Encuentro criminal sin muertos
Con la presencia de González Ledesma, y obviando
honrosas excepciones, el encuentro celebrado en fechas cercanas al
Día del Libro, en la Escuela Julián Besteiro de Madrid, hubiera
sido representativo del momento actual de la novela negra, en lo
referente al menos a expertos y nuevas generaciones. Pero faltaba
el maestro. No obstante, Paco Camarasa, dueño junto con Montse, de
la librería Negra y Criminal (C/. de la Sal, 5, en la Barceloneta),
aprovechando su vieja amistad con los integrantes de la mesa, y su
amplio conocimiento de la novela negra importada y nacional, fue
capaz de organizar una velada atractiva desde cualquier punto de
vista, integrada por (en orden de intervención, que no fue otro que
el de antigüedad en la publicación): Andreu Martín, Juan Madrid, Raúl Argemí y Mercedes
Castro. Cuatro monstruos vivos.
Desconozco quién decidió para el encuentro el rebuscado título de:
"Historias de crimen, suspense y misterio. Origen, trasfondo social
y actualidad de la novela negra", que transmite la idea de una
reunión de personajes circunspectos y asuntos vitales que exponer
con rostro adusto. Por suerte, la realidad fue otra. Andreu
(Barcelona, 1949), comenzó echando una mirada a los titulares
proyectados a su espalda, y sonriendo tras un escéptico
arqueamiento de cejas, comenzó a hablar de lo que interesaba a los
asistentes: su obra, sus comienzos y recuerdos, agradables o no
tanto, pero siempre seductores al evocarlos bajo el filtro del
tiempo y la distancia. Entre las buenas noticias que nos dejó en su
intervención, estuvo la reedición de su obra emblemática "Prótesis"
(Recordad, la que luego se llamó en el cine "Fanny Pelopaja", allá
por el 83).
Juan
Madrid (Málaga, 1947), hizo llegar su desencanto
con el devenir político y social del país refiriéndose a sus
tiempos de periodismo militante, y su conocimiento de las bandas
fascistas que acosaban el barrio de Malasaña, en Madrid -"Este
poblachón manchego plagado de funcionarios"- y del que obtuvo
material suficiente para componer su primera novela de éxito. "Seré
un viejo cabreado", declaró. "Sí; sé que lo seré". La nota
optimista de su discurso la puso al referirse a la inminente
reedición de sus obras con Toni Romano como protagonista.
Raúl Argemí (La Plata,
Argentina, 1946), por su parte, habló de la represión habida en su
país, y de la manera benévola, si a tal palabra le se pudiera
aplicar un calificativo de esa índole, que le afectó personalmente.
"Por suerte para mí", dijo, véase aquí lo relativo de la palabra
suerte, "me detuvieron al principio, cuando aún no mataban, y me
dejaron para los últimos, cuando casi dejaban de hacerlo". Eso le
permitió llevar a cabo labores de periodismo en la cárcel, y
dirigir la cabecera de un medio a su salida. Habló de su última
novela "Retrato de familia con muerta" con la que obtuvo
recientemente el premio L'H Confidencial.
"Y punto." es decir, la novela de Mercedes
Castro (Ferrol, A Coruña, ?). Muchachita
simpática y dicharachera, que con el desparpajo y el aplomo propio
de la juventud, se refirió sobre todo a su época de editora (muy
joven editora) en Galicia, y a las sorpresas que le deparaba el
verse ahora desde el otro lado de la mesa. "Y punto." es una gran
novela porque está escrita desde las vísceras, poniendo al hacerlo
cuanto se lleva dentro, volcando sobre el papel la rabia y la
rebeldía del autor. Con estas palabras de bienvenida a una autora
en su primera obra, Raúl Argemí dio paso al coloquio, animado e
interesante, propuesto a continuación por Paco Camarasa. Es
evidente que cuando Mercedes, pasado el tamiz de la edad, posea la
templanza de Andreu Martín, la resignación
impuesta de Raúl Argemí, y la ira sosegada de Juan Madrid,
alcanzará la madurez, no para escribir una buena obra, que ya lo ha
hecho, sino para llevar a la imprenta la gran obra que todo
escritor lleva dentro.
Bien por Paco Camarasa y la velada tan interesante que moderó.
Comentario de los lectores:
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