Meridiano de Sangre, de Cormac McCarthy
Esta obra extraordinaria, casi seguro que ha de provocarle más de
un dolor de cabeza a su autor.
Es que siendo su quinta novela dentro de un trabajo compuesto por
diez narrativas entregadas hasta la fecha, ninguna ha logrado
superar esta narración asombrosamente desmedida respecto de las
restantes, sin que por ello su producción pueda ser minimizada,
cuanto por el contrario todas sus otras obras son increíblemente
muy pero muy buenas, al punto tal que por la última de ellas
(La carretera) ganó el Premio
Pulitzer.
Es decir que ante tanta creatividad, una hija aventajada que se
eleva considerablemente por sobre la familia (gana por varios
cuerpos, diría un aficionado al turf), supone un desafío mayúsculo,
que significa el tratar de mantenerse en consideración permanente
sin que le cuelgue ese "san Benito" de ser reconocido nada más que
por lo que vendría en ser, en este caso, su obra emblemática,
asunto bastante reiterado con muchos autores famosos.
Cormac
McCarthy es casi sin dudas uno de los mejores escritores vivos
en el mundo, y es también el mayor narrador de la frontera
méxico-norteamericana. Este prodigioso escritor ha logrado
reconstruir literariamente un territorio salvaje donde la vida es
atroz, y la ha poblado de personajes increíblemente oscuros, casi
mudos, pero que conviven en estricta armonía con un paisaje de
soledad casi lunar, donde morir violentamente es solamente un acto
irrefrenable. Sus novelas hablan de historias sorprendentes que se
desarrollan en estos inhóspitos lugares, creando todo un universo
literario alucinante donde los personajes avanzan por
territorios de pesadilla, sin destino y sin esperanzas. Con estos
ingredientes se alimenta este enorme escritor contemporáneo para
escribir novelas casi bíblicas y apocalípticas.
"Meridiano de sangre", supone ingresar a
un camino por donde transita la maldad en estado puro. Se trata de
un "western" apocalíptico que se ubica en la nebulosa frontera
entre Texas y México poco después de la Guerra Civil, a mitad del
siglo XIX.
La historia se centra en una expedición paramilitar ordenada
conjuntamente por las autoridades mexicanas y las del estado de
Texas con el objeto de exterminar el mayor número de indios
posibles, apaches que asolan el territorio. La banda de asesinos,
en un alarde de crueldad inenarrable, pasa de matar y arrancar la
cabellera de los indios, a exterminar a los propios mexicanos que
les pagaban, desatándose como consecuencia, la ley de la selva
total.
Comandada por el sanguinario asesino John Glanton, el grupo de
mercenarios tiene a su vez como líder espiritual al juez Holden, un
ser diabólico y cruel, cuya figura parece haber sido arrancada de
alguno de los más alucinantes filmes de Fellini. Gigante albino,
calvo como una bola de billar, no tiene pestañas ni cejas;
violinista depravado y pedófilo, baila en los bares totalmente
desnudo y grita a voces que nunca morirá; Holden encarna un
personaje monstruoso, siniestro, que representa sin dudas la viva
encarnación del mal.
La naturaleza de esta historia es tan impresionante y devastadora
que nos hace pensar en la eternidad de la presencia de lo maligno,
y no deja de proponer una mirada terrorífica de cualquier tiempo y
lugar. Estas criaturas ambientadas en un mundo de crueldad
inexplicable, conservan la violencia como lenguaje primordial;
pueden morir como fieras y también como fieras matar, en un acto
que es sencillamente la comprobación que aún viven.
Cormac
McCarthy, es un narrador portentoso, increíble, que escribe sin
concesiones, sin dar respiro al lector, con un deslumbrante
lenguaje y una intensidad narrativa vigorosa y extremadamente
poética al mismo tiempo. Es un escritor de estirpe "faulkneriana"
que interpreta las emociones del lector; parece advertir que a unos
momentos de elocuencia áulica deben suceder otros cargados de
simbolismos proféticos y mágicos enmarcados en los fundamentos de
una literatura visceral, profunda, fruto de la alquimia que su
inigualable talento expresivo puede engendrar.
Comentario de los lectores:
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