Planeta 2018-3. El día de la gala
Planeta 2018-3. El día de la gala
MAÑANA DE LA GALA
Después de dormir como una bendita (la peña roba asientos y centros de mesa, yo me llevaría la cama completa del hotel, almohadones incluidos) y desayunar bien, me fui al hall a leer como hago cada año. Así va llegando gente y les veooooooooooooooooo.
Mi panorámica ante el libro:
Y precisamente el primero en llegar fue el autor del libro que estaba leyendo ("Veinte"), mi divertidísimo amigo Manel Loureiro. Charlamos un rato antes de irse a su habitación y luego me quedé esperando a mis amigos.
Había quedado con dos de mis colaboradores.
One moment. Las 11.30 h. en estos momentos de la crónica. Me ruge el estómago. Me como un brownie y vuelvo. Permiso.
YA.
Quedé con Selin -lleva parte importante de la web además de reseñar- para pasar un rato juntos aprovechando que es de Barcelona, y luego con Makechu Antón (hasta hace poco Saray Schaetzler) para comer juntas. Verlos, estar un rato con ellos, fue una de las cosas que más me gustaron de Barcelona. Yo quiero a mis compis.
Cuando salimos en dirección al autobús, pasamos justo por el Palacio de Congresos donde se celebra la gala que está justo al ladito del hotel.
Las fotos de la alfombra azul
Viendo estas fotos me doy cuenta de una cosa: como mujer coqueta que soy, debí ser más lista y acudir así a la gala de los premios porque me veo más guapa informal y sin pintar, que arreglada y pintada. ¿O no? Ya veréis luego qué vieja, triste y cansada parezco.
Debo agradecer esta divina sesión de fotos improvisada, en la que parecía una estrella, a Selin, que se metió en el papel de paparazzi y casi a ras de suelo sacó unas cuantas ¡¡¡MILLONES DE GRACIAS!!! Son mis favoritas.
Make me llevó a un restaurante pequeñito gallego después de mucho insistir (yo iba acojonada pensando que acabaría comiendo más brownies). Tenían menú y la comida estaba muy buena, decía. Como soy taaaaaaaan rarita con la comida no me atrevía pero si hay algo que me caracteriza es enfrentarme a mis miedos (bueno, menos con el ascensor de pared transparente) y acabamos comiendo genial. De hecho aquella comida (espárragos trigueros y mero auténtico con patatas y salsa) fue la MEJOR COMIDA de los tres días que pasé en Barcelona.
Aquí Make (Saray) guiñando un ojo a la cámara.
Make y yo pasamos varias horas de charreta (charla <que el otro día lo usé en redes y alguien me preguntó qué era eso. Aquí, en Valencia al menos, es como decir nanos refiriéndose a los hijos o amigos, o ché, muy normal). Era la segunda vez que nos veíamos en persona después de muchos años trabajando juntas en Anika Entre Libros. Me encantó poder pasar ese tiempo con ella.
Si hace dos años usé el tranvía con Félix J. Palma y María Fortea, este año usé el autobús y el minibús (qué mono el minibús, oye). Me pregunto si para el próximo año habrán inventado los patines voladores y así probaré algo distinto
NOCHE DE GALA
Noche de gala. Toca subirse con tiempo, pegarse una ducha para quitarse las impurezas, volver a ensuciarse con polvos para estar bien pintada (o sea, volver a llenarse de impurezas), y vestirse. Y estrenar tacones. Ay, mare… (<madre, expresión valenciana que uso mucho)
Lo malo del hotel es la luz. Mala malísima para hacer fotos, así que sólo hice estas dos y luego traté de acostumbrarme a dominar mis botas de tacón alto en vez de que ellas me dominaran a mí.
Con Màxim Huerta. Me alegró mucho volver a verlo y pasar un ratito con él.
Como salían tan mal no hice fotos, ya os digo, pero en el hall empezamos a reunirnos todos y estuve con otros no fotografiados en este entorno y hora como Marcos Chicot, Luz Gabás, Javier Moro, Andrés Pascual, y muchos etcéteras que -perdonadme- no recuerdo ^.^ Al final pasa lo que pasa, nos juntamos más con unos que con otros y yo pasé más tiempo con Andrés Pascual, Manel Loureiro, Gómez-Jurado y Chicote (y a la salida con Eva García Sáenz de Urturi).
Arturo González-Campos (como dice su cuenta de twitter: "Sólo soy un humilde puto amo"), moi (<yo, en francés, que también lo uso mucho), mi buen amigo Juan Gómez-Jurado, y Alberto Chicote, un gran tipo.
