José Luis Giménez: el hombre que persigue su sueño
Se me ofrece la posibilidad de escribir una recensión sobre
alguno de los libros de José Luis Giménez. Entiendo,
sinceramente, que eso también lo podría hacer cualquiera de sus
numerosos lectores. Tampoco sería descabellado disponer de un
comentario serio de las obras de este escritor si un avispado
alumno de instituto optase por uno de sus libros como alternativa a
textos sesudos a la hora de realizar el resumen que le demandan.
Dispondríamos entonces de un trabajo con referencia bibliográfica,
información sobre el autor, un resumen objetivo y analítico, la
valoración crítica y finalmente, una conclusión.
Sin embargo una recensión no es lo que me apetece ofrecer a
quienes deseen aproximarse al trabajo de este incansable buscador.
Prefiero compartir la mirada personal y, por qué no decirlo,
subjetiva, de una lectora que, además, conoce al autor, a la
persona que hay detrás del personaje que firma libros y, por si
esto fuese poco, la mirada al fin de alguien que conoce la quête,
la demanda, el grial que en definitiva impulsa el trabajo de este
intrépido investigador. Sus proyectos se fraguan en ocasiones
durante décadas. Son la respuesta a interrogantes que necesitan ser
despejados. Una forma, al fin, de aportar luz a las brumas de
inquietudes que no aceptarían ser relegadas al olvido.
A la hora de tomar entre nuestras manos un libro de José
Luis Giménez es conveniente estar sobre aviso: antes de
entregarse con todo su empeño a la investigación de un tema
histórico, nuestro detective intemporal estará atendiendo en primer
lugar a sus certezas. Desde lo más profundo de sus recuerdos
arcaicos parecen surgir los impulsos que le mueven a seguir un
rastro o una pista; sucumbirá a la llamada de una memoria real o
imaginada, pero fructífera al fin; perseguirá con tenacidad toda
huella, leyenda, tumba o lugar que entienda pueda estar relacionado
con su trabajo. No desatenderá ninguna indicación sin amedrentarse
por la distancia que lo separe del objeto a estudiar. Se
documentará y entrevistará a quien haga falta para obtener la
información que persigue. Su tenacidad rozará el empecinamiento.
Los reveses sólo lo detendrán por un corto espacio de tiempo.
Superará obstáculos insalvables para otros y defenderá sus tesis
frente a quien haga falta. Ardua tarea, porque en no pocas
ocasiones se las verá con algunos de los representantes más
reaccionarios de la sociedad.
Sus libros van tomando cuerpo mientras escribe instalado en un
saber antiguo y lejano, no del todo olvidado, y por eso mismo de
alguna forma presente todavía en vaya usted a saber que recóndito
lugar de la memoria colectiva. Aún en el caso de que esa memoria
fuese una traición respecto a los hechos históricos aceptados y
documentados, la historia que se nos revelará desde la mirada que
proyecta José Luis Giménez dará como resultado un
relato muy inspirado y fruto de la información cosechada en el
largo camino de su trabajo de investigación. Será una eclosión
largamente gestada. Cuando el proyecto llegue a su madurez lo
veremos publicado para que todos tengan acceso a esa personalísima
visión.
Tanto si José Luis Giménez nos invita a un viaje
por el Nilo como si dirige nuestra mirada hacia el sur de una
Francia merovingia, estaremos ante un viaje personal, de evolución
interior, de búsqueda de respuestas. Los hallazgos, engarzados en
un escogido rosario de relatos, culminarán finalmente en una obra
de ficción para unos, de investigación para otros, de lejanos
recuerdos en el tiempo para la mayoría y en todos los casos, de
satisfacción para un lector interesado en los temas que se nos
proponen. La invitación a seguir los pasos andados por nuestro
mentor durante el largo proceso de recopilación de información, o
de trabajo de campo, va creciendo en el paladar del lector. Se nos
ofrecen las pistas necesarias para retomar ese sendero y añadir
nuestra mirada al conjunto. Como en un gran caleidoscopio podemos
ir aportando nuestras esquirlas de variados colores y darle una
nueva vuelta de tuerca a los estímulos adquiridos con la
lectura.
Atender a la invitación que nos hace este autor para arrojar sobre
hechos históricos una mirada no confirmada, pero posible, puede
revertir en un pasatiempo estimulante de caluroso verano o en
inspiración serena para gélidas tardes de invierno.
Comentario de los lectores:
- José Luis Giménez: el hombre que persigue su sueño