Anika entre libros

Entrevista a Gabriela Bustelo por "La historia de siempre jamás"

"En la sociedad actual las grandes metas son ganar dinero y ser famoso. Quien lo consigue se cree feliz, pero debe enfrentarse a la soledad, la inseguridad, el miedo a la muerte, la apatía, la neurosis y demás"

Firma: Pilar López Bernués / Fotos: autora / Febrero 2008

 

Gabriela Bustelo nació en Madrid en 1962 pero pasó gran parte de su infancia en Washington D.C. Regresó con su familia a España en la década de los años setenta, justo cuando se estaba llegando al fin del régimen franquista y el país caminaba hacia la democracia. Esa experiencia internacional ha marcado la vida y obra de Gabriela Bustelo porque si marchó de España con una dictadura y regresó cuando aquella tocaba a su fin, también vivió en Estados Unidos la etapa de la guerra de Vietnam y las luchas por los derechos humanos.

La autora es licenciada en Filología inglesa además de novelista y traductora. Entre sus obras están: Veo-Veo, Planeta hembra y la que nos servirá de base para la entrevista: La historia de siempre jamás.

 

 

ENTREVISTA

 

Hola, Gabriela... Si hay un título que le vaya como un guante a una novela ese es el que nos ocupa... La historia de siempre jamás. ¿Crees que la humanidad, en general, camina en círculo y cambia poco en cuánto a esencia?

La historia de la humanidad es un eterno retorno. Ahora estamos al final de un ciclo y la civilización occidental parece haberse estancado. Me alegro de que hayas entendido el sentido del título, porque la novela es un retrato satírico de la decadencia de la sociedad occidental, pero en Grecia y Roma también había fisuras sociales, miseria, hipocresía… y algunos políticos eran tan siniestros como puedan serlo los nuestros.

 

¿Te ha influido, como escritora, el tiempo pasado en Estados Unidos y el regreso a España en un momento de importante cambio político?

El carácter esencial de una persona se forja en los primeros años de su vida. Los años que viví en Estados Unidos me marcaron profundamente. Volver del país más avanzado del mundo a la España franquista y blanquinegra de los años setenta fue un shock del que tardé muchos años en recuperarme.

 

La obra me ha parecido una divertida parodia de determinada clase social: Los que viven por y para el dinero, unos por méritos propios y otros porque son parásitos... ¿Qué te lleva a definir al protagonista como un hombre de izquierdas?

En Europa existe una clase social invisible, que se mantiene a buen recaudo, que es la de los ricos de izquierdas. En España este grupo tiene connotaciones propias, porque al haberse forjado con el franquismo conserva peculiaridades afines al régimen. En este país todos estamos marcados y machacados por esa dicotomía izquierdas/derechas que en el resto de Occidente se ha difuminado durante los últimos años.

 

Gabriela... ¿No es el amor al poder bastante apolítico o, en todo caso, cambiante? Ya sabes: según quién esté al mando hay que llevar una u otra chaqueta.

A partir de la muerte de Franco se creó una oligarquía propietaria de casi todos los resortes económicos, políticos y mediáticos del país y con una capacidad propagandística aprendida de la propia dictadura. Sus miembros se definen como izquierdistas, pero lo que son es unos apóstoles de lo que podríamos llamar el 'guayismo' o lo que André Glucksmann denomina la 'izquierda mágica'. Son los pijos de izquierdas, para entendernos.

 

Nos presentas a un protagonista algo especial y estrambótico pero con una particularidad: No ama a nadie. Ni a su difunta mujer, ni a su hija, ni a sus nietos... ¿Es posible sentir indiferencia u odio por todo el mundo?

El protagonista de la novela es un enfermo mental, un hombre tan ambicioso que no se puede permitir el lujo de querer a nadie, porque eso le debilitaría. Su única obsesión es conservar el dinero y el poder que le lahistoriadesiemprejamas-portadahan convertido en el hombre más importante del país. Por otra parte, creo que en la sociedad actual predominan los sentimientos negativos sobre los positivos.

 

Siguiendo con Manuel Foz (el personaje principal) aparece como el hombre más poderoso del país pero a la sombra, es decir, sin que casi nadie conozca el alcance de su poder que, en combinación con otros personajillos oscuros, controla los hilos más importantes de la política, la economía y, en definitiva, de la nación. ¿Existen personas así?

Por supuesto que sí. El personaje está inspirado en un español que existió. Pero personajes tan invisibles y poderosos como Fouché los ha habido en todas las épocas de la historia. Es precisamente su discreción lo que les hace tan peligrosos. A Fouché le temía hasta el mismísimo Napoleón.

