Entrevista a Jesús Caudevilla por "Los silencios del Papa Luna" y "Yo, Vicente Ferrer, el ángel del apocalipsis"
"Los silencios del Papa Luna" de Jesús Caudevilla es una apasionada y documentada novela histórica centrada en describir los principales hechos biográficos protagonizados por este personaje histórico. Su figura sirve como excusa además para realizar un minucioso y detallado recorrido histórico de la época que le tocó vivir, sacando a la luz intrigas y conspiraciones políticas, cismas religiosos… hechos políticos o religiosos relacionados directa o indirectamente con la labor desarrollada por Benedicto XIII, Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor, conocido popularmente como el Papa Luna.
Se imponía por tanto una conversación con Jesús Caudevilla sobre los aspectos más llamativos de tan interesante libro.
ENTREVISTA
Jesús, aunque la figura central del libro es Pedro Martínez de Luna más conocido como Benedicto XIII, el Papa Luna, en realidad utilizas a éste como excusa para realizar un recorrido histórico por la época que le tocó vivir describiendo también hechos políticos, religiosos… ¿De qué manera te has documentado para aportar tal cantidad de datos y detalles a ese respecto?
Es imposible escribir una obra histórica que pretende ser rigurosa con los hechos sin llevar a cabo una extensa labor de documentación. He recorrido a numerosos libros y textos. Me he pasado muchas horas en bibliotecas buscando escritos, textos e informaciones. He visitado algunos de los lugares descritos en la novela intentando captar el ambiente que allí se debía respirar en aquellos tiempos... Y después, tras analizar toda esta información, me puse a escribir.
¿Qué aspectos te interesaron más del personaje para decidirte a escribir un libro sobre Pedro Martínez de Luna?
Cuando escribí mi anterior novela "Yo, Vicente Ferrer: El ángel del Apocalipsis", consideré que debía seguir profundizando en los siglos XIV y XV. Y no se podía entender esos tiempos sin la figura de Pedro Martínez de Luna, y los hechos en los que se vio inmerso. A partir de esos hechos profundicé en el personaje. Un personaje que cimentaba su obstinación en sus profundas convicciones. Ello me atrajo. Fue una persona que no pasó inadvertida en su época... Y que sigue levantando pasiones a pesar de que para la iglesia oficial es un Antipapa, y su nombre está borrado de la lista oficial de los pontífices.
¿Qué función tiene para ti la introducción dentro de la historia del personaje de Poñin y de sus descendientes?
Poño de Mallén, Poñín, Tomás... Son esos personajes de apoyo al personaje principal. Esos amigos con mayúsculas que casi todos tenemos, o desearíamos tener. Predispuestos a todo por defender al amigo.
¿Es también por tanto la crónica de una amistad?
Sí, siempre he considerado que la amistad es uno de los puntales de la existencia. Me refiero a la amistad limpia y sin buscar contraprestaciones materiales. Por suerte a lo largo de mi vida he contado con amigos de verdad. Y es una de las cosas de las que más orgulloso me siento. Alguno de ellos me han servido de ejemplo para crear mis personajes de la familia de los Poño.
De nuevo aparece en tu libro la figura de Vicente Ferrer, personaje al cual dedicaste todo un libro anterior: Yo, Vicente Ferrer, el ángel del apocalipsis. ¿Por qué te resulta tan interesante y atractivo este hombre?
No se podía entender la historia de estos dos personajes, Pedro Martínez de Luna y Vicente Ferrer, el uno sin el otro. En una época en la que no existían los medios de comunicación Vicente Ferrer fue un gran comunicador que reunía a centenares de personas allí por donde pasaba. Sus palabras eran escuchadas y temidas. Y siendo defensor de Benedicto XIII transmitía la legalidad del pontificado de Aviñón por los caminos y plazas. Debemos tener presente que en aquellos tiempos había aparecido epidemias como la peste negra, y las disputas y muertes estaban presentes en la vida cotidiana. La gente buscaba respuestas. Se sentían perdidos y sin rumbo. Y ahí entró la figura del dominico Vicente Ferrer. Un fraile que con su oratoria les marcaba el camino de la salvación. Un camino que no era nuevo. Él se basaba en los Evangelios. Y el Papa apoyó esta labor.
