Dorado

Opinión:

Está claro que a Marissa Meyer le gustan los retellings, y este libro es otra prueba de ello. Esta vez, vuelve a los cuentos de hadas tradicionales, pero en vez de darles una ambientación futurista y de ciencia ficción, se queda con la ambientación que tenían esos cuentos en origen: los pueblos y ciudades alemanes de antaño, con sus bosques mágicos y sus castillos encantados.

El eje central es Rumpelstiltskin, aunque también toma otros elementos del folklore alemán incrustándolos en una mitología e historia propias, lo que hace que la ambientación sea bastante sólida y que resulte lo suficientemente interesante, con elementos de misterio que aderezan la trama principal, que es bien conocida para el que conozca la historia de Rumpelstiltskin.

Es un pequeño problema, sin embargo, que esos elementos tarden en aparecer y haya tan poca sensación de avance, porque me da la sensación de que, como ya pasó en otros libros de la autora, tenía contenido para un libro muy gordo, como mucho para dos finos, pero se ha optado por alargar y hacer dos libros gordos, con el inevitable relleno. Aunque claro, no puedo anticipar qué encontraremos en la continuación y lo mismo el relleno era inevitable en este.

A pesar de eso, como de costumbre, la autora tiene chispa a la hora de contar la historia y no se hace pesado en ningún momento, teniendo momentos de tensión y momentos más relajados, aunque no lo suficiente como para profundizar en los secundarios.

Además, la historia me parece muy interesante. Hay, como ya he dicho, no poco misterio en torno a una maldición, y la protagonista, Selinda, no carece de encanto. Su inclinación hacia las mentiras, su incapacidad para encajar en el pueblo al creerla todos gafe y su aplomo cuando se encuentra en situaciones complicadas, me han conquistado. El Erlking, por su parte, es un malo a la altura (y en algún momento llegué a desear que hubiera un giro redentor y tomara peso). El personaje de Gild es, sin embargo, un tanto flojo (para nada como el personaje del cuento), y el romance resulta un tanto precipitado, aunque en el fondo no dejan de ser dos adolescentes en una situación complicada.

El final se queda en un buen punto para el próximo volumen, con una situación muy compleja que me encantará ver cómo se resuelve.

Déborah F. Muñoz