Anika entre libros

Entrevista a Daniel Sánchez Pardos por "El cuarteto de Whitechapel"

"El 11S se retransmitió de la forma que ya es habitual en la sociedad en la que vivimos en la que todo lo que sucede es emitido prácticamente al momento mil veces en pantallas y el Destripador era como el origen de todo aquello"

Firma y foto grupal: M. Dolores García Pastor / Foto: autor / Febrero 2011

 

Interesante mañana de un jueves. Care Santos me presenta al escritor Daniel Sánchez Pardos que anda de promoción de su libro El cuarteto de Whitechapel. Tomamos un café en La Central de la calle Mallorca de Barcelona mientras hablamos de libros, literatura y otras "excentricidades".

Daniel estudió Filología Hispánica en la Universidad de Barcelona y actualmente trabaja como bibliotecario en un pueblecito de la costa catalana. Pero no se dejen engañar los lectores por ese aspecto de tranquilo bibliotecario ya que tras él se esconde una mente capaz de idear una novela original y adictiva en la que se dan la mano Borges, Jack el destripador, los atentados del 11S y el arte contemporáneo para llevarnos de paseo por las calles de Londres a bordo de una lujosa limusina.

 

 

ENTREVISTA

 

¿De dónde surge la idea de escribir este libro?

Pues debo de responder que no lo sé (risas). Como casi todas las novelas esta surge de varios intereses cruzados, de varias aficiones que durante el tiempo vas teniendo y que al final acaban, sin saber cómo, reunidas todas en un libro. Por un lado soy muy aficionado a Londres, es mi ciudad favorita, soy bastante anglófilo. Por otro lado me gusta mucho la época victoriana y dentro de ella Jack el destripador que es una presencia constante en el libro y que es una de las ideas que todos relacionamos con el Londres victoriano. El 11 de septiembre de 2001 es un tema que me ha interesado de diversas formas pero especialmente cómo se ha contado la historia y, cómo decirlo… toda la imaginería que se ha creado a partir de ese hecho. El fantasma de Borges aparece porque es mi escritor de cabecera desde mis 18 o 19 años y le tengo mucho cariño. Llevaba tiempo dándole vueltas a alguna historia con Borges por medio. Y de repente todo ello acaba juntándose.

 

Pero es increíble que consigas poner juntas tantas cosas que no tienen nada que ver sin que eso chirríe.

Ese es el miedo que tienes. Cuando escribía el libro pensaba, ¿cómo junto yo todo esto? Empecé un poco a lo loco. Encontré la voz del narrador, que fue una opción con la que me sentía cómodo, ese chico que vive en Londres y que se dedica a hacer de guía turístico por la zona de Whitechapel, la zona donde sucedieron los crímenes del destripador. Es "Guía del terror" según su título oficial. Di con esa idea, yo quería escribir una novela que estuviera ambientada en Londres y quería aprovechar los lugares de Londres que conozco. Whitechapel lo conozco bastante por ese interés previo del destripador. La historia de Jack tampoco es que me interese particularmente por el hecho de ser un Danielsanchezpardos1asesino en serie, no fue el primero, tampoco va a ser el último y lo más probable es que fuera un pobre desgraciado de aquel barrio. En aquellos momentos el West End de Londres era un lugar muy violento, terrible, horrible para vivir. Lo que lo hizo especial es que fue el primer asesino en serie en el que puso sus ojos la prensa. Vio una buena historia y se dedicó a contarla y a difundirla por todo el mundo. Me interesaba mucho la idea de cómo la prensa coge un tema tan violento y tan doloroso y hace de ello un espectáculo.

 

Eso es lo que se hizo también en el 11 S.

Exacto, esa fue la relación que establecí en algún momento. El 11S se retransmitió de la forma que ya es habitual en la sociedad en la que vivimos en la que todo lo que sucede es emitido prácticamente al momento mil veces en pantallas y el Destripador era como el origen de todo aquello. En cierto sentido fue el origen de cómo una desgracia se convierte en un mito. En parte por el hecho de no haber sido nunca capturado, eso ha permitido que lleven 120 años con teorías disparatadas aún hoy, plasmadas en películas y libros.

