Entrevista a Clara Sánchez por "Lo que esconde tu nombre"

Hay obras de las que te alegras que sean dignas merecedoras de un premio, en este caso el Premio Nadal 2010. La obra: "Lo que esconde tu nombre" (editorial Destino). Clara Sánchez ya se llevó el Premio Alfaguara de Novela con "Últimas noticias del paraíso" (2000) y entre uno y otro sacó otros dos títulos merecedores, asimismo, de buenas críticas: "Un millón de luces" (Alfaguara, 2004) y "Presentimientos" (Alfaguara, 2008). De los libros mencionados -y otros anteriores- ya os ofrecimos una entrevista hace un par de años.

En "Lo que esconde tu nombre" la autora vuelve a inquietarnos pero recuperando parte de la memoria histórica que nos hace recordar que el terror no necesita fantasmas ni fenómenos paranormales. Cualquiera puede ser víctima, sólo hay que estar en el lugar equivocado un día cualquiera. Eso le pasa a Sandra, una joven embarazada que cierto día se cruza en las vidas de un par de ancianitos muy amables que le echarán una mano en un momento dado. Tras este par de ancianos noruegos les sigue la pista otro anciano: una víctima el Holocausto, un superviviente de Mauthausen. Cuando mucha gente cree que las novelas sobre el nazismo ya lo han contado todo, gente como Andrés Pérez Domínguez (El violinista de Mauthausen, Premio XLI Ateneo de Novela de Sevilla), Nathacha Appanah (El último hermano, Premio FNAC de Novela) y la propia Clara Sánchez con "Lo que esconde tu nombre" (Premio Nadal 2010), dan otra vuelta de tuerca al tema creando novelas maravillosas.

En Anika Entre Libros nos consideramos afortunados de poder ofreceros esta entrevista con Clara Sánchez.

ENTREVISTA

Clara, ambas sabemos que has creado una historia pero no has inventado una realidad: cientos de nazis huyeron y vivieron vidas que no merecieron…

Tras la II Guerra Mundial y al amparo del franquismo muchos nazis se refugiaron en España. Unos sólo pasaron, otros se quedaron unos años y otros vivieron y murieron aquí. Así que esa realidad histórica me ha inspirado para crear esta historia sobre el miedo a tener miedo, sobre lo fácil que es dejarse engañar por las apariencias, sobre la culpa, la venganza y lo difícil que es ser la otra cara de la moneda: la víctima.

Has declarado que en los ochenta te cruzaste con unos nazis declarados que ni siquiera se escondían ¿cómo era posible eso?

Si yo los veía también otros los veían. Todo el mundo lo sabe, se ha oído hablar de ello, pero no ha interesado lo suficiente, no ha sido tema de conversación en la calle. Y siempre se ha buscado la manera de escurrir el bulto, que si eran soldados rasos, que si ahora ya son muy ancianos… El caso es que se han librado de pagar por sus crímenes.

Lo que esconde tu nombre no es una novela de nazis. Es una novela donde hay nazis que nos conciernen, nazis que han vivido (y aún viven) entre nosotros pegándose la vida padre. Algunos (como le ocurre a Sandra en la novela) ni siquiera saben que los ven. Otros sí que lo sabíamos. Yo lo sentía como algo anormal dentro de la normalidad. Pero en conjunto, estos nazis reflejan algo más que ellos mismos, son reflejo de esa gente que haga lo que haga no paga, nadie ajusta cuentas con ellos. Y a estas alturas se sabe que aquí se han refugiado nazis con mucha responsabilidad.

Por otro lado, todo el que mata es responsable de su acto.

¿Y cómo se siente una sabiendo que ahí están ellos y nadie hace nada por evitar esa libertad injustificada?

Todos los nazis que huyeron de Alemania a refugiarse donde podían tenían responsabilidad criminal. Individualmente no se podía hacer nada. Era cosa del gobierno, de la justicia. Se les ha dejado estar. Hemos considerado que eso del nazismo a nosotros no nos incumbía, ya teníamos bastante con la Guerra Civil.

Imagino que algo así haría que el tema se convirtiera en algo reseñable en tu vida ¿le dedicaste más tiempo a la lectura o investigación del tema o ya era algo que te preocupaba?

Quizá si no los hubiese visto de cerca, el asunto me habría resultado sólo histórico, terrible pero que pertenecía a la historia. A partir de mi experiencia era algo que me pertenecía también a mí personalmente. Y a partir de entonces hubo una mayor conexión emocional entre las noticias sobre nazis prófugos, buscados, extraditados, cazanazis… y yo.

"Lo que esconde tu nombre", aparte de esa influencia vital, tuvo otra relacionada con una noticia de un periódico ¿llegaste a investigar en ella o sólo la tomaste de referencia?

Sí, así fue. La novela se impuso, la historia surgió cuando vi en el periódico la foto de un matrimonio nazi de primera fila residente en la Costa del Sol. Inmediatamente se convirtieron en la pareja nazi protagonista de la novela. Dos ancianos de aspecto venerable, de los que nadie sospecharía, ni siquiera Sandra, que pasa de echarse en sus brazos a temer por su vida.

