Anika entre libros

Entrevista a Chris Stewart por "El loro en el limonero"

"Es difícil vivir en el campo y del campo sin darse cuenta de la necesidad de cuidar, y no abusar, la tierra de la cual dependemos todos, tanto urbanos como campesinos"

Firma: Celia Santos / Fotos: autor / Diciembre 2007

 

Primero escribió "Entre Limones", el mayor éxito editorial de Almuzara, y luego continuó con "El loro en el limonero". En ambos Chris Stewart, conocido en el mundo de la música por haber sido componente del grupo Genesis, narra sus experiencias en Las Alpujarras, el lugar donde vive con su familia desde hace diecinueve años.

 

 

ENTREVISTA

 

chrisstewart2Chris Stewart en su estudio

 

Lo primero que me gustaría saber, Chris, es ¿cuándo llegaste exactamente a Las Alpujarras?

El día 26 de Noviembre celebraremos diecinueve años aquí. Es una celebración que solemos recordar, al contrario del aniversario de nuestra boda por ejemplo, lo cual por falta de certeza de la fecha exacta y una tendencia al olvido, solemos olvidar. Los Judíos dicen que cualquier oportunidad que se pierde para tener una celebración en esta vida, está castigada en el más allá.

 

Tus dos libros han sido todo un éxito, de eso no hay duda pero, ¿cómo han acogido este éxito los habitantes de la zona?

Hay de todo… creo que la mayoría lo ven de manera positiva, pero desde luego tengo mis críticos. Los hay que dicen que mi retrato de los Alpujarreños refleja poco la verdad… mayormente porque no es la costumbre aquí de comer cabeza de pollo asada en ascuas, como he sugerido en mi primer libro, Entre Limones. No es nada fácil pintar un retrato del pueblo entre el cual uno tiene que vivir, pero pienso que he encontrado el camino precario entre el pragmatismo y la verdad; con esto no todos están de acuerdo.

 

En los últimos años, Las Alpujarras se han convertido en residencia de bohemios, ecologistas, hippys, y "guiris". ¿Crees que esto ha sido positivo para la zona?

Sí. Me entusiasmo mucho por la convivencia. Cuando pienso en los beneficios de los cuales ha gozado mi país nativo en los últimos cuarenta años como resultado de la inmigración, el multiculturalismo y la integración, me entusiasmo aún más. Han mejorado la cocina, la música, el arte, la literatura, la vida social, todo.

Un pueblo que se queda aislado corre el riesgo de estancarse. La Alpujarra ya tiene una población muy mezclada de Alpujarreños y forasteros, y de esto va a salir un futuro rico en posibilidades. La dieta tradicional y atroz de los lugareños, por ejemplo, ha mejorado enormemente; además muchos de los inmigrantes han modificado sus malos hábitos como consecuencia de sus experiencias viviendo entre los indígenos. Desde luego hay problemas pero no se puede hacer una tortilla… Además la gente que más me gusta suelen ser los hippies, bohemios, ecologistas y el resto de la chusma.

 

A estas alturas todos sabemos que fuiste el primer batería del grupo Genesis, pero también trabajaste como músico de circo y como esquilador. Esta última ocupación se convirtió en una fuente de ingresos en la época de "vacas flacas" en El Valero ya que ibas cada año a los países nórdicos a esquilar las ovejas de los ganaderos suecos. ¿Cómo es la vida agrícola y ganadera en Escandinavia?

Sí, he recorrido algo del mundo y trabajado en varios campos… sé muy poco de muchas cosas. Creo que todos tenemos un don que destaca, y la vida es un viaje en busca de este don. A mí me encantan la música y la agricultura, pero soy un inútil como músico tanto como agricultor.

