Crónica Especial del VI Premio de Novela Ciudad de Torrevieja 2
El clon, el cóctel y la cena
Cuando notamos que caían unas gotitas (mínimas) entramos en el
hotel y nos sentamos en los sofás de la entrada.
La conversación que tuvimos entonces fue más o menos así:
- ¿Nos damos una vuelta por Torrevieja para ver algo? -me preguntó
Manel.
- ¿Irnos? ¿Dónde mejor que aquí para ver algo? -fue mi
respuesta.
En eso aparece un hombre con bermudas que va en dirección a la
salida del hotel.
- Manel. Ése es Enrique de Vicente.
- ¡Qué va! Se parece mucho pero no es.
Claro, con bermudas nadie se puede imaginar a Enrique de
Vicente. A Enrique te lo imaginas con OVNIS alrededor u otros
misterios históricos o de ultratumba, pero no con bermudas.
- Te digo yo que sí, que lo conozco, que llevo años siguiéndole.
(Me compré durante años revistas como Más Allá, Año Cero, etc., y
sigo haciéndolo de vez en cuando)
- Se parece mucho, un clon, pero ¿qué iba a hacer él aquí en
bermudas?
- Pues no lo sé, pero te juro que ese hombre es Enrique de
Vicente… o un clon -tuve que admitir después de comprobar que fue
el único que llevaba bermudas a esas horas de la mañana-. O igual
estaba ya aquí y es casualidad.
Ahí quedó, en principio, toda nuestra conversación. Vimos llegar a
Andreu
Carranza y a Esteban Martín con sus mujeres, y a Ildefonso
Falcones que llegaba más o menos al mismo tiempo, y finalmente
entre charla y charla decidimos que mi ropa estaría muy arrugada si
no la sacaba ya de la maleta, así que eso hicimos: la colgué y
volvimos a bajar. Fue entonces cuando nos encontramos al grupo de
Chés en la misma terraza donde habíamos estado nosotros antes y nos
unimos a ellos.
En aquella mesa tuvimos el honor de conocer a otros periodistas
valencianos, y digo honor porque para Manel y para
mí lo fue. Además de Carlos Morenilla
(Las Provincias), estaba J. R. Bertolín (que
trabaja en la Cartelera Turia), Toni Martínez y
Fausto Tortosa (mis chés de viaje en clase
turista, que trabajaban para MiniDiario), Teresa
Navarré y otro periodista que se unió más tarde,
Gonzalo Gayo (del diario Hoja Digital y que traía
una peazo cámara de impresión). Al margen de muchas risas porque
eran momentos de distensión para relajarnos del viaje en tren y en
bus, también hubo otros en los que tanto Manel como yo
disfrutábamos por partida doble: qué bien informados estaban estas
personas, cuánto sabían de todo y qué forma más divertida tenían de
discutir.
Y llegó el momento de la verdad ¿Debía Manel llevar corbata?
- Yo me la pondré en el bolsillo -dijo Fausto- y depende de lo que
vea me la pongo o no.
Imaginad cómo me imaginé a Fausto vestido… de lo más impersonal y
con una corbata en el bolsillo del pantalón, posiblemente un
vaquero. El caso es que Manel decidió hacer lo mismo y me guardé su
corbata en mi bolso por si la necesitaba. Cuando vimos a Fausto
vestido ¡al menos a mí casi me da un patatús de lo elegante que
iba! Traje de chaqueta y corbata. ¡Será villano! Después de ver
unas cuantas corbatas decidimos que Manel se pusiera la suya.
Además, había de todo, mujeres elegantemente vestidas que luego se
colgaban una cazadora vaquera encima, chicas muy elegantes, otras
personas con vaqueros y nuestro inimitable Toni con una camiseta.
Podéis imaginaros que de tener mi cámara hubiera hecho fotos de
todo… sniff.
El autobús nos llevó a los Salones Bahía Costa donde habría un
cóctel -oportunidad única para empezar a descubrir caras- antes de
pasar a la cena oficial tras la cual se entregarían los premios al
ganador y al finalista del VI Premio Ciudad de Novela de Torrevieja
del 2007.
Manel era un hacha reconociendo caras, Gonzalo Gayo y yo éramos
unos auténticos desastres. Necesitábamos chivatazos para saber si
había alguien conocido porque estamos más acostumbrados a ver las
fotos de los escritores que a reconocerlos en persona, y los demás
llevaban años asistiendo a este y otros eventos así que no tenían
problemas en reconocer a la gente. Así, casi sin darnos cuenta,
acabamos formando un mini grupo que luego se convirtió en el grupo
de los Chés + Manel.