"Los silencios del Papa Luna" es un libro hecho, pienso yo, a mayor gloria del personaje central, pero ¿qué errores más graves piensas que cometió el Papa Luna durante su papado?
En todo momento he intentado describir a un personaje y a una época que no es comparable con la actual pero que sirve para comprender muchas cosas ocurridas a lo largo de la historia. Y también para que algunos descubran a unos Papas que guerrearon para mantener su poder. Muy diferentes a la idea que se tiene actualmente de los Pontífices de la Iglesia... El error de Benedicto XIII fue, al final, no admitir que se encontraba prácticamente solo. No quiso asumir que otros intereses primaban más que el derecho que, según él, le amparaba.
¿Y cuáles fueron sus mayores aciertos?
Él era una persona instruida, gran orador y erudito, hombre de principios, doctorado en Derecho Canónigo, inteligente y sagaz, amante de cultura. A destacar que poseía una extensa biblioteca... Intentó mantener lo que él consideraba la legalidad de la Iglesia. Estoy convencido de que si lo hubiesen dejado hubiese sido mejor Papa que otros muchos que lo fueron.
Desde tu punto de vista... ¿qué opinas sobre el Cisma religioso que tuvo que vivir y padecer el Papa Luna? ¿Quién llevaba razón?
¿Quién tenía la razón en el Cisma de Occidente?... Es muy complicado. A lo largo de la historia muchos han hablado en uno u otro sentido sobre la cuestión. La clave está en si se considera válida la elección hecha bajo presiones y amenazas, y que provocó la división entre Roma y Aviñón...
Por mi parte quiero dejar al aire una pregunta. Si en lugar de pertenecer a un reino hispano como era la Corona de Aragón, Benedicto XIII hubiese sido francés o italiano, o hubiese sido una persona manipulable por los poderes políticos, ¿hubiesen mostrado tanta fiereza para acabar con su pontificado?... No olvidemos que sufrió en Aviñón un asedio de cinco años, que padeció un intento de envenenamiento en el castillo templario de Peñíscola...
También haces especial hincapié en subrayar que los motivos del Papa de no ceder ante las presiones de los que pedían su abdicación eran puramente religiosas… Sin embargo, en un hombre que poseía tanto poder resulta extraño que no le movieran motivos menos nobles…Quiero decir que cuando alguien toma el poder resulta difícil que quiera abandonar la poltrona…
Tengo el convencimiento de que no le movían motivos de beneficios personales. Incluso en los últimos años le ofrecieron rentas vitalicias y el mantenimiento de cierto reconocimiento si abdicaba. Él se negó y permaneció encerrado en Peñíscola viviendo una vida de penuria, vendiendo libros para pagar a sus servidores, manteniendo encendida la llama de, según él, la legalidad.
Me gusta mucho cuando describes la represión que sufrieron los judíos en la España de entonces… A veces se olvida que también en este país se cometieron barbaridades con ese pueblo y esa cultura...
En esa época, como en otras, la sociedad y los poderes se movían de forma contradictoria. Se odiaba y se perseguía a todo lo judío fomentado en el pueblo la animadversión como "responsables" de la muerte de Jesucristo. Y mientras los reyes recibían de ese colectivo préstamos y donaciones para sufragar sus gastos o sus empresas bélicas. Se les acusaba de todos los males que aquejaban a la sociedad. Hasta de ser responsables de envenenar el agua y provocar la peste negra.
A Pedro Martínez de Luna se le acusó de connivencia con judíos y árabes. Si bien organizó la Disputa de Tortosa y promulgó una bula en contra de los judíos que persistían en su fe... Todo ello desembocó décadas después con la expulsión decretada por los Reyes Católicos.
No presentas una visión demasiado positiva de la Inquisición y sobre todo de Nicolau Eymeric...