Modestia aparte, era un esquilador bastante bueno, quizás no de clase mundial, pero lo suficiente para pelar hasta trescientas ovejas en un día y bien peladas. Esto te va a sorprender, pero me encanta esquilar ovejas… un gusto curioso, pero he vivido de este trabajo veinticinco años y es un placer muy esotérico, y ahora, como escritor, lo echo de menos. Esquilé dieciocho años en Suecia, desde el Círculo Ártico hasta Skåne en el sur. Conocí desde el mismo Primer Ministro (Torbjörn Fälldin, que entonces tenía un pequeño rebaño de ovejas) hasta el más desgraciado borracho del país (un tal Yngve Hällström quien vive en una choza en el bosque de Östersund.)

Un día en Marzo en el norte, pelé un rebaño de ovejas con treinta y nueve grados bajo cero… me dolía la nariz… y todas las ovejas sobrevivieron. Comí alce todos los días y hasta la gorra, y de vez en cuando el famoso pescado podrido, surströmming (arenque agrio). Me aburría mucho en Suecia, limpio, justo, bello, el mismo modelo del desarrollo social al cual todos queríamos seguir… pero muy monótono… aunque a veces di un paseo en barquito a remos en algún lago tranquilo, bajo un manto de coloradas hojas otoñales, con una esbelta amiga rubia - probablemente regañándome por mi falta de interés en Das Kapital.

 

Nombras a muchas personas en los libros, y tú sabes que en los sitios pequeños todo el mundo se conoce, ¿son sus nombres reales o los has cambiado?

Hay de todo… mayormente he dejado los nombres como son, pero algunos, o por que lo vi más diplomático o porque me lo pidieron, los he cambiado. Domingo, por ejemplo, no se llama Domingo; se llama Matías. Mientras escribía el libro lo vi muchas veces y de vez en cuando le pregunté si le molestaría que usara su propio nombre. Siempre me contestó lo mismo, en tono típicamente Alpujarreño - 'Me da igual; haz lo chrisstewart-portadasque quieras.' Luego, habiendo terminado el libro se me acercó un día, perturbado, diciendo, 'Cristóbal, tienes que cambiarme el nombre. Alguien, y no te voy a decir quien fue, me ha dicho que tu libro me puede causar un montón de problemas; pues tienes que cambiar el nombre del cortijo y todos mis familiares también.'

Yo desde luego protesté, diciendo que no le iba causar problema ninguno, pero insistió, y al final le aseguré que lo cambiaría. Me daba pena porque veo el libro como un retrato afectuoso de una amistad, y hubiera preferido mucho más usar su propio nombre. Por supuesto cualquier persona que conozca la zona iba reconocerlo de todas maneras, porque es mi vecino, el pastor del valle, mi compañero de trabajo etcétera… pero ahora, como cuento en el libro, su vida ha cambiado algo y se ha hecho un artista - es un escultor extraordinario en bronce - y ya se firma "Domingo".

 

¿Has encontrado a alguien que se haya molestado por haberle nombrado?

Hasta ahora, no. Tengo la impresión de que a la gente le gusta aparecer en un libro.

 

¿Cómo somos los españoles, Chris? ¿Hay algo de nuestro carácter que te crispe o te moleste especialmente?

He elegido vivir entre este pueblo hace diecinueve años ya… y no me he equivocado; no me arrepiento de nada. Por supuesto vosotros, los españoles, sois como los demás: hay de todo, buenos y malos. Hoy día no está de moda hacer generalizaciones en cuanto a las razas y naciones… pero la verdad es que sí, se puede hacer con cierta exactitud.

Nosotros los ingleses, por ejemplo, mayormente no somos gente muy excitable… y las cualidades que más destacan de los españoles no son las de ser flemático ni reflexivo. Si tengo que excavar más profundamente en busca de algo que me crispe, es difícil ignorar una cierta carencia de civismo, un solipsismo que surge sin duda de la opinión tan elevada que tiene (en muchos casos con razón) cada cual en particular de los españoles. La ama de casa mantiene inmaculado el trocito de territorio suyo delante de su tranco, pero raro que se empeñe en agacharse para recoger la mas mínima basura del dominio de su vecina. El señorito aparca su coche justo donde él quiera, sin tener que dar un solo paso de sobra para llegar a su destinación… no es por ser vago; es porque está convencido de que él tiene todo derecho a hacer exactamente lo que le de la gana, aunque también esté dispuesto a conceder este derecho a los demás. A veces me parece un milagro que la sociedad en este país funciona del todo, pero sí funciona y bien.

