Demonios a mediodía

Opinión:

"Demonios a mediodía" integra una fantasía urbana en pleno corazón de Madrid, donde todo tipo de criaturas sobrenaturales campan a sus anchas sin el conocimiento de los seres humanos. No hay distinción entre distintas mitologías y folklores, además de haber hibridaciones, por lo que Adrián Abramo te puede sorprender con cualquier cosa, ya que el sistema de magia tiene pocas limitaciones y estas sirven para que la historia fluya.

Los encargados de ocultar esos rastros sobrenaturales y de combatir los desequilibrios, deteniendo a demonios y seres que dañan a los humanos, son los miembros de Mementos, una organización al estilo Men in black (una de las muchas referencias que vamos encontrando a lo largo del libro) a la que pertenece Lía. Esta agencia da bastante juego, de hecho, aunque el arco argumental se cierra, en el epílogo se queda abierto a una previsible segunda parte.

Los personajes también tienen su intríngulis, tanto en variedad de poderes como en carácter. Además, encontramos relaciones LGTB que no resultan forzadas y que resultan trascendentes tanto para la trama (uno de los desencadenantes es la homofobia) como para la evolución de los personajes.

Descendiente de Drácula y por tanto híbrido de vampiros, Lía es una protagonista fuerte e impulsiva, no carente de demonios interiores y con un pasado traumático al que deberá enfrentarse. Su compañero inseparable es un hacker con sangre feérica, que coordina sus misiones. Es algo más moderado, pero, como no está físicamente presente, no puede evitar que Lía se meta en el lío tocando lo que no debe tocar.

El otro protagonista es Faustus, un joven nigromante que acaba de perder a su novio y que no soporta la idea de la inmortalidad sin él, de modo que decide resucitarle. Desde el inicio, su odisea no sale como él esperaba, aunque en la aventura va cambiando y encontrando lo que realmente necesita en su vida de forma inesperada.

La trama, como he dicho, es ágil, con varias submisiones que hacen que el lector tenga sensación de avance, repletas de acción, juegos de pistas, callejones sin salida y pruebas físicas y psicológicas que los personajes deberán ir superando para avanzar.

La edición, por cierto, viene acompañada de bonitas ilustraciones de escenas y del aspecto de los personajes. Da gusto encontrarse con un libro tan cuidado. Todo esto hace que la lectura sea muy amena, y por tanto sea una novela muy disfrutable. Espero que no se quede ahí.

Déborah F. Muñoz