No voy a contar todo lo que vi porque no lo recuerdo, no tenía
cámara ni libreta para apuntar nada, contaba con la memoria de
Manel (que luego me he enterado que mi memoria es mejor que la
suya) y su cámara, pero tampoco la sacó mucho en aquellos momentos.
Eso sí… cuando llegaron los periodistas Diego Carcedo, Manuel
Giménez y Nieves Herrero la cámara de Manel surgió de la
nada:
- ¡Anika! Tienes que hacerme una foto con Manuel Giménez, mi madre
es seguidora de su programa de televisión y le hará ilusión verme
en una foto con él. Y por supuesto el sr. Giménez se prestó a la
foto con toda naturalidad.
Nota de Manel: Y a mi madre le hizo
ilusión verme en la foto con él, claro.
He aquí la foto:
La segunda vez que su cámara salió fue cuando vimos al actor
José Sancho (o Pepe Sancho). Iba acompañado
de su mujer, Reyes Monforte (autora de "Un burka
por amor"), pero la verdad es que Manel y yo parecíamos niños
en una feria pues ni nos dimos cuenta de que al pedirle a José
Sancho que se fotografiara con nosotros, Reyes era la que estaba a
su lado, y sin darnos cuenta se apartó. Confesaré que fui yo quien
quiso salir en la foto con él. Manel se apuntó de inmediato, y a
los dos nos encantó la idea, pero el fotógrafo hizo la foto con la
cámara de Manel y no salió excesivamente bien. No importa. Yo
apreté la cintura de Pepe Sancho y le dije toda feliz ¡¡un
valenciano!! jajajaa. No puedo evitarlo, me suelo emocionar mucho
con las cosas más simples (No, no soy Forrest Gump pero tendré un
alma flowerpower hasta que me muera ¡o eso espero!). En cualquier
caso, Reyes, disculpa por la torpeza, debiste salir en la
foto.
Manel, Pepe Sancho y Anika
Manel me hizo una foto, ya que estaba la cámara fuera, y al descargarla he visto que en una esquinita, ahí en la izquierda, se puede ver la cara de Diego Carcedo. La melena rubia de al lado pertenece a Nieves Herrero.
En fin, el caso es que allí estábamos todos requeteguapos viendo
pasar bandejas de canapés y cervezas. Mi ojo atento veía por ahí
alguna que otra copa de vino tinto -que es lo único que me gusta-
pero no había bandejas de vino, así que decidí, en un momento dado,
irme a la búsqueda de mi copa (al más puro estilo de las aventuras
de Matilde Asensi, sorteando personas que no conocía y pistas hasta
descubrir mi meta). Y así llegué hasta donde te servían lo que
preferías, y mientras preguntaba si tenían vino tinto, una
luz potentísima se me planta ante mi cara y me percato del
por qué aquel foco blanco me estaba dejando cegata: a mi lado se
ponían Pepe Sancho y Reyes Monforte para pedir sus bebidas (nada de
alcohol, no seáis mal pensados, la que quería vino era yo). Vi más
veces flashes y focos cerca de mí y por un momento pensé
que si aquello se veía en algún canal de televisión todo el mundo
se preguntaría quién leches sería aquella chica que se ponía las
gafas de sol encima de una cinta de pelo en plena noche (manías… me
gusta como quedan) y que aparecía por todas partes.
Al volver a mi sitio, felicísima de tener mi copichuela, vislumbré
a Julia
Navarro muy cerca de mí. En realidad, al otro lado de la mesa
redonda, y decidí ir a saludarla, pero le di tiempo para que no
estuviera tan solicitada y pudiera hablar con todo el mundo. Además
quería apagar mi cigarro antes de ir hasta ella. Gonzalo Gayo me
sugirió que la saludara ya para hacerme unas fotos con ella.
- Ya tengo fotos con Julia -le indiqué (4)
- Es igual. Más. Luego te las paso.
- Vale. -Yo… feliz.
Después de todo yo seguía sin cámara.
(4) Son las fotos correspondientes a
la Crónica de la Feria del Libro de Valencia 2007.
Julia me reconoció enseguida cuando le recordé quién era. Apenas
empezábamos a hablar cuando de pronto una chica rubia con una
sonrisa encantadora que estaba con ella dice:
- ¡¿Anika?!
- Sí
- Soy Alicia.
- ¿Alicia Martí?
- ¡Sí!
