Premios de Novela Ciudad de Torrevieja 2008. Página 2
Premios de Novela Ciudad de Torrevieja 2008. Página 2
La crisis llega a los premios pero y qué
La crisis que azota el país había afectado también a los premios.
Se invitaban a jefazos y gente importante y se eliminaban de las
listas a algunos que provenían de medios de menor tirada o sin
suficientes lectores (eso me dijo alguien cuyo nombre no recuerdo).
También habría otros cambios que nos enteraríamos más adelante,
como que al día siguiente no habría comida (¡Oh, Dios! eso sí que
era terrible ¡no poder hacer más fotos! ¡tener menos oportunidades
de estar juntos y conseguir conversaciones literarias más
interesantes!) o que volveríamos en un tren normalito, no el
Euromed, que va más rápido. Pero ¿y qué? Había que divertirse
igualmente y hacer nuestro trabajo al mismo tiempo así que yo me
puse rápido manos a la obra (pensaba en divertirme, claro, el
trabajo vendría ya en Torrevieja)
En el tren aprovechamos para ir de un sitio a otro, hablar unos
con otros, y conocernos quienes aún no nos conocíamos. Obviamente
para Vanessa yo era nueva, y como íbamos a estar
en contacto a menudo aprovechamos para charlar. Cerca teníamos a
Teresa (a quien sustituiría)* y al antes
mencionado Baltasar Bueno, que aunque definí
anteriormente como "de cara divertida", lo cierto es que estaba
muuy muuy serio. Y juro por Dios que cuando finalizó mi
conversación con Teresa y Vanessa, el señor Bueno se moría de la
risa tras pasar de un gesto a otro (digamos... seriedad, sorpresa,
asombro, expectación y risas).
* Sí, seguro que habéis pensado
-como pensé yo- que Vanessa y Teresa suena a dúo pop.
Y es que al llegar la hora de conocernos también llegó la hora de
ciertas confesiones... ejem... Este verano dejé por unos meses
Anika Entre Libros porque me había salido un
trabajito, y para no dejar sin información a los lectores, pero con
algo de humor e incógnita, dejé un mensaje en el blog (para quien
tenga curiosidad y de paso leer las reacciones, ver post). Y de este tema
precisamente estaba hablando con las chicas cuando el tono erótico
festivo subió varios grados.
Durante unos meses me dediqué a hacer definiciones de artículos de
una tienda erótica, y en un momento dado hice la definición oral de
uno de los objetos más extraños y horteras que había visto en mi
vida, y lo hice tratando de definirles cómo era para luego
soltarles la definición que puse. Se trataba de un consolador
(Baltasar Bueno con cara seria. Estaba demasiado cerca para no
escucharnos). Pero era un consolador bastante particular, porque
servía para el punto G aunque era grueso, y además tenía como
pinchitos a su alrededor (suaves y blandos, claro) de colores
amarillo y verde. ¡Qué difícil imaginarlo, ¿verdad?!.
Vale, cuesta demasiado, mejor verlo (¡no se me ofenda nadie!
Recordad que definí mi trabajo en el blog como un trabajo,
tiene algo de literatura, sin embargo es erótico en
exceso)
* Lo de "literatura" viene porque
algunas de mis descripciones salieron desde noveleras, hasta
poéticas.
- El caso -les contaba- es que no se me ocurría cómo definirlo
porque sólo me venían a la mente verduras, por los colores que
tenía...
... risas de Teresa y Vanessa, también mías, y Baltasar Bueno con
el ceño fruncido y a punto de pasar por las distintas fases
gestuales... Continué:
- Así que recordé algo que leí en un libro (Anécdotas de
Enfermeras, Elisabeth G. Iborra, Styria) y supe cómo describirlo.
Al final mi descripción del producto decía algo así: "Si te gusta
ser extravagante, aquí tienes tu consolador. En las Urgencias de
los hospitales están hartos de atender a gente que se introduce
pepinos, plátanos o berenjenas. ¡Olvídate de las verduras y usa
este estrambótico consolador verde y amarillo!)
... Descojono total y... ¡Baltasar Bueno riéndose! Bertolín, que
había escuchado las risas desde otra parte del tren, vino a ver qué
pasaba (es que intenta no perderse ni una, sobre todo si hay risas
incluidas), y como llegó tarde me negué a contarlo otra vez -me
parecía demasiado-, pero ahí Baltasar demostró que tenía sentido
del humor y le dijo que ni se imaginaba la conversación que
habíamos tenido, riéndose y con ciertos coloretes naturales (o sea,
sonrojo total) que aparecieron en sus mejillas.
Bueno, como esta crónica se basa en unos premios literarios, con
dejar aquí una de las anécdotas y pasar a los invitados, mejor que
mejor. Pensad que si sólo hablo de la parte en la que yo me
divierto y nada más, igual dejan de invitarme y no quiero perderme
estos premios (que por cierto, avanzo, han cambiado también
dándoles más credibilidad, algo de lo que luego hablaremos).
