Amor tirano
Cuenta el Quijote que Grisóstomo, ferviente enamorado de la pastora
Marcela, acabó quitándose la vida al no ser correspondido en su
pasión. Marcela defendió su inocencia frente a la inculpación
pública a la que fue sometida. Nada había hecho para tornarse en
objeto de ofuscación. Tampoco se había visto, además, obligada a
satisfacer un amor únicamente por ser amada. A Grisóstomo lo mató
su arrojado deseo. Se murió de ardor.
En otro pasaje del libro, Cardenio, el Roto, aquejado del tormento
de los celos, decidió emboscarse en las montañas. Dejó escrito a su
enamorada: "Que mi desventura me lleve a parte donde antes volviera
a tus oídos las nuevas de mi muerte que las razones de mis quejas".
Su anhelo imposible le condujo a un desesperado término.
Son escenas que se repiten a lo largo de la historia de la
literatura. Escasas son las veces que se suceden en el ámbito de lo
tangible: se elige antes asesinar que perecer. Sobre todo en el
caso de los hombres abandonados por su pareja.
Sencillo resulta en general entrar en el amor. Sin embargo,
difícil cancelarlo si llega el desenlace. Contadas son las
ocasiones en que se sale de una relación amorosa por la puerta
grande. Se suele, por el contrario, pegar el portazo: apelar a una
filosofía de las descalificaciones cuando previamente no se
precisaba ninguna para la entrega. Es el momento de vengarse de
quien resuelve desertar: alcanzar el convencimiento de haber
escogido a un idiota allí donde la imaginación dibujó el rostro de
su sueño. Se niega incluso a la persona sus propios atributos
anteriores a la posesión. Es la manera perversa