TORREVIEJA 2010. Página 2
TORREVIEJA 2010. Página 2
Crónica fotográfico-anecdótica del IX Premio de Novela Ciudad de Torrevieja
La cena transcurrió como siempre, entre risas, pero es que es
imposible no reírse con la panda de chalados con los que me siento,
porque son divertidos hasta con la boca cerrada. Eso sí, no puedo
contar -más que por discreción por mantener cierto buen gusto-
cierta anécdota que nació a raíz de sugerirme tomarme algo para el
dolor de cabeza. Eso sí, en plan "niña, que tengo de tó" salieron
varios tipos de ibuprofeno y paracetamol para elegir. Fue un
alivio, porque eso evitó que siguiera doliéndome la cabeza, y es
que entre el cansancio, la falta de sueño, lo poco que había comido
y los bruscos cambios de temperatura estuve en un tris de acabar en
la cama antes de hora. Eso sí, una advertencia a los diseñadores de
medicamentos: una pastillón tamaño elefante NO es ideal para
tragárselo ni de golpe ni a trocitos, que despedazado saben
fatal.
Anika y
Toni
Panorámica -o algo así-
desde mi asiento (a la derecha se ve a Valérie Tasso y a
Manel)
Parte de los chés en
triángulo equilátero con smile
Bertolín, Pepa y Manel
parecen serios ¿verdad? jojojo, eso no te lo cres ni tú. Bueno,
Manel es más serio pero a Pepa ya la veréis en otra foto y Bertolín
es Bertolín, es divertido cuando abre la boca. Menuda pirula se
montó él solito acerca de una historia de amor muy literaria que...
él sabe de qué hablo.
La mesa de Ana Franco (de
negro, de espaldas a la izquierda), Manel y Xavi Borrell, de
espaldas Pilar Alonso y a su lado Celia.
Llegó la hora de la verdad. Este año no presentaba el evento
Bucay, si no un profesional de Torrevieja. Rápidamente frente al
escenario aparecieron las cámaras de televisión. Me levanté y me
dirigí hacia allí, y de pronto veo una mano alzándose, llamándome
para que me acercara...
- ¡Hombre! El espía del FBI -le digo.
- No necesariamente espía, pero agente sí. -Me dijo. Y no me
preguntéis quién es* porque todavía no lo sé ^.^ (eso sí, un señor
simpático, seguro)
* Antes de publicar online esta
crónica ya habré averiguado quién es y su nombre aparecerá en ella
(en la página anterior descubrimos su identidad).
Casi todo el mundo sabe ya que este año no hay finalista, sólo un ganador. También se sabe que en Torrevieja los ciudadanos se han vuelto a quejar porque no quieren que se gaste tanto dinero en cultura (claro, mejor gastarlo en esas otras cosas por las que de vez en cuando salen en periódicos ¿no?) y se olvidan literalmente de la publicidad que un gran evento cultural como este favorece la reputación de Torrevieja, no sólo el turismo, que también. El alcalde hizo mención al largo matrimonio entre Torrevieja y Plaza & Janés, algo digno de alabarse porque a la Cultura muchos la tratan a patadas y encima se quedan tan panchos (y eso hizo que según los periódicos los opositores realizaran un encuentro de bocatas de chorizo que yo no ví -ni nadie a quien preguntara, pero fijo que a estos le traes a Belén Esteban al supermercado y van todos a que les firmen un autógrafo-). Llamaron a todos los componentes y representantes del premio, entre ellos mi querido José Calvo Poyato y luego anunciaron al ganador diciendo de antemano que el premio se afianzaba con calidad literaria (el señor Alcalde dijo esto tras abrir el sobre con plica donde estaba el nombre del ganador, aunque estas palabras han sido en todo caso las que han recorrido todos los medios como "oficiales").
Gustavo
Martín Garzo, un señor estupendo, de rostro afable, maneras
agradables, atento y encima un gran escritor con una buena carrera
literaria como curriculum vitae fue el ganador entre los quinientos
manuscritos enviados. Si tenía que llevárselo alguien, sin duda
Martín Garzo es un gran representante, así que podemos estar más
que contentos. Apostamos a que tendremos una buena novela y además
muy bien escrita. Una garantía de la que hablaremos en cuanto
leamos su novela, presentada como "El vestido de plumas" y que
lleva por título original "Tan cerca del aire".
Conseguir esta foto tiene
mérito. Imagínate una jungla de altos chopos y una florecilla
inquieta pero chiquitaja. La florecilla era yo. Me puse de
puntillas, rebusqué un huequito, levanté la cámara y a ciegas hice
clic. No veía ni papa desde mi sitio. Los periodistas se removían
agitados, buscando la foto ideal. Salió bonita y todo
:)
Una de las dos imágenes ya
con premio y plano de cerca que hice. He desechado la otra porque
los micros se meten en los ojos del Alcalde y parece una escena de
Matrix o La naranja mecánica.
Gustavo Martín Garzo,
premiado y feliz.
En las siguientes imágenes, justo después de recoger la estatuilla
cuando empezó a ser felicitado personalmente por otros amigos e
invitados (entre ellos yo misma, que tras darle un par de besos y
mi enhorabuena quedé con él en leer la novela para entrevistarle,
algo que sinceramente me apetece mucho.)
También fue el momento del reencuentro con el gran José Calvo
Poyato, un escritor y amigo al que me hace feliz ver aunque sean un
par de veces al año y con el que me fundí en un abrazo y mucha
alegría.
