Encuentro con N. K. Jemisin, autora de "La quinta estación"
Encuentro con N. K. Jemisin, autora de "La quinta estación", publicado por Ediciones B en su sello Nova.
Viernes en Madrid. El cielo amenaza con una tormenta que no llega y un calor pegajoso empieza a pasar factura a los blogueros, podcasteros y reseñadores que esperan la llegada de una de las escritoras de ciencia ficción más relevantes del panorama actual. Nora K. Jemisin se ha hecho un nombre dentro del género por méritos propios. Y no me refiero solo a los merecidos premios y nominaciones que ha recibido su obra, sino que paso a paso, título a título, ha reclamado para sí misma, y para otros tradicionalmente ignorados en el género, un espacio propio. Prueba de ello es la dedicatoria de su último libro editado en España (La quinta estación, Nova): "Para todos aquellos que tienen que luchar por el respeto que el resto recibe por omisión".
Cuando empieza el encuentro, se nota la expectación y, por qué no, la emoción en todos los participantes. Todos tenemos ganas de hacer un millón de preguntas, pero ser el primero siempre es difícil. Aunque una vez que empezamos, se van sucediendo unas a otras casi sin descanso. Algo a lo que contribuye sin lugar a dudas la cercanía que irradia Jemisin, y que se incrementa con cada carcajada que las preguntas y las traducciones le arrancan (impagable su reacción al descubrir que en español "dreadlocks" son "rastas").
Pero además de las bromas y las risas hubo tiempo para ahondar un poco más en su escritura, sus proyectos y de la situación del género hoy en día. Como por ejemplo, la gestión de expectativas cada vez que cogemos un libro de ciencia ficción: "Los lectores de ciencia-ficción, por la tradición literaria que ha habido, tienden a esperar que los héroes de las novelas sean de una determinada manera: hombres blancos, jóvenes, algo monos (definitivamente una belleza si son mujeres) que además tienden a comportarse de una determinada forma". Y eso es algo contra lo que Jemisin lucha de forma consciente en sus libros. No solo introduciendo mujeres como protagonistas, o personajes de otras razas, sino también usando trucos para hacerlos mucho más accesibles al público. Así, por ejemplo, en "La quinta estación", además de repetir descripciones, centrándose en más rasgos que sólo el color de la piel (la forma de la nariz o el peinado son uno de ellos), especificando cuándo un personaje es blanco, para resaltar que el resto no lo son. O con el uso específico de una voz narrativa: "El uso de la segunda voz narrativa en La Quinta estación con el personaje de Essun es una elección deliberada. Es algo que tiendo a hacer en mis novelas cuando estoy jugando con la perspectiva de la narrativa. Pero además, Essun es un personaje con el que muchos lectores pueden tener problemas a la hora de empatizar (al fin y al cabo es una mujer de mediana edad, arisca, enfadada, cansada de todo…) por lo que el uso de la segunda persona les obliga a pensar como ella".
El proceso de creación de la historia detrás de "La quinta estación" fue también objeto de conversación durante el encuentro. Una historia que nació de un sueño, tal y como ha comentado en más de una ocasión: "La inspiración de Essun me vino en un sueño, en él aparecía una mujer con una montaña flotando detrás de ella. Estaba enfadada y yo sabía que iba a lanzar la montaña contra mí. Al despertarme tenía una serie de preguntas que me rondaban sobre el sueño: quién era, cómo es que tenía esa montaña flotante, cómo podía tenerla, por qué estaba enfadada… Se me apareció con una apariencia y una motivación, que fue desarrollándose a lo largo de las novelas". Un desarrollo que atravesó malos momentos durante el proceso de escritura, llegando al punto en que abandonó el libro durante unos meses. Hasta que sus amigos la convencieron de seguir con la historia, de seguir explorando qué era capaz de hacer con ello. Una experiencia de la que sacó una lección de vida: solo trabajando se pueden superar los momentos de duda y bloqueo. "Todos los escritores, hasta los que llevan años publicando, atraviesan momentos de duda. Y lo único que puedes hacer es buscar apoyo en amigos y mentores, y seguir escribiendo. Todos lo hemos sufrido, y es la única forma de superarlo: seguir trabajando", declaró cuando se le pidió un consejo para los escritores que atraviesan un mal momento con cualquiera de sus historias.
Y afortunadamente para todos, Jemisin siguió el consejo de sus allegados y terminó la historia. Una novela que la ha convertido en la última ganadora del Premio Hugo a la mejor novela, y que ha supuesto una bofetada al movimiento Sad Puppies que nació hace unos años para "reivindicar" que la ciencia ficción volviera a lo que la hizo grande: protagonistas hombres, blancos y guapos. "Es difícil saber si los votantes del Hugo eligieron mi novela como apoyo a la diversidad o como castigo a los movimientos contra esta diversidad, como castigo al movimiento Sad Puppies. Creo que habremos progresado lo suficiente cuando los Premios Hugo se den con la misma regularidad a mujeres, personas de color, asiáticos, latinos… Cuando deje de ser una excepción. Pero es un buen comienzo". Por supuesto, la indudable calidad de la novela no hizo ningún daño a la hora de elegirla ganadora.
Habló también de su trabajo en el Octavia Butler Project, un campamento de verano dirigido a adolescentes negros para ayudarles a convertirse en escritores de Ciencia Ficción, y un proyecto que, resultó evidente, se ha convertido en algo muy importante para ella, algo que resuena con su propia experiencia como mujer de color amante de la literatura de género: "Una de las razones por las que hay pocos escritores negros de Ciencia Ficción es porque cada vez que vamos a una tienda de cómics, o a convenciones, y somos los únicos, y es una situación incómoda. Lo cierto es que hay un buen número de fans de estos géneros de color, pero lo cierto es que no tienen representación en los espacios geek. Y parte del objetivo del proyecto es crear un espacio seguro para ellos. De manera que puedan apoyarse y relacionarse y, quizá, seguir los pasos de Octavia Butler. Y supone mi oportunidad de relacionarme con ellos, sobre todo ahora que he dejado mi trabajo como consejera en la universidad".
El estatus de la ciencia ficción dentro de la creación literaria fue otro de los temas abordados, y aunque en su opinión la diferencia entre la consideración que recibe en España y Estados Unidos se basa fundamentalmente en el número de lectores que hay, lo cierto es que las cosas están cambiando al otro lado del Atlántico. "El hecho de que algunos medios como el New York Times le estén dando un tratamiento más serio es un signo de cambio. Pero también ha cambiado la propia ciencia ficción, ha empezado a usar técnicas literarias de otros géneros, y la escritura ha mejorado. Y parte de ello se debe a que los autores han cambiado. Escritores reconocidos en otros géneros han descubierto las posibilidades que ofrece este género, y la Fantasía. Y se salen de la norma establecida. Margaret Atwood, Michael Chabon son algunos ejemplos de autores que ganaron reconocimiento haciendo literatura narrativa y que han descubierto este potencial".
Y mientras el mundo descubre su potencial, los lectores tradicionales seguiremos disfrutando de él, y de autores que, como N. K. Jemisin, enfocan sus esfuerzos en ampliar los mundos imaginarios de los que podemos disfrutar. Con héroes y heroínas no prototípicos, alejados del "canon" pero extremadamente interesantes y cercanos, con los que sí podemos identificarnos, y que nos enfrentan a una realidad que no siempre reconocemos en nuestro día a día. Todo mientras esperamos que llegue a España la continuación de "La quinta estación".
Comentario de los lectores:
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