Y señoras y señores, Alicia Martí y yo nos
fundimos en un abrazo muy contentas porque esta mujer tan simpática
es una de las personas a las que conocía sólo a través de internet
y nuestros correos. Es Jefa de Prensa de Plaza & Janés y
Grijalbo y yo no tenía ni la menor idea de cómo podía ser
físicamente, pero lo obvio es que fue una de las más simpáticas
conmigo, junto a su compañera Ana Franco. Esos
abrazos sinceros y emotivos nunca los olvidaré. Gracias
chicas.
Y tras presentarnos continuamos la conversación con Julia Navarro
donde me confesó que, a pesar de disimular, en aquella Feria del
Libro donde nos conocimos ella estaba exhausta y agotada por una
operación. ¡Y yo que la veía tan fresca! Sí que debió soportar…. El
caso es que apareció Manel dispuesto a salir en alguna foto con
nosotros. ¡Faltaba más! Es que veréis… de igual modo en que a veces
yo me olvidaba de llamar a Manel para que conociera a alguien (este
caso, por ejemplo) a él le pasaba lo mismo conmigo (caso Andreu
Carranza o Esteban Martín, por poner otros ejemplos. Manel, ya que
has hablado con ellos y de vez en cuando os cruzáis, preséntamelos.
Vale. Nunca ocurría, jajajaaa. Éramos un desastre de
coordinación ¡y eso que escribíamos para la misma
revista!). Vamos, que los dos estábamos un poco flipados
disfrutando del momento y no nos daban las neuronas para más.
En todo caso, aquí están las fotos que fue haciendo Gonzalo Gayo mientras hablábamos (yo ya ni me acordaba, sólo hay que verme ciertos caretos), y una última en la que posamos Manel, Julia Navarro y yo. La chica rubia es mi querida Alicia Martí. (Por cierto, querida Julia, no te quejes si sales con los ojos cerrados ¡¡¡mírame a mí!!!)
Aunque lo parezca... no estaba explicando cómo liar un porro ¡ojo
con los malpensados!
Gonzalo, gracias por las fotos.
Pero aunque haya puesto a Julia Navarro prácticamente en medio
de este cóctel (pues esto sucedió al final, cuando terminaba), lo
cierto es que pasaron más cosas y cosillas. Por ejemplo… Enrique de
Vicente sí resultó ser el hombre de las bermudas. Vestido
elegantemente con su traje, era el mismo de la televisión y las
fotos, pero me imponía tanto vestido así que ni me atreví a
acercarme a él. ¡¡Si Manel no me hubiera dicho por la tarde que era
un clon!!... (Más tarde tendríamos una conversación de lo más
interesante y divertida que ya contaré en su momento). Valérie Tasso
(autora de "Diario de una ninfómana"), que apareció de lo más
moderna (esta vez destacaba ella, yo iba más normalita, más formal)
sólo se vio sola un instante, momento en que aprovechó para unirse
al grupo de Chés (Toni dice que era por él, y si él lo dice… será)
pero pronto la requirieron para llevársela al escenario con la
cámara de televisión para filmarla y que dijera unas
palabras.
Aprovecho para poner una foto de Valérie que hizo Manel un poco
más tarde, durante la cena, pero que viene bien para que la
veáis.
Creo que ya que nos adentramos en la cena y tras ésta se fallaría
el premio, es momento de decir por qué estábamos allí. Al margen de
conocernos y observarnos o charlar para poder dar testimonio de
cómo concurrió todo, aquello era la celebración del VI
Premio de Ciudad de Novela de Torrevieja como bien sabéis.
Durante el tiempo en que estuvo abierta la inscripción al premio se
recibieron 423 obras con sus respectivos títulos falsos y sus
pseudónimos. 344 procedían de España, 17 de México, 15 de
Argentina, 6 de Perú, 4 de Venezuela y 11 de Estados Unidos. El
ganador de este premio se llevaría 360.000 euros, la segunda mayor
cuantía económica en premios literarios, y el finalista, 125.000
euros (sí, ya sé lo que estáis pensando ¡qué mogollón! pero yo
siempre recuerdo que Hacienda existe así que…)
En las cinco ediciones anteriores de los Premios Ciudad de
Torrevieja los ganadores fueron: Javier Reverte por "La noche
detenida" (que no pudo asistir a este evento porque estaba de
promoción, aunque estaba invitado), Juancho Armas Marcelo por "Casi
todas las mujeres", Zoé Valdés con "La eternidad del instante",
César Vidal con "Los hijos de la luz" y Jorge Bucay por "El
candidato". Entre los finalistas, en Anika Entre Libros, también
tenemos por ahí a Ignacio García Valiño, autor de "Querido
Caín".
