Romance imposible: el punto y la coma
Resulta curioso cómo todo individuo que escribe decide, por
sistema, hacer imposible el romance entre el punto y la coma. Son
pocos los que aceptan esta unión. La sociedad escritora acepta con
facilidad que un punto viva en soledad o que esté unido a otro.
Aquí un punto soltero (.), aquí un punto casado con otro (:). Y
ambos casos los vemos en los textos y no nos extraña. En
el caso de la coma, ocurre algo parecido, podemos ver la coma sola
(,) o incluso con alguna amiga en cierta distancia, pero
compenetradas entre sí (se las denomina comas explicativas).
Podemos ver algún ejemplo de todos esos casos:
Punto solo: Cogió el vaso. Lo lanzó con
fuerza. Vemos dos puntos que van solos y nadie se queja.
Dos puntos: Ocurrió lo imprevisible: me dormí
y no acudí a la cita. Aquí vemos dos puntos en armonía, en
perfecto entendimiento.
Coma sola: Sí, lo admito. Fíjense qué
bien está esa coma sola.
Dos comas (explicativas): Los amigos de
Carlos, que son asturianos, viven en Madrid. Miren qué bien
compenetradas están esas comas, explican algo, aportan
información.
Si me apuran, podríamos decir que incluso se aceptan los tríos, la
poligamia. Es frecuente ver los llamados puntos suspensivos (...),
y nadie se alarma (aunque algunos rechazan eso de los tres puntos y
prefieren poner "etc."; cuestión de creencias).
Pero, ¿qué ocurre para que el punto y la coma sea tan
menospreciado? Cuando algunos ven un punto y una coma en un texto,
piensa "coño, este tío ha puesto un punto y una coma, eso es que
sabe escribir". Si un texto tiene puntos y comas (;) es que es un
buen texto, bien puntuado. Pero si tan bien quedan en un texto,
¿por qué la gente no los utiliza con más frecuencia? ¿Por qué se
les da más oportunidades?
Cierto es que el punto tiene mucho caché, marca un silencio
prolongado cuando aparece. Su presencia impone mucho. Más todavía
si ese punto resulta ser de los llamados "y aparte", que incluso
hay que dejar un espacio en blanco para respetar su presencia.
Menos imponen los puntos llamados "y seguido", aunque también
marcan lo suyo.
Igual de cierto es que la coma se vende muy barato, aparece mucho,
demasiado quizá, pero no impone tanto silencio; de hecho, algunos
pasan por alto que haya una coma y ni siquiera hacen la pausa que
reclama. Ella se esfuerza en aparecen en todos los sitios posibles,
algunos dicen que algunas comas son como prostitutas, se venden
barato y aparecen rompiendo matrimonios. Lo dicen porque en algunos
casos la coma ha aparecido intentando romper matrimonios
inseparables como el formado por el señor Sujeto y la señora
Predicado. Pero parece que pocas veces ha conseguido romper esos
enlaces inseparables.
Volvamos a lo nuestro. ¿Por qué la gente no le da la oportunidad
al punto y a la coma (;) en sus textos? Cierto es que el punto es
de clase alta, impone mucho, y la coma es de clase baja, se vende
barato, pero ¿por qué no creemos en el amor entre los diversos
signos de puntuación? ¡Dejemos que se unan más veces!
Si dos puntos pueden estar juntos, si pueden estar compenetradas
dos comas. Si puede un punto estar solo y una coma estar sola, yo
reivindico aquí, hoy, que se le dé más oportunidades a la unión
conyugal entre el punto y la coma.
Por el poder que me ha sido otorgado yo es declaro unidos en
matrimonio. Puedes besar a la coma.
Comentario de los lectores:
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