 

Gabriela... ¿Es el fondo de la novela una crítica política o sólo una crítica social?

Es difícil hacer crítica social sin hacer crítica política, como es difícil separar a una sociedad de sus gobernantes. En la novela el poder está representado por la familia Foz y la sociedad por Leandra. La casa de los Foz, claramente dividida en dos bandos -el de 'arriba' y el de 'abajo'- es como una preparación microscópica de la sociedad española.

 

En la historia, que en determinados momentos narran en primera persona unos u otros, se refleja muy bien y de manera muy divertida el mundo de "arriba" y el mundo de "abajo". Y sobre eso cabe destacar que determinadas personas del servicio poseen unos conocimientos realmente importantes sobre cómo hay que actuar en cada situación, cómo seguir el protocolo o comportarse en mil y una circunstancias...

El mayordomo Briggs es un hombre algo chapado a la antigua, que cree firmemente esa frase británica de que 'Un mayordomo siempre es más caballero que el caballero para quien trabaja'. Es cierto que un buen mayordomo sabe de vestimenta, protocolo, modales y demás mucho más que las personas para quienes trabaja.

 

Me ha llamado la atención una observación de Leandra, la asistenta: Pese a las tareas domésticas, desagradables en ocasiones, y pese a tener que aguantar a tres niñatos sin seso, servir en una mansión le permite comer caliente cada día, probar platos estrambóticos y prohibitivos, dormir en una cama de calidad...

Ya decía Aristóteles que la riqueza consiste mucho más en el disfrute que en la posesión. Leandra es lo bastante lista para saber disfrutar de la parte buena que le ofrecen los Foz. Pero no puede evitar escandalizarse ante la frivolidad, la superficialidad y el nivel de vida tan alto que tienen. Como ella dice, pensaba que la gente sólo vivía así en las películas.

 

El mayordomo inglés, que es un personaje culto, con conocimientos importantes y capaz de dominar cada situación ¿puede trabajar a gusto sirviendo a gente muy inferior en cuánto a principios y cultura? ¿Qué lleva a ese tipo de personas a conformarse con un trabajo que socialmente los discrimina?

La relación entre el patrón Foz y el mayordomo Briggs es buena porque ambos se necesitan. Foz, como buen pijo de izquierdas, está obsesionado con la información que Foz le proporciona sobre el 'savoir faire' y la buena vida. Tiene por Briggs esa admiración algo paleta del español impresionado por lo extranjero. En cambio Briggs es un inglés que vive en nuestro país por el buen clima, pero no puede evitar despreciar inconscientemente a los españoles, incluido su jefe. Trabaja para Foz porque le paga muy bien, como haría cualquiera en su lugar.

 

Gabriela... ¿Se puede comprar todo con dinero?

Como dice Woody Allen, el dinero no da la felicidad, pero produce una sensación tan parecida sólo un buen especialista nota la diferencia. En la sociedad actual las grandes metas son ganar dinero y ser famoso. Quien lo consigue se cree feliz, pero debe enfrentarse a la soledad, la inseguridad, el miedo a la muerte, la apatía, la neurosis y demás. A los millonarios estadounidenses les ha dado ahora por quejarse de lo mucho que sufren. Existen clínicas para desintoxicarse de ser millonario.

 

Los nietos de Manuel Foz son caricaturas de gente sin seso, irresponsables y auténticos parásitos ¿Crees que representan a un alto porcentaje de gente de su edad?

No, en absoluto. La mayor parte de los jóvenes tiene un proyecto de vida, unos estudios, un trabajo o una familia. Sí es cierto que existen personas como los tres nietos de Foz, que son tres imbéciles de mucho cuidado, pero por suerte son una pequeña minoría.

 

Vemos la esclavitud que supone vivir pendiente del "qué dirán". Por ejemplo: Ver la tele "no se lleva", usar determinada marca de ropa no está bien visto, si "fulanito" viste con guantes a la chacha hay que correr a comprarle unos a la propia... ¿Es posible ser feliz de verdad viviendo en una continua representación?

Hoy más que nunca, vivimos en la sociedad del espectáculo. Estamos sometidos a la dictadura de la imagen. La incorporación de la mujer al mundo laboral ha traído consigo grandes avances sociales, políticos y económicos, pero también un interés desmedido por el aspecto físico, la moda, las apariencias.

