Premios de Novela Ciudad de Torrevieja 2008. Página 6
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Pachá Pachí Pachá (La fiesta y la post-fiesta)
Momentos...
Momento Yo Me Traigo Mi Botella
Cuando entras en la discoteca, más si está limitada por una cinta
donde entra la gente VIP, alejada mínimamente por los alicantinos
habituales de la disco (más tarde llegaría a desaparecer esa
separación y provocó uno de los momentazos de la noche...)
lo primero que buscas es dónde asentarte y con quién.
Manel y yo lo teníamos claro: con los Gamberros de
Torrevieja. Así acabamos en la misma esquina de una barra, Sergio Rossi, Toni Polo, algunas
amigas, Julio Guerrero, Manel y yo. La elección de
la esquina era obvia: barra de bar + camarera guapa = sitio
perfecto. Quiénes eligieron el sitio no es algo difícil de
adivinar, pero mirad la foto.
El perfil pertenece a Julio Guerrero, el torso rojo y la oreja a
Toni Polo, y el brazo con camiseta blanca poniéndole cuernos a la
cabeza de su amigo, a Sergio Rossi
De casi todo el mundo es ya conocido que yo sólo bebo vino tinto,
a ser posible Rioja o valenciano, y que cuando voy a algún sitio
donde hay alcohol no suelo encontrar vino muy fácilmente, así que
antes de salir del hotel donde cenamos, le conté mis penas a un
agradable señor que se ocupaba de nosotros y de que el bus saliera
con todos dentro (o sea, un relaciones públicas o RRPP). El amable
señor, cual caballero indómito y sorprendente, me dijo que eso
lo arreglaba él, y que el autobús no se marchaba sin
mí. Me hizo bajar un piso (¡ainsss, en qué líos me meto yo
solita!), me acercó hasta un mostrador que había delante de un
despacho, preguntó por el gerente del hotel y de pronto me vi en el
despacho del sr. Ferrer, eligiendo una botella de vino para
llevarme conmigo :)
Pues esa botella de vino, de incógnita, se vino conmigo a Pachá :)
y por cierto, nada más llegar me hicieron ponerla sobre la mesa que
ocupábamos para beber todos (menos mal que bebieron un poco porque
si me la bebo yo enterita...)
Situémonos: la discoteca tenía una 'peazo' fuente de chocolate
que, si no la fotografío, no me quedo a gusto (aunque claro,
también la probamos). El chocolate corría descendiendo sin tregua y
podías elegir entre trozos de frutas o gominolas para embadurnarlas
y comértelas. Mmmm... rico rico.
Una de las primeras cosas que tocaba hacer era beber (jeje) pero
sobre todo fotografiar a los invitados. Por supuesto traté de
fotografiarme(nos) con Alejandro Palomas, que vino
con Sandra, pero no hubo forma: cuando coincidíamos alguien le
llamaba y le enganchaba. Hubo un momento en que esperé, pero luego
surgió una foto (dos en realidad) de los comensales de nuestra mesa
en Pachá, y para allí nos fuimos.
En nuestro recorrido por Pachá a veces Manel y yo nos
separábamos.
Momento Ignacio Salas
¿Recordais que entrevistaban a Ignacio Salas cuando ocurrió aquel
desliz de Alicia con su nombre? Pues no pude verlo a partir de
entonces pero luego sí lo divisé -cerca de nosotros- en Pachá. Y
estaba sentado en una mesa con una guapa chica que no sabía quién
era. Normalmente, en estos casos, te imaginas que es alguien a
quien conoce, alguien con quien hay buen feeling, una sobrina,
etc... Vamos, si no sabes quién es lo lógico es que te dediques a
lucubrar hasta que preguntas. Pues a la mesa fui yo justo cuando la
chica se levantaba y se marchaba, pero aproveché para hablar con
Ignacio y sugerirle que posara para una fotografía. Al poco volvió
la chica y le pedí que apareciera en la foto (para que Ignacio no
saliera solo), pero dije algo que debió parecerle "raro".
- ¿Te importa si te hago una foto con Ignacio o hay algún
problema?
