Solitario (y el cómic)
A finales de los 80 un vecino me introdujo en el mundo del cómic
americano. Autores como Frank Miller, Alan
Moore o Neil Gaiman, entre otros, estaban
realizando sus mejores trabajos.
El grupo editorial Cinco tenía los derechos del universo DC en
España. En la contraportada se publicaban cartas de los fans que
leía como si se tratara de un todo. Alguien escribió un día una
carta muy desoladora. Hablaba de que apenas tenía amigos ni salía
de casa, y que soñaba con que empezara el mes para acudir el
quiosco y comprar cómics y leerlos en casa. Firmó como "El
solitario".
Aquella carta recibió muy pronto contestación. Por todas partes
aparecieron "solitarios" que describían una situación muy parecida.
La sección de cartas a la editorial pasó muy pronto a tener un
único tema y la editorial tuvo que publicar un comunicado diciendo
que comprendía la situación, pero que le habían dedicado demasiado
tiempo e iban a interrumpirla.
Ni mi amigo ni yo les comprendíamos. Nosotros leíamos cómics, pero
salíamos con chicas, nos emborrachábamos, jugábamos al fútbol,
hacíamos todo lo corriente en unos chicos de nuestra edad.
Todas nuestras novias leyeron nuestros cómics. Y también les
prestábamos libros y les hacíamos escuchar discos. Vivíamos con
intensidad cada momento que se nos ofrecía, pero para los
"solitarios" hubiera sido impensable, se enrocaban y querían morir
defendido el castillo. Habría sido cualquier otra cosa, aunque para
ellos fueron los cómics.
Comentario de los lectores:
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