Premio Planeta 2015. 2. Comida en Sant Pau, cena en la Bodega La Puntual... fantasmas, y Anika Entre Amigos
EN LA SALA, LA COMIDA.
No salimos de Sant Pau, el lugar donde comíamos estaba allí mismo. Una estancia enorme con arcos abovedados, columnas rectas de ladrillo, y ladrillo formando grecas en las paredes… todo estaba modernizado. Antiguamente fue un hospital.
Y el cuarto de baño… el cuarto de baño era enorme. Y limpio -no sólo hablo de higiene si no de diseño moderno, algo minimalista-. Podrías hacer allí mismo una rueda de prensa, jajaja. Casi, casi le hago foto y todo…
Así se mostraba una mesa casi vacía (casi porque Xavi Borrell ya estaba sentado)
Y es que Xavi se marchaba muy pronto -es lo que tiene trabajar ese día- de modo que nos hicimos una foto antes, y luego alguna que otra más ya sin él. Aunque las fotos no podrían tener peor calidad… ejem… mi móvil, que ha sobrevivido incluso a un baño inesperado y me ha tocado secarlo con arroz.
Aquí estamos Alfredo Álamo, Xavi Borrell (en la foto de arriba), yo y Diego Palacios Marxuach (a la derecha).
Las revistas cool suelen poner fotos de las comidas, y yo lo hice el año pasado también -por pura curiosidad- así que volveré a hacerlo para que cotilleéis qué comimos (probé los canelones fríos de gambas y me comí el goxua, pero tuve la impresión de que mi principal alimento fue al estilo medieval: pan y vino. Me faltó el queso (y el jamón) y ya hubiera sido una comida más estilo Anika, jajaja). Enhorabuena a los vascos por crear un postre tan rico.
Pero para mí, lo mejor, fueron los comentarios de mi familia cuando les pasaba las fotos por whatsapp:
Anika: Empiezan las comidas raras
Marta (mi sobrina): (emoticón de risa llorando)
Natacha (hija): Halaaaa
Tatiana (hija de mi prima): Parece riquísimo! Que aproveche!
Erik (mi hijo): Qué hambre. Te odio.
Blanca (mi hermana): Madre mía, yo me lo habría comido todo!!!
Marián (mi hermana): Yo también me lo hubiera comido todo. Se ve riquísimo.
Como realmente con lo poco que como era fácil acabar rapidito, me di una mini vuelta y encontré a varias personas con las que suelo reencontrarme y les saqué alguna foto:
Ricard Ruiz Garzón (escritor, editor, asesor editorial y recomendando libros en Els Matins de TV3) con David Guzmán (Catalunya Ràdio y El País Quadern)
Fernando Delgado, Carmen Posadas, José Crehueras y Rosa Regàs
Misma mesa: Alberto Blecua, Emili Rosales y Juan Eslava Galán. Este fue el momento en que Juan me llamó y me presentó a Emili. Le estuvo hablando de mí y me alabó ante él, de modo que acabé, seguramente, con coloretes naturales al estilo Heidi. También me habló muy bien de Emili, si no recuerdo mal me dijo que era el mejor o uno de los mejores editores que conocía. Y Juan conoce muchos.
Óscar López (creo que no necesita presentación, pero por si hay algún nuevo amante de la literatura… Página2 en RTVE) y Antonio Iturbe (Librújula)
Tengo algunas costumbres que procuro no cambiar. Esta es una de ellas, pero no la única: hacerme una foto con Ricard.
De esta comida nos fuimos al hotel. No creáis que a las tres o a las cuatro ya estamos ahí, estos eventos se alargan así que apenas quedaba mucho tiempo para descansar. También es un buen momento para abrir de verdad la maleta y distribuir lo que has traído porque si te descuidas puede acabar tu camisa toda bien arrugadita entre un pantalón y unos zapatos de recambio (no es mi caso). Abrí el armario, probé la cama, la ducha… y bueno… había un pequeño inconveniente: escuchaba un ruidito de esos de energía zumbona que venía justo de los enchufes desde donde cargas el móvil, en el escritorio (ahí va foto para que veáis habitación y escritorio). Quité el móvil y seguía el ruido, lo puse y seguía el ruido. Me esperaba una noche muy divertida con ese sonidito, pero tampoco tenía ganas de poner mala cara al asunto.
