Premio Planeta 2016. 2. La parte más personal de mi crónica.
Esta página corresponde a la parte más personal de la crónica. Yo, flipando con el hotel. Yo, quedando a comer con amigos. Yo, sufriendo por el vértigo (¿Os he dicho que tengo vértigo?). Cuánto yo... :P En fin, es lo que pasa desde que desayuno el día de los premios hasta que nos reunimos en el hall para salir a la gala.
El hotel
Este hotel (el Fairmont Rey Juan Carlos I, cinco estrellas) no tiene ningún parecido con el maravilloso y psicodélico hotel de "El resplandor". A pesar de tener tantos años es muy moderno y bonito. Bastante espectacular. Y desde luego no hubo encuentros con fantasmas, y si los hubo no me tocó a mí. Tengo por costumbre cuando llego a un hotel en el que no he estado, hacerle fotos y mandárselas a mi familia (no soy la única que parece una paleta, no os creáis, sé de más que lo hicieron, incluso una hizo un vídeo de la habitación). Hasta en el baño me suelo fotografiar (y en este apetecía más porque estaba lleno de espejos y ahí sí tenía la esperanza de ver algún espectro, pero no hubo suerte, cachislamar). Y de las vistas, por supuesto. En mi caso daban al Club de Polo, a las pistas de tenis, al Tibidabo... Y todo esto desde el piso 11. Un número muy bonito pero muy alto ¿Os he dicho que tengo vértigo? Ejem...
Bonita, ¡eh!
Me moló mucho que la tele tuviera reloj digital, así podía ver la hora de noche. En un rato en que me aburría el silencio la encendí para leer acompañada de sonido ambiental. Me costó encenderla, pero lo peor es que luego no sabía cómo apagarla. Diría que hasta "bailé" con el mando a ver si en algún momento la onda llegaba al receptor y se apagaba. Funcionó XD
La verdad es que la bañera era una caña, tanto que decidí pegarme un baño por la mañana en vez de una ducha, y me sentí sirena (creo que nos hemos acostumbrado demasiado a la ducha y se nos ha olvidado el placer del baño). Pero tengo una duda ¿qué puñetas le meten al gel del hotel que mis uñas súper mega fuertes perdieron parte de la súper mega fuerte laca de uñas? O.o Fliping totaling! Ahora iba a la gala con las uñas a medio pintar y una tirita en el dedo gordo :P
Pero el hotel no es sólo la habitación.
En el hall, sillones, sofás, mesitas y luces
El interior del hotel si miras hacia arriba
Ahora es mirar hacia abajo. Para hacer esta foto tuve que
pegarme a la pared ¿Os he dicho ya que tengo vértigo? jajajajaja.
Piso once, cerca de mi habitación. Esto es lo que se ve desde la
barandilla del piso, aunque hasta allí no me atreví a llegar porque
tenía la impresión de que me empujaba (algo o yo misma, eso es el
vértigo) ¡porque la barandilla es transparente! así que alargué las
manos, pegué mi cuerpo a la pared e hice un clic muy rápido para
salir pitando del espacio de
peligro:
Y esta ya es la caña...
¿Véis esa cajita de ahí arriba? Es el ascensor ¡¡¡y
tiene pared de cristal!!! ¡TRANSPARENTE! ¿Os he dicho ya que tengo
vértigooooo? O.o
El ascensor del terror
Una gincana (como no está en la rae me niego a poner yincana). Eso tuve que hacer finalmente durante los tres días con los asensores de cristal. Correr, correr, correr y apretar un botón. Uff. Qué trauma. Al principio tuve suerte. Se abrían las puertas de los que estaban enfrente, que eran normales. Se cierran las puertas y sube el ascensor, y tú no ves nada. Y entonces, cuando estoy SOLA arriba y tengo que bajar, ñaca, se abre la puerta del ascensor con la pared de cristal. Me espero a que se cierren las puertas y vuelvo a darle al botón. Y el mismo ascensor abre sus fauces. Joder. Lo llevo claro. 11 pisos. Lo vuelvo a intentar y el ascensor me invita a la guarida del lobo. Acojonada me hallo, pensé. Empecé a buscar por el pasillo.
- ¿Holaaaaa? ¿Hay alguien por ahí?
Tuve suerte y encontré una mujer que estaba limpiando.
- ¿Se puede bajar por las escaleras?
Le conté mi problema, mi trauma, mi temor... Y ella me dio la pista. Estaba tan bloqueada que no había pensado en ello. Bastaba con darle al botón, a un número bajo, y que el ascensor se fuera "ocupado", con lo cual no se volvería a abrir. Bueno, pues imaginadme tooooooooooodo el fin de semana -los tres días en realidad- como una loca intentando coger los ascensores normales, viendo abrirse los otros, acercándome con temor a ellos, meter la manita y casi sin mirar apretar un botón para poder llamar a otro ascensor, y alejarme tirando leches no fuera a atraparme. Y en una ocasión lo hago con un ascensor ¡y se me abre el otro ascensor de pared de cristal! Porque eran dos, los muy jodidos.
Y entonces va y me despisto. Me voy a la terraza a leer, me relajo...
