José Martínez Ruiz, Azorín
ARTÍCULO SOBRE LA VIDA Y LA OBRA DE JOSÉ MARTÍNEZ RUIZ,
AZORÍN.
EN RECUERDO AL ILUSTRE ESCRITOR ALICANTINO, NATURAL DE
MONÓVAR
José Augusto Trinidad Martínez Ruiz (AZORÍN), nació en la
población de Monóvar, Alicante, el día 8 de julio de 1873. A
temprana edad empieza a sentir el soplo de la soledad y también la
necesidad de reconocimiento humano hacia la precariedad socio-laboral
de las clases menos favorecidas: obreros-campesinos y desprotegidos
en lo esencial y humano. Aunque personalmente él, Azorín, en
adelante Pepe, como su propia familia le definiera, no conocería la
necesidad ni la penuria… Al menos no la conocería en tejido de su
propia carne, ni por la sinrazón social del país, ni por los
revoltosos politiqueos del momento. Pepe provenía de una familia
burguesa, bien acomodada en lo económico-político y social; en la
que su padre acaparaba una de las mayores haciendas de la población
Monovera, de profesión abogado; políticamente conservador y
seguidor de Francisco Romero Robledo: 1838-1906, cuya figura, entre
otras acciones de envergadura político-social, sería la de combatir
a la primera república, 1873. Además, bajo estricto seguimiento del
puro conservadurismo, el padre de Azorín ocuparía los cargos de
alcalde, diputado… Sin embargo, el joven Pepe, quizá por timidez, a
saber, con demasiada frecuencia o debilidad de flaqueza buscaría la
distancia de la soledad para apartarse del bullicio de la sociedad.
No obstante, se arrinconaría en la gratificante mansión-hacienda
familiar, Collado de la Salina, ubicada en Almodóvar, propiedad de
su padre, donde sin necesidad de esfuerzo laboral o de sustento
personal y familiar se acomodaría en la tranquilidad del estudio:
amparado en la armonía del placentero canto de los pájaros, del
trasiego de los campesinos o de la gratificante paz bajo
el sosiego del campo.
José Martínez Ruiz, Pepe, nació, creció y estudió
en el seno de la mencionada familia: una familia de nueve hermanos,
de cuales Pepe sería el mayor. En aquél acomodo de relevante
posición económico-político-social, al igual que su padre, Pepe,
con el sobrenombre o seudónimo de escritura: Azorín, viviría
confortabilidad hasta su mismísimo fallecimiento, el día 4 de marzo
de 1967. Sin embargo, y volviendo atrás, a partir del año 1900,
siglo XIX, le llegaría la formación reconocida de periodista y
escritor, con cuyo seudónimo, en las primeras décadas de su
existencia conocería el dulzor de las mieles sin la trágica
necesidad económico-social que pudiera trabar a cualquier otro
autor marginal sometido a escasez económica por dificultad de la
época. Sería entonces cuando Pepe comenzara a recoger el producto
de sus mieles, con la publicación de una trilogía, a cual seguirían
varios títulos, narraciones, ensayos y un sin fin de artículos que
lo consagrarían en la generación que él mismo bautizara o ideara
con el nombre de la del 98.
En cambio, puedo apreciar que la crítica o la valoración de hoy no
es lo favorable que un gran autor requiere… Las novelas de Azorín
se pierden en el umbral de lo acontecido o gozan de pobre estilismo
en retórica creativa-metafórica y pueden clasificarse de buen
contenido y uso didáctico para el estudio de la docencia...
Títulos de algunas de sus obras, novelas:
Confesiones de un pequeño filósofo (1904), Don Juan (1922), Doña
Inés (1925), Félix Vargas (1928.) Obras teatrales: Lo invisible,
Old Spain, Brandy y mucho brandy, Angelita, etc... Ensayos, libros
de paisajes, recopilación de artículos: Los pueblos (1905), La ruta
de don Quijote (1905), Lecturas españolas: (1912); Castilla (1912);
Clásicos y modernos (1913); Al margen de los clásicos (1915) Y por
último: Memorias inmemoriales. Y aunque a posteriori se mantuviera
bastante apartado de la publicación literaria, sí mantendría en
buena altura y rango las candidaturas o su posición
político-social. Al menos hasta que en la guerra del 36 hubiera de
exiliarse a Francia, donde permanecería hasta el fin de la
contienda. Con la victoria de los conservadores sublevados volvería
al país, a su pueblo, a su patria; y también intentaría rescatar su
posición conservadora, tan lejana de conquistar bajo recelo de
exaltados falangistas. Recelo que acrecentaría por conocimiento de
sus pasadas publicaciones, sobre defensa y añoro de krausistas y
anarquistas que pudieran derivar hacia su verdadera posición
político-social. Sin embargo, precisamente es la época en que
recibe mayores honores literarios: Premio de la Delegación de
Prensa (1943), la Gran Cruz de Isabel la Católica (1946) o la Gran
Cruz de Alfonso X el Sabio (1956), entre otros... A pesar de que en
sus primeros años de andanzas literarias-liberales José Martínez
Ruiz: Pepe o Azorín, sería muy dado a la crítica costumbrista,
cercana a la defensa de anarquistas e izquierdistas; CNT,
socialistas, crítica-político-social escrita en diferentes medios:
Eco de Monóvar, El Imparcial, El Progreso, Revista Nueva, Juventud,
Arte Joven, Alma Española, Madrid Cómico, El Globo, El Mercantil
Valenciano, La Educación Católica, El Defensor de Yecla, El Pueblo:
de Vicente Blasco Ibáñez.
En aquellos avatares Azorín entrega sus
aportaciones periodísticas a El Progreso, de Alejandro Lerroux,
donde se autodefine como exaltado anarquista, y al País, de donde
debería marcharse, expulsado, por publicar una excesiva o
incoherente crítica sobre el matrimonio y la propiedad… Sin
embargo, a raíz del abandono por expulsión del Diario el País, Pepe
se afilia al partido conservador e inicia colaboraciones
periodísticas en ABC, donde lejos de sus planteamientos anarquistas
se acoge al conservadurismo tradicional y en tal armonía
politiquera ingresa en la Real Academia de la Lengua Española,
1924. Aquella nueva era social le llevaría a ocupar varios escaños
de Diputado, bajo mandato o cercano a mandato a la Presidencia del
Gobierno de Antonio Maura, y también a ser elegido Subsecretario de
Instrucción Pública bajo protección del Ministro Juan de La Cierva
y Peñafiel…
Comentario de los lectores:
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