Feria del Libro de Lisboa. Tras la tempestad, la bonanza
Parece acertado el titular que ha elegido un diario nacional para
definir lo que ha ocurrido con la Feria del Libro de Lisboa que hoy
(24 de mayo), abre sus metafóricas puertas hasta el 15 de junio,
tras varios días angustiosos en los que incluso llegó a peligrar su
celebración, cuya cancelación fue anunciada en uno de los
noticiarios de la RTP.
Estoy convencido de que si Eça de Queiroz y
Ramalho Ortigão hubieran tenido la oportunidad,
superarían con creces, en este caso, el éxito obtenido con el
misterio de la carretera de Sintra, porque material para escribir
relato folletinesco hay más que de sobra. No falta de nada:
incertidumbre, acusaciones, celos...
Y todo empezó por una disputa entre los participantes y
organizadores (es un decir); una especie de pelea de familia mal
avenida o de rencilla entre editores, o sea empresarios, basada más
en cuestiones de apariencia, con un trasfondo dinerario, que de
amor a la cultura.
Y mientras tanto, la Cámara Municipal de Lisboa y los ciudadanos
en general, quedamos como espectadores asombrados. Unos amenazando
con quitar las subvenciones a la Feria, y otros -nosotros-
temerosos de que después de 78 años, Lisboa se quede sin este
evento cultural, de forma que lo que no prohibió la dictadura, lo
destruye el afán de protagonismo.
Se esconde en este asunto un profundo desprecio por los lectores.
Porque a nosotros ¿qué más nos importa que la casa editora que
representa, entre otros, a José Saramago -el Grupo Leya- y que es la
mayor de Portugal quiera estar en la Feria con un pabellón
diferenciado?
Lo que deseamos es que una vez al año podamos acceder a los
libros, a los autores, y no precisamente para recoger firmas, y si,
si ello es posible, a los eventos que se organizan alrededor de la
citada Feria, que buena falta hace en esta país.
¡Pues no!, unos que quieren un pabellón más grande que el de los
restantes, y los otros (APEL) que no ceden y quieren un modelo
único de caseta. Y así pasan las horas y la tensión crece porque no
se logra un acuerdo.
Y entonces llegan las declaraciones que contribuyen a que la
marejadilla se convierta en marejada: se acusa, por parte de la
Unión de Editores Portugueses (UEP), al presidente de la Cámara
lisboeta, Antonio Costa, de ser un mero portavoz de Leya y de
defender sus intereses.
Costa responde con la amenaza de retirar los subsidios para la
celebración de la Feria que son de unos 250.000 euros y, sin éstos,
no parece que sea viable su celebración. Para empezar porque no
habría policías para la vigilancia del recinto. ¡La cultura
custodiada por la policía!
El presidente de la Cámara dice que no dará subvenciones a un
evento en el que no estén todos los editores representados.
No quiero tomar partido porque lo que me interesa es que la 78
Edición salga adelante, pero hay que reconocer que Leya, representa
a personas de la talla de Saramago, Antonio Lobo Antunes y Lidia
Jorge, que son, posiblemente, los más significados escritores
portugueses de este momento. Así que aunque moleste a algunos, el
sentido común aconseja tener en cuenta ese dato a la hora de tomar
decisiones. Aunque, también es cierto, que las normas deben obligar
a todos.
En fin, el caso es que ahora el retraso en la apertura, de casi
una semana, se debe, según dicen, a que hubo que dar tiempo a que
se apuntaran más participantes de los 188 que estaban previstos
inicialmente y de los que 35 lo fueron a través de la UEP. Es una
curiosa excusa que, por supuesto, nadie se cree.
Esperemos que los avispados periodistas estén hoy en la apertura
del evento y preguntan al Presidente de la Cámara y a su
responsable de Cultura, Rosalía Vargas, sobre estos incidentes.
Estaremos atentos.
Se supone que el año próximo la Feria durará un mes a partir del
15 de mayo, pero con estos precedentes animo a todos aquellos que
tengan interés, y tiempo, para que aprovechen la ocasión y acudir
ahora, no vaya a ser que el año venidero ocurra otro incidente
similar pero sin final feliz. La Feria abre a las 16:00, excepto
los sábados y domingos que los hace a las 15:00.
Alvar Mendes (Lisboa)
Comentario de los lectores:
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