Luego vino la rueda de prensa. Como es habitual, mi cámara se negó
a hacer una buena fotografía del evento, todas salían oscuras por
mucho que me acercara o utilizara el zoom. Hasta Manel Gimeno y
Fausto lo intentaron, pero nada, que mi cámara es buena pero no es
mágica. Esta en cambio es cosa de la suerte: Manel Gimeno se
equivocó de botón y grabó unos segundos, y de esa grabación he
sacado yo esta imagen "oficial" (Las
hay mejores, el departamento de prensa me habría dado una sin
problemas y tema solucionado, pero esta es la mía):
No sé si sabéis que después nos vamos a la discoteca y hay un bus
que vuelve a las dos de la madrugada para quienes no quieren
trasnochar mucho, y otro a las cuatro (Sé de uno que decidió
montarse la fiesta sin coger el bus, es decir, directamente al
hotel, whiskycito y ya, poco amigo de las fiestukis largas).
Generalmente nos vamos antes pero en esta ocasión apenas nos
quedaba una hora para la vuelta, así que cuando subimos al bus
decidimos no hacer planes, y quienes los hicieron no siempre los
cumplieron. Manel Haro, por ejemplo, estaba cansado y pensaba en
volverse a las 2:00 h., yo me sentía igual y aposté por lo mismo, y
Fausto también era de los que habían llegado ya agotados y empezó
diciendo que volvía en el primer bus para terminar diciendo que
mejor no hacía planes. Y menos mal... porque Fausto terminó con la
corbata en la cabeza y los únicos que se volvieron con el primer
bus (y muchos más invitados) fuimos Bertolín y yo. Pero ¿por qué me
iría tan pronto?
Pues no era solo por el cansancio... es que la discoteca resultó
ser muy especial. Pero vayamos por partes. Para subir al bus
hacemos fila, y justo cuando estoy en la misma puerta uno de los
responsables me mira, mira a su compañero, y exclama:
- ¡Anda! ¡Se te ha olvidado la botella de vino!
*.*
Ojiplática piedra pómez, como dicen ahora, casi me quedé, porque
está claro que soy la famosa señora de la botella de vino, y es que
cada edición me he dejado de recuerdo una botella en la discoteca
porque allí no venden vino, y vinillo es el único alcohol que suelo
beber, y la botella suele regalármela este RR.PP que se encarga de
nosotros.
- ¡Eso lo arreglo yo ahora mismo! ¡Y con sacacorchos! -dice el
hombre.
- No, no, no te preocupes -le digo:-, no voy a beber, sólo agua.
Me duele la cabeza y he tomado una pastilla, tranquilo.
Lo que no sabían ni uno ni otro es que en el tren de camino a
Torrevieja, en el bar, había comprado un botellín de vino tinto
-que se abre a rosca- y lo llevaba en el bolso ^.^ (A decir verdad,
yo tampoco me acordaba)
Y llegamos a la discoteca... Love. Así se llamaba. Pero al entrar
no escuchamos música si no a un tipo haciendo un monólogo. Los
carteles y pantallas de "Love", "Love travel" y no sé qué concursos
sobre el amor y los viajes inundaron mi vista. Entre el vestidito
de marras y estos cartelitos fluorescentes me sentí marear.
Como la crisis aprieta hicimos una de nuestras movidas
intercambiando consumiciones gratis por botellines de agua (el agua
era para mí)
- Yo te compro el agua (que sale más barata) y a cambio tú me das
tus consumiciones (para alcohol, que es más caro, obviamente)
Vale, no diré quién fue, pero fue y está en las fotos :) Chico
listo ^.^
José Soler (que aparece en
casi todas las fotos de Torrevieja con la tarjetita de Love),
Anika, Toni, Virginia y Mariola
Los primeros que se animaron a bailar cuando la discoteca empezó a
parecerse a una discoteca -o sea cuando terminó el monólogo y
pusieron música- fueron Virginia e Ignasi, así que tengo buena
muestra de sus bailes en fotos. Toni, Fausto y yo hicimos un trío
para bailar de forma paralela, y estuvo divertido. (Ahí fue cuando
empecé a dar saltos también Fer, te dije que lo haría y vaya si lo
hice, jajajaa)
Lo que me preocupó realmente es que la música era pachanguera y
latina. Me considero incapaz de aguantar más de una hora escuchando
esa música. Y cuando empecé a ver a Vir, Ignasi y Fausto cantar en
voz alta las canciones, casi me da un patatús. Fue casi tan
traumático como ir fashion. De hecho Fausto se disculpó:
- Es la música que escucha y pone siempre mi sobrina y
claro...
¡Ja!
Por cierto, me contaba Fausto que Toni sabía la cara B del disco
de Heidi en japonés. ¿Qué? ¿Os lo creéis? Pues me la cantó: "achiwá
chiwowara...". Eso sí, la segunda vez que se la pedí ya no empezaba
igual, jajajaja.
En fin, les dejé allí, botellín de vino incluido (apenas llegué a
abrirlo pero el vinillo y la musiquita no me pegaban así que la
dejé de recuerdo como cada año); lo siento, pero yo soy de los
remember de los 80, y me gustan Green Day, Placebo y otros grupos
extranjeros menos antiguos pero David Bisbal no, no puedo con eso.
Subí al bus y vi a Bertolín subirse detrás de mí. Camino al hotel
de nuevo. (No creáis que éramos los únicos, el bus iba casi lleno y
muchos eran autores)
Pero antes de marcharme hice unas cuantas fotos así que
aquí tenéis una muestra.
Pilar y Celia bailando
No es que estuviesen de moda
las pulseritas rosas, era el distintivo de la
discoteca.
En la página 3, más fotos de la noche y el desayuno (menú lateral derecho)