El resto ya fue en la gala. Por el camino me encontré con Marta Rivera de la Cruz buscando a su marido. Las fotos las empecé a hacer dentro, y conforme me encontraba a gente iba saludando y haciendo clic con el móvil de mi hermana.
A estas alturas es IMPORTANTE contaros otra anécdota.
Por miedo a que con mi móvil no fuera suficiente porque no podía cargar con la cámara buena debido a las tendinitis, mi hermana me dejó un móvil con muuuuuuuuuuuchos megas. Así pues, me lo trajo y me dijo: "Estará apagado porque lo cargué pero no lo encendí." "No pasa nada -digo yo toda confiada-, luego lo enciendo". Luego fue un día después, cuando me doy cuenta de que no le he preguntado el pin. Debo decir que este es un móvil alternativo que tienen y que generalmente no usan, sólo cuando alguno de ellos lo necesita de recambio, y que llevaban meses sin usar.
Y lo que pasó fue esto:
O sea que poco más y me llevo un móvil que no me sirve. O me lo dejo en casa, que sería más sensato. Muchas veces presumo de mujer precavida (vale por dos) y lo cierto es que de eso sí puedo presumir. Dos años antes mi hermana me dejó ese mismo móvil y yo guardaba todavía en un cajón el PIN apuntado. Por la noche, mientras pensaba "mandawebs, me voy con un móvil que no me sirve…" recordé la tarjeta donde escribí el PIN y el cajón exacto donde lo guardé ¡¡Y ahí estaba!! Si no llego a tener ese remember me habría quedado con un súper móvil inservible. Me salvé la vida solita, jajaaa.
Y a partir de aquí dos cosas:
1) Las fotos que fui haciendo.
2) El misterio de las abduciones.
Luz Gabás, Eva García Sáenz de Urturi, y al fondo Marcos Chicot que, según me dijo, medía 2 metros ¡¡¡dos metros!!!. Mirarle desde abajo con mi altura es caerse hacia atrás. Marcos Chicot fue finalista del premio Planeta en el 2016 con "El asesinato de Sócrates".
Al loro con la luz azul, muy ovni ella...
Con Megan Maxwell, que volvió a venir con su hija. Me encanta Megan, en su facebook será una guerrera pero en la vida real es un amor.
Dos que pasaban por ahí… Jeje. Juan del Val -solo y muy alto-, y Sánchez Dragó, que cuando le dije si posaba para una foto me contestó: "Si no hay más remedio" (le hice dos), y por 'simpático' salieron ambas fotos desenfocadas -me ha tocado concentrar los píxeles para que saliera mejor-.
Con dos encantos de mujeres:
Con Nativel Preciado que sieeeeeeeeeempre sale guapa en las fotos que le hago y se cree que es porque yo soy buena fotógrafa.
Y esta foto maldita con Dolores Redondo (a la que le cambio el nombre por Remedios o Mercedes cuando no estoy centrada [esto no se lo había contado a ella], pobreta… [< pobrecita, otra de mis palabras muy valencianas), ganadora del Premio Planeta 2016 con "Todo esto te daré".
Pero esta foto que está TAN MAL tiene historia. Alguien -no sé quién era- se ofreció a hacernos una foto juntas, e hizo muchas. Toooooooodas mal. Incluso una foto no era una foto en realidad, era un vídeo que iba mostrando el suelo y los pies. A pesar de todo esta era la más normal. Al menos Dolores sonríe y se ve cierta claridad.
Este año pudimos hablar un poquito más.
Estos premios tienen un problema fundamental: es una fiesta literaria donde medios y autores nos lo pasamos muy bien juntos (y, la verdad, a ambos nos conviene hacerlo porque los lazos son más firmes y el contacto más provechoso), pero siempre nos separan. Como somos tantos apenas tenemos tiempo de charlar, y para mí esto es peor que pasar hambre. Al final tienes que elegir con quién pasar más rato, y con los demás apenas puedes cruzar unas palabras.
Continúan las fotos en la siguiente página.
Seguir la crónica en los enlaces del lateral-top derecha.
Comentario de los lectores:
- Crónica de los Premios Planeta 2018. Fotografías y anécdotas contadas para ti
- Premios Planeta 2018 - 1. El planeta de los brownies
- Planeta 2018-2. Comida y cena con medios de comunicación
- Planeta 2018-3. El día de la gala
- Planeta 2018-4. Más invitados y la cena de gala
- Planeta 2018-5. La gala y lo que pasó después