Entrevista a Gonzalo Garrido por El patio inglés
Gonzalo Garrido es escritor y consultor de comunicación. "Las flores de Baudelaire" fue su primera novela y con ella recibió el Premio LeeMisterio 2012, siendo también finalista de la Semana Negra de Gijón 2013.
"El patio inglés" (Alrevés 2014), que es la obra que servirá de base a la entrevista, es una novela corta pero muy intensa, profundamente intimista. Muestra dos monólogos: el de un padre y un hijo, separados por lo acontecido en ese patio inglés.
ENTREVISTA
Hola, Gonzalo… He leído con atención y mucho interés tu novela "El patio inglés" y he de decirte que me ha gustado mucho. ¿Por qué una novela corta? Yo habría seguido leyendo…
Quería que hubiera una correspondencia entre el tiempo de lectura (unas dos o tres horas) y el tiempo de espera del padre mientras operan a su hijo a vida o muerte en el quirófano. Creo que esa correspondencia es importante. Por otra parte, las novelas en zona de dolor no suelen ser muy largas porque hacen daño al escritor, pero también al lector. Esa intensidad emocional no es fácil de mantener en el tiempo.
La acción está situada en los años ochenta del pasado siglo. ¿Es por algún motivo especial?
Sí. Primero porque son años que coinciden más o menos con mi juventud, así que los conozco bien. Y me gusta que las historias rezumen autenticidad. Además, es una época muy convulsa en donde la situación política, social y económica de España y del País Vasco era muy dura. A eso hay que sumarle que hago un cierto paralelismo entre el intento de suicidio del hijo y de la sociedad vasca con el terrorismo, etc. Por último, quería evitar la tecnología (móviles, redes sociales, etc.) para que la relación padre e hijo fuese más directa.
Los protagonistas (un padre y su hijo) ¿son meros personajes de ficción o están basados en algo real?
Siempre nos basamos en algo real, pero son de ficción. Mi relación con mi padre no fue buena y con el tiempo he querido entenderla mejor. Así que nada mejor que escribir sobre ese tema. No fui muy compasivo con él y ahora que soy padre me arrepiento un poco.
Y en el hilo de lo anterior: ¿Cómo surge la idea? ¿Cómo se gesta la novela?
Escribo por obsesión y las relaciones familiares siempre me han interesado mucho porque pueden tener lo mejor del mundo y también lo peor, así que quería encarar el tema pero desde un formato diferente, intentando que cada uno de los protagonistas tuviera su voz y su punto de vista. A partir de ahí fue trabajar el tono de la historia, sus personajes y las voces.
Los conflictos generacionales parece que persisten a lo largo de la historia, que los humanos no hemos roto ese guión…
Son parte de la condición humana. Los seres humanos nos hacemos personas como imitación o como reacción. Y ese hecho tensiona las relaciones humanas y, en especial, las familiares. Fueron en el pasado y seguirán en el futuro, aunque el contexto haya cambiado a mejor.
¿Por qué crees que esa falta de entendimiento entre generaciones sigue sin resolverse? Me refiero al hecho de que los padres modernos suelen tener un nivel cultural mayor que los suyos, más información y el recuerdo de sus propias "guerras".
Son dos puntos de partida muy diferentes. Las de los padres que ya han cumplido sus expectativas vitales y las de los hijos que buscan un sitio en el mundo y que son muy críticos con todo lo que ven. Esos trenes van en dirección contraria y, al menos, en la juventud colisionan casi siempre.
En la novela se advierte que ha habido falta de comunicación entre padre e hijo, aunque sí mucho amor… Pese a todo, ¿es posible no detectar señales en el día a día que apuntan a un hecho tan trascendental como el que se da en "El patio inglés"? ¿A qué atribuyes esa ignorancia por parte de la propia familia? ¿Es comodidad, egoísmo, estrés?