Como ya sabéis el ganador fue José Carlos Somoza y el
finalista, Juan Cobos Wilkins. Pero antes de que todo esto
se hiciera público hubo una cena con muchas más anécdotas dignas de
contar para que, al menos, os divirtáis conmigo y con Manel. Cuando
sea el momento oportuno, os relataré el resto de la parte
oficial.
A Manel y a mí nos separaron de mesa. Él estuvo sentado con Irene
Pérez (también de Prensa de Plaza & Janés). Con ellos estaban
sentados el escritor Sergio Rossi (co-autor de "Medusa"), gente
de TVE y del departamento de marketing de Plaza y Janés, y de COPE
Cataluña, entre otros.
En mi mesa estábamos un grupo de valencianos muy bien avenidos. A
los ya mencionados Toni Martínez, Fausto Tortosa, J. R. Bertolín y
Gonzalo Gayo, se nos unían Laura López y Luis Alberto Rayo de
Libertad Digital TV, y dos chicas de Antena 3 de las cuales sólo
recuerdo el nombre de una, Mónica, y que no sé si es la chica
morena tan simpática que consiguió hacerme bailar aquella noche
cuando decidí "imitarla" porque no sabía dónde poner los pies. En
fin, esa es otra historia y ocurre más adelante así que vuelvo a la
cena.
Algunas fotos de mi mesa. Aquí con Bertolín (sin duda la cámara de
Gonzalo Gayo me saca mejor que la de Manel, por muy buena que diga
que es...) =.=
Aquí Toni y Manel (en una de sus visitas a nuestra mesa). Véase la
cara de Manel. Sin duda Toni estaba soltando una de las
suyas...
Aunque se vino conmigo de recuerdo la tarjetita del menú de
aquella noche ¡hubiera dado cualquier cosa por cambiarlo entero por
un rato con Richard Gere! No os contaré detalles que os aburran,
sólo diré que Toni y yo buscamos desesperados el chocolate blanco
del postre: Biscuit de chocolate Blanco, Pera Caramelizada y
Frambuesas. ¡Cómo suena, eh! Al final dedujimos que era el polvillo
que había encima del postre. (Donde esté el chocolate negro, un
buen brownie o un tiramisú bien hecho que se quite lo demás).
Como comprenderéis una cena de estas es como es la de las bodas,
bautizos o comuniones. Al final siempre sales a la calle a fumar
porque ahora está prohibido hacerlo en casi todas partes si no es
un sitio habilitado. Pues bien, parte de la noche la puerta del
salón se abrió tropecientasmil veces para fumar, aunque
algunos, como Ildefonso Falcones, lo hacía para hablar por el móvil
(no fue el único, por supuesto).
En varias de aquellas ocasiones nos juntábamos Toni,
Fausto, Ignasi (corresponsal en Valencia del Periódico de
Cataluña y Cataluña Radio) y yo donde, además, teníamos
conversaciones con otras personas. Por ejemplo Ildefonso
Falcones, quien me dijo que me ganaba a hijos: yo tengo tres,
él, cuatro.
- Eso me recuerda a la época del 600. -Dije.
Los ojos de Fausto se abrieron de par en par: O_O
- Deberías disculparte. Le has llamado viejo.
¡Glubs!
- ¿Viejo? Pues no, me refería a que antes, en la época del 600,
era habitual tener cuatro hijos, pero ahora tienes tres y ya te
dicen que estás loca.
Por suerte Ildefonso Falcones afirmó que me había entendido a la
perfección y que estaba de acuerdo. Nos reímos un poco y volvió a
la cena.
Nota de Manel:
Bueno, habría que añadir, que Anika
le soltó a Falcones, "que sepas que Manel Haro te va a entrevistar
para mi revista".
Nota de Anika:
¡Uy, sí! Ahí me fallaba la memoria con la crónica… Cuando Falcones
colgó el móvil le pregunté si sabía quién era Manel Haro y me dijo
que no, así que le dije "pues que sepas que Manel Haro te va a
entrevistar para mi revista", y a Ildefonso le pareció bien la
idea, así que si no se echa atrás… En cualquier caso, a partir de
ahí, Ildefonso estuvo unos minutos con el grupo de Chés y a raíz de
esto surgió la conversación sobre quién ganaba en cantidad de
hijos. Un punto para él.
A continuación una de las pocas imágenes donde aparece Ildefonso
Falcones en la cena:
Y una de archivo que me ha prestado Fausto Tortosa para que se le
vea mejor
(Sigue la crónica en página 3 desde menú lateral derecho)
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