jóvenes y también a los adultos en borregos al servicio del poder. Hay diversas referencias a la ciencia-ficción clásica en Diario..., pues yo creo firmemente los niveles de lectura y no me gusta que nadie me diga los secretos que esconde cierta novela para el que tiene la suerte de encontrar las referencias que, como pequeños tesoros, perlan sus páginas. De la misma forma, yo no diré nada más. Las dos que he dicho son muy evidentes y el conocedor de la ciencia-ficción las habrá visto rápidamente. Pero hay muchas más que quedan para el lector que pueda disfrutar de ese nivel de lectura, alguna hacia Asimov, como bien habías notado. Eso es lo más bonito de una novela que te ha gustado, el poder releerla y ver cosas nuevas. En Diario de una adolescente del futuro hay mentiras dentro de las mentiras como en todas mis obras e incluso algún que otro giro de guión que no se puede advertir a simple vista.

 

El lenguaje de Paula, la protagonista, es sucio, descarado y crudo; y sus acciones son más sucias, descaradas y crudas, si cabe. Por favor, tranquilice a los padres de los adolescentes, niegue que las cosas que cuenta sobre la vida común de los jóvenes no son tan reales como parecen serlo tras leer su libro…

Yo he tenido la gran suerte de poder ser padre sin serlo. Mi hermana se separó siendo mi sobrina muy pequeña y en los años de crecimiento personal de ésta yo ejercí de figura paterna. Tuve pues la suerte de ser una especie de padre putativo, con todas las ventajas de un progenitor y sin cierto velo en los ojos que me he dado cuenta tienen los padres hacia las acciones de sus hijos biológicos. Jamás había existido una generación de padres que ignorasen tan completamente lo que hacen sus hijos. Como escribo en el prólogo, tuve acceso a cartas e incluso diarios de chicas jóvenes muchos años atrás en la primera versión de la novela, cuando yo era un joven escritor en una zona de las afueras de Barcelona. Asimismo, poco tiempo atrás, tuve la misma oportunidad gracias a mi sobrina y sus amigas, en las afueras de Valencia. Desgraciadamente, tuve que hacer tres borradores de la obra y a cada uno de ellos fui restándole palabrotas y situaciones sexuales explícitas porque comprendí que a muchos les resultaría irreal lo que en verdad sucede.

La versión actual de Diario de una adolescente del futuro es una versión más que censurada. Muchos padres conviven con sus hijos sin tener ni la menor idea de quiénes son. Lo único que puedo decir para tranquilizar a los padres es que las afueras de Barcelona y de Valencia o Madrid son de las más marginales de nuestro país y que espero de todo corazón Cosnava4que en otras zonas con unos niveles de escolarización y de estudios mejores las cosas sean diferentes. Yo espero que realmente sea así.

 

Javier Cosnava frente a la fonda donde nació Hitler

 

Es probable que sea más difícil decir todo lo necesario en pocas palabras que utilizar muchas para decir lo mismo. Quizá resulte más complicado crear una historia completa en 250 páginas que en 800; incluso, aun contando más cuando no se cuenta nada, ¿cómo ha organizado la escritura de su novela para que diga todo lo que desea decir, y con tanta densidad, en tan poco espacio?

Como decía ante la mayor parte de las novelas tienen mucha paja. Quita la paja y te quedará una novela de menos de trescientas páginas. Ahora están de moda las novelas gruesas porque los editores no están dispuestos a publicar novelas baratas y como las van a poner carísimas prefieren publicar un tocho de ochocientas páginas porque el costo de impresión no es demasiado superior al de trescientas. De esta forma consiguen que el lector pague precios desorbitados por obras que no lo merecen y que están compuestas esencialmente de paja y donde la historia esencial está aderezada con descripciones completamente repetitivas e innecesarias y conversaciones entre personajes que redundan en ideas o conceptos y puntos de la trama que ya se habían tratado en capítulos anteriores.

Estoy trabajando en una novela de más de mil páginas pero porque se desarrolla a lo largo de casi tres mil años. Pero es mi forma de trabajar: decir muchas cosas en poco espacio. Tengo una infinidad de ideas en la cabeza y escribo mucho. Me aterraría dedicar uno o dos años de vida a escribir una historia que en lo esencial se podría escribir en doscientas páginas y rellenarla y seguirla rellenando y rellenando la hasta que me dé el número de páginas que espera el editor.