El viaje en el autobús nos sirvió también para charlar acerca de
traducciones de libros escritos originalmente en catalán, que no se
traducen al castellano. Nosotros apostamos por Marc Pastor y
La mala dona.
Cuando llegamos (trasbordos incluidos de tren a autobuses, saludos
a quienes nos íbamos encontrando, como Valérie Tasso que me presentó a su novio,
Jorge) y con la que charlé sobre la entrevista que teníamos
pendiente (y otras cosas), hicimos lo mismo que el año anterior:
Fuimos a las habitaciones a dejar las maletas y bajar -Manel y yo-
para tomarnos algo y luego sentarnos en uno de los sofás a ver,
mirar, admirar, charlar o sorprendernos (eso ya no dependía de
nosotros, claro)
Si recordáis del año anterior, me sorprendió ver una maleta en mi
habitación y pensé que iba a compartirla (principiante que era
una...), pero luego me enteré de que era un regalo. Llegaba yo a mi
habitación sabiendo que "algo" me esperaría dentro cuando al abrir
no vi nada... ¡Pero sí! Una caja reposaba en una mesa y no pegaba
con la decoración. La abrí, metí la mano y empecé a sacar una cosa
muy rara con pantallitas. Ignorante que es una pensé ¿y si es una
ipod? ¿o un lector de ebooks? ¡¡Ignorante pero hasta incluso cuando
saqué el detalle!! Cuatro pantallitas -cual árbol navideño-
colgaban una debajo de otra con movimiento independiente y... no
sabía para qué eran... Y así me quedé, hasta que descubrí -porque
me lo dijeron- que era un despertador (ya os contaré para qué era
las tres restantes pantallas donde no pone la hora)
Y al sofá (tras congelarnos en la terraza) nos marchamos Manel y
yo. Allí conocí a un ser bastante especial pero que no sabía de qué
iba... Para empezar se acercó a saludar a Manel y empezó a hablar
con acento (finalmente supe que era cubano), luego se dejó caer
sobre un sillón frente a nosotros y a hablar y hablar sin descanso.
Al parecer, él y Manel se habían conocido el año anterior en el
viaje de vuelta a Barcelona. Yo escuché su nombre y al momento se
me olvidó (estaba más pendiente de su perorata; y esto me pareció
porque es que no nos dejaba ni hablar)... Sin embargo su
conversación con Manel -siempre y cuando le dejara hablar- era de
lo más simbiótica. Hablaban de lo mismo. Hasta que mentó un libro y
su caso con él: Las benévolas, de Jonathan
Littell.
Fue entonces cuando ambos coincidimos en "algo" y aquello dio un
vuelco. Así descubrí que Julio Guerrero (la COPE)
cae mejor cuando coincides con él en algún sentido, porque de lo
contrario lo ves lejano y apabullante. ¡Ojo! ¡Que luego se
descubriría como uno de los gamberros de
Torrevieja!
Después de esto fuimos viendo llegar a algunas personas. Me
sorprendió bastante ver a Alejandro Palomas en el hall -donde
estábamos nosotros-. Yo le había entrevistado por su libro "El
cuaderno del mago" y me daba la impresión de que su literatura
no tenía mucho que ver con la de Plaza y Janés, claro que igual era
un invitado como otro cualquiera. Iba de blanco, se le veía muy
delgado (esto no es de extrañar) e iba acompañado de su editora,
Sandra, una chica rubia muy maja.
Y entonces llegó una nueva sorpresa, ¡Carlos
Morenilla motorizado! Uno de los chés, habitual de mis
crónicas en Torrevieja, Feria del Libro de Valencia o
Presentaciones Literarias, había llegado todo de negro, frío como
el tiempo, y motorizado. (Jamás lo imaginé motorizado, la verdad...
da otra impresión) Así y todo, no tuvimos mucho tiempo de charlar
en este evento aunque me proporcionó un rato muy divertido que no
puedo contar (a mí y a Manel)
He pensado que, aunque no pertenece a este evento, esta fotografía
os recordará quién es Morenilla (y debo decir que es muy divertida
porque está firme al lado de un Clip de Famóbil casi tan grande
como él. La fotografía pertenece a la presentación de "La
escriba", de Antonio Garrido, en Valencia)
A continuación, nuevas anécdotas divertidas... (siguiente página,
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Comentario de los lectores:
- Crónica Escrita y Fotográfica de los PREMIOS DE NOVELA CIUDAD DE TORREVIEJA 2008
- Premios de Novela Ciudad de Torrevieja 2008. Página 1
- Premios de Novela Ciudad de Torrevieja 2008. Página 2
- Premios de Novela Ciudad de Torrevieja 2008. Página 3
- Premios de Novela Ciudad de Torrevieja 2008. Página 4
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- Premios de Novela Ciudad de Torrevieja 2008. Página 6
- Premios de Novela Ciudad de Torrevieja 2008. Página 7
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