En "Con V de Vendetta", el cómic de Alan Moore luego convertido
en película, un justiciero enmascarado se desmarca de las leyes y
los hábitos imperantes para plantear una apropiada revolución. Su
misión no es triunfar, ni siquiera sobrevivir, sino contagiar en
los demás ese impulso, trasladar esa llama a la mayoría que,
portando su máscara también, simbolicen el aplastante poder del
deseo de cambio.
Hoy abrimos varios de nosotros un blog en las páginas de Anika
con un deseo, sospecho, muy parecido. Me pregunto a veces,
contemplando esa máscara risueña que es la literatura de ficción,
las novelas, si queda alguien todavía en este mundo traicionado y
desengañado que considere que la lectura es liberadora, más aún,
revolucionaria, la verdadera forma de pensar por nosotros mismos y
adoptar nuestra propia máscara y acabar con las mentiras y los
engaños del sistema y sus valedores.
¿Tiene aún cabida la literatura en esta sociedad de parados, de
sufridores impenitentes, de políticos tramposos? Cuando lo que
importa es la mera supervivencia, el resistir con un sueldo exiguo
hasta fin de mes mientras vemos cómo día a día las promesas se
rompen, las aparentes verdades de quienes ocupan puestos de poder
se muestran como falacias, ¿qué importa el destino de los libros, y
con ellos, el de miles de libreros y editores? Cuando lo que se
dirime es si una familia puede aguantar tras la barricada de una
casa o será expulsada por medios legales, desahuciada de la vida,
¿tiene sentido clamar por la pervivencia de objetos tan inútiles
como los libros?
Golpeado por un ocio cada vez más tecnológico, desplazado por la
apisonadora de las imágenes, las películas, los videojuegos; en
medio de una sociedad alarmada que busca cada vez más una evasión
ya enlatada, fácil, ofrecida por aparatos que venden las
ventajas de la nitidez, los píxeles y la alta definición como antes
se vendía el detergente, ¿podemos todavía ponernos la máscara de
autores y lectores y salir a la calle, en defensa del "simple"
anhelo de escribir y leer?
Pues eso es lo que creo. Y por eso estoy aquí, con Anika, que
también cree en esa libertad y que ha ayudado tanto, tantísimo a
mantener esa llama encendida con su web de gran lectora.
Creo que nada (y menos nadie) nos va a dar momentos tan buenos
como los de ciertos buenos libros. Creo que es precisamente ahora
cuando resultan más necesarios, ahora es cuando esa máscara que es
"ser lector", esa sonrisa encantadora y silenciosa que esconden
entre sus páginas los libros, ha de extenderse y ser compartida por
todos aquellos a quienes nos gusta leer y escribir.
¿En este mundo de desahuciados, de engañados, de traicionados?
¿En esta sociedad donde no sabes cómo vas a despertar mañana, qué
te van a quitar, con qué otras formas de estafa te embaucarán?
Pues sí. Precisamente en este mundo.
Abro mi blog. Con V de "novela".