Entrevista a Empar Fernández por La última llamada
Entrevistamos a Empar Fernández por su novela "La última llamada", la emotiva búsqueda de un padre que no renuncia a su investigación aunque para ello tenga que contactar con el "más allá", un escenario donde la culpa es la protagonista principal, una novela que plasma la incertidumbre de la desaparición con total veracidad.
Empar es Licenciada en Psicología y en Historia Contemporánea, columnista, profesora y guionista de documentales. Ha publicado varias obras de ficción: "Para que nunca amanezca" (Meteora, 2001), "Hijos de la derrota" (Meteora, 2008), "El loco de las muñecas" (Alianza Editorial, 2008, Finalista del Premio de Novela Unicaja Fernando Quiñones), "Mentiras Capitales" (Alianza Editorial, 2010), "Sin causa aparente" (Plataforma Editorial, 2011), entre otras, y junto a Pablo Bonell Goytisolo ha dado vida a Santiago Escalona, protagonista de la serie de novelas negras: "Cienfuegos, 17 de Agosto" (Roca Editorial, 2004), "Las cosas de la muerte" y "Mala sangre" (Tropismos, 2006 y 2007), y "Un mal día para morir" (Ediciones Pàmies, 2009).
ENTREVISTA
Empar, en esta nueva novela tiene el don de llevarnos por una realidad cruda y llena de emociones encontradas, ¿cómo logra transferir esa carga emocional a sus personajes?
Intento sentir lo que siente cada personaje, desde el criminal hasta su víctima. Un novelista está obligado a jugar todos los papeles con igual intensidad y a transmitir con igual franqueza cada perfil emocional.
Una de las características de sus últimas novelas ha sido insertar un texto dentro de otro, cada uno independiente de sí y lleno de simbolismos. Escribir en "doble vertiente" exige una rigurosidad en el momento de desarrollar las historias, ¿tiene algún método en particular para este tipo de escritura?
La verdad es que no tengo un método concreto, pero es cierto que me gusta cruzar historias, enlazarlas y hacer que una determine la otra. En la vida raramente los sucesos tienen una sola explicación y yo intento trabajar varias dimensiones de una historia. Creo que es interesante incorporar un texto fragmentado dentro de otro texto, es un recurso eficaz que encontramos en muchas novelas.
Parece que es usted una "cazadora de instantes", algo que llama su atención dispara su imaginación y ya la tenemos dándole vueltas a una historia intensa, llena de fuerza y emociones. ¿Tiene ya en marcha una nueva novela o va dejando que se asienten los engranajes que crearon ésta, para luego enhebrar una nueva trama con más tranquilidad y distancia?
Acabo de concluir la novela que pone fin a la trilogía sobre la culpa (La mujer que no bajó del avión, La última llamada…) y que todavía no tiene un título definitivo y ando planificando una nueva historia y dibujando los personajes. Raramente dejo de estar ocupada en una nueva novela. Por otra parte tengo una serie de novelas negras policiales a la espera de ser publicadas.
Viendo que el ingrediente esencial para el desarrollo de sus historias son las noticias o algo que le llame la atención en algún medio de prensa, ¿es posible que ante el desborde de ideas y datos intente focalizarse en alguna temática en particular o simplemente las piezas van encajando dentro de su cabeza hasta convertirse en algo más consistente para desarrollar?
Como ya explicaba en la pregunta anterior, durante tres novelas he mantenido mi atención sobre episodios relacionados con la culpa, entendida sentimiento real o como pura invención. Creo que es un tema complejo y muy, muy interesante. Ciertamente acostumbro a utilizar noticias, sucesos, episodios vividos o relatados por alguien; prefiero que mis novelas discurran intensamente ancladas a la realidad.
Da la sensación que sus personajes van creciendo a lo largo de las páginas. ¿Sus personajes se nutren de lo que usted conoce y percibe, pero le parece, a veces, que van cogiendo un camino propio divergente a lo que al principio pensó para ellos?
Es conveniente que adquieran intensidad y matices según avanza la trama, pero los personajes no tienen más vida que la que el novelista imagina para ellos. Es cierto que, de vez en cuando una nueva idea cruza por tu mente y cambias el rumbo de tu personaje, pero es una decisión consciente. Una de las facultades de la ficción es la capacidad de corregir o de rectificar, de hacer crecer a los personajes o de anularlos, en ese sentido el escritor de ficción es todopoderoso.
Aquí la culpa palpita con ferocidad, incluso para convertirse en catalizador de la redención de Julio. Sus personajes se mueven por alguna emoción, presente o latente, ¿cree usted que la credibilidad de un personaje se basa precisamente en su capacidad de emocionarse, de empatizar?
Desde luego, en la habilidad del autor para presentar personajes creíbles que puedan corresponderse con personas de carne y hueso, que piensen, sientan y actúen tal y como lo harían ellos. Es importante que el lector establezca referentes reales para conectar con los personajes y con la trama.
Con Jordi Sierra i Fabra
Esta novela parece un coro polifónico, muchas voces intentando avanzar hacia el destino que tienen marcado, parece que el destino, para bien o para mal, es insoslayable ¿Cree que cada personaje tiene una necesidad interior de redención, ya sea por culpa propia o ajena, que le hace seguir adelante pese a todo?
La necesidad de expiación, la de redención, es obvia en el caso de Julio Monteagudo, que sobrevive atormentado por la culpa; y también lo es en el caso del novio de Noemí. Otros personajes acarrean dolor, angustia, deseos de una vida propia y plena. Cada personaje es único.
Finalmente, ¿qué le parecería continuar con algunos de los hilos dejados en sus novelas?, ¿no le sugieren sus personajes continuar con sus vidas y convertir su novela en una saga? ¿Cree que sus lectores se animarían a leer estas continuaciones o es mejor ir dejando los cabos atados y empezar a caminar por nuevos senderos?
La verdad es que siempre las he pensado como historias cerradas, sin continuidad. Me gustaría saber predecir la conducta de los lectores, pero creo que no soy capaz de anticipar si mantendrían el interés y seguirían fieles a los personajes conocidos. Sería halagador que, de optar por ese camino, los lectores se dejaran seducir.
