Crónica de la SN Semana Negra de Gijón 2015
Un año más, acudo a la Semana Negra, esta vez los tres últimos días. Durante el trayecto en tren, tuve la suerte de coincidir con el estupendo escritor Guillermo Roz, por lo que fue como comenzar con los encuentros literarios un poquito antes de tiempo. Mientras nosotros hablábamos en la cafetería el tren, en Gijón se daban a conocer los nombres de los ganadores de los distintos premios otorgados durante esta Semana Negra que os mostramos ahora:
Premio Dashiel Hammett a la
mejor novela de género negro
Yo fui Johnny Thunders
de Carlos Zanón
Premio Rodolfo Walsh a la mejor obra de no ficción de
género negro
Escrito en negro
de Martín Olmos
Premio Memorial Silverio Cañada a la mejor primera novela
de género negro
Te quiero porque me das de comer
de David Llorente
Premio Espartaco a la mejor novela
histórica
El reino de los hombres sin amor
de Alfonso Mateo-Sagasta
Premio Celsius a la mejor novela de ciencia ficción y
fantasía
El imperio de Yogorov
de Manuel Moyano
Concurso de Relatos de la Semana
Negra
"Culatero"
de Fernando José Veglia (Argentina)
Finalistas:
"Carta de un culpable" de Yemila Saleh Fraile (España)
"Pa que nos vamos a engañar" de Ana Isabel Espinosa (España)
Premio SN-BAN!
Alexis Ravelo
I Certamen de relatos cortos de ciencia ficción de la
Semana Negra y El Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología de
Puebla
"Intercambio epistolar" Franco Molinari (Argentina)
Finalistas:
"Los soñadores" de Marcos Lopez Concepción (España)
"Los malabaristas son practicamente personas" de Luciano Sibori
(Argentina)
Llegamos justo a la hora de la comida, que aproveché para reecontrarme con amigas semaneras a las que llevaba mucho tiempo sin ver, y de allí marchamos al recinto de la Semana Negra, que comenzaba ese día el programa con una actividad muy habitual en ediciones anteriores pero que por motivos de horarios, se había dejado de hacer: una tertulia de escritores dirigida por Paco Taibo.
En la tertulia se debatió entre otros temas sobre si la renovación del género negro estaba en el lenguaje, a lo que Taibo argumentaba que si solo se renovaba el lenguaje, se perdería la capacidad de sorprender, las anécdotas, se centraría solo en la forma y se perdería el interés del lector ante la capacidad del autor de sorprenderles.
Alfonso Mateo-Sagasta explicaba que él considera que la novela negra actual se está anquilosando, ya que parecen más quías turísticas y gastronómicas que novelas negras, nos describen las ciudades, lo que comen, etc, pero no de dónde proceden, su base social.
Se comenta también que la novela negra en Hispanoamérica no puede tener héroes policías, por ejemplo, porque su realidad demuestra que los policías son los corruptos, deben buscar héroes marginales.
Finalmente se dice que es tiempo de buscar heroínas, tener más personajes femeninos en la novela negra.
Esa misma tarde, la carpa del Encuentro se llenó hasta los topes cuando llegó la hora del encuentro con Elvira Lindo (en la foto) y Antonio Muñoz Molina, en el que hablaron entre otras cosas, de lo diferente que es acudir a una ciudad como escritor solo o acompañado, ya que la mirada es muy distinta. Comentaron cómo Elvira iba haciendo fotografías que luego fueron un buen material de apoyo a la novela y que ella pudo publicar también.
Fernando Marías tenía previsto un monólogo, pero tuvo que contarnos un hecho inesperado que le había ocurrido esa misma mañana y que le había impedido contarnos el monólogo que tenía preparado, relacionado con una novela que escribió hace tiempo de la que no se pueden encontrar ejemplares, y que puede ser la causa de que su vida hoy en día peligre. Nos dejó con el alma en vilo, como siempre tan fantástico con las cosas que nos cuenta. ¿Cuánto de verdad había en aquello que nos contó? Os invito a descubrirlo en su siguiente monólogo… si llega a él.
Tras esta charla. Me dirigí a la carpa de Biblioasturias, en la que Juan Luis Martín presentaba su libro Maldita nostalgia. Se trata de un libro sobre segundas oportunidades, que no siempre son bien aprovechadas. Le interesaba averiguar por qué los personajes se comportan como lo hacen, reflexionando sobre cómo nos alimentamos del dolor ajeno.
Juan Luis escribió la novela cuando era muy joven, con veinticuatro años, cuando estaba enfadado con el mundo porque no encontraba trabajo, por lo que tenía mucho odio acumulado que refleja en la novela. Se trata de una obra dura que puede generar rechazo, similar a la dureza de Taxi driver.
Al día siguiente, me acudí por la mañana a la rueda de prensa de Villa triste de Fabio Girelli, quien nos contó que comenzó a escribirlo en 2010, después de haber leído muchos libros, ya que cree que el mayor mal es que hay millones de escritores pero solo cientos de lectores, y por desgracia hay muchos escritores que no leen.
Girelli quería hacer un personaje distinto a los que hay ya en el género negro, que tuviese características morales diferentes, no quería que tuviese un pasado complicado. Quería que el personaje pudiese ser como cualquier persona. Por ejemplo, está enamorado de un transexual, está muy confuso en sus relaciones, no sabe distinguir entre lo bueno y lo malo, es muy inteligente, pero no sabe usar su inteligencia. Entra en la policía para que le digan lo que debe hacer, es bipolar. Resuelve los casos por ser inteligente, pero no se esfuerza mucho.
