Insólito: ocurre en Argentina
(Una breve nota de
Anika: Esta carta me la hizo llegar mi amigo José Santos
porque tenía previsto enviarle unos LIBROS como regalo tras muchos
que recibí por su parte dado nuestro amor por la literatura. Es la
copia de la carta que él mismo envió y que aparece íntegra -a
excepción del DNI y su e-mail- y está dirigida al Director General
de Aduanas del Correo Argentino. A petición mía y porque creo
importante descubrir al mundo lo que está ocurriendo allí, mi
querido amigo me concedió el derecho de publicar su carta. Sólo una
pregunta quedará al lector ¿Desde cuándo regalar libros
cuesta más barato que recibirlos?)
Sr. Director General de Aduanas
del Correo Argentino.
Capital Federal
Me permito distraer su atención a los efectos de poner en su
conocimiento de una situación que por el momento calificaré de
INSÓLITA, para no usar el epíteto de "ridícula".
En la fecha de ayer (19.01.05), concurrí a la aduana ubicada en el
Correo Central de la ciudad del Neuquén a retirar un paquete
conteniendo dos (2) libros que recibí en carácter de obsequio desde
Guadalajara, México, cuyo remitente es un gran amigo que me hace
llegar todos los años este tipo de presentes con motivos de las
fiestas navideñas y otros para mi cumpleaños, atenciones que
retribuyo de igual forma habida cuenta que ambos profesamos
intensamente el culto de leer.
Esta situación es análoga con otras dos personas de España (una
del País Vasco y la otra de Valencia).
Es decir que este cuarteto que conformamos en condición de amigos
a la distancia, nos obsequiamos recíprocamente libros para fechas
especiales o circunstancialmente si se quiere.
Efectuado este comentario a los efectos de que conozca
puntualmente el motivo que a usted me lleva, paso a los
hechos.
Grande fue mi sorpresa al retirar la encomienda recibida, cuando
un empleado de la aduana correo argentino, me pregunta si es la
primera vez en el año que recibo este tipo de envío desde el
extranjero. Respondo afirmativamente, aunque haciéndole notar que
desde años esta situación se repite. Ante ello, el señor empleado
me indica que desde ahora tengo una franquicia para importar, SI,
¿IMPORTAR ? de U$S 25,00 anuales, y que por "esta vez no debía
pagar nada, ya que se trataba del primer envío recibido en el año
que corre, pero que en lo sucesivo debería abonar una tasa que
rondaba en el importe precitado (unos U$S 25.00) por cada uno de
los envíos que reciba, trátese de regalos o no.
Obviamente, le hice notar que eso era un despropósito puesto que
yo no era importador de cosa alguna, que soy un simple trabajador
en relación de dependencia, etc., que recibía una o dos veces al
año en carácter de obsequio, libros. Que si la cosa era así, de
donde este señor sacaba el importe de la franquicia de este envío,
ya que abierto el paquete ante su vista, le hice notar un dato que
ya conocía, y que refería al coste de los libros en México, unos
140,00 pesos de la moneda de aquel país, lo que equivale a unos U$S
10,00. Más no hubo caso que este señor entienda y me siguió
advirtiendo de la tasa que debo pagar en lo sucesivo si recibo otro
envío, ya sea por uno o dos libros.
Indignado por considerar que esto es un verdadero atropello a las
personas, cuando y como usted no puede ignorar (aunque quede en
claro que no hago cargo de ninguna naturaleza a su persona ni a
funcionario alguno de Correo Argentino), decía, por ser de carácter
público las grandes defraudaciones detectadas en la Aduana del
Puerto de Buenos Aires, con importante número de contenedores por
valor de muchos millones de pesos, algunas descubiertas y otras,
Dios sabe cuánta fortuna ha entrado a nuestro país sin pagar
impuestos, y digo, que indignado le consulto al empleado de marras
en Neuquén para que me enseñe la Norma Legal que rige esta regla
sin sentido común que siguiendo hipotéticos conceptos análogos si
recibo una carta me convierto de inmediato en "importador" de
sellos filatélicos y debo pagar tasas creadas por mentes débiles
que pone a la vista la falta de lógica y el caos en materia
impositiva que impera en nuestra patria, que a lo cual se me
contesta que ese día, él se encontraba suplantando a otra persona y
que viniera en otra jornada, donde me enseñarían la Disposición en
cuestión.
A todo esto, le hice notar que ya venían en viaje, por haberme
sido informado por el remitente de Valencia, otros dos libros
igualmente en carácter de obsequio, y que seguramente podía llegar
alguno del País Vasco, a lo cual insólitamente se me sugirió que en
los casos que aún no hayan sido despachados los remitentes los
hagan a nombre de otra persona y otra dirección, es decir, según
sus propia palabras, "la típica avivada criolla", inconcebible,
esto es el colmo, este es el país que tenemos y que no queremos
arreglar, donde el pueblo humilde paga sin chistar lo que se les
ocurra a sus altas jerarquías, mientras que los poderosos hacen
caso omiso de toda ley y llenan de prebendas y coimas a diestra y
siniestra para obtener beneficios sin desembolsar centavo alguno, y
que esto, de lo que me hago cargo, están llenas las páginas de los
diarios, las radios y televisión, lo que viene en resultar el pan
nuestro de cada día, que a esta verdadera falta de respeto con tal
vil sugerencia, obviamente contesté que no haría eso, que por el
contrario lo que llegara, llegaría a mi nombre, y si se me
pretendía cobrar cualquier tipo de tributo, recurriría al defensor
del pueblo y a la justicia, y si era necesario al mismo Sr.
Presidente de la Nación.
Señor Director: No soy importador ni nada que se le parezca; si
por recibir un par de libros enviados por un amigo de otro país
debo pagar U$S 25,00, esto no tiene pies ni cabeza. No pasa en
otras partes del mundo, pues yo envío, como he dicho, en
reciprocidad, y nadie me ha dicho que tiene que pagar por retirar
los libros.
No le molesto más por ahora. He puesto en su conocimiento lo que
tenía que decir.
Espero me conteste y me haga saber sobre el particular.
Le saludo muy atte.
José Santos
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