Anika entre libros

Crimen y Literatura: de Cesare Lombroso a Hannibal Lecter

Juan Carlos Bircann, marzo 2007


Han transcurrido 125 años desde que se publicara "L'Uomo Delinquente", obra que marca el nacimiento de la Criminología y todavía podemos decir que es mucho lo que queda vigente de su contenido, no obstante los numerosos descubrimientos y aportes novedosos en el área de la medicina, psicología, sociología, genética y otras ciencias. El hombre común posee una serie de conceptos e imágenes de carácter general acerca del delincuente y la criminalidad y muchos de estos han quedado plasmados en el arte y la literatura. Obsérvese la imagen de los personajes en "El Martirio de Santa Agata" de Sebastiano del Piombo; "La Flagelación" de Caracci o en "El Degüello de los Inocentes" de Rafael. En la Cámara Penal de la Corte de Apelación de Santiago existe un mural al fondo del estrado que permite adivinar la actitud inquisidora de los personajes hacia el acusado, así como la ira del abogado defensor. Esos son rostros que hablan. Dentro de la narrativa la figura de Raskolnikov, personaje central de "Crimen y Castigo" de Dostoievsky ha sido objeto de estudio en Criminología. Igual ocurre con "Hamlet" (Shakespeare) y "La Bestia Humana" de Zola, entre otras.

Dentro de la música hay cientos de manifestaciones. El mejor indicador es el sello "Explicit Lyrics" que traen algunas producciones, muchas de las cuales han sido objeto de incautación en nuestro país principalmente en operativos llevados a cabo por la D. N. C. D., en virtud del art. 33 de la Ley 50-88. Una pieza que revela el sentir de los convictos es "EL PRESO" de Fruko (que inicia: Oye!...te hablo desde la prisión...). Esta salsa se ha convertido en el himno de los presidiarios y suena constantemente en los diversos recintos.

Por otro lado el cine comercial ha creado sus propios "criminales natos". Con aciertos o exageración se han convertido en "villanos clásicos" personajes como Dart Vader (Star Wars), Freddy Krueger (Pesadilla en la Calle Elm), Jason (Friday the 13th) y el Dr. Hannibal Lecter (Manhunter, Silencio de los Corderos y Hannibal).

Hace poco vimos una reseña periodística bastante curiosa. El Dr. Lecter, personaje creado por Thomas Harris, se había convertido en el villano "favorito" de los cinéfilos. En un lejano segundo lugar quedó Dart Vader, el individuo de la armadura negra y voz de robot de la Guerra de las Galaxias.

Lecter apareció por vez primera en la novela "El Dragón Rojo", llevada a la pantalla con el título de "Manhunter". En ella el psiquiatra caníbal ofrece pistas, desde su celda de "máxima seguridad", para la captura de un criminal que elimina a familias enteras y causa terribles mutilaciones a sus víctimas. Años después reaparece en "El Silencio de los Corderos", esta vez asistiendo a una novicia agente del F.B.I. para dar con el paradero de otro "serial killer", aficionado a desollar mujeres para confeccionarse un "vestido de piel". Siete años después se publica "Hannibal". Ahora el personaje está radicado en Florencia, Italia, luego de escapársele a las autoridades; su sexta víctima (un millonario llamado Mason Verger), a quien Lecter indujo a automutilarse y servir sus despojos a los perros, desde su lecho, horriblemente desfigurado y conectado a un respirador artificial, dirige las operaciones para su captura, con fines de venganza.

El personaje, magistralmente representado por Anthony Hopkins, es un sujeto braquicéfalo, de talla media, mesomórfico; tiene las cejas arqueadas, los dientes pequeños y los labios delgados; sus pómulos son salientes y los arcos ciliares pronunciados. Además, tiene arrugas naso-labiales y otras horizontales en la frente, a lo que se agrega una mirada profunda, penetrante, intensa. Todo un criminal nato al estilo Lombroso.

Lo que resulta llamativo y torna a este personaje "encantador" a los ojos del público es que se trata de un individuo inteligente, culto y elegante; de finos modales y gustos exquisitos. Toma Batard-Montrachet y es cliente de la famosa farmacia Santa Maria Novella, donde se fabrica el exclusivo Sapone di Mandorla. Estos detalles contrastan con la naturaleza del eminente psiquiatra recluido en una celda de seguridad extrema dentro de un sanatorio-prisión, quien, debido a su gran habilidad y predilección por la carne humana tiene que ser transportado atado a una camilla, enfundado en camisa de fuerza y dotado de un bozal que le impida morder. A esto se agrega que el filme fue rodado en Florencia. Inteligentemente el director mueve a este personaje en los lugares históricos y tradicionales de la región como el Ponte Vecchio (el único sobre el río Arno que no destruyeron los alemanes durante la guerra), el Palazzo Capponi y la muy reconocida Galleria degli Uffizzi.

