La pasión machadiana de un italiano
Sin duda para los lectores italianos de Machado fue un gran motivo
de satisfacción el hecho de que la Fundación Antonio Machado y la
editorial Espasa Calpe llamaran al profesor Oreste Macrì para
preparar la publicación de "Poesía y Prosa", obra que fue en ese
tiempo, (1989), la recopilación más completa de la obra de
machadiana, tal y como se reconoció, incluso, en la propia
España.
A mí, que entonces vivía en Madrid, me llenaron de satisfacción la
noticia y la presentación de la obra, que fue publicada por la
citada editorial, en la colección "Clásicos Castellanos", dirigida
entonces por Víctor García de la Concha, de la Universidad de
Salamanca y que, por supuesto, forma parte de mi modesta colección
de autores hispanos.
Me llenó de alegría, es cierto, pero también me dejó un poco
perplejo que hasta ese año, no existiera una amplia recopilación de
la obra de Antonio Machado y que hubiera que
esperar al cincuentenario de su fallecimiento para llevar adelante
este monumental proyecto y a cargo de un italiano. Pero mi
perplejidad inicial aumentó cuando me enteré de que sí existía una
compilación de la obra de Machado que había sido preparada,
precisamente, por el propio Macrì en la editorial Lérici de Milán
en 1959 (edición en italiano y castellano) a la que siguió otra
(1968) pero sólo en italiano. Debo señalar que la editorial
argentina Losada ya había reunido en una recopilación anterior,
bastante de la obra de este autor, a cargo del trabajo excelente de
Guillermo de la Torre y Aurora de Albornoz. Sin embargo, insisto,
la más completa fue la Macrì.
Desgraciadamente, el eminente profesor no pudo ver ampliada su
aportación al conocimiento general, en Italia y fuera de ella, de
la obra de Antonio Machado, ya que murió en 15 de febrero de 1998 ,
con 85 años. El fallecimiento de Macrì causó consternación en el
mundo literario y universitario italiano y, por lo que pude
comprobar, también tuvo bastante repercusión en España, donde Luis
Antonio de Villena le dedicó un amable artículo a su memoria en un
diario de Madrid.
Pero ¿quién fue este Oreste Macrì? En Italia es bastante conocido,
especialmente en el mundo universitario, como filólogo, hispanista
y lingüista y una de las eminencias en literatura española, experto
tanto en los autores del Siglo de Oro, como de los andaluces
modernos, ya que, además de su extenso conocimiento de Machado,
también lo tuvo de Pedro Salinas, otros de mis españoles
imprescindibles y del no menos universal Federico
García Lorca. Es un referente obligado para cualquier estudioso
de la literatura española.
Macrì nació el 10 de febrero de 19 13 en Maglie, un pueblo del sur
profundo de Italia en la región de Lecce y con 21 años ya consiguió
el doctorado en Filosofía por la Universidad de Florencia, a la que
tanto iba a aportar posteriormente. A partir de 1938 se dedicó a la
enseñanza de la literatura en el Instituto Francesca Capece de su
localidad natal, tras pasar algún tiempo en las Escuelas Pías de
Florencia.
Eran años difíciles para Italia porque la presión brutal del
fascismo ahogaba cualquier sentimiento cultural que no fuera del
agrado del régimen impuesto por la fuerza. Se vivía en un ambiente
de agobio y Macrì se encontró refugio en la literatura y en la
poesía. Esto, como se comprobaría después, serviría años después a
España, ya que, el profesor dio a conocer la literatura española
cuando este país estaba aislado como consecuencia de la dictadura
de Franco.
Una vez acabada la guerra, conoció en Turín a Albertina Baldo, con
la que se casó en 1942. Empieza entonces a trabajar como enseñante
de literatura española, aunque en los primeros tiempos de forma
interina, hasta que en 1956 ya fue catedrático de literatura
española de forma oficial. Pero su labor más importante es que da a
conocer la creación de los grandes poetas españoles, censurados en
su propio país. Gracias a la aportación de Macrì, toda una
generación de italianos, se familiarizaron con Machado, Lorca, Fray
Luis, Góngora y otros. Tradujo al italiano a todos estos
autores.
En 1989 preparó, con la ayuda de Gaetano Chiappini, la edición en
cuatro tomos de la obra ya citada, lo que posiblemente le valió que
algunos años después se le concediera el premio Nebrija y que fuera
miembro correspondiente de la Real Academia Española en
Italia.
Recuerdo que, con motivo de la publicación de "Poesía y Prosa", el
diario ABC de Madrid, publicó una entrevista con Macrì en la que
exponía algunas de sus ideas sobre Antonio Machado. La entrevista
la hizo Miguel García-Posada, quién en un artículo sobre la edición
del cincuentenario, comentaba que con ella se podía decir que en
cierto sentido los efectos de la guerra civil habían terminado para
Antonio Machado con la publicación de la compilación de
Macrì.
Es posible, pensé entonces y sigo creyendo hoy, que esto sea
cierto con los respecta a la obra de Machado, pero no en cuanto a
la persona, que sigue, todavía hoy, enterrado fuera de su
país.
Algunos años después he tenido la ocasión de visitar la tumba de
Antonio Machado en Collioure. ¡Qué tristeza! Nada que sirva de
homenaje por parte de las autoridades españolas, salvo por parte de
la junta de Andalucía. Una tumba olvidada en tierra ajena. Mientras
esto sea así los efectos de la guerra civil pesarán como una losa
sobre la memoria de Machado.
En los cuatro tomos que conforman la obra se puede seguir, a
través de escritos en prosa, publicados en revistas y periódicos, y
de un buen número de interesantísimas cartas enviadas a los
personajes más importantes de la época (Unamuno, Valle, Juan Ramón
Jiménez, María Zambrano y otros muchos) la evolución personal y
creativa de Antonio Machado. Desde sus años juveniles, llenos de
ironía y buen humor, a veces rebosante, hasta las últimas
composiciones, llenas de espanto por la guerra perdida
irremisiblemente y el espanto que esto va a suponer para su querida
España.
Es especialmente dura la carta que Antonio Machado le envió a José
Bergamín, desde el hotel Bougnol Quintana de Collioure, el día 9 de
febrero de 19 39, poco antes de su muerte en la que el poeta
universal y eterno, en descripción de Macrì, se ve forzado a pedir
dinero a Bergamín, sencillamente para poder sobrevivir "en un
pisito amueblado en las condiciones más modestas". Terrible
paradoja.
Finalmente querría añadir que en un artículo publicado en la
Gazzetta di Parma con motivo de la muerte de Macrì, y escrito por
Giuseppe Marchetti, se decía, entre otras muchas cosas, que fue un
estudioso atípico y que dedicó tanta atención a la literatura
italiana como a la española y la francesa, que su muerte significó
una pérdida para el hispanismo en Italia.
Sin embargo, gracias a su trabajo hoy disponemos en Italia de una
Fundación Macrì dedicada íntegramente al estudio de la literatura
española que cuanta con un estupendo fondo literario.
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Antonio Machado
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