Morir de la propia muerte
Se habla siempre del derecho a una vida digna y se omite el derecho
a morir dignamente. Un reconocimiento que entrañaría, en la medida
de lo posible, la elección del personal acabamiento. Una petición
del poeta Rainer Maria Rilke: "Señor, concede
a cada cual su propia muerte." Tal vez, una idea tomada de Séneca,
pensador que apuntó: "morire sua morte", morir su muerte, alusión
al deseo de correspondencia entre el estilo de vida y la manera de
terminarla. El mismo Rilke se dejó morir una vez quedó infectado
por la espina de una flor que arrancó para brindársela a una mujer.
Tiempo antes de contraer la enfermedad había escrito un poema a la
rosa, cuyos versos se derraman hoy sobre su epitafio.
El escritor Robert Walser, por su lado, dio a uno de
sus relatos el título "Un Paseo" y dedicó un conmovedor y bello
poema a la nieve. Años después, Walser pereció sepultado en el
hielo, bajo una tormenta, en el transcurso de un paseo solitario.
Intencionalidades al margen, son inquietantes coincidencias entre
modos de existencia y formas de consumarla. Un anhelo que asumió el
filósofo de la Antigüedad Plotino. No quiso que le sobreviviera
ningún retrato de su persona, porque creía sólo en la realidad de
los arquetipos platónicos. Ante el hombre ideal se consideraba, por
tanto, una copia y cualquier imagen suya la habría contemplado como
una copia de la copia. Sombra de otra sombra.
Kafka,
aquejado de tuberculosis, ya no alcanzó casi a comer en las últimas
semanas previas a su fallecimiento. Únicamente se comunicaba por
escrito y su desesperación le llevó a dejar una nota a su médico en
los siguientes términos: "Máteme. De lo contrario es usted un
asesino."
Nadie escapa al golpe final de la muerte. Pero si ésta no se
adelanta, todos tenemos el derecho a morir de acuerdo a las propias
convicciones y al privativo estilo de vida. Por eso defiendo el
derecho al suicidio y a la eutanasia. La salida del Infierno cuando
no se quiere lo que se hace o cuando no se puede decidir y la vida
pasa de largo.
Comentario de los lectores:
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