Crimen y Literatura: de Cesare Lombroso a Hannibal Lecter
Han transcurrido 125 años desde que se publicara "L'Uomo
Delinquente", obra que marca el nacimiento de la
Criminología y todavía podemos decir que es mucho lo que
queda vigente de su contenido, no obstante los numerosos
descubrimientos y aportes novedosos en el área de la medicina,
psicología, sociología, genética y otras ciencias. El hombre común
posee una serie de conceptos e imágenes de carácter general acerca
del delincuente y la criminalidad y muchos de estos han quedado
plasmados en el arte y la literatura. Obsérvese la imagen de los
personajes en "El Martirio de Santa Agata" de Sebastiano del
Piombo; "La Flagelación" de Caracci o en "El Degüello de los
Inocentes" de Rafael. En la Cámara Penal de la Corte de Apelación
de Santiago existe un mural al fondo del estrado que permite
adivinar la actitud inquisidora de los personajes hacia el acusado,
así como la ira del abogado defensor. Esos son rostros que hablan.
Dentro de la narrativa la figura de Raskolnikov, personaje central
de "Crimen y Castigo" de Dostoievsky ha sido objeto de estudio en
Criminología. Igual ocurre con "Hamlet" (Shakespeare) y "La Bestia
Humana" de Zola, entre otras.
Dentro de la música hay cientos de manifestaciones. El mejor
indicador es el sello "Explicit Lyrics" que traen algunas
producciones, muchas de las cuales han sido objeto de incautación
en nuestro país principalmente en operativos llevados a cabo por la
D. N. C. D., en virtud del art. 33 de la Ley 50-88. Una pieza que
revela el sentir de los convictos es "EL PRESO" de Fruko (que
inicia: Oye!...te hablo desde la prisión...). Esta salsa se ha
convertido en el himno de los presidiarios y suena constantemente
en los diversos recintos.
Por otro lado el cine comercial ha creado sus propios "criminales
natos". Con aciertos o exageración se han convertido en "villanos
clásicos" personajes como Dart Vader (Star Wars), Freddy Krueger
(Pesadilla en la Calle Elm), Jason (Friday the 13th) y el Dr. Hannibal
Lecter (Manhunter, Silencio de los Corderos y Hannibal).
Hace poco vimos una reseña periodística bastante curiosa. El Dr.
Lecter, personaje creado por Thomas Harris, se había convertido en
el villano "favorito" de los cinéfilos. En un lejano segundo lugar
quedó Dart Vader, el individuo de la armadura negra y voz de robot
de la Guerra de las Galaxias.
Lecter apareció por vez primera en la novela "El Dragón Rojo",
llevada a la pantalla con el título de "Manhunter". En ella el
psiquiatra caníbal ofrece pistas, desde su celda de "máxima
seguridad", para la captura de un criminal que elimina a familias
enteras y causa terribles mutilaciones a sus víctimas. Años después
reaparece en "El Silencio de los Corderos", esta vez asistiendo a
una novicia agente del F.B.I. para dar con el paradero de otro
"serial killer", aficionado a desollar mujeres para confeccionarse
un "vestido de piel". Siete años después se publica "Hannibal".
Ahora el personaje está radicado en Florencia, Italia, luego de
escapársele a las autoridades; su sexta víctima (un millonario
llamado Mason Verger), a quien Lecter indujo a automutilarse y
servir sus despojos a los perros, desde su lecho, horriblemente
desfigurado y conectado a un respirador artificial, dirige las
operaciones para su captura, con fines de venganza.
El personaje, magistralmente representado por Anthony Hopkins, es
un sujeto braquicéfalo, de talla media, mesomórfico; tiene las
cejas arqueadas, los dientes pequeños y los labios delgados; sus
pómulos son salientes y los arcos ciliares pronunciados. Además,
tiene arrugas naso-labiales y otras horizontales en la frente, a lo
que se agrega una mirada profunda, penetrante, intensa. Todo un
criminal nato al estilo Lombroso.
Lo que resulta llamativo y torna a este personaje "encantador" a
los ojos del público es que se trata de un individuo inteligente,
culto y elegante; de finos modales y gustos exquisitos. Toma
Batard-Montrachet y es cliente de la famosa farmacia Santa Maria
Novella, donde se fabrica el exclusivo Sapone di Mandorla. Estos
detalles contrastan con la naturaleza del eminente psiquiatra
recluido en una celda de seguridad extrema dentro de un
sanatorio-prisión, quien, debido a su gran habilidad y predilección
por la carne humana tiene que ser transportado atado a una camilla,
enfundado en camisa de fuerza y dotado de un bozal que le impida
morder. A esto se agrega que el filme fue rodado en Florencia.