El personaje tiene otro problema, y es que le falta la percepción de lo que sucede a su alrededor. Tiene un don; cada vez que está en una situación que no entiende, recuerda canciones infantiles que le ayudan a comprender la situación en la que se encuentra.
Girelli opina que el lector debe pasarlo bien y disfrutar de la lectura, la trama y los personajes deben ser interesantes y mantenerle con tensión y curiosidad, debe sorprenderse también en la lectura.
En la novela hay dos historias paralelas: está el caso de la muerte y tortura de unas gallinas y a la vez, le ocurre lo mismo a unas chicas. Son las dos caras de la misma moneda. Parece que las dos historias no se van a unir, pero sí lo hacen.
Como curiosidad, nos contó que todos los personajes importantes están basados en personas reales, sobre todo los más raros.
Seguidamente tiene lugar la rueda de prensa de Marcelo Luján y su novela "Subsuelo". Se trata de una novela muy diferente a todo lo que ha publicado antes. Se trata de una novela dura; es una novela negra en la que interviene una familia burguesa, sin problemas económicos. El autor los extrajo de la ciudad, los llevó a una parcela de verano en un sitio muy aislado, donde inoculó veneno, algo relacionado con el mal, a ver cómo reaccionaban.
El narrador toma partido, es anticipatorio, tiene complicidad con el lector, hace de la novela una historia distinta. Los personajes son una madre muy valiente y unos hermanos mellizos que tienen un comportamiento muy particular.
Desde que la novela salió en febrero, se le han acercado lectores que no le conocían antes para decirle que les gusta porque es diferente, por lo que está muy contento.
El sábado por la tarde acudo a la presentación de Guillermo Roz, mi compañero de viaje en el tren, que nos habla de su novela "Malemort, el impotente", ganadora del premio Fernando Quiñones. Nos cuenta que en 1884 muchas familias francesas fueron llevadas a Argentina para repoblar una zona a cambio de muchas hectáreas. Esas familias subieron a un barco sin agua, sin camas, sin nada. Guillermo Roz quiso estudiar a fondo la historia, y pudo leer el diario de algunos colonos y de ahí el vasco impotente, se convirtió en el francés Malemort, que tira de toda la historia.
Guillermo quería contar qué es viajar, qué es irse a otra tierra. Fue un gran desafío que enfrentó con mucha ilusión, porque para un escritor, escribir historias es como escribir el viaje que es la vida.
La última presentación a la que acudí fue la de Juan Ramón Biedma, con "Tus magníficos ojos vengativos...". La novela nació en una tarde de conversaciones de una Semana Negra de hace dos años. Un autor mexicano le contó que su abuelo fue el creador de zoológicos humanos, ya que primero se exhibían animales pero luego aborígenes de todo el planeta: pigmeos, esquimales, etc. Los exhibía en la línea de los circos de fenómenos que estaban de moda a finales del siglo XIX, incluso hubo uno en Barcelona, en el TIbidabo. Llegó un momento en que la gente se cansó, era muy caro devolverlos a sus países de origen , así que se los vendía a hospitales para que experimentasen con ellos, a burdeles, etc. Era muy cruel.
En la novela salen Moriarty y Sherlock Holmes, pero son secundarios. Holmes debe usar los métodos de Moriarty y viceversa para seguir.
Biedma quería escribir una novela protagonizada por un malvado, quería hacerlo planteando un orden contradictorio de la moral del personaje. Si la sociedad se carga al malvado, tendría una consecuencia negativa para esa misma sociedad. Se decantó por Moriarty por la época (S. XIX), y porque Conan Doyle apenas lo nombra en cuatro o cinco novelas, por lo que muchos autores han podido usarlo, es la esencia del mal, el enemigo al que se enfrentan todos los héroes. Es un malvado con ideas socializantes, quiere hacer un mundo justo para salvar al mundo.
No renuncia a las novelas de misterio que leíamos de pequeños, con los arquetipos que recordamos, el sonido del carruaje sobre los adoquines, la niebla de Londres. Precisamente no quería utilizar la niebla, pero entre las muchas horas que pasó investigando, descubrió que en 1880 se dio el fenómeno de la "niebla asesina": hubo una plaga tóxica de partículas de dióxido de azufre que terminó con más de dos mil personas. Hubo un rebrote en 1891 en mayo, cuando situó la novela, así que la terminó usando, así como la huelga de carruajes (berlinas).
Aunque no era presentación, sí acudí a un último evento, una charla sobre Sherlock Holmes que estuvo muy interesante, contando incluso con público disfrazado del famoso detective con su gorro y su pipa.
En la clausura de la Semana Negra se nos comenta al día siguiente que ha sido la edición con mayor número de escritores, directores, Premios Príncipe de Asturias, autores noveles, etc de la historia: 185. Ha sido todo un éxito de público, con más de 350 personas en la velada poética de Carlos Salem a las 3 de la madrugada. Como reivindicación, afirman que necesitan recuperar las ayudas públicas que les quitaron hace cuatro años, porque la Semana Negra es para todos, incluso para la derecha, y la publicidad que obtiene Gijón a través de este festival literario supera con creces la inversión que reciben.
Para finalizar, los que volvíamos a Madrid hicimos el viaje en el bus negro, con parada obligatoria en Moreda, en Aller, donde el alcalde volvió a recibirnos con una amabilidad desbordante y nos invitó a una degustación de platos típicos de la zona, una maravilla que os recomiendo conocer.
La verdad es que ir tan pocos días hizo que se me pasase volando y me supiese a poco, pero si lo pensamos bien, ya quedan menos días para la Semana Negra del 2016. Esto es la Semana Negra…¡Y sigue!.
Comentario de los lectores:
- Crónica de la SN Semana Negra de Gijón 2015