Lecter es amante de la ópera y la buena música (Variaciones Goldberg de J.S. Bach). Consultor habitual del "Grand Dictionnaire de Cuisine" de Alexandre Dumas y con amplio dominio del latín y los clásicos. Pero Lecter no es más que un personaje de ficción. Realmente resulta gracioso verlo ataviado con smoking salteando sesos humanos en mantequilla de hierbas al frente de una elegante mesa equipada con candelabros, fina cubertería y lujosa vajilla. Es probable que para crear a este sujeto el autor de la obra se inspirara en el famoso "Vampiro de Hannover", Fritz Haarmann, quien confesó a los jueces que convertía a sus víctimas en "perritos calientes" que él mismo vendía en la estación del ferrocarril. Otra posible fuente pudo haber sido Henry Landrú, quien luego de descuartizar los cadáveres cocinaba las partes "más sustanciosas" y se las comía. "Hannibal" puede ser una reproducción exagerada de estos personajes históricos pero poco comunes. La influencia de "El Dr. Jekyll & Mr. Hyde" de R.L. Stevenson es evidente.

Por otro lado tenemos obras menos mercuriales pero más cercanas a la realidad. "La Virgen de los Sicarios", basada en la novela del colombiano Fernando Vallejo es el ejemplo más reciente. Se trata de una producción brutal, desgarradora, cruda pero sincera. Una visión apocalíptica del Medellín posterior a la muerte de Escobar, cuando cientos de sicarios quedaron "desempleados" tras la muerte de "El Patrón", principal contratante de sicarios. El libro es mucho mejor que la película, coincidiendo en este aspecto con "Hannibal". El filme fue rodado completamente en Medellín, capital del Departamento de Antioquia, escenario de los hechos más violentos en la década de los 80 y que conmocionaron al mundo y sus actores son colombianos. Los méritos de esta película le valieron Medalla de Oro en el Festival de Venecia.

Esta producción se diferencia de su análoga "Traffic" en que se hallan ausentes ciertos elementos muy comunes en el cine comercial y que resultan de mal gusto ("Traffic" termina con la irrupción aparatosa de un policía en una fiesta de connotados mafiosos, quien luego de armar un desorden deja colocado un micrófono oculto y sale impunemente por la puerta principal).

En "La Virgen de los Sicarios" aparecen fielmente reproducidos muchos de los rasgos delincuenciales descritos por Lombroso y reiterados posteriormente por connotados autores de la ciencia criminológica. Tanto Alexis como Wílmar tienen tatuajes en el cuerpo; se expresan en jerga o lenguaje particular (cruce, parce, chumbimba, tombo, coronar, muñeco, fierro, culebra, etc). Se distinguen por nombres especiales o apodos (La Plaga, El Difunto). Igual que los demás adolescentes dedicados al sicariato, tienen un profundo sentimiento religioso; llevan escapularios con la imagen de María Auxiliadora, de donde proviene el título de la obra. Los contrarios se valen de "balas rezadas", las que según el folcklore criminológico no fallan el objetivo.

Esta realidad aparece descrita en otra novela titulada "El Leopardo al Sol" de la reconocida escritora colombiana Laura Restrepo y ha sido objeto de profundo estudio en obras como "Mercaderes de la Muerte" de Edgar Torres Arias; "Mi Guerra en Medellín", del Coronel (r) Augusto Bahamón Dussan; "No Nacimos P'a Semilla" (Salazar); "En qué Momento se Jodió Colombia" y "Los Comandos de la Guerra" (varios autores).

En suma, muchas manifestaciones artísticas y literarias reproducen elementos descritos por el padre de la Criminología. Unas son pre-Lombroso y otras post-Lombroso. Algunas son burdas exageraciones e inventos, otras son un retrato de la cotidianidad, lo cual no resta méritos a sus autores, más bien constituyen una evidencia de que en la mente del hombre existe, al estilo Platón, una idea básica, general, al margen del espacio y del tiempo, sobre el hombre delincuente, ese sujeto plagado de estigmas que genera sospecha y que tan abundante es en las cárceles del mundo.

El autor es Abogado.


Lombroso  Lecter

 

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