De hecho me fui a tomar un cortado pero hacía frío y mi móvil estaba sin batería, por lo que me tocó subir a cargarlo. Y entonces empecé a aburrirme. Lo dije en facebook y ya sabéis… me dijisteis cosas como…
¿Y qué son gilitonterías? Aparte de una de mis palabras inventadas, hacerme fotos inútiles poniendo caretos. Esperar a que se cargue el cargador del móvil sin nada que hacer es tan aburrido como esperar a que hierva el agua para echar la pasta. ¿Os he dicho alguna vez que odio cocinar? Creo que estáis hartos de oírme decir eso, jajaja.
Me había llevado tres libros para elegir el que me apeteciera leer pero en ese momento no tenía ganas de leer. En todo caso estos fueron mis elegidos:
El chirridito de los enchufes ponía un poco de los nervios. Decidí dejarles una nota a los del hotel. Y de paso añadí que o yo era tonta o la tele no funcionaba porque suponía que se encendía con el botón verde y no había tutía. Ahí quedó la nota mientras me preparaba para la cena que disfrutaríamos los medios de comunicación que habíamos ido allí.
CENA BOMBA PICANTE Y COMPAÑEROS QUE MOLAN
Seguimos en el día 1, pero esta vez el bus nos lleva a otro sitio y nos toca andar un poquito porque la zona es peatonal y el lugar es una Bodega situada en el barrio del Borne (Born para los catalanes). El local tiene muy buena fama pero nadie nos avisó de que la mayor parte de la comida era picante, brava y fuerte. Y eso para cenar… Mi alimentación esa noche se basó en berberechos, papas, dos lonchas de jamón de bellota y una minialbóndiga. Hasta la camarera se acercaba a mí con un casi "losientoestotambiénpica", jajaja. Pero alguno de mis compañeros se puso las botas. Es más, ya habíamos acabado todos, seguíamos con la conversación, venían a retirar platos y él dejó de hablar para decir que todavía estaba comiendo. ¡Buena digestión la suya! No creáis que fui la única a la que le pasó esto, otro de mis compañeros sufrió con tanta comida brava y picante. Los estómagos no siempre son a prueba de bombas, y uno de los platos llevaba precisamente la palabra "bomba" en su nombre.
En la mesa disfrutamos esta vez muchísimo, pero de la conversación. A mi lado estaba Fernando Díaz de Quijano (El Cultural), los que ya conocéis de antes (Alfredo y Diego) y enfrente Fernando Parra Nogueras (Diari de Tarragona) y nuestra conversación number one no fue la literatura especialmente -aunque sí que hablamos de ella- si no de series de televisión.
Nosotros…
Alfredo, moi y Fernando Díaz de Quijano (El Cultural)
Fernando Parra y Diego Palacios ¡que resultó que era un habitual de mi antiquísimo foro allá por los años... ni me acuerdo, pero él ya estaba allí! :D Poirot.
La cena picante…
Fue mucho de picoteo. Esto que veis y alguna cosita más. Lo mejor, sin duda, el postre: chocolate con sal. Me podían haber sacado varios de esos para toda la noche y yo hubiera sido la MUJER MÁS FELIZ DEL MUNDO. Chocolate mi amoooor… Cuando digo que soy adicta al chocolate la gente piensa ¿esta qué fuma?, pero yo hablo de ESTE chocolate. Mmmmm…
Y claro… Quien me conoce bien y sobre todo haya leído mis crónicas se estará preguntando ¿No hubo cosas paranormales ni fantasmas esta vez? ¡Pues claro! Jajajaja. Pero no es nada del otro mundo, aunque sí una curiosidad más para anotar en mi mochila de anécdotas.