Por otro lado, y para no parecer tan taxativo, diré que mis dos primeras novelas son de largo las más breves que tengo mi zurrón. Las posteriores son bastante más gruesas de páginas, pero es que tanto De los demonios de la mente un año atrás como ahora Diario de una adolescente del futuro son novelas pensadas para impactar en el lector, y eso sólo se puede conseguir con pocas páginas, de lo contrario se ve venir el engaño. Es como un golpe de boxeo: si lo das con mucha curva, partiendo de muy atrás y con lentitud el contrario lo ve venir y lo esquiva; lo tienes que dar con el brazo contraído, a escasa distancia, rápidamente.

Los editores se equivocan: las novelas con pocas páginas tiene muchas más posibilidades de impactar en la retina y las entrañas del lector.

 

En casi todas las novelas que he leído (si exceptuamos a Pérez Galdós) los finales son felices. No pretendo que Paula coma perdices con su androide Beckenridge pero el final del libro, su final, es desesperanzador. El otro final, el que ha escrito para su obra Eva Rubio, impreso como último capítulo, parece que nos ofrece una pequeña luz de optimismo… sin embargo, es tan solo una ilusión. ¿No hay consuelo para el lector porque tampoco se lo ofrecería la propia vida?

No tengo problema en hacer finales felices. Pero es que la historia lo tiene que pedir. Esta no lo pedía. Yo siempre trabajo al servicio de la historia: ella tiene vida propia y me dicta ciertas reglas. Si Diario de una adolescente del futuro tuviera un final feliz no sería la novela que es, pues trata de ser un reflejo de la vida.

 

Javier Cosnava, Marta Querol, Anika Lillo y Olalla García (kdd oficial de Anika Entre Libros 2010)

Cosnava -anika -amigos

 

Google es un buscador un tanto "chismoso" y gracias a él me he enterado de que está pensando en una segunda parte de Diario de una adolescente del futuro. ¿Cómo armará la historia teniendo en cuenta que busca colaboraciones para escribirla?

Yo creo profundamente en las obras colectivas. Lo he dicho muchas veces. En la segunda parte de Diario de una adolescente del futuro me gustaría incluso no salir como autor sino sólo como conductor del proyecto, como aquellas famosas obras de Alfred Hitchcock presenta. Ya tuve la experiencia de hacer una obra colectiva con otros once autores y ha sido de largo el proyecto que más prestigio me ha dado en los medios de comunicación. Además, me lo pasé muy bien haciéndolo.

Las obras colectivas son una forma de reunir talentos que de otra forma estarían dispersos y, además, pueden permitir conseguir ese número de páginas con que sueñan las editoriales (risas).

La segunda parte de Diario... (si las cifras de venta permiten hacer esa continuación) tendría al menos seiscientas páginas y sería una novela muy diferente. En primer lugar, tiene un final esperanzador; en segundo, trataría temas diferentes aunque complementarios. Si la primera parte hablaba de las dictaduras de derechas y en cierto modo del maltrato psicológico y la estupidez que conducen a la promiscuidad sexual... la continuación hablaría de las dictaduras de izquierdas y de la mojigatería. En medio de grandes dosis de acción, con revueltas de robots y batallas espaciales (la mayor parte de la obra se desarrolla fuera ya de la tierra) se tratarían ciertos temas que son el anverso del espejo de la primera parte. En ella, la protagonista, de veinticinco años, es una persona retraída, sexual y socialmente, que vive en un mundo convertido en una suerte de dictadura del proletariado y del que, en la primera escena, los protagonistas están huyendo, porque este planeta que no merece ser salvado. Pero el final, ya digo, es esperanzador. Esa historia lo pide. De alguna forma, es como dar a la raza humana una segunda oportunidad. Su nombre, Diario 2: el fin de la Tierra.

 

Gracias por habernos concedido esta entrevista para Anika Entre Libros.

Gracias a vosotros, muchos besos y abrazos a ti, a Anika y a todo el equipo de colaboradores que hacéis posible esta maravillosa WEB!!!!

 

La prosa de Javier Cosnava se lee con los ojos pero llega directamente al corazón para no dejar imperturbable a nadie.

 

ver + Javier Cosnava

 

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