Se ha escrito mucho sobre el nazismo, para mí todas las obras tienen su importancia, pero tú la has contemporaneizado ¿siempre sobrevoló la idea de que fuera actual?

Nunca me ha tentado escribir sobre el nazismo como género. Pero estos nazis en particular, estos nazis viejos en pantalón corto empujando el carrito del supermercado me permitían desarrollar psicológicamente la intriga, las dudas, sospechas, la sensación de peligro, la amistad y la necesidad de amor.

En tu novela queda claro que un nazi es siempre un nazi, pasen los años que pasen, que no sienten empatía hacia las víctimas ¿no los convierte eso, según la psicología, en psicópatas?

Seguramente, aunque en estos conceptos caben muchos matices. Es sabido que no se sienten culpables, y el no sentirse culpables les libra de remordimientos y les ayuda a sobrevivir al horror que cometieron, sobre todo porque lo hacían dentro de un sistema y unas leyes que les colgaban medallas por saquear y eliminar al prójimo.

¿No estaríamos entonces hablando de una legión de psicópatas en potencia durante el holocausto?

Hay que tener mucho cuidado con los líderes carismáticos, con la demagogia, el populismo. Hay que estar en guardia para no dejarse manipular. Los seres humanos somos muy sugestionables a la imagen (los nazis se envolvieron en una estética irresistible), a que nos digan lo que queremos oír (por ejemplo, que somos superiores, unos elegidos), y a que nos halaguen nuestros sentimientos más primitivos.

También nos vuelve locos ser miembros del grupo más fuerte. Es increíble ver cómo la gente es incapaz de comprender el punto de vista del otro.

Como escritora has tomado tres personalidades muy diferentes: Julián es la víctima que no olvida, los nazis (desde los noruegos hasta el Ángel Negro) no sienten remordimientos y siguen sintiéndose superiores, y Sandra es absolutamente distinta a ambos porque no ha vivido nada de esto. ¿Te metes en la piel de los personajes para crear o te alejas de ellos para trabajar?

Uno de los personajes que más gusta es Julián. Aunque víctima, no va de víctima, tiene el atractivo de saber quién es en todos los sentidos, también en el de la edad. Para escribir sobre él sólo tenía que pensar en mi padre con sus pastillas y sus achaques, en mis tíos, mis abuelos. Era como si me dijeran al oído: un hombre viejo sigue siendo un hombre.

Sandra era yo a su edad cuando me crucé con ellos en la costa, aunque ella un poco más confusa que yo. Sandra es la única que no sabe nada del mundo de Julián y los nazis y por eso la intriga descansa en ella y por eso a través de sus ojos vamos viendo cómo el matrimonio nazi se va enrareciendo y volviéndose sospechoso y temible.

Todos sabemos que los nuevos nazis existen ¿por qué crees que se creen superiores si lo único que han demostrado es que son enfermos sociópatas?

Bueno, hay nazis que están organizados y otros que no, que ni siquiera se definirían como nazis, pero cuyo comportamiento es nazi. Todo aquel al que, desde su plataforma, su grupo, su posición, no le tiembla la mano a la hora de machacar al que le molesta por cualquier motivo es un nazi en potencia.

Clara, además de la creencia en su superioridad, tú introduces un elemento muy sugestivo en la novela: una medicina que sólo ellos pueden tener, y a partir de ahí una subtrama que los convierte a nuestros ojos en verdaderos borregos. Parece una pequeña venganza de escritora pero en el fondo ¿qué es?

Este compuesto que sólo ellos pueden tener los afirma como grupo y dota al grupo de unas características: son los elegidos para acceder a este medicamento, esta fórmula los hace superiores. Pero en el fondo se engañan, siempre se engañaron creándose una naturaleza fantástica para sí mismos.

Aunque en tu novela la conexión de los personajes es el nazismo, tiene un punto intimista y de intriga mucho mayor y muy interesante ¿es así como la concebiste?

Sí. Hay dos vertientes en la novela: la supervivencia del nazismo como telón de fondo de una historia que bordea el terror y donde lo importante es el miedo que nos da descubrir la verdad y también la fuerza que sacamos de descubrirla.

Superar el miedo, tener coraje, ser valiente… ¿de qué más habla tu libro? ¿con qué ojos quieres que lo vean tus lectores?

Que cada uno lo vea con sus ojos, con eso me conformo. Por lo que los lectores me comentan, empiezan leyendo una novela donde hay nazis y acaban leyendo una novela de intriga donde una joven y un hombre mayor forjan una alianza, una amistad a través de la cual se les abre el mundo, a cada uno a su manera. También me destacan los destellos de humor, que los hay.

Clara, muchas gracias por esta entrevista y por tu novela que, déjame decirte, se merece el Nadal que ha ganado. Un abrazo.

Anika, me ha encantado charlar contigo. El mundillo de la literatura está tan contaminado de odios y frustraciones que a veces, para variar, es bueno hablar de literatura de verdad.

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