Anika entre libros

La pasión machadiana de un italiano

Cátulo, octubre 2004


Sin duda para los lectores italianos de Machado fue un gran motivo de satisfacción el hecho de que la Fundación Antonio Machado y la editorial Espasa Calpe llamaran al profesor Oreste Macrì para preparar la publicación de "Poesía y Prosa", obra que fue en ese tiempo, (1989), la recopilación más completa de la obra de machadiana, tal y como se reconoció, incluso, en la propia España.

A mí, que entonces vivía en Madrid, me llenaron de satisfacción la noticia y la presentación de la obra, que fue publicada por la citada editorial, en la colección "Clásicos Castellanos", dirigida entonces por Víctor García de la Concha, de la Universidad de Salamanca y que, por supuesto, forma parte de mi modesta colección de autores hispanos.

Me llenó de alegría, es cierto, pero también me dejó un poco perplejo que hasta ese año, no existiera una amplia recopilación de la obra de Antonio Machado y que hubiera que esperar al cincuentenario de su fallecimiento para llevar adelante este monumental proyecto y a cargo de un italiano. Pero mi perplejidad inicial aumentó cuando me enteré de que sí existía una compilación de la obra de Machado que había sido preparada, precisamente, por el propio Macrì en la editorial Lérici de Milán en 1959 (edición en italiano y castellano) a la que siguió otra (1968) pero sólo en italiano. Debo señalar que la editorial argentina Losada ya había reunido en una recopilación anterior, bastante de la obra de este autor, a cargo del trabajo excelente de Guillermo de la Torre y Aurora de Albornoz. Sin embargo, insisto, la más completa fue la Macrì.

Desgraciadamente, el eminente profesor no pudo ver ampliada su aportación al conocimiento general, en Italia y fuera de ella, de la obra de Antonio Machado, ya que murió en 15 de febrero de 1998 , con 85 años. El fallecimiento de Macrì causó consternación en el mundo literario y universitario italiano y, por lo que pude comprobar, también tuvo bastante repercusión en España, donde Luis Antonio de Villena le dedicó un amable artículo a su memoria en un diario de Madrid.

Pero ¿quién fue este Oreste Macrì? En Italia es bastante conocido, especialmente en el mundo universitario, como filólogo, hispanista y lingüista y una de las eminencias en literatura española, experto tanto en los autores del Siglo de Oro, como de los andaluces modernos, ya que, además de su extenso conocimiento de Machado, también lo tuvo de Pedro Salinas, otros de mis españoles imprescindibles y del no menos universal Federico García Lorca. Es un referente obligado para cualquier estudioso de la literatura española.

Macrì nació el 10 de febrero de 19 13 en Maglie, un pueblo del sur profundo de Italia en la región de Lecce y con 21 años ya consiguió el doctorado en Filosofía por la Universidad de Florencia, a la que tanto iba a aportar posteriormente. A partir de 1938 se dedicó a la enseñanza de la literatura en el Instituto Francesca Capece de su localidad natal, tras pasar algún tiempo en las Escuelas Pías de Florencia.

Eran años difíciles para Italia porque la presión brutal del fascismo ahogaba cualquier sentimiento cultural que no fuera del agrado del régimen impuesto por la fuerza. Se vivía en un ambiente de agobio y Macrì se encontró refugio en la literatura y en la poesía. Esto, como se comprobaría después, serviría años después a España, ya que, el profesor dio a conocer la literatura española cuando este país estaba aislado como consecuencia de la dictadura de Franco.

Una vez acabada la guerra, conoció en Turín a Albertina Baldo, con la que se casó en 1942. Empieza entonces a trabajar como enseñante de literatura española, aunque en los primeros tiempos de forma interina, hasta que en 1956 ya fue catedrático de literatura española de forma oficial. Pero su labor más importante es que da a conocer la creación de los grandes poetas españoles, censurados en su propio país. Gracias a la aportación de Macrì, toda una generación de italianos, se familiarizaron con Machado, Lorca, Fray Luis, Góngora y otros. Tradujo al italiano a todos estos autores.

En 1989 preparó, con la ayuda de Gaetano Chiappini, la edición en cuatro tomos de la obra ya citada, lo que posiblemente le valió que algunos años después se le concediera el premio Nebrija y que fuera miembro correspondiente de la Real Academia Española en Italia.

Recuerdo que, con motivo de la publicación de "Poesía y Prosa", el diario ABC de Madrid, publicó una entrevista con Macrì en la que exponía algunas de sus ideas sobre Antonio Machado. La entrevista la hizo Miguel García-Posada, quién en un artículo sobre la edición del cincuentenario, comentaba que con ella se podía decir que en cierto sentido los efectos de la guerra civil habían terminado para Antonio Machado con la publicación de la compilación de Macrì.

Es posible, pensé entonces y sigo creyendo hoy, que esto sea cierto con los respecta a la obra de Machado, pero no en cuanto a la persona, que sigue, todavía hoy, enterrado fuera de su país.

Algunos años después he tenido la ocasión de visitar la tumba de Antonio Machado en Collioure. ¡Qué tristeza! Nada que sirva de homenaje por parte de las autoridades españolas, salvo por parte de la junta de Andalucía. Una tumba olvidada en tierra ajena. Mientras esto sea así los efectos de la guerra civil pesarán como una losa sobre la memoria de Machado.

En los cuatro tomos que conforman la obra se puede seguir, a través de escritos en prosa, publicados en revistas y periódicos, y de un buen número de interesantísimas cartas enviadas a los personajes más importantes de la época (Unamuno, Valle, Juan Ramón Jiménez, María Zambrano y otros muchos) la evolución personal y creativa de Antonio Machado. Desde sus años juveniles, llenos de ironía y buen humor, a veces rebosante, hasta las últimas composiciones, llenas de espanto por la guerra perdida irremisiblemente y el espanto que esto va a suponer para su querida España.

Es especialmente dura la carta que Antonio Machado le envió a José Bergamín, desde el hotel Bougnol Quintana de Collioure, el día 9 de febrero de 19 39, poco antes de su muerte en la que el poeta universal y eterno, en descripción de Macrì, se ve forzado a pedir dinero a Bergamín, sencillamente para poder sobrevivir "en un pisito amueblado en las condiciones más modestas". Terrible paradoja.

Finalmente querría añadir que en un artículo publicado en la Gazzetta di Parma con motivo de la muerte de Macrì, y escrito por Giuseppe Marchetti, se decía, entre otras muchas cosas, que fue un estudioso atípico y que dedicó tanta atención a la literatura italiana como a la española y la francesa, que su muerte significó una pérdida para el hispanismo en Italia.

Sin embargo, gracias a su trabajo hoy disponemos en Italia de una Fundación Macrì dedicada íntegramente al estudio de la literatura española que cuanta con un estupendo fondo literario.


+ Antonio Machado

 

 

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