Premios de Novela Ciudad de Torrevieja 2008. Página 3
Premios de Novela Ciudad de Torrevieja 2008. Página 3
El cóctel, los gamberros y el jamón serrano
Y llegó la hora más interesante del día (porque aún no era de
noche): el momento en que nos encontramos todos en el hall o en la
entrada del hotel y vemos a más personas de las que parecía que
habría. Así, nos encontramos con Zoé Valdés, Fernando Marías,
Esteban Martí y señora, Ildefonso Falcones, Nerea Riesco y Juan
Gómez Jurado con su mujer, Katuxa, entre otros.
(como se hicieron casi todas las
fotos en la cena, adelantaré aquí algunas)
Hubo momentos y momentos.
Momento Nerea Riesco. Cuando salí de la
habitación me dí cuenta de que había estado todo el rato mirando el
reloj, y como me sobraba tiempo cada vez que lo miraba añadía algo
coqueto a mi cara, o sea, pintura. Vamos, que me puse rimmel,
colorete y pintalabios. Arregladita, bajo y me encuentro con Manel
y le comento este detalle. Ahí que llega Nerea Riesco,
guapa a rabiar -para variar-, pintada, mona como ella sola, con un
traje potentísimo (o sea, sensual) y el pelo arreglado. Nos
acercamos a saludarla y lo primero que me dice es: "Me faltaba
tiempo para arreglarme". Casi me muero de la risa en ese momento. Y
no es por nada pero luego se recogió el pelo en una coleta cuando
subía al bus, se lo hice notar (extrañada) y casi me caigo para
atrás con su mirada y sus palabras... "estás en todo". ¡Pues claro,
Nerea! En absolutamente todo, y por eso cuento algunas cosas y
otras no :) ña ña ña.
Lo más diver es que antes de ir a Torrevieja tenía una duda
existencial. Nos esperaba un tiempo terrible, horroroso, media
España se estaba inundando y se preveían tormentas en Alicante.
¿Llevaría Nerea
Riesco un vestido tan descocado como el año anterior? Me dije
"nooooooooo, imposible". Pues va a ser que sí, y encima más
fresquito. Si es que no doy una.
Momento Zoé Valdés. El momento Zoé Valdés es de
los mejores para mí... Me la encuentro arreglada en el hall como
todo el mundo, pero con el pelo muy corto, algo que me llamó mucho
la atención. Nos acercamos a saludarla y le comento mi extrañeza.
Pensé que no había ido a la peluquería porque llevaba un corte muy
extraño... algo pasaba, un misterio la rodeaba, ese pelo no lo
había hecho un peluquero. ¡Le pregunté! Entonces me enteré de que
mi hija Natacha no es la única que coge las tijeras y se corta el
pelo a ras de cabeza. ¡Zoé se cortó el pelo ella sola! Jajajaja,
debo decir que algunas lunáticas -como ella y como yo- hacemos o
hemos hecho estas cosas alguna vez en la vida, y aunque también me
he metido tijera, mi mejor recuerdo es el de dejar a la Nancy con
flequillo. Y ahí sigue.
En fin, lo cierto es que le hice a Zoé algunas fotos y sólo una
nos gustó de verdad, justo cuando se colocó sus maravillosas gafas
de fantasía. Aquí una imagen de la rueda de prensa que os
adelanto.