 

¿Me lo parece a mí o haces una crítica atroz contra el arte contemporáneo?

Bueno, crítica… es más bien una exageración. El arte contemporáneo me interesa pero no entiendo gran cosa. Es todo ficticio. Hay un movimiento en la novela, el arte salvaje, que es ficticio. Esto es como la reducción al absurdo de lo que podría llegar a ser el arte desmadrado. Es una idea común la de que el arte está prácticamente perdido, que para muchos artistas es seguir un paso hacia adelante y luego, cuando ya no queda nada más que hacer qué hacemos. También fue esa la idea que mucha gente tuvo al ver los atentados del 11S. Con la imagen del avión estrellándose contra las Torres Gemelas mucha gente tuvo la sensación, algunos se atrevieron a decirlo y les dieron bastante caña por ello, de que era una obra de arte. Era una obra de arte obscena totalmente, el hecho de que estén muriendo miles de personas en ese momento. Lo que estábamos viendo era algo que se le podía haber ocurrido a cualquier artista contemporáneo que nunca hubiera podido soñar algo tan grande como estrellar un avión contra un rascacielos.

 

¿Una especie de arte total, la mayor de las performances?

Eso es. Tenía en la mente una frase de David Foster Wallace, uno de mis escritores favoritos, que tiene un artículo sobre el 11 de septiembre que escribió pocos días después de que sucediera y que está incluido en su libro Hablemos de langostas, se llama "La vista desde la casa de la señora Thompson". Cuenta cómo vivió él ese día, las imágenes, cómo siguieron por televisión ese hecho. Vivía en un pueblo en el centro de Estados Unidos, en el medio oeste, en un área rural. Lo vio desde casa de una vecina suya. Gente alejada de las ciudades para los que Nueva York ya es, digamos, el extranjero. Para ellos era como ver algo doblemente extraño. En un momento él habla de "la repugnante belleza" del avión golpeando contra las torres. Esa frase se me quedó grabada. Quizás es eso, lo vemos y pensamos que es una imagen muy bien pensada, aunque es horrible decirlo, y mientras piensas eso no puedes dejar de pensar que están muriendo miles de personas ahí en ese momento. Y es una imagen muy poderosa por eso. Una especie de coreografía. Mucha gente dijo aquello de "Parece que estamos viendo La jungla de cristal, una película". Como el 11 de septiembre es fiesta en Catalunya yo también lo vi en directo desde casa. Tenía un efecto hipnótico, la necesidad de saber qué iba a ocurrir a continuación. Era el espectáculo perfecto, con un gran poder simbólico.

 

Hablemos de tus personajes, ¿usas para ellos algún referente real? Cada uno tiene una historia que bien te podría dar para una novela entera.

Me gusta cuidarlos. Cuando una novela es un poco larga siempre necesita personajes secundarios que sean potentes porque si no un personaje solo o dos no dan para una novela larga. Tuve cuidado con imaginar un poco las vidas propias de los personajes. También como la novela toca temas diferentes me daba pie para que uno estuviera relacionado con el mundo del arte, otro con el de los guías turísticos o el de la literatura a través del fantasma de Borges, luego está el conductor de limusinas… Esto es algo que a mí siempre me ha hecho mucha gracia cuando he visitado Londres, esas limusinas de colores que van Elcuartetodewhitechapel -portadapaseando con chicas jóvenes detrás y van gritando… eso siempre me ha llamado la atención y pensé, esto tengo que aprovecharlo para escribir algo.

 

Perdona pero sigo alucinada pensando en cómo has podido urdir con todo eso una trama con la mayor naturalidad del mundo y sin que chirríe.