Paradójicamente, las primeras víctimas somos las propias mujeres, eternas esclavas de nosotras mismas, por así decirlo. No en vano el drama de la anorexia afecta a una mayoría abrumadora de mujeres.

 

Y en relación a la pregunta anterior: ¿Tener dinero a raudales y derrocharlo sin límite crea unas "necesidades"? ¿Es posible escapar de ellas cuando se aspira a formar parte de un determinado estatus social?

Es difícil tener mucho dinero y no ser un consumista desaforado. Como dice el mayordomo Briggs a Leandra, los ricos sólo son pobres con dinero. Los millonarios suelen ser burgueses venidos a más, nuevos ricos más bien horteras. Eso es lo que distingue a Foz de ellos. Foz no quiere fardar de pasta, por así decirlo. Lo que le interesa del dinero es el poder que le da.

 

En la novela hay otro protagonista importante: El arsénico. Parece que convive con nosotros mucho más de lo que imaginamos...

El arsénico era el veneno preferido de Agatha Christie, a la que he querido hacer un homenaje con esta novela. La casa como escenario único, el veneno, el mayordomo, los personajes arquetípicos como el policía, el juez y la doncella, la escena final donde se revela un culpable inesperado… todos son guiños a la 'reina del crimen'. En cuanto al arsénico, es verdad que está presente en muchos alimentos y el marisco es uno de ellos.

 

¿Existen en la realidad personas adictas a ese veneno? Y si es así ¿cómo se inician en su consumo y acaban habituados?

Sí, existen y se llaman arsenicófagos. Un amigo mío, que es abogado, me lo comentó como algo curioso. Luego lo confirmó con el forense García-Andrade y entonces me puse a investigarlo en serio.

Resulta que en el Tirol llevan años tomando arsénico como reconstituyente, pero al aumentar la dosis lentamente, se hacen tolerantes y les sienta bien. La historia del arsénico es fascinante. Desde los egipcios, que pintaban con él a sus momias para ahuyentar a los saqueadores de tumbas, hasta nuestros tiempos, en que se usa para curar la leucemia.

 

Gabriela... No vamos a desvelar la trama de la novela, por supuesto, pero resulta que Don Manuel, que farda de no confiar en nadie, comete un error... ¿Has tratado de decirnos algo con ello? Ya sabes: ¿hay moraleja o es sólo una pieza más de la obra?

Foz no ha tenido miedo a nada nunca, pero el miedo a la muerte le humaniza. Al descubrir una parte de su pasado que desconoce, se derrumba. Ése es el quid del asunto. Algunas personas se forjan un personaje que representan impecablemente durante toda su vida hasta que un buen día, inesperadamente, se les cae la máscara. Ese error de Foz es lo que le redime.

Como dice Sánchez Dragó, un escritor siempre tiene algo de piedad con sus personajes.

 

Gabriela... Te he preguntado más arriba alguna cosa pero me gustaría que definieras la novela según tu punto de vista. Es que yo, como lectora, he visto varias "lecturas" posibles....

Si tuviera que definirla, diría que es un 'Arriba y abajo' a la española, con su dosis de esperpento. Pero también es una novela de misterio con todos los ingredientes del género: asesinatos, venenos, sospechosos, mujeres con un turbio pasado, desconocidos de mirada torva y una escena final donde todo se resuelve de la manera más improbable. Igual que en mis novelas anteriores, aquí uso un subgénero literario como envoltorio, pero el fondo es serio. Habrá quien se quede en la trama, pero otros como tú sabrán ver el subtexto.

 

¿Tienes algún proyecto literario en marcha?

Sí, estoy escribiendo una novela que tenía pensada y documentada antes de ponerme con ésta. Pero 'La historia de siempre jamás' se me cruzó en el camino y tuve que abandonar la otra. La cuarta va a ser una novela urbana, más parecida a la primera. Mi madre siempre me pregunta que cuándo voy a escribir una novela 'normal'. A ver si con esta lo consigo…

 

Bueno, Gabriela, me lo he pasado de fábula leyendo el libro y he reído con ganas. Creo que has satirizado de forma divertida y coloquial lo muy absurdo de determinada forma de ser, pensar y actuar de nuestra sociedad. ¡Muchas gracias por el tiempo, la entrevista y el rato divertido de lectura!

Gracias por tu amabilidad, Pilar, y me alegro de que el libro te haya entretenido y hecho pensar, que es de lo que se trata. Una novela es un poco como una galleta china de esas que vienen con mensaje, porque cuando te has comido la galleta, lo que te queda es el mensaje. Adiós y hasta pronto.

 

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