 

En tus libros encontramos muchos personajes; algunos entrañables, pintorescos, surrealistas, pero creo que uno de los que más ha cautivado es Domingo, o al menos conmigo lo ha hecho. ¿Le han salido más novias desde su aparición en tus libros?

Esto era una de las intenciones del libro; su estado de solterón me entristecía, y él, un tío con tantas cualidades de inteligencia, de cariño, de ausencia del detestable machismo… y además, sino un poco tímido, guapo. Por supuesto es campesino y he notado que lo que menos quieren las chicas de este país es someterse a una vida campesina. Esperaba despertar interés por él entre el género femenino. (La versión inglesa tiene fotos.)

Al final no funcionó, porque llegó una chica justo antes del fin del libro, y ahora, ocho años más tarde, están todavía muy felices juntos.

 

Me gustaría que me hablases un poco sobre el proyecto de la construcción de la presa. ¿Cómo está el tema?

Ya terminado. Pero como con muchos acontecimientos similares, ha salido muy diferente de lo previsto. El proyecto era por un dique de cuarenta y cinco metros de altura, lo que supondría un desastre para nosotros - nuestra casa estando a solo cuarenta metros encima de la base del muro. Al fin y al cabo lo construyeron a solo quince metros. Lo que tenemos ahora es un cuerpazo bonito de agua donde el sol brilla de día y de noche riela la luna. También hay un nuevo ecosistema de charca, con aves acuáticas y todo su rollo. Curioso cómo las cosas que más tememos a veces salgan buenas.

 

¿Crees que la publicación de tus dos libros y el dar a conocer el problema han parado o al menos retrasado dicho proyecto?

Obviamente no pero además las administraciones hacen poco caso de un puñado de hippies y un tonto escritor.

 

Tanto en "Entre Limones" como en "El loro en el limonero" aparece, según mi opinión, un claro mensaje ecologista ¿Esa era tu idea o simplemente ha aflorado debido a los problemas con los que te encontraste, como la construcción de la presa?

Somos ecologistas; lo hemos sido desde no sé cuándo, pero mucho más desde nuestra estancia aquí en la Alpujarra. Es difícil vivir en el campo y del campo sin darse cuenta de la necesidad de cuidar, y no abusar, la tierra de la cual dependemos todos, tanto urbanos como campesinos.

 

Ahora, como decimos en España, "mójate". ¿Crees que es más importante para las administraciones un campo de golf que un entorno natural como el valle donde se encuentra El Valero?

Hay que mojarse… viendo las barbaridades que se están cometiendo, no solo en este país, en el mundo entero, es difícil callarse. Por supuesto viviendo aquí donde vivo lo que más veo son las depredaciones de las costas que ya se van deslizando hacia el interior, a Sierra Nevada por ejemplo. Lo que a mí me parece es que no sabemos dónde parar: el turismo costero ha sido mayormente una cosa buena, trayendo empleo y riqueza a zonas donde antes solo había pobreza y hambre. Pero mira cómo la avaricia desbocada ha destrozado casi la costa entera de este país.

He leído el reportaje de Greenpeace "Destrucción a toda costa" y he seguido con desespero los acontecimientos tan feos en Marbella. Ya veo el mismo fenómeno pasando por todos lados, tanto en las costas como en el interior. Por razones de ganancias descomunales a corto plazo, estamos destrozando para siempre (el hormigón armado no es biodegradable) el mundo en que van a vivir nuestros hijos y nietos; estamos robando su patrimonio, y, cuando den cuenta, no nos van a perdonar.

El golf, a propósito, es para los golfos.

 

¿Va mucha gente en peregrinación a El Valero?

Sí, vienen. Ahora es manejable, hasta agradable; la gran mayoría es gente muy amena, y además me siento halagado de que hayan hecho tanto esfuerzo para llegar al quinto pino del Valero.

