Marilyn Monroe, Frank Sinatra, Sam Giancana. Y Eddie Bennett...
JKF, Dean Martin, Joan Baez... Y Eddie Bennett. Y el más
inimaginado guest star (gallego, ex convicto y
gastrónomo).
La serie negra que con vocación de clásico ha creado Javier Márquez Sánchez reúne con
brillantez irresistible el cine norteamericano de los cincuenta y
sesenta, el jazz y la revolución musical de Dylan & Co y las
conspiraciones subterráneas del fascismo norteamericano para
desbaratar las incipientes libertades. Sinatra, no tan lejos de
todo, canta cóctel en mano.
Una de mis pasiones en lo que a novela negra se refiere es la
devoción por el héroe solitario con aureola trágica; hasta ahora
había cuatro en mi lista personal: Lew Archer, Pepe Carvalho,
Philip Marlowe y Toni Romano. Hoy sumo con nitidez a Eddie
Bennett.
Tres momentos memorables de Afilado como un blues a
medianoche (Salto de Página): la escena en
Washington donde, cruzando sutilmente los caminos de Sammy Davis
jr. y Bob Dylan, se hace una reflexión sobre la música
norteamericana de la época; la genial aparición de la más
inesperada estrella invitada (gallego, ex convicto y gastrónomo), y
esa hermosa resolución de la noche que pasaron juntos Bennett y
Marilyn, que sinceramente no podría haberse resuelto mejor. Eddie
Bennett: aguardando el momento de regresar con él a Las
Vegas.
Fernando Marías