Pardo Bazán ¿Literatura feminista?
Mi buen amigo ERO, al que ya he citado en alguna ocasión, andaba
en discusión no hace mucho conmigo por la candente cuestión de la
llamada -no sé por qué- violencia de género, es decir, la que
comenten los machos, sobre las mujeres.
Sostenía yo, aunque sin mucha convicción y más bien por polemizar,
que este es un mal moderno o que, al menos, ahora está extendido
entre todas las capas sociales.
ERO, con el que mantengo una tan tenaz como infructuosa lucha por
saber quien de los dos es más pesimista, me replicó que no es así.
Que esa violencia siempre ha existido y que, en el mejor de los
casos, ahora tiene más publicidad, a lo que añadió que, incluso
esto, es dudoso.
Y para demostrar la veracidad de su aserto, como no podía ser por
menos en semejante polemista, me ha hecho llegar un interesante
opúsculo, en el que, escrito por él, que es una autoridad en la
materia, se recogen datos muy interesantes sobre las denuncias que
Emilia
Pardo Bazán hizo sobre la cuestión que nos ocupa, antes de que
se iniciara el siglo pasado.
Si amigos, nada menos que Doña Emilia, a la que a nosotros siempre
nos identificaron como autora costumbrista y naturalista fue, a su
modo, una ferviente feminista. Y lo demostró fehacientemente en
algunos artículos y novelas.
Nuestra obesa autora hizo una especie de retrato robot del agresor
machista que casa perfectamente con el actual. En definitiva se
trata del mismo individuo violento y que no se resigna a ser
abandonado por la que él considera sencillamente una propiedad. Y
lo que empieza siendo, a veces, ruegos con promesas, casi siempre
incumplidas, de cambiar de actitud pasa a las amenazas y
desgraciadamente a los hechos.
Siguen las similitudes pues según Doña Emilia, "la muchacha" que
ha decidido por miedo llevar una vida "recatada", se decide salir
un día sencillamente a respirar un poco de libertad y se encuentra
con el tipo en cuestión, que siempre está al acecho y que por
supuesto, la asesina impunemente. Sabia Doña Emilia.
Así lo detalló la Pardo Bazán, en un artículo incluído en una
serie de colaboraciones que bajo el título genérico de "la vida
contemporánea", escribió la ilustre gallega para el semanario
barcelonés "La ilustración Artística", según cuenta con todo lujo
de detalles ERO.
Ciertamente, no dejó de sorprenderme esta faceta feminista de la
Pardo Bazán, que se manifestó en más ocasiones en la misma línea de
pensamiento e incluso con creciente radicalidad con el paso del
tiempo. Veamos otros magnífico ejemplo.
Ahora, parece que se ha puesto de moda que el matarife (así lo
llama la Pardo Bazán) vuelva su arma contra él con el ánimo de
suicidarse una vez cometido el asesinato. Sin embargo,
curiosamente, pocas veces aciertan. Es decir en el momento de la
verdad les tiembla el pulso, lo que según nuestra escritora no deja
de ser una "pícara casualidad". O sea, que es exactamente
igual.
En fin, por no alargar más la cuestión, hay que reconocer que en
más de un siglo poco o nada se ha avanzado en este asunto. Supongo
que no sólo es necesaria una legislación sensata, ni más jueces
dedicados a este asunto, sino, fundamentalmente, un cambio en la
mentalidad de la sociedad.
Todavía yo me quedo consternado cuando algún macho comenta
jocosamente, creyendo que hace gracia, que "algo habría hecho", la
víctima de una agresión y se queda tan tranquilo esperando la risa
y aprobación general que, encima, casi siempre encuentra.
Coincido con Doña Emilia en que la gran cuestión es que la
sociedad acepta con fatalismo y cierto grado de pasividad estos
crímenes que ya digo aún no sé por qué se llaman de género.
Comentario de los lectores:
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