Inteligentemente el director mueve a este personaje en los lugares
históricos y tradicionales de la región como el Ponte Vecchio (el
único sobre el río Arno que no destruyeron los alemanes durante la
guerra), el Palazzo Capponi y la muy reconocida Galleria degli
Uffizzi.
Lecter es amante de la ópera y la buena música (Variaciones
Goldberg de J.S. Bach). Consultor habitual del "Grand Dictionnaire
de Cuisine" de Alexandre Dumas y con amplio dominio del latín y los
clásicos. Pero Lecter no es más que un personaje de ficción.
Realmente resulta gracioso verlo ataviado con smoking salteando
sesos humanos en mantequilla de hierbas al frente de una elegante
mesa equipada con candelabros, fina cubertería y lujosa vajilla. Es
probable que para crear a este sujeto el autor de la obra se
inspirara en el famoso "Vampiro de Hannover", Fritz Haarmann, quien
confesó a los jueces que convertía a sus víctimas en "perritos
calientes" que él mismo vendía en la estación del ferrocarril. Otra
posible fuente pudo haber sido Henry Landrú, quien luego de
descuartizar los cadáveres cocinaba las partes "más sustanciosas" y
se las comía. "Hannibal" puede ser una reproducción exagerada de
estos personajes históricos pero poco comunes. La influencia de "El
Dr. Jekyll & Mr. Hyde" de R.L. Stevenson es
evidente.
Por otro lado tenemos obras menos mercuriales pero más cercanas a
la realidad. "La Virgen de los Sicarios", basada en la novela del
colombiano Fernando Vallejo es el ejemplo más reciente. Se trata de
una producción brutal, desgarradora, cruda pero sincera. Una visión
apocalíptica del Medellín posterior a la muerte de Escobar, cuando
cientos de sicarios quedaron "desempleados" tras la muerte de "El
Patrón", principal contratante de sicarios. El libro es mucho mejor
que la película, coincidiendo en este aspecto con "Hannibal". El
filme fue rodado completamente en Medellín, capital del
Departamento de Antioquia, escenario de los hechos más violentos en
la década de los 80 y que conmocionaron al mundo y sus actores son
colombianos. Los méritos de esta película le valieron Medalla de
Oro en el Festival de Venecia.
Esta producción se diferencia de su análoga "Traffic" en que se
hallan ausentes ciertos elementos muy comunes en el cine comercial
y que resultan de mal gusto ("Traffic" termina con la irrupción
aparatosa de un policía en una fiesta de connotados mafiosos, quien
luego de armar un desorden deja colocado un micrófono oculto y sale
impunemente por la puerta principal).
En "La Virgen de los Sicarios" aparecen fielmente reproducidos
muchos de los rasgos delincuenciales descritos por Lombroso y
reiterados posteriormente por connotados autores de la ciencia
criminológica. Tanto Alexis como Wílmar tienen tatuajes en el
cuerpo; se expresan en jerga o lenguaje particular (cruce, parce,
chumbimba, tombo, coronar, muñeco, fierro, culebra, etc). Se
distinguen por nombres especiales o apodos (La Plaga, El Difunto).
Igual que los demás adolescentes dedicados al sicariato, tienen un
profundo sentimiento religioso; llevan escapularios con la imagen
de María Auxiliadora, de donde proviene el título de la obra. Los
contrarios se valen de "balas rezadas", las que según el folcklore
criminológico no fallan el objetivo.
Esta realidad aparece descrita en otra novela titulada "El
Leopardo al Sol" de la reconocida escritora colombiana Laura Restrepo
y ha sido objeto de profundo estudio en obras como "Mercaderes de
la Muerte" de Edgar Torres Arias; "Mi Guerra en Medellín", del
Coronel (r) Augusto Bahamón Dussan; "No Nacimos P'a Semilla"
(Salazar); "En qué Momento se Jodió Colombia" y "Los Comandos de la
Guerra" (varios autores).
En suma, muchas manifestaciones artísticas y literarias reproducen
elementos descritos por el padre de la Criminología. Unas son
pre-Lombroso y otras post-Lombroso. Algunas son burdas
exageraciones e inventos, otras son un retrato de la cotidianidad,
lo cual no resta méritos a sus autores, más bien constituyen una
evidencia de que en la mente del hombre existe, al estilo Platón,
una idea básica, general, al margen del espacio y del tiempo, sobre
el hombre delincuente, ese sujeto plagado de estigmas que genera
sospecha y que tan abundante es en las cárceles del mundo.
El autor es Abogado.
Comentario de los lectores:
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