Aquella noche estaba agotada, tan, tan cansada y además dolorida -no me encontraba bien- que me eché rápido en la cama sin llegar a leer, cosa totalmente increíble en mí. Apagué todas las luces de la habitación y me quedé completamente a oscuras. En un momento dado se me ocurrió abrir los ojos porque tenía una curiosidad: si la luz ambiental (en realidad las de la ciudad nocturna) de Barcelona llegaba a verse a través de la ventana del décimo piso en el que yo estaba (sí, Espido Freire cree que sólo yo pienso cosas así de raras, jajajaa, pero así ocurrió). Al abrir los ojos efectivamente vi que la luz se vislumbraba a través de una rendija de la cortina que yo había cerrado por el centro para que no molestara por la mañana, una mini rendija al final de la pared, y entonces me di la vuelta hacia el otro lado y vi algo inesperado: la luz del cuarto de baño estaba encendida. Totalmente. Yo había apagado todo y mirad por donde me había tocado una habitación con una puerta que NO se cerraba del todo por lo que todo a su alrededor era luz (no me quejé de eso pero debí hacerlo, la verdad, resultaba incómodo pensar que podía entrar una señora a hacer la cama y encontrarme yo en el baño haciendo mis cosas sin poder cerrar la puerta, grrrr). En fin, el caso es que miré la luz y pensé "no, hoy no, paso, estoy demasiado cansada, mañana apago la luz", y decidí dormir. No tardé mucho, pero debí quedarme con el tema en la cabeza porque nada más despertar al día siguiente lo primero que pensé fue en ir a apagar la luz del baño y… efectivamente: estaba apagada y yo no había sido.
¿Veis la pared al lado de la cama? El cuarto de baño es ese espacio y de la puerta podéis ver un resquicio. Pues resulta que lo que hay enfrente es un enorme armario de espejo y reflejaba la puerta, por eso pude ver desde la cama el resplandor que salía por el marco de la puerta del baño (que os recuerdo NO se podía cerrar, por lo que se veía bastante luz).
Notas para incrédulos: No había ventanas en el baño a través de las cuales pudiera entrar alguna luz, no había luces encendidas, no le llegaba luz de ningún sitio porque estaba situada casi en la entrada de la habitación y era un espacio interior al que no le llegaba tampoco ninguna luz externa; no creo ni por asomo que alguien del servicio entrar a apagarme la luz -será un hotel de cinco estrellas pero tan locos como para entrar en tu habitación de noche no creo que estén-… Ah, y no soy sonámbula.
Otra anécdota, quizá, es que durante los dos primeros días de mi estancia en Barcelona me tuve varias (no dos ni tres, ¡cuatro!) conversaciones relacionadas con fantasmas y otros fenómenos ¡y no fui yo quien sacó la conversación realmente! Alguien lo llamaría serendipia, yo lo llamé "cómo me mola este viaje" :)
DÍA 2. ANIKA ENTRE AMIGOS
Desayuné con amigos de los medios. Poco a poco en estos sitios nos vamos conociendo más unos a otros, y en este viaje reconozco que he conocido gente muy estupenda que estaré encantada de volver a encontrarme algún día. Esa mañana compartí mesa con Diego Palacios (Libros y literatura) y Fernando Díaz de Quijano (El Cultural).
A esas horas del desayuno ya había corrido la voz de que los premiados serían Javier Sierra y Cristina Pedroche. Que me perdone la chica -guapísima, ya lo vi más tarde- pero no tenía ni idea de quién era ella. Obviamente es la típica quiniela que se hace muy al azar basándose en la famosa pregunta de Suso, un periodista que cada año sugiere que van a ganar el Planeta gente como Fernando Alonso o Jesulín de Ubrique; una primera quiniela que sirve para despistar. Lo divertido es que los medios se hacen eco.
