Anika entre libros

Entrevista a Alberto Díaz por "Persiguiendo ángeles"

"No es un libro autobiográfico, más bien sería universalmente biográfico, porque, de un modo u otro, todos hemos estado ahí"

Firma: Jorge Borondo / Fotos cedidas por el autor / Septiembre 2011

 

Los aficionados al rock and roll de este país conocemos a Alberto Díaz por su personal participación en publicaciones musicales señeras como Popular 1 o Ruta66. Por eso sorprende que su primera obra de ficción vaya por otros derroteros, más cercanos a la oscuridad del alma humana y la confusión mental de quien no acepta la pérdida del ser amado. O quizás no tanto, al fin y al cabo "Persiguiendo ángeles" se trata de una obra inclasificable y muy musical, como aquellas entrevistas a artistas extravagantes con las que suele deleitarnos cada cierto tiempo. En cualquier caso, charlamos con él para que nos diera las claves de una novela tan intensa y retorcida como fascinante.

 

ENTREVISTA

 

"Persiguiendo ángeles" es una novela oscura, difícil, intensa… Te habrás quedado a gusto al terminarla, ¿no? Te digo esto porque al leerla da la impresión que escribirla no debe haber sido una experiencia sencilla. Te imagino escribiendo la palabra FIN como el que experimenta una gran catarsis. ¿Me equivoco?

Definitivamente. Fue una experiencia extenuante en todos los sentidos. Me llevó dos años y pico terminar esta novela, puliendo cada detalle, reescribiendo capítulos sin parar: era un puzzle que parecía no terminar nunca, y ni siquiera tenía claro si la imagen final del rompecabezas iba a ser un cachorrito en un cesto o una criatura terrorífica, cubierta de heridas y sangre. Bueno, tampoco te voy a mentir: sabía claramente que la solución al enigma sería un bicho feo y horrible, pero al igual que el monstruo del doctor Frankenstein, este también escondería cierta belleza cautivadora.

Tratar de no perder el equilibrio es fundamental: los pasajes asfixiantes se contrarrestan con estructuras y ritmos casi musicales, las imágenes albertodiaz2desagradables, con un humor casi patético… Buscar ese equilibrio me llevó mucho tiempo y esfuerzo, pero el resultado ha valido la pena.

 

Espero, por otra parte, que si hay elementos autobiográficos en la obra sean lejanos o vagos. Todos hemos sufrido rupturas sentimentales y ha sido realmente duro, pero lo de tu protagonista es digamos, radical.

¡Radical! (Risas) Sí, es completamente extremo, pero así son las cosas cuando cuentas únicamente con tu punto de vista a la hora de sobrevivir a un naufragio emocional: todo obedece a tu amargada y corrompida conciencia, el infierno son los demás y todo eso…

La novela es, prácticamente, un monólogo constantemente hiperbolizado por un tipo que se encuentra en horas muy bajas. A todos nos han roto el corazón alguna vez en la vida, por lo que resulta fácil establecer vínculos con el protagonista y echar un vistazo a su espiral descendente desde la barrera. El exceso de tragedia siempre lleva a la comedia, a la caricatura salvaje, pero siempre encontrarás puntos en común, patadas en el estómago que habrás vivido y no querías recordar: desconsuelo, vergüenza, degradación, rencor, angustia, miedo… Visto desde lejos, simplemente se trata de sentimientos primarios y fácilmente superables, pero si les pones una lupa encima y prendes la mecha, la imagen puede resultar cómicamente apocalíptica. No es un libro autobiográfico, más bien sería universalmente biográfico, porque, de un modo u otro, todos hemos estado ahí.

 

Por otra parte debe haber sido complicado escribir una novela con tan poca acción "externa", y con un protagonista principal prácticamente en exclusiva, cuya visión acapara toda la novela. ¿Cómo planteaste la creación de la misma? He leído en alguna parte que la idea parte de un estado febril.

Sí, la idea básica surgió una noche de fiebre, una de esas noches que pasas echado en la cama, desvariando y tiritando. En plena alucinación febril, me dio por apuntar en mi libreta lo que me iba pasando por la cabeza: eran imágenes muy extrañas, de gente aparentemente normal que estaba podrida por dentro. Se supone que aquello, en plena lógica de delirio, hacía que me sintiera mejor, porque yo estaba jodido en la cama, pero "ellos" estaban mucho peor que yo. Una cosa llevó a la otra y cuando releí aquellas notas pensé que podía hacer algo con eso, dándole algo de forma y sentido. Al fin y al cabo, es una vuelta de tuerca -muy chiflada- del schadenfreude alemán: el placer del espectador por el sufrimiento ajeno. Para explorar ese tema y justificar el particular punto de vista del protagonista, has de meterte en su cabeza y evitar, o desdibujar, todo lo "externo". Aislarte en su interior y dejar que este divague, se caliente y detone. Más que acción externa, la novela ofrece un buen puñado de devastadoras implosiones, como un Hiroshima en sotto voce.