Bueno, uno va procesando con mente de escritor y piensa "esto tengo que aprovecharlo para algo". Aprovechas imágenes que sean potentes.

 

No te quites méritos, Daniel, que esto mismo en otras manos resultaría extravagante… por decirlo suavemente. Y aquí todo cuadra.

Bueno, esto de que cuadra lo empecé a ver cuando la gente leyó la novela porque no estaba seguro de si me estaba pasando. No sabía hasta qué nivel podía forzar la credibilidad, hasta qué punto algo deja de ser creíble. Todo es muy exagerado pero la intención es que resulte creíble dentro del contexto de la propia novela. Creo que ayuda por un lado el hecho de la primera persona. Funciona bien el narrador porque dentro de su propio cerebro todo tiene una lógica, ese narrador que también es un poco particular.

 

Con esa papirofagia…

Sí, es un síntoma de depresión. La primera vez que el protagonista come papel es un poco antes del primer crimen y es un trocito de un folleto que le dan. Ese mismo papel me lo dieron a mí cuando fui a visitar ese mismo lugar del crimen y me lo puse en la boca y luego lo recordé. Comer papel surgió de repente en la novela. Que te den esas tarjetas para llamar es también muy frecuente en Londres, hay muchos chicos y chicas extranjeros que van repartiendo estas tarjetas de llamada.

 

Esta es una de esas cosas que están muy bien metidas en la novela porque la primera vez que aparece lo lees y no te extraña. Cuando aparece más veces te empiezas a plantear que al protagonista le pasa algo.

Fue una manera de buscar un síntoma de que el chaval no estaba demasiado bien. Cuando empieza la novela lleva un tiempo que no puede comer nada. Son síntomas como de depresión, de que aunque el personaje no lo explique, no lo explicite, algo le pasa.

 

¿Tu método de escritura?

No tengo un método de escritura particular. Lo que suelo hacer (he publicado dos novelas) es empezar a escribir en vacaciones (el método estival, añade entre risas Oscar Esquivias que está con nosotros) para poder dedicarle muchos horas durante muchos días seguidos a eso. Una vez lo tienes arrancado ya puedes relajarte un poco más e ir trabajando dos o tres horas al día que es lo que me permite mi trabajo, de momento, y los fines de semana. Y ha dado la casualidad que los dos libros los he empezado en Londres porque suelo aprovechar para irme allá cada verano unos cuantos días. Es un hotel en el que puedo escribir tranquilamente y me planteo estar un par de semanas encerrado escribiendo y en los dos casos me ha ido bien.

 

¿Algún tipo de ritual o manía?

No, no. Ordenador portátil siempre. No puedo escribir en público, he de hacerlo siempre tras una puerta cerrada en casa o en hoteles.

 

Daniel Sánchez Pardos, Óscar Esquivias y María Dolores García Pastor.

Esquivias -sanchezpardos

 

¿Y tus referentes literarios?

Han ido cambiado por las edades. El primero que recuerdo con cariño es Conan Doyle, de ahí tal vez mi interés por el Londres victoriano. Sherlock Holmes es uno de mis personajes favoritos.

 

Que además aparece en tus novelas, aquí por ejemplo encarnado en uno de los miembros de la pareja de libreros.

Sí, exacto, aparece en las dos. Los libreros, correcto, y el otro es Watson. Hay todo un submundo holmesiano muy interesante de coleccionistas y de tal. Pues empecé a leer a Conan Doyle y luego descubrí a Borges. Hay muchos escritores que me han gustado durante una época y que luego los he ido perdiendo pero Borges ha estado siempre ahí. Y al tercero lo descubrí hace como cinco o seis años, David Foster Wallace. Los tres son escritores que releo continuamente. Y también mucha literatura contemporánea inglesa o norteamericana como William Barnes…

 

Un placer poder charlar contigo, Daniel, y un verdadero gustazo haber leído tu libro. Muchas gracias por la lectura y por la charla.

 

ver + Daniel Sánchez Pardos

 

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