El canon de la SGAE: una mirada desde el otro lado
Nota de Anika: como
los dos en esta página firmantes (Fernando Lanana y yo misma)
muchos de vosotros también habréis recibido posiblemente el e-mail
que corre de lista en lista en contra del canon de la SGAE. En una
de esas listas estábamos incluídos el escritor Fernando Lalana y
yo, y el escritor decidió contestar al correo. Visto que lo que él
contaba era "el canon de la SGAE desde otro punto de
vista", aquel que normalmente no escuchábamos, me pareció
interesante publicarlo, y con el permiso de Fernando
Lalana, aquí tenéis su escrito convertido en artículo para
la sección de ArtiLiteratura:
El canon de la SGAE: una mirada desde el otro
lado.
Lo primero que debe hacer un profesor es poner buenos ejemplos a
sus alumnos:
El arquitecto ya cobró sus honorarios cuando diseñó el edificio. Y
los profesores cobran su sueldo todos los meses. Sin embargo, los
creadores solo cobran por su trabajo cuando alguien lo disfruta y
paga por ello. Un escritor puede dedicar un año de su vida a
escribir una novela. Si nadie la compra, no verá un euro. Lo mismo
vale para un compositor de canciones y el resto de la creación
artística.
Si comes en un restaurante no se te ocurre marcharte sin pagar.
Nadie piensa que un fontanero debe arreglarle un grifo gratis. Sin
embargo, desde hace unos años, todo el mundo considera normal
disfrutar del trabajo de los creadores completamente gratis
bajándose sus obras de Internet. Por lo visto, es la única
actividad humana que debe realizarse gratis para la sociedad. Y si
un compositor pretende cobrar por la difusión de sus canciones
(como ha ocurrido toda la vida), es un delincuente.
Siempre se pone el ejemplo de Ana Belén, Sabina y Fernando Arbex.
Pero la inmensa mayoría de los creadores artísticos no son
millonarios sino que las pasan canutas. Pero si definitivamente a
los artistas se les niega la posibilidad de hacer rentable su
profesión... ¿quién escribirá canciones, libros, teatro o producirá
películas de cine? ¿Lo harás tú, profesor?
¡Estoy deseando ver lo bueno que eres!
¡Ah, perdón! Se me olvidaba que tú, profesor, eres esa persona que
jamás se ha bajado gratis de Internet ni una sola canción, ni una
sola película.
Comprendo tu justa indignación porque ahora te cobren 16 € por una
regrabadora de DVD en la que, por supuesto, jamás vas a realizar
ninguna grabación pirata. O la friolera de 60 céntimos de canon por
un equipo musical en el que jamás vas a escuchar una sola canción
que no haya sido comprada legalmente. Y los 160 GB de tu ordenador
seguro que solo albergan programas originales y tus propios
documentos.
El derecho por copia privada en forma de canon o de otro modo,
está reconocido y protegido en todos los países del mundo
civilizado. Y no olvidéis que, con el paso del tiempo, toda la obra
de los creadores artísticos acaba pasando a ser de dominio público
y engrosando nuestro patrimonio cultural, el de nuestro país y el
de toda la humanidad. Ninguna otra profesión es tan generosa con la
sociedad.
Fernando Lalana
Comentario de los lectores:
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