 

Cuentas en tu libro anécdotas que a veces nos sobrecogen, como las navidades que pasasteis tú, Ana y Chloe en El Valero con el agua hasta las rodillas. En todos estos años, ¿Te ha pasado alguna vez por la cabeza la idea de abandonar Las Alpujarras?

Los primeros diez años fueron duros - un montón de trabajo y pocos recursos-, pero con una sencillez de vida que nos daba mucha felicidad y también servía para unirnos aún más como familia. Lo peor fue que a veces nos encontramos tan cansados por el trabajo que no nos sobraba energía ni para leer, ni conversar ni salir… temíamos que estuviéramos convirtiéndonos en catetos. Fue entonces que de vez en cuando dudábamos, pero con la ayuda de buenos vecinos, un entorno extraordinariamente bonito y un buen puñado de suerte, lo superamos… y aquí estamos todavía.

 

No quiero dejar de hablar de "Porca", el loro que da título a tu segundo libro. ¿Te ha cogido cariño o por el contrario sigue odiándote?

Los loros son unos organismos muy sencillos (mientras escribo esto - de Rodríguez porque mis mujeres se han marchado a la costa - el hijo de puta está sentado en mi hombro, esperando una oportunidad a saltar sobre el teclado y quitar una letra con su pico. Ya es difícil teclear, porque ha quitado muchas letras y no es nada fácil reponerlas.)… digo que son organismos muy sencillos y no cambian, ni aprenden, y nunca olvidan un resentimiento. Por eso me odiaba, me odia y me odiará hasta el día que el uno o el otro se muera. Por mi parte, lo adoro, porque aunque sea un verdadero hijo de puta, como acabo de decir, es un hijo de puta muy bonito.

chrisstewart3 

Chris junto a Anne, Chloe y Porca, el loro que da título al libro

 

¿Has conseguido por fin saber cuál fue su procedencia?

No; al inicio buscamos un dueño, pero ya damos cuenta que es su propio loro.

 

¿Cómo ha sido la experiencia de escribir? Creo que no lo habías hecho antes, al menos de manera profesional.

Para decir la verdad, me encanta. Llegué a ponerme a escribir con cuarenta y cinco años, y cuando va bien va de puta madre… pero habiendo vivido toda mi vida del trabajo manual, lo encuentro un poco difícil verlo como un trabajo de verdad.

 

¿Continúas escribiendo?

No hay manera de pararme ya.

 

¿Cuál será tu próximo trabajo? ¿Quizá una novela?

La novela me parece el colmo del arte de escribir, y tengo mucha ilusión de intentarlo. Ahora mismo estoy metido en algo autobiográfico y en un libro de viajes. Realmente no escribo nada, porque carezco totalmente de la necesaria autodisciplina, y siempre hay algo que hacer con las ovejas o en el huerto.

 

Como curiosidad, cuéntame un poco tus gustos literarios. ¿Tienes debilidad por algún escritor?

Difícil; soy un lector voraz. Martin Amis, Ian McEwan. Laurie Lee, Norman Lewis, John Updike, Philip Roth, Javier Marías, Manuel Rivas, Charles Dickens, Victor Hugo, Honoré de Balzac… etcétera

 

¿Qué libro hay ahora en tu mesita de noche?

"Speak Memory". La autobiografía de Vladimir Nabokov.

 

Por último, Chris, tengo una enorme curiosidad por una cosa; ¿cuánto pesa una vaca inglesa?

Cae en algún sitio entre un marrano (bien gordo) y un rinoceronte.

  

Muchas gracias Chris por tu tiempo y tu simpatía.

Ha sido un placer.

 

ver + Chris Stewart 

 

¿Te ha gustado? Compártelo:

Comentarios de los lectores:

Publicidad
Anika entre libros
Actividad subvencionada por el Ministerio de Cultura
Ministerio de cultura

Esta web utiliza cookies para obtener datos estadísticos de la navegación de sus usuarios. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. Más información X Cerrar