De plagios y otras historias...
De plagios y otras historias...
Si alguna vez llego a ser un autor reconocido, no será por las
historias de mis novelas, sino por las anécdotas que surgen a
partir de ellas.
"Niños perdidos", mi primera novela,
una historia de terror vampírico, ha adquirido la fama de ser mi
obra "maldita". ¿Por qué? Simple: he perdido capítulos enteros,
escritos a mano y a ordenador; cuando estaba todo pasado a limpio,
corregido y demás, el ordenador se cascó y sólo pude recuperar
parte de la obra; las copias de seguridad también fallaron; se
empaparon hojas y descifrar lo que allí decía era trabajo para
criptólogos;… y al final, la editorial también quiso participar con
tan mala racha, entre otras cosas, poniendo pegas a la hora de
liquidar las cuentas sobre las ventas.
Vamos, algo digno de recordar.
Por suerte, ahora la obra está libre de ataduras, y he decidido
reescribirla. Creo que puede sacarse más provecho de ella, sobre
todo con la madurez léxica, gramatical y estructural que he ganado
con los años (la escribí con quince años, y ahora ya voy para los
veintinueve). Así, de paso, la "purifico" para ver si esta vez es
la maldición la que se avería. Y debe de estar haciendo ya efecto,
porque me han ofrecido la posibilidad de reeditarla cuando esté
finalizada.
"Sociedad
Tepes" (Ed. Atlantis), mi segunda novela, un
thriller sobrenatural, que salió a la venta en marzo de
2009, también ha comenzado a cultivar su anecdotario. Por suerte,
no es nada grave, de momento. Ni he perdido capítulos, ni he tenido
problemas con el ordenador, y con la pluma sólo los tenía cuando se
me acababa la tinta, cosa que se soluciona cambiando el cartucho.
Además, estoy muy contento con la editorial: tenemos una buena
relación editor-escritor, las presentaciones han ido muy bien, y me han ofrecido
escribir un libro nuevo de no-ficción, pero con mi sello escabroso
y sangriento (charcutero dirían mis compañeros de tinta de
Calafell), y la colaboración en un recopilatorio de relatos de
terror.
El gafe literario se ha esfumado, toquemos madera.
Sin embargo, ha surgido la primera anécdota por la que "Sociedad
Tepes" será recordada personalmente, y por alguno más: el
plagio. Cierto día, después de ir al cine a ver Millenium,
recibí un comentario para añadir en mi página, ivanmourin.com, en el que
se comentaba que esta novela le recordaba al autor, en algunos
contrastes, a la novela de una amiga, y que buscaría "Sociedad
Tepes" en la biblioteca o en alguna tienda para ver el
parecido, porque le intrigaba.
Como cualquier otro, me puse hecho una furia.
Le envié un mensaje pidiéndole el nombre y la obra de la chica,
para comprobar personalmente estas similitudes. Además, averigüé
bastante rápido quién era la autora, y cuando leí la sinopsis, no
se parecían ni en el blanco de los márgenes. Al mismo tiempo, creé
una entrada en la página, incluyendo el mensaje, llevado por el mal
genio, en la que tildaba a la persona del comentario de
"individuo", "personaje",… apelativos que, aún sin ser nada
fuertes, no son agradables.
Por suerte, todo quedó en un malentendido. Quien escribió dicho
comentario se disculpó, pues vio que realmente no había
concordancia entre las obras, y yo, más calmado, me disculpé
también, por mi salida de tono, bastante infrecuente en mí. Borré
el post y escribí uno nuevo aclarando el error.
Lo peor que se le puede hacer a un escritor es acusarlo de
plagio o de que su obra la ha escrito otro. La escritura
es algo bello, magnífico, que nos permite forjar y pulular por
nuestras historias como dioses de tinta, acompañando a nuestros
personajes de la mano como padres y madres que somos de lo que
creamos. Es muy cruel que se culpen de cosas tan duras, y
que por ello puedan provocarse malentendidos de esta índole que nos
pueden conducir a problemas tan gordos como los
legales.
En este mundo de papel, los escritores debemos unirnos para
mostrar lo que sabemos hacer y disfrutar con y de ello, no tropezar
con baches de este tipo que hacen de la creatividad algo
dudoso.
Por todo esto, debemos seguir creando, fabricando más historias
para los lectores y para nosotros, y dejarnos de malos
rollos.
Comentario de los lectores:
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