Viaje presentación de la última novela de Gonzalo Giner, "El jinete del apocalipsis", una novela con alma ecuestre

Viaje-presentación de la última novela de Gonzalo Giner, "El jinete del silencio", una obra con alma ecuestre. 

De nuevo Temas de Hoy convoca a la prensa en la estación del AVE de Atocha. Y, de nuevo, a las ocho de la mañana. También en esta ocasión formamos un grupo heterogéneo de prensa, radio, televisión y, cómo no, los cada vez más emergentes medios que copamos la red, los blogueros.

El martes 31 de marzo sería un día especial para muchos de nosotros porque, de la mano de su autor, Gonzalo Giner, íbamos a adentrarnos en su última novela El jinete del silencio. Acompañados por la directora editorial de Temas de Hoy, Belén Celada, y de las responsables de prensa, Isabel Santos y Ruth González, tomamos el AVE con dirección a Jerez de la Frontera.

Gonzalo Giner hablando a los medios


Gonzalo Giner es veterinario de formación y, yo me atrevería a decir, que amante de los animales por verdadera vocación. No en vano en su segunda novela, El sanador de caballos, estas criaturas formaron parte esencial de la obra; una figura que ha rescatado para su tercer libro, El jinete del silencio. Tras unos grandes ojos azules de mirada clara y una frente despejada, el autor estuvo con nosotros todo el viaje atendiendo con paciencia nuestras preguntas y satisfaciendo nuestra curiosidad, que era mucha.

El jinete del silencio nos cuenta la vida de Yago, nacido del amor prohibido entre un terrateniente jerezano y una criada. Privado de la protección materna y sin el cariño de su padre, el niño tendrá una infancia dura repleta de rechazos y humillaciones. Conocerá la crueldad de su propia familia, el horror de la esclavitud en las colonias, el miedo que puede sufrirse en un sanatorio mental en la Sevilla del siglo XVI… Pero Yago, a pesar de padecer el síndrome de Asperger (una variedad de autismo) tiene un don: puede captar la belleza de las cosas y es capaz de expresar su riqueza interior a través de un animal: el caballo. Y serán los caballos los que consigan que alcance la felicidad.

La primera parada del tour-presentación nos llevó hasta el monasterio de La Cartuja, en Jerez de la Frontera, a cuyas puertas un Yago de pocos años fue abandonado en su hospicio para ser educado por los monjes. Aunque a día de hoy el convento está cerrado y no pudimos pasear por su interior, el patio externo fue muestra suficiente para adentrarnos en la obra de Gonzalo Giner. Sin embargo, los organizadores del viaje no iban a permitirnos un solo respiro, ni físico ni emocional, porque nuestro siguiente destino era la Yeguada de La Cartuja (fotos).

Desde su fundación, a finales del siglo XV, el monasterio de La Cartuja se convirtió en piedra angular del caballo jerezano. Durante tres siglos, que coincidieron con el máximo esplendor del Reino de España, los monjes cartujos crearon una yeguada que con el tiempo se convertiría en una de las más célebres y apreciadas del mundo.

La antigua dehesa de La Fuente del Suero acoge la reserva de caballos de estirpe cartujana más importante del mundo, la Yeguada de La Cartuja - Hierro del Bocado (http://www.yeguadacartuja.com). La belleza, la fuerza y la espectacularidad son las características que han dado prestigio internacional y orgullo a sus caballos. Sin duda, si fuéramos caballos, nos gustaría vivir aquí.

Pero no lo somos, y el viaje continúa. Tras un merecido descanso en el hotel Las Palmeras, fuimos a cenar al Tablao del Bereber, un local nocturno de copas que también ofrece cenas y organiza representaciones de flamenco. Está enclavado en la parte antigua de Jerez y se levanta sobre los cimientos de una antigua casa del siglo XVI. En su nuevo diseño se han respetado las arcadas originales y los soportales dando un encanto especial a su arquitectura. Una visita a Jerez, sin pasarse por el Tablao del Bereber puede quedar incompleta.

Ya de madrugada, con unas copas del mejor vino jerezano y una buena cena calentando nuestro estómago, volvimos paseando al hotel. Nuestro paseo estuvo jalonado por la tibieza nocturna del sur español y, en mi caso, por la buena conversación de un Gonzalo Giner más relajado. Él es, como su novela, cercano, cálido, hay nobleza en sus palabras y en sus gestos. Quizá, si Gonzalo fuera un caballo, sería un cartujano. Si fuese una novela, no cabe duda, sería El jinete del Silencio.

(Mis más sinceros agradecimientos por la atención prestada y el trato recibido tanto del autor Gonzalo Giner como de la editorial Temas de Hoy, a través de su directora editorial Belén Celada y de sus encargadas de prensa Isabel Santos y Ruth González. Y una mención especial a los gerentes de la Yeguada de La Cartuja por el trato tan amable que nos dispensaron durante la visita a sus instalaciones).



Gonzalo Giner con la directora de la Yeguada La Cartuja
 

Gonzalo Giner preparándose para montar a caballo
 



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