Momento Fernando Marías. Sí, hasta con Fernando Marías hubo un "momentazo", claro que él era el único que no lo sabía -se enterará ahora, claro-. Resulta que Manel y yo discutíamos acerca de la credibilidad de los premios, algo que está siempre de boca en boca y que sólo este año nos hemos puesto de acuerdo en que los premios de Torrevieja han ganado prestigio y credibilidad con sus obras ganadoras. Pero la cuestión es que en ese momento no habíamos leído aún los libros y no teníamos una decisión tomada. El año anterior, cuando fui a saludar a Fernando Marías, éste me indicó a José Carlos Somoza que estaba sentado en su mesa, por si quería saludarle. Manel y yo, en plan malpensados -aunque sin maldad, todo hay que decirlo-, dedujimos que quizáaaas él ya sabía que Somoza sería el ganador (estas cosas que todo el mundo dice aunque no se tengan pruebas). Así pues, este año vimos a Marías en un corrillo donde estaba Juan Gómez Jurado, un escritor que "no nos pegaba" ahí. No publicaba con Plaza y Janés, su estilo era distinto al que solía ganar, etc, etc, etc... Empezamos a pensar que ganaba Juan el premio porque era lo único que desentonaba en el hall (miento, Juan y Alejandro Palomas, porque también desentonaba, y también sospechamos de él como posible ganador)
Y el bueno de Marías que viene, se acerca, y lo primero que dice
es: "¿Quién ganará? Estoy venga a hacer quinielas y no me sale
nada". Manel y yo, amparados ante la ignorancia de Fernando que no
sospechaba lo que pensábamos, nos miramos y aguantamos la
carcajada. Esto, para que veáis que uno viene tan inocentemente y
resulta "sospechoso" de algo, y otros que vienen sin maldad previa
acaban convirtiendo a un escritor en "víctima" de sus sospechas.
¡Igual que un juego! Así lo veíamos Manel y yo. Y así de divertido
nos resultaba.
No quiero dejar pasar la oportunidad de comentaros que con Fernando
Marías hablamos de sus últimos trabajos, unos como
escritor (Manel habló con emoción de su libro "Esta noche moriré",
y ambos coincidieron en que era su mejor obra; y yo hablé con él de
su libro "Zara y el librero de Bagdad" que me pareció espectacular
para ser LIJ) y otros como editor (en 451, de donde yo tenía
-tengo- varios libros con él como editor; "Frankenstein", "Drácula"
y "Hombre Lobo")
Por cierto, creo que este es el momento apropiado para quejarme de
la comida inexistente que tendríamos este año. Fernando Marías no
es de discotecas, y no lo vi durante la cena entre las mesas porque
estaría por el lado contrario al que me situé yo, así que no tengo
ni una foto suya, y como sabéis me fascina este hombre, así que me
quejo. ¡Me quejooo!. Además, no sería el único que al final no
aparecerá fotografiado en la crónica por faltarnos la comida...
snifff. (En su favor, decir que la comida estuvo muuucho mejor que
el año anterior)
Momento Zipi y Zape. ¿Saben ustedes esos niños,
uno rubio y otro moreno, ambos muy gamberros y muy resalaos? Pues
descubrí que teníamos un par de gamberros en la fiesta y que de no
ser por que no eran hermanos ni mellizos, casi casi casi pasarían
por Zipi y Zape: Sergio Rossi y Toni Polo. Y si les juntas al tercero en
discordia (Julio Guerrero), se convierten en los 3
mosqueteros, o más familiarmente, los Gamberros de Torrevieja.
Hablar con ellos en serio, era imposible. Sus risas eran
contagiosas, y encima se reían de todo, inclusive de ellos mismos.
Y no es por nada pero Toni Polo (el moreno, bueno, no hay mucho
pelo que mirar pero uno es moreno, en serio) * tiene una apariencia
tan seria cuando está tranquilito que da miedo. De hecho tengo una
anécdota con él (obviamente él se moría de la risa). El año
anterior, en la crónica, comenté que había visto a Toni Polo pero
no a Sergio Rossi. Se lo conté a ellos. Esta fue su respuesta: "No,
Toni no vino, vine yo" -dijo Sergio. Me quedo ojiplática y sospecho
que me están tomando el pelo. Tanta fue su insistencia que al final
toda la curiosidad se dirigió a... quién sería el tipo al que
confundí con Toni Polo y cómo diablos no vi a Sergio Rossi si
estaba sentado en la mesa de Manel...
* También prometo que aunque no hay mucho pelo donde mirar, Sergio
es rubio. (Jeje, ¿creías que te ibas a librar?)