...y cuando vuelvo al hotel lo hago por otra puerta -no por el hall- de modo que nada más entrar y ver que una chica entraba en un ascensor corro como una loca y me meto en él. Y gracias a mi nefasto sentido de la orientación no me doy cuenta de que me estoy metiendo ¡en el ascensor de la pared de cristal! aaaargh. Mirada al frente, pegada a las puertas, de espaldas a ¿sabéis a qué? ¡Al vértigo! (También me peleé con el aire acondicionado y terminé pidiendo una manta en recepción) :P
De vértigo acabé hablando con Félix J.Palma y María Fortea, con los que quedé a comer. De vértigo, de literatura, de cuentos, de novelas, de premios, de la trilogía victoriana de los mapas de Félix, del libro de Félix y María ("El amor no es nada del otro mundo"), del sentido del humor y de bromas. Y decidimos hacer una broma, un twit:
Y alguien se lo creyó. No debió leer bien, jajajaa ^.^ Fue divertido pensar en ella pero la malévola mente que ideó esta broma fue la de Félix, "cuidao".
Otra cosa graciosa es que quedamos en el hotel pero me avisaron antes de llegar y salí. Los vi a lo lejos y fui hacia allí. Y me cuenta María que dijo que ahí estaba yo, y que Félix le dijo que nooo, que esa era una adolescente, jajajaaaa (claro, con mochila a cuestas...)
Con nosotros estaba también Noelia, que nos hizo de fotógrafa, pero antes nos hicimos ambas fotos juntas:
Y a partir de aquí Noelia coge el móvil y empieza a disparar cual paparazzi. Y Félix, María y yo a posar y a no posar :)
Las fotos de Félix son las mejores así que pongo las suyas (las mías salen bastante borrosas, no entiendo nada porque las hizo la misma fotógrafa):
Lo que os aseguro es que nos lo pasamos muy, muy bien, que me dio una alegría tremenda saber que iba a poder comer con ellos -porque estás más rato entre amigos- y que espero repetir.
Esta es otra barrabasada de Félix en twitter XD...
Patatas fritas con huevos fritos y jamón serrano rico rico.
Cuando salimos de allí nos subimos a un tranvía donde hacía falta un Hermano Mayor, porque hubo una monumental bronca entre un chaval que hablaba demasiado alto -ofendido y ofendiendo- y una mujer cargada de bolsas. Elucubrarmos acerca de si eran madre e hijo o qué, pero al final dedujimos que no porque el chico se fue a la otra parte del tranvía. Daba un poco de palo y mal rollo presenciar aquello. Lo que no me pase en Barcelona...
Esto me recordó a un momento en la estación del tren cuando, justo al abandonar las escaleras mecánicas, empiezo a oír gritos de una chica y veo a gente corriendo hacia la escalera. Se había enganchado y urgía parar las escaleras mecánicas. Por suerte, ni esto, ni el chaval que gritaba, ni los 55 minutos de retraso, ni el taxista caro ni el pescado consiguieron fastidiarme la comida con Noelia, Félix y María, que fue de lo mejorcito que viví ese fin de semana, por eso lo comparto con vosotros.
Félix y María me acompañaron al hotel y lo primero que hizo Félix al entrar en la habitación fue dirigirse hacia los libros que estaba leyendo ¡Cómo no! Yo haría lo mismo, jajajaaaa
Decía Félix que él también tenía vértigo y María insistió en que se asomara por la barandilla. Cuanto más se acercaba Félix más nerviosa me ponía yo. Y de pronto los veo PEGADOS a la barandilla transparente ¡y mirando hacia abajo! Me di la vuelta para abrir la puerta de la habitación porque empezaban a temblarme las piernas ¡y yo no estaba allí mirando al vacío! Creo que tengo más vértigo que Félix. Sin duda.
Cuando me quedé sola, como aún tenía tiempo, me dediqué a leer.
Este es el libro que me acabé allí.
Después de esta fantástica comida, lo siguiente fue ya la gala y la cena, pero antes me hice fotos porque por culpa de la desmotivación que sufrí el primer día (el día anterior) se me fueron bastante las ganas de hacer fotos y casi tuve que obligarme a ello. En la habitación me hice las primeras ya arreglada para la gala.
Pintarse en ese cuarto de baño es lo más difícil. Creo que es la única nota negativa dle hotel. Apenas hay luz y si te pintas mal sales el resto de la noche mal pintada. Por suerte yo me pongo poca pintura.
En todo caso, fuera ya del hotel, nos hicimos fotos Karina Sainz (periodista de Vozpópuli, Daniel Arjona (Redactor Jefe de Cultura El Confidencial) y yo.
Y esta parte es divertida, porque nos unimos para fumarnos juntos un cigarro, y después de un ratito charlando, nos decimos los nombres y flipamos.
Karina Sainz: ¿Tú eres Anika? Ah, eres muy cañera. -Yo flipada de que me conociera.
Yo: ¿Yooo? Nooooooo.
Karina: Sí, metes mucha caña.
Debe referirse a que no me callo lo que pienso si creo que es digno de ser mencionado. Aquí lo he hecho.
Yo: ¿Tú eres Arjona? (Daniel me entrevistó para El Cultural del periódico El Mundo, pero no conocía su cara en persona, y me salía Ojeda, no Arjona, y David, no Daniel. Caos y destrucción mental)
Y entre risas nos "reconocimos" al fin.
Después le pedí al tercero de la foto que me hiciera fotos a mí para mandárselas a mi familia y la primera no salió muy bien... Pero la siguiente fue el descojone porque me ponía nerviosa porque odio posar, y no se me ocurrió otra cosa que ponerme a bailar, y Daniel descojonándose. Al final ninguna salió bien. Bueno, todo el mundo no sabe hacer fotos, qué le vamos a hacer.
Y de aquí nos fuimos juntos al Palacio de Congresos que estaba ahí al lado, directos al Photocall de los "famosos".
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