¿Reivindicar la cultura?
¿Reivindicar la cultura?
Nuestra quijotesca y animosa Anika nos alienta públicamente*
a que escribamos un artículo reivindicativo de la Cultura; un texto
que, supongo, desea comprometido y solidario para con ese amplio y
vasto mundo que llamamos Cultura y sus protagonistas. Me da la
impresión de que es una tarea, al menos para mí, harto
difícil.
Para empezar tendríamos que llegar a estar de acuerdo en
consensuar una definición, aunque fuera de mínimos, de lo que es o
consideramos cultura, porque son tantas las definiciones que hay,
que han hecho escribir ríos de tinta como dijo del Derecho, el
temible civilista Federico de Castro y Bravo. Porque, desde la
simple acumulación de conocimientos, hasta el acervo cultural de
todo un pueblo, hay varias posibilidades intermedias, que pueden
incluir, las típicas literatura y música, pasando por el teatro y
la danza, hasta la pintura y la arquitectura, sin ignorar el
folclore y la gastronomía. ¿O alguien se atreve a excluir la fabada
o la sardana de la Cultura, cuando han dado argumento para varios
libros?
¡Y no digamos nada si dotamos de ideología a la Cultura!
Entonces habría que añadir todo el pensamiento filosófico político
o ético-moral-religioso que se ha ido desarrollando a lo largo de
la historia. Hablaremos de cultura progresista, conservadora e
incluso centrista...
Y un problema similar se presenta en cuanto a los
protagonistas: ¿son sólo los autores, los creadores de cultura? O
por el contrario ¿los receptores pasivos, somos elementos
necesarios, sin los que la creación no tendría sentido? Tenemos un
ejemplo bien cercano en Ciberanika: ¿es creadora o receptora de
cultura?
Sin embargo, me da la impresión de que todos esos asuntos no
serían un obstáculo excesivo para poder hacer una reivindicación
cultural. Bastaría tener un espíritu abierto y tolerante (y
participativo) para que tuviera ésta pretensión un amplio espectro
donde poder apoyarse, sin condicionamientos apriorísticos
excluyentes.
Podríamos encontrar en esta forma integradora un punto de
inicio para, desde ahí, intentar una reivindicación que satisfaga a
todos los actores de este drama.
Pero creo sinceramente que, en los últimos años, se
ha producido un hecho que supone un grave atentado contra el
fenómeno cultural: la mercantilización, el uso (y abuso)
de la obra cultural como simple producto de consumo, con un claro
fin lucrativo, lo que de alguna forma supone la exclusión de la
mayoría.
Una pléyade de editoriales, distribuidores, libreros y hasta
autores, parecen sólo más interesados en lograr buenos dividendos
que en promocionar obras verdaderamente interesantes. Lo importante
es vender mucho y en poco tiempo.
Para colmo de males, los consumidores (actores pasivos)
vemos como una sociedad privada (la patética SGAE) acosa sin recato
para conseguir cobrar por los famosos derechos de autor, sin
importar si se trata de un concierto benéfico o un mitin de
cualquier partido político: cualquier ocasión es propicia. Tararear
una melodía hortera puede costar caro a quien lo
hace.
Ciertamente, no se trata de que los derechos de autor no
deban estar convenientemente protegidos, pero sí de que la gestión
de estos no esté en manos de una sociedad privada y tan poco
transparente como cualquier organización secreta. Es el Estado el
que debe preocuparse par garantizar esos
derechos.
¿Y qué pasa con tantos y tantos artículos y colaboraciones
de esta web, utilizados en otros medios, sin que ni siquiera se
tenga la amabilidad de citar la procedencia?
Por lo tanto, difícil se hace una reivindicación cultural en
estas circunstancias, porque al final no sabríamos si lo que
estamos apoyando es el consumismo dirigido por unos pocos, en
beneficio de aún unos menos o la impunidad de unos farsantes en
perjuicio de sencillos trabajadores.
Habría que empezar por reivindicar la universalización de la
Cultura, como un derecho fundamental, igual para cada ciudadano y
sin cortapisas ni para el acceso ni para la creación. Hasta que
consigamos esto, cualquier reivindicación será, o parecerá, tan
inútil como la existencia de un Ministerio del ramo con sus
subvenciones sospechosas.
* Jaume se refiere a una idea
surgida en la página de Facebook de Anika Entre
Libros
Comentario de los lectores:
- ¿Reivindicar la cultura?