Momento Jamón, Jamón. Una, que ya tiene
experiencia en varios cócteles, se conoce y sabe que si bebe vino
tinto pero no come nada, luego se pondrá mala. Para evitarlo busca
y rebusca entre las camareras y camareros para ver qué llevan, pero
como es tan rarita para comer exquisiteces, recurre a lo seguro: el
jamón serrano. Y ahí estaba "una" bebiendo de su copa y charlando
cuando se percata de que todo el mundo come menos ella... Vale que
estaba rodeada de tipos altos (Sergio, Toni, Julio...) y no veía
mucho más allá, pero tampoco quedaba tan lejos el maestro cortador
de jamón serrano... sólo era cuestión de asomarse un
poquito...
... Así que me acerqué, le vi cortar el jamón, se me hizo la boca
agua, miré con ansia el plato donde dejaba las lonchas y cuando
advirtió mi presencia le dije ¿le importa que coja algún trocito?
es que no he probado bocado aún. Muy serio, el maestro jamonero
aceptó y me dejó coger, pero esa seriedad me dio tanto pavor que
sólo cogí un trocito y salí de allí. Nada más dar la vuelta
tropiezo con un corro de gente. Gente divertida: Andreu
Carranza y señora, con un grupo de amigos, conversaban y reían
justo entre el jamón y mi grupo. Sonriendo, me hice un hueco.
¡Qué, a por el jamón, eh! Sonrisa amplísima...
Y entonces, enterándose Carranza, señora y amigos de mis penas con
la comida, decidieron hacer unión para facilitarme el jamón. En ese
momento empezó un baile al son de las camareras, empujones hacia la
bandeja del jamón (sí señor, llegaron a empujarme sutilmente varias
veces, pero yo aproveché para correr hacia las bandejas, que no
estaba una para dolores de barriga), chivatazos de por dónde
aparecía un camarero u otro, giros inesperados que modificaban el
curso natural de la camarera y abocaban frente a mi persona (con la
consiguiente risa de la señorita camarera, llamada Jessica -sí, le
pregunté el nombre- que era una santa) y la definitiva decisión de
la propia Jessica de venir a ofrecerme a mí el jamón serrano antes
que a nadie cada vez que salía con la bandeja :) ¡Un éxito
conseguido entre el matrimonio Carranza, sus amigos del corro y mi
hambre!
Momento rojo. Como siempre en estos casos, hubo
un momento en que todo el mundo mira los paneles con las listas
para ver con quién se sentará en la mesa. Esto suele ocurrir al
principio, y eso hicimos entonces aunque lo cuente ahora, pero es
que me acabo de acordar :) En aquel momento veíamos a más gente,
nos presentaban a otros (Antonia Kerrigan, por
ejemplo, que no la conocía en persona aún), etc. El año anterior
supe que había una historiadora de la que desconocía el hombre,
luego me enteré de que era María Pilar Queralt del
Hierro, y durante este tiempo hemos puesto fichas de sus libros
(Leonor, Inés de Castro) y la hemos entrevistado, así que
por la fotografía ya la conocía. Y la vi. Un color rojo destacaba
entre varias personas, y a mi lado una voz (la de Julio Guerrero)
dijo que iba a saludar a la autora. "Voy contigo", dije.
Julio saludaba a Mª Pilar y yo me ponía frente a ella como una
estatua. Sonreía pero no le decía absolutamente nada ¿sería capaz
de reconocerme? Cuando Julio se marchó la autora de libros
históricos me miró y por un segundo -o más- debió pensar que tenía
ante si a una loca haciendo de estatua viviente, sin pestañear. Al
fin hablé: ¿Sabes quién soy? Y como si esas palabras conectaran un
circuito en su cerebro, de repente soltó un gritito: "¡Anikaaaa!".
A partir de ahí nos sorprendimos ambas, me presentó a su hija
Gloria (rebelde activa, sensata si quiere y generosa siempre) y las
tres discutimos acerca del color rojo de su vestido. Gloria y yo
estábamos de acuerdo en que si vas a una fiesta como mínimo que se
te vea, y qué mejor que el rojo para ello :) Lástima que no hay
foto porque esto fue en el cóctel y durante la cena no la vi (y
como todos sabemos ya, no hay comida al día siguiente!!!)
A continuación, un porrón de fotos... (página 4, menú lateral
derecho)
Comentario de los lectores:
- Crónica Escrita y Fotográfica de los PREMIOS DE NOVELA CIUDAD DE TORREVIEJA 2008
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