Yo había quedado con uno de mis mejores y más activos colaboradores. Javier Camúñez, que firma como Selin sus reseñas, artículos y entrevistas, vino a verme al hotel.
Con Selin tuve conversaciones tan interesantes que estoy deseando poder volver a vernos en otra ocasión y tener mucho, mucho más tiempo para conversar. Desde luego no pude tener más suerte cuando Selin entró en mi vida 'literaria' con Anika Entre Libros. A mí me gusta especialmente la gente con la que puedes hablar de cualquier cosa, que no hable sólo de su libro -por ejemplo, cosa que me ocurre mucho-, y con Selin hubo una conexión muy buena, buen rollo y buena energía.
También había quedado con Noelia Montalbán, una amiga de facebook que en realidad conozco por internet desde la época en que yo tenía mi propio foro de la web (y que eliminé hace unos cuantos años). Y, amigos, yo no sé si soy tan miniatura o qué pero al lado de Noelia ¡parecía un yorkshire! Cuando nos hicimos foto juntas decidí que ella se quedara sentada, jajajaa. Me reí muchísimo con las cosas que me contaba Noelia. Como muestra una imagen:
Llegué a pensar que ella sola tenía la potencia de un personaje literario. Qué grande, y no sólo de tamaño. Y qué fuerte. Su brazo es una barra de hierro. Vamos, que me da un golpecito y me empotra directamente contra una pared, jajajaa.
Quedé para comer con ella y el escritor Josep Capsir, del que debo decir que es un caballero y un perfecto anfitrión. Josep, por cierto, me entrevistó hace un tiempo en el blog de la Agrupación de Escritores Independientes; él se encarga de la sección "Un café con Leo" y allí entrevista a gente del mundo literario, aunque su blog personal se llama Mi ventana al exterior.
Noelia y Josep me acompañaron parte de esa tarde. Valoré mucho algo que me dijo Josep respecto a lo importante que consideraba que si alguien venía a su ciudad se sintiera acompañado. Como digo es un perfecto anfitrión pero además es una persona con la que da gusto hablar de todo tipo de cosas, profesionales y personales. Gracias a ti también, Josep. Hubiera charlado más tiempo de haberlo tenido ambos.
A determinada hora Josep se marchaba y yo decidía tomar la mejor decisión del mundo: dormir la siesta. No lo hago nunca porque no soy capaz de dormir de día, pero resulta que estaba muy cansada y con dolor, así que ni corta ni perezosa, en plena tarde ¡me puse el pijama y me metí en la cama! Por el amor de Wilde, fue la mejor decisión que tomé sin lugar a dudas. Ese rato me sirvió para estar descansada, fuerte y llena de energía el resto de la tarde y noche porque lo que venía a continuación era la Gran Gala de los Premios Planeta 2015. Lo que todavía me pregunto es cómo fue posible dormir la siesta si no lo he conseguido nunca, ni siquiera de niña. Serían mis queridos y amables fantasmas que me acompañan aquí y allá. ¡Ah, claro! Ángeles de la guarda. Si es que… :)
(seguir leyendo accediendo a otra página desde el menú)
Comentario de los lectores:
- Premios Planeta 2015 Ganadora Alicia Giménez Barlett, Finalista Daniel Sánchez Arevalo
- Premio Planeta 2015. 1. Me marcho a Barcelona y empieza la maratón
- Premio Planeta 2015. 2. Comida en Sant Pau, cena en la Bodega La Puntual... fantasmas, y Anika Entre Amigos
- Premio Planeta 2015. 3. Photocall, primera página
- Premio Planeta 2015. 4. Photocall, segunda página
- Premio Planeta 2015. 5. Fotos en el cóctel e inicio de gala
- Premio Planeta 2015. 6. Entrega de premios y fiesta post-gala
- Premio Planeta 2015. 7. Desayuno, fotos oficiales y con amigos, anécdotas y redes sociales