 

Tu libro tiene una estructura curiosa: es muy introspectivo, repetitivo (por momentos casi obsesivo) y la trama más que avanzar hacia delante parece ir dando bandazos en círculos, utilizando flashbacks, ensoñaciones, pesadillas, a veces ni siquiera tenemos claro si hemos salido de la cabeza del protagonista… Por un lado es original y muy atractivo, pero también es cierto que no se lo pones fácil al lector. ¿Cuando escribes piensas en un lector ideal? ¿Escribes el libro que te gustaría leer? Imagino que no pretendes competir con la saga de "Crepúsculo".

No creo que haya que poner las cosas fáciles al lector; es más, dárselo todo mascado me parece una auténtica falta de respeto. Cada año, con cada generación, la figura del lector se hace mucho más astuta y exigente, así que hay que tratarla como es debido: experimentar con estilos, formatos y enfoques siempre ayuda a mantener la atención y resulta refrescante, es algo muy excitante.

No he leído la saga "Crepúsculo", pero imagino que títulos de ese calibre cumplen su función de mero fast-food literario para la hornada adolescente de turno. Lo que yo pretendo, como dices, es escribir los libros que me gustaría leer, historias que perduren, como cicatrices que puedas lucir con orgullo. Simplemente eso. Y si resulta que mi libro también es el tuyo, entonces supongo que eso te acerca bastante a lo que yo consideraría "mi lector ideal", aunque eso tampoco importe realmente: lo ideal está sobrevalorado.

 

Tienes una dilatada experiencia como redactor en revistas especializadas sobre rock and roll. ¿En qué medida crees que tu afición/pasión por la música influye en la novela o en tu manera de escribir? ¿Podemos intuir quizá en la estructura y en la repetición continua una cierta musicalidad o al menos un ritmo muy marcado?

¡Este es un libro que puedes bailar! (Risas) Bueno, quizás deberías inventarte un tipo de baile nuevo, algo casi epiléptico… pero sí, definitivamente la novela tiene un ritmo muy particular e intenso. Por supuesto, mi afición por la música tiene mucho que ver en el resultado final del libro: aunque es una novela densa y oscura, tiene estructuras muy dinámicas, estribillos que se van repitiendo a lo largo de la historia, alguna que otra referencia a bandas o artistas… no sé, supongo que era inevitable plasmar algo de eso ahí. Son cosas que uno lleva dentro y acaban saliendo. Esto no va de bailar en busca de la máxima puntuación, sin equivocar los pasos: se trata de improvisar, mantener el ritmo y pasárselo bien tropezando y dando tumbos. Es mucho más divertido de ese modo.

 

Por otra parte, ¿Qué banda sonora le pondrías al libro en el caso hipotético que fuera llevada al cine (Obviando a Nirvana o Fields of Nephilim)? Es curioso, mientras lo leía no podía evitar pensar en Nine Inch Nails, aunque puede que sea cosa mía.

No había pensado en eso. En el libro se citan algunos artistas, pero de un modo muy ambiguo e impersonal. No podría decirte cuál sería el grupo perfecto para poner banda sonora a "Persiguiendo ángeles"…. Desde luego, no serían ni Nirvana ni los Nephilim, y mucho menos bandas de emos lloricas; pero… ahora que los nombras: ¿qué quieres que te diga? Me encantan Nine Inch Nails, así que firmaría ahora mismo para que Trent Reznor escribiera la música de esta novela: los dos primeros álbumes de Nine Inch Nails encajan bastante con ese enfoque tan oscuro y obsesivo, a ratos incluso torturado y pesimista.

De todos modos, te diré que prefiero escuchar música puramente electrónica cuando escribo: un 80% de esta novela se cocinó con los Selected Ambient Works de Aphex Twin sonando de fondo. Esos dos discos son mano de santo para desconectar y ponerse a teclear como un loco, en serio.

 

De todas maneras, creo que tu novela es poco cinematográfica, algo que yo agradezco profundamente. Aunque me encanta el cine, odio persiguiendoangelesesos libros que se hacen hoy que parecen guiones literarios de futuros filmes. De hecho, si no recuerdo mal en "El Código Da Vinci", se describía al protagonista como alguien que se parecía a Harrison Ford, para poner las cosas fáciles. Como te decía antes, tu libro se acerca más a la música, al ritmo, a la poesía.