Vivimos deprisa, sin tiempo para reflexionar. Y vivimos demasiado ensimismados en nuestros problemas. Apenas dedicamos tiempo a observar a los demás, a entenderlos, a intentar comunicarnos de verdad con los de al lado. Nos da incluso pereza conocer demasiado del otro. Así que no obtenemos información válida, lo que hace que perdamos mucha realidad y nos sorprendan hechos que estaban delante de nuestras narices.
Hay también en tu libro cierta crítica social, amigos que podrían considerarse más tóxicos que amigos…
Me interesa mucho zarandear las conciencias de los lectores para que despertemos de un cierto letargo. Debemos ser críticos con nosotros y con los demás. Y sí, muchos amigos o colegas (literarios o no) son egoístas, manipulan, juegan con las ilusiones de los demás. En la novela queda reflejado con un hecho singular de graves consecuencias para el hijo.
El dolor es el que hace que el padre de Pablo busque respuestas, pero también hay reproches…
Claro. Un padre también puede criticar a su hijo, sentirse incomprendido por su descendiente. El padre ha intentado todo, se ha sacrificado, ha luchado por darle lo mejor, quizá equivocadamente, pero con mucho cariño. Y Pablo no le corresponde. Ser padre es muy duro.
¿Por qué crees, Gonzalo, que con demasiada frecuencia sólo analizamos nuestro entorno más íntimo y buscamos soluciones a tiempo pasado, cuando esas respuestas ya llegan tarde y causan más dolor?
Somos muy tontos y no aprendemos de la experiencia propia o ajena. Siempre estamos buscando lo que no tenemos. Y no valoramos lo que tenemos, que es mucho, más en nuestra sociedad occidental. Eso hace que nos acordemos de lo que perdemos demasiado tarde.
¿Cómo definirías tú la novela?
Prefiero poner en boca de otros lo que han dicho de ella: Una historia humana, inteligente y hermosa sobre una familia de los años ochenta. Me gusta esa definición.
Me han encantado los dos protagonistas. Los veo tremendamente reales y con los que es fácil identificarse; con uno, con el otro o con ambos. ¿Cómo los describirías tu?
Dos seres perdidos en un mundo que no llegan a comprender pero del que no pueden aislarse, dos seres tiernos, llenos de complejos… No sé.
Gonzalo… Me ha llamado la atención el estilo que emplea el padre de Pablo (olvida el punto que separa los párrafos y no usa esa primera mayúscula que iniciaría el siguiente) Tú me aclaraste el motivo y me pareció coherente, pero ¿podrías explicarlo aquí por si otros lectores también se han extrañado con ello?
Quería separar las dos voces incluso formalmente. El padre habla
desde el presente sobre el pasado, en una situación de intenso
estrés. Quería que fuera reflejado en la forma de plasmar sus
pensamientos a borbotones, poco racionales. Por eso quité las
mayúsculas, los puntos. El hijo escribe un diario desde el pasado
al presente. Es mucho más frío, más racional. Escribe con
puntuación.
No he leído "Las flores de Baudelaire" pero parece que es una novela de intriga, policíaca…, bastante opuesta a "El patio inglés". ¿Hay algún género con el que te identificas más o escribes según el momento?
No tengo un género preferido. Busco el formato más adecuado para la historia que quiero escribir. La novela de intriga te da muchas satisfacciones, pero tiene sus limitaciones. La intimista es más intensa pero no siempre te puedes quedar ahí. Intento evolucionar y prefiero dejarme llevar por mi intuición.
Pues por mi parte ya está, a menos que desees añadir algo...
Que lo mejor de escribir es compartir la escritura con los lectores, ver cómo reinterpretan la historia. Así que ahora ellos tienen la palabra.
Gracias, Gonzalo, por la entrevista y por los buenos momentos que he pasado leyendo "El patio inglés". Es una de esas obras que hacen pensar y que no acaban al concluir el libro.
De eso se tratataba. Y gracias por el apoyo, Pilar.