La Iglesia no puede mostrarse orgullosa de ese Tribunal que juzgó, torturó y condenó a prisión perpetua o a la muerte a muchas personas. Sólo hacía falta que alguien las denunciase aunque fuese por odio, envidia o enemistad. Eymeric fue el Gran Inquisidor de Aragón, una persona que llevaba su labor al máximo extremo. Incluso más estricto que Torquemada, otro inquisidor de gran renombre.
Nicolau escribió un manual para ser utilizado por los inquisidores. Un manual que no tiene desperdicio. Incluso este hombre implacable inició la causa contra Vicente Ferrer porque en uno de sus sermones dijo que Judas se había arrepentido en el último momento. Fue Pedro Martínez de Luna al llegar al pontificado de Aviñón quien mandó destruir ese expediente.
Hay algo muy curioso que me llama mucho la atención y es que en ningún momento pones en duda las apariciones milagrosas descritas por Vicente Ferrer y otros/as santos/as que aparecen a lo largo de la historia.
No he querido posicionarme de forma directa en los milagros que hacían o se atribuían a algunos personajes. Creo que en esos casos concretos deben ser los lectores con sus propias creencias, y con su raciocinio, quienes juzguen esos hechos y consideren si son posibles o no.
Por mi parte, como quedó demostrado en "Yo, Vicente Ferrer", he eliminado lo que he considerado "folclórico". Hechos que le han sido atribuidos posteriormente en un intento de promocionarlos sin comprender que no necesitaban de ello. En esos casos han provocado el efecto contrario del que pretendían.
¿En que ha cambiado la Iglesia Oficial de entonces con respecto a la de ahora?
Fundamentalmente la Iglesia actual no ostenta el poder casi ilimitado en el ámbito político y social que ostentó en otros tiempos. Incluso sus opiniones y planteamientos ya no inciden sobre las personas de la forma que lo hacían entonces. Eran tiempos en los que divergir te podía costar la vida. O estabas a favor o en contra. No existía término medio. Era el reflejo de una sociedad completamente diferente a la actual.
¿Mejor o peor?... Eso dependerá del punto personal de cada uno. Creo que cuando repasamos una época concreta de la historia debemos valorarla con los ojos de esos tiempos y no con la visión actual. Sólo así podremos comprender muchas cosas, aunque no estemos de acuerdo con ellas.
Con su amigo y colaborador nuestro, el escritor Paco Illán Vivas
¿En qué nuevo libro estás trabajando ahora? ¿Lo centrarás de nuevo en esta misma época?
No sabría decirte si uno elige el tema o el tema te elige a ti... Si bien los dos últimos libros se han movido por la misma época en la actualidad estoy escribiendo una historia que nada tiene que ver con la Edad Media.
Se trata de unos hechos ocurridos a mediados de los años setenta del pasado siglo. Una historia protagonizada por dos jóvenes que descubren el amor mientras luchan dentro de una asociación política clandestina en los últimos tiempos del franquismo. La acción se sitúa en el seno de una familia dominada por un padre que ostentan de forma dictatorial el poder. Y donde los malos tratos son continuos. De momento le he dado el título de "Así éramos"... Como puedes ver es completamente diferente a mis dos últimas novelas.
Bueno, pues esto es todo Jesús… Si quisieras contarme algo sobre lo que se me haya pasado preguntarte ahora es el momento.
Para no dar una idea equivocada quiero puntualizar que "Los silencios del Papa Luna" puede ser leída tanto por un creyente como por uno que no lo sea. Luego, a partir de las creencias y convicciones de cada uno, extraerán unas conclusiones que irán en uno u otro sentido. Es sorprendente la distinta interpretación que hacen las personas de un mismo hecho según sus credos. De ello he tenido constancia en mi anterior obra.
Pues gracias y hasta cuando quieras…
Muchas gracias a ti por el interés que has mostrado por "Los silencios del Papa Luna"...
Y no quiero despedirme sin felicitar a Anika por la importante labor que está realizando para acercar la cultura a la gente. Es digno de elogio.
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