Gracias. Cuando empecé a escribir esta novela, casi como un reto en broma, me propuse hacer un libro que, literalmente, no pudiera ser adaptado jamás al cine. Eso te cierra algunas puertas, pero también te abre otras más estimulantes: cuando eliminas el tratamiento convencional puedes hacer todas las locuras que desees, maltratar a tu protagonista a placer y realizar todo tipo de piruetas sin preocuparte por los efectos especiales, porque realmente no los necesitas. No hay barreras. Todo vale. Eso sí, no diría que no a Lynch o a Cronenberg si les apeteciera jugar con la novela (Risas).

 

Antes de escritor, imagino que eres un lector. ¿Qué escritores tomarías por influencia? En "Persiguiendo ángeles" hay capítulos (especialmente el primero) que pueden recordar el estilo cortante y cínico de Chuck Palahniuk, pero tu novela se aleja mucho en argumento e intenciones, según yo lo veo. En reseñas he leído a Burroughs y Henry Miller, no sé si estás de acuerdo. ¿Algún nuevo autor que te haya volado la cabeza?

Palahniuk es una influencia innegable: su sentido del humor y sus malabares estilísticos, incluso en sus títulos menos brillantes, me siguen pareciendo de lo más interesante… ¡son criminalmente divertidos! A otro nivel, Burroughs y Bukowski también estarían ahí… pero al igual que todos esos autores me han influido con sus novelas, hay otros grandes escritores de textos que me resultan igualmente imprescindibles: Tom Waits, Bob Dylan, Neil Peart… cualquier canción escrita por estos tipos le da sopas con onda a Dan Brown y demás juntaletras de best-sellers. ¿Autores nuevos? Recientemente he descubierto a Percival Everett y estoy empezando a explorar su obra… un tipo muy recomendable.

 

Creo que tienes otras obras escritas, e imagino que nuevos proyectos. ¿Con qué nos vas a sorprender en el futuro? ¿Algo relacionado más directamente con el rock and roll quizá? Los norteamericanos siempre están esperando de la "Gran Novela Americana", pero yo siempre digo que aún nos falta por leer la "Gran Novela sobre el Rock and Roll".

Estaría muy bien encontrarnos algún día con una 'gran novela sobre el rock and roll', quizás alguien se anime con semejante desafío en un futuro cercano, quién sabe. Por la parte que me toca, prefiero improvisar.

Tengo una segunda novela terminada y una tercera en ciernes: ambas completamente distintas entre sí y respecto a "Persiguiendo ángeles". albertodiaz1Naturalmente, hay tics, estigmas conceptuales y nexos comunes compartidos por las tres, pero cada una de ellas es un mundo distinto.

Y dejando a un lado la ficción, si nada se tuerce, en breve publicaré un libro de ensayo escrito a medias junto a mi buen amigo Xavi Martinez (compañero de parrandas y páginas en Ruta66 y Popular1)… ya te contaré más cosas cuando me dejen hacerlo, pero te adelanto que será un tocho -ultra musical- realmente alucinante.

 

Volvamos a "Persiguiendo ángeles". Vende la novela a un futuro lector. ¿Por qué crees que debe leerla?

La razón principal es que, probablemente, no habrá leído muchas novelas como esta. Es una novela oscura y violenta, cruda y muy desquiciada… pero también es intensa, adictiva y, a su manera, rematadamente divertida. No creo que sea una novela fácil, ya que reclama al lector que forme parte de ella en más de una ocasión, más allá del mero rol de "espectador de una historia"… Hay una extraña interacción ahí, ¿sabes?. Me gusta definirla como una montaña rusa oxidada y en ruinas: si la miras desde una distancia prudencial, posiblemente no quieras montarte en esa atracción; pero si finalmente te atreves a abrocharte el cinturón, te lo pasarás en grande dando vueltas en ella. Quizás acabes mareado, pero una vez pongas los pies de nuevo en tierra te sentirás jodidamente vivo. Y con ganas de repetir la experiencia.

 

Para terminar, una pregunta que espero no sea demasiado personal. ¿Por qué el libro está dedicado a tu hermano?

Este libro trata, básicamente, de aprender a superar baches, de saber encajar los golpes que te da la vida. Golpes a traición que te dejan muy tocado y con una herida en el alma que dura para siempre… Mi hermano murió a la edad de trece años de un modo muy trágico y su muerte resultó un golpe durísimo para todos los que le queríamos, algo que nos llevó mucho tiempo superar. Te recuperas, pero nada es lo mismo. Sigues adelante, pero algo ha quedado en el camino. El sufrimiento te destroza, pero también te hace más fuerte. En cierto modo, necesitaba dedicarle esta novela para darle un sentido completo a la historia y cerrar el círculo.

 

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