Anika entre libros

la carretera de volokolamsk

Ficha realizada por: Pilar Alonso Márquez

Título: la carretera de volokolamsk
Título Original: (volokolamsk, 1965)
Autor: Alexander Bek
Editorial: Inédita


Copyright: 1ª edición Enero 2009
Traducción de Enrique de Juan
© 1965, Mezhdunarodnaja Kniga ISBN: 978-84-92400-43-0
Etiquetas: 2ª gm 2ª guerra mundial autores batallas bélica bélico escritores guerra guerrilla histórica holocausto ii guerra mundial literatura rusa nacionalsocialismo nazis nazismo rusos

Argumento:

Segunda Guerra Mundial. Los alemanes se dirigen hacia Moscú y un batallón soviético debe defender la carretera de Volokolamsk, la ruta más directa hacia su objetivo.

Baurdzhán Momish-Ulí será el jefe de ese batallón, al que primero deberá adiestrar y luego mandar durante la contienda, una tarea para la que en un principio no se siente preparado debido a su falta de experiencia. El tiempo le demostrará cuán equivocado estaba.

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Opinión:

Alexandr Bek está considerado como uno de los autores soviéticos más importantes de la posguerra y esta novela en concreto se convirtió durante la década de 1960 en una obra de culto entre los movimientos milicianos de inspiración soviética, especialmente en Cuba.

El libro tiene dos partes: en la primera se narra el adiestramiento del batallón, en la segunda la lucha. Y ambas están llenas de reflexiones sobre la guerra, sobre el mando, la estrategia, el honor, el coraje, el miedo... salpicando la trama sin entorpecerla y dotando de mayor humanidad, si cabe, a sus personajes.

La historia se inicia cuando Baurdzhán Momish-Ulí se encuentra con el que va a escribir sus vivencias, al que en un principio rechaza, y al que sólo accede a contar su experiencia si promete no faltar a la verdad. El escriba/narrador acepta el trato, es evidente, y durante todo el proceso el protagonista habla con ese escriba/narrador, incluso planteándole cuestiones, de tal modo que el lector siente que se la está explicando a él mismo, que las preguntas van dirigidas a esos ojos que devoran ávidos sus páginas.

Así, sin pretenderlo, nos sumergimos también en sus cuitas, en sus miedos y en sus reflexiones, mientras él dicta su historia a ese escriba que somos nosotros mismos.

Momish-Ulí recibe el mando de un batallón para intentar frenar el avance de los alemanes. Pero, antes de eso, deberá entrenar a sus hombres, que terminan siendo unos soldados encomiables. Panfílov, el general de división, le aconsejará en todo momento y guiará sus pasos, dejándole no obstante mucha iniciativa.

Los soldados soviéticos, temerosos en un principio de los poderosos nazis, pronto aprenderán que los alemanes no son tan distintos a ellos mismos, que también caen, y sangran y mueren igual que ellos. Y con esa lección aprendida, se disponen a defender una larga extensión del frente, una única línea que trata de impedir el avance del enemigo y sobre todo, de evitar que utilice la carretera que pasa por Volokolamsk y que lleva directamente a Moscú, distante sólo 120 verstas (unos 128 kms).

Las órdenes de los alemanes son claras y concisas: “Desayuno Volokolamsk; cena, Moscú”. Pero no cuentan con la resistencia de los soviéticos, que una y otra vez tratarán de frustrar sus planes con mayor o menor acierto.

El modo en que el autor ha planteado la narración consigue que el lector se sitúe en el frente, afrontando los mismos problemas, haciéndose las mismas preguntas y reflexionando acerca de las decisiones que tomaría. Y tiembla con sus victorias y sufre con sus percances, sigue ciegamente a su líder porque es cuanto tiene, y carga su fusil una y otra vez para responder a las ráfagas de balas trazadoras nazis. Y así me sentía yo, en la trinchera con el techo de gruesos troncos o en el bosque, agazapada, con el fusil entre las manos ateridas de frío, aguardando el próximo envite, la siguiente andanada, esperando que mi artillería diera en el blanco y que aquellos malditos alemanes renunciaran a utilizar esa carretera que, ahora, también era un poco mía.

Y al llegar al final, no albergo ninguna duda acerca de unas frases que aparecen en la contraportada: “Una de las mejores novelas rusas sobre la salvaje lucha librada por soviéticos y alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.” Ninguna en absoluto.

Pilar Alonso

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