Aquello del "problema" debió sonarle a "ésta ha pensado que soy la
sobrina del artista" porque sólo había que ver la cara de susto que
puso. ¿Problema? ¿En qué sentido? Obviamente no lo había, no era su
sobrina, sólo una invitada más, una amiga: ¡Era Paula
Izquierdo! Jo, qué malo es no conocer las caras de los
demás ^.^
El dinosaurio Ignacio Salas (¡Juro que él me dijo
que le describiera con una palabra muchísimo peor!) con la bella
escritora Paula Izquierdo (que, por cierto,
aparece en uno de los libros que edita Fernando Marías -
"Frankenstein"- y que os recomiendo personalmente ¡¡porque lo he
leído, eh!!)
Según Ignacio yo no debía perder el tiempo fotografiando a
ancianos si no a gente guapa y joven. Pero ¡ojo! que una cosa es lo
que se dice y otra lo que se hace, que la siguiente foto fue una
idea de Salas (muy divertido, por cierto) que apareció por mi
espalda, se abrazó a mí y me pegó un susto.
Ignacio me describió como... ejem... anfeta con patas XD
No sé por qué le daría yo esa impresión ^.^
Bueno, he aquí algunas fotos que tomé en Pachá:
Espero que Pepe no se me haya enfadado por decir que me recuerda a
Tony Manero ^.^
Momento Esteban Martín
Y es que con Esteban Martín también hubo un "momento" que se
alargó hasta que a mi cámara le salió de las narices funcionar como
debía. No sé cuántas fotos me tocó hacer para que al menos UNA
saliera bien (esta que veis) pero es que Esteban me dijo que
faltaban las palabras mágicas... et voilà. Las dijo y la foto salió
:) ¡Aleluya! Y luego hay quien no cree en la magia potagia.
Momento Me Pido Esta foto
No sé si recordáis que el año pasado Manel se pidió una foto (o
sea, que le hiciera una foto con alguien en particular). Este año
la foto deseada era ésta, con Nerea Riesco y Álex Salmon. Cosas de
periodistas... Ahora viene un momentazo.
Momento Carranza Guardaespaldas
Primero, una de las cosas que me propuse era bailar con Ildefonso
Falcones, porque tiene fama de bailar muy bien y había que
comprobarlo sacándolo al escenario.
- Pero si yo ya he bailado -me dijo.
- Pero conmigo no. Además no sé bailar. Me han dicho que bailas
muy bien y quiero que me enseñes -dije.
Y me acompañó, pero antes de darme cuenta yo ya estaba desmelanada
bailando junto a Andreu Carranza y el señor Falcones se
había desviado hacia gente menos desmelenada (tardó nada en volver
a la barra y descansar). Seguramente, al verme bailar, debió pensar
que le había mentido (pero es cierto, no sé bailar, lo que pasa es
que me emociono, como con todo, y acabo ganándome mi espacio en la
pista).
Y allí estábamos felizmente bailongos Andreu Carranza y yo (su
mujer con nosotros pero riendo más que bailando ¡es que éramos un
chiste!) cuando me percato de dos cosas: a) La barra de separación
entre oriundos de Torrevieja y nosotros había desparecido... b) Un
alicantino se me acercaba misteriosamente entre miraditas de
interés.
Y tras pasar por delante de mí una vez con ese evidente interés
mientras yo bailoteaba, trató de volver... ¡pero se encontró con un
muro protector! Andreu Carranza bailaba, esta vez,
marcha atrás, y le impedía el paso. El chico dio unos pasos hacia
atrás y volvió a intentarlo sin quitarme la vista de encima (y yo,
que bailaba y miraba a Carranza, podía ver las intenciones del
macho man). Y vuelta a ocupar la pista, Carranza y yo,
ambos frente a frente pero caminando (o bailando) hacia atrás. Y
dale que te pego... el chico de nuevo retrocediendo. ¡Y lo que me
reí y divertí yo con aquel guardaespaldas no se puede contar! Fue
un auténtico momentazo de chiste visual, pero lo más gracioso de
todo, y por eso me reí tanto, es que Carranza no se dio cuenta en
ningún momento de que estaba alejando al pretendiente alicantino!
Aprovecho para darle las gracias nuevamente -ya lo hice después
allí- porque no tenía ningunas ganas de espantar por mi cuenta a
nadie.
La verdad sea dicha, encontrarme de nuevo con Andreu Carranza y su
mujer fue genial, porque es una de las parejas con las que mejor me
lo paso.
Y hasta aquí os puedo mostrar en fotos, pero no se acaban las
anécdotas, porque las hay aún y todavía divertidas, o curiosidades
varias... Vamos allá:
Momento Perdiendo Cosas I
A gritos tuve que avisar de que había perdido el bolso. ¿Y me
hacían caso? Nooooooooo. ¡Qué malo es el alcohol! Todos de fiesta,
especialmente los Gamberros de Torrevieja que me habían prometido
cuidar de mi bolso y no había ninguno en su lugar de vigilancia!!!!
Grité casi hasta desgañitarme entre la música cañera de la disco
(les dio por meter música de los 90 cuando les pedí de los 80... si
es que no se enteran). Hice aspavientos hasta que empezaron a
hacerme caso, y justo cuando ya los tengo a mi alrededor
contándoles que había perdido el bolso (dentro, la cámara, la
grabadora, el dinero, el viaje de vuelta, documentación... todo),
mis ojos se paran ante la barra del bar y allí estaba él, el muy
jodío, riéndose de mí. El bolso, digo. Ains, qué vergüenza. Allí lo
había dejado yo. ^.^
Momento Torrevieja Es Así
Cuando el reloj acercaba su minutero a las cuatro de la madrugada,
los autobuses que nos debían devolver al hotel ya estaban
preparados para salir. El que no quisiera cogerlos, ya se apañaría.
Algunos de nosotros nos salimos a esperar fuera y charlar, y de
paso descansar de tanto baile. Manel, el matrimonio Carranza y yo
pudimos ver una ambulancia llevándose a alguien -pero no nos
enteramos de qué había ocurrido- pero vivimos aún un momentazo
torrevejense genial: Un taxi paró a las cuatro de la madrugada
frente a Pachá. Una chica de Alicante bajaba y otra se quedaba
dentro del coche. La que bajó, toda moderna ella, apretujando sus
muslotes en sus ceñidos pantalones, se acercó a nosotros y sólo
hizo una pregunta: ¿Hay gente interesante? Alguien le dijo que no,
y acto seguido se metió en el taxi y se largó. O.O
Momento Manel Macarrones
A nuestra vuelta al hotel resulta que la fiesta no se había
terminado, había post-fiesta. Y la hicieron en una de las
habitaciones pequeñas (las había de varios tamaños, la verdad es
que en la mía habrían cabido mejor pero luego no me hubieran dejado
dormir así que no dije nada). Lo curioso es que no paraba de entrar
gente y allí ya nos sentábamos como podíamos, a veces hubo algunos
encima de otros, otros casi en la puerta o en el balcón,
superpuestos en 3D... en fin. El caso es que allí seguían de fiesta
y había bastante andalú muy saleroso/a con ideas bastante locas
para darnos a conocer unos a otros (algunos ya se conocían, yo sólo
conocía a Julio Guerrero, que estaba en el suelo y se había
descalzado, y a Pepe Sabater que simplemente se sentó en el
sofá).
La chica que ideó el juego por el cual debíamos "conocernos" debía
haber bebido más de la cuenta porque nos sugirió pensar en nuestra
comida favorita pero con una particularidad, el nombre debía
empezar por la misma letra que el nuestro de pila. Y así empezaron
unos y otros mientras yo pensaba y pensaba y no me salía nada...
Manel lo tuvo fácil, alguien utilizó los Macarrones y a él le
sirvió para apuntarse. Manel Macarrones. Yo decidí
transgredir la norma, era imposible hacerlo de otra forma. Cuando
me tocó el turno dije solemnemente: Anika
Achocolate.
Después de esto y viendo que la habitación se llenaba más y que en
breve acabaría amaneciendo, decidí marcharme a la cama...
Y ahora vendrá un fantasma a joer la marrana (para
conocer al fantasma, ir a página 7)
Comentario de los lectores:
- Crónica Escrita y Fotográfica de los PREMIOS DE NOVELA CIUDAD DE TORREVIEJA 2008
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