La corte de los milagros
España parece cada vez más una especie de Corte de los Milagros. Y
si no es así ya me dirán ustedes, amables lectores de esta web,
cómo interpretar la gran cantidad de libros que salen, poco menos
que al cabo de cada semana, en cuanto se produce un acontecimiento
importante. La verdad es que esto sólo se puede deber a un
milagro.
En mi último comentario les hablé de los problemas de mi amigo
cura de una parroquia de Valencia (capital). Omití en ese escrito
el nombre involuntariamente y ahora diré que Francisco (Paco), que
así se llama, sigue sin encontrar el dichoso libro "Mi vida"
escrito por el cardenal Ratzinger. Todo intento ha
sido inútil.
Conozco a Paco desde hace muchos años. Fuimos compañeros en el
equipo de fútbol de los "veraneantes" y en las correrías agosteñas
en la sierra de Madrid, ya que, por entonces los dos vivíamos en
esa comunidad y pasábamos las merecidas vacaciones del verano en un
pueblo serrano.
Cuando me comunicó su intención estudiar en un seminario me dejó
de piedra y dudé de su vocación, pero siguió adelante con su
carrera y hoy es un cura querido de sus feligreses. Yo seguí la
mía, con mis estudios de Historia y creo que soy querido por mis
alumnos. ¿Quién nos diría que años después el destino no llevaría a
ambos a su querida Comunidad natal y para mí adoptiva?
Ahora nos hemos reencontrado y compartimos nuestra afición por los
libros, la buena música, el Levante CF y la cerveza fría. También
nos separan algunas cosas pero de esas casi nunca hablamos.
En fin, perdónenme los lectores esta alusión a nuestra
adolescencia y madurez pero a veces los recuerdos nos vienen a la
memoria sin que podamos evitarlo.
El caso es que Paco está en busca del libro en cuestión, y no se
da por vencido. Yo le he dicho que, temporalmente, desista y se
conforme con lo que aparece en las librerías que está al alcance de
cualquiera y además es de gran actualidad editorial. Pero no hay
forma de convencerlo, dice que hay mucho oportunista.
Cuando este artículo salga a la luz habrá pasado poco más de un
mes desde que el Cardenal Ratzinger pasó a ser Benedicto XVI. Pues
bien, ya se han publicado, que yo sepa, dos libros en los que,
sendos periodistas, nos cuentan con toda clase de detalles cómo fue
el Cónclave, por qué ganó Ratzinger, una buena parte de lo que
piensa el nuevo Papa y casi seguro que marca de cepillo de dientes
usa cada noche.
Una de esas maravillosas obras se debe a las manos y a la mente
preclara de ese hombre acumulador de récord que se llama Alfredo
Urdaci; ese mismo que consiguió, cuando era responsable de
informativos, que la TV publica fuera condenada por los Tribunales
por dar información sesgada sobre una huelga general.
Lo más curioso del caso es que no hace mucho escribió otro libro
también sobre el mismo tema del Cónclave. ¡Qué insistencia! Ahora
nos cuenta todos y cada uno de los entresijos de la elección del
cardenal alemán.
Le pregunté a Paco si era posible que, o bien Urdaci tuviera algún
cardenal espía dentro de la Capilla Sixtina o que estuviera también
él mismo inspirado por el Espíritu Santo. Lo segundo lo ha
descartado absolutamente y, en cuanto a lo primero, se limitó a
soltar una carcajada estruendosa en mitad del bar donde solemos
vernos y llamarme irreverente. Pero lo cierto es que no
contestó.
El segundo libro es el de Jesús Bastante, que ya fue protagonista
de una entrevista en esta web. Hay que ver lo que saben estos
periodistas modernos. Lo mismo escriben de los curas de ETA y se
quedan tan tranquilos, que de la elección del Papa y parece que lo
saben todo. No me extraña que en el diario ABC, donde trabaja, le
tengan por un especialista de tomo y lomo. No es para menos pensar
así de un chaval que en menos de un mes es capaz de escribir sobre
una cuestión que parece tan compleja y secreta.
El caso es que mosén Paco me decía con cierta amargura, que él
muchas semanas se las ve y se las desea para escribir una pequeña
homilía que interese a una iglesia que está medio vacía, mientras
que otros se lucran en un mes a costa del Vaticano. No le sirvió de
consuelo saber que yo también las paso canutas cada vez que Anika
me pide que escriba algo que sea medianamente interesante y eso que
nunca me pone fecha. Será posible que el Espíritu Santo no se
acuerde ni de Paco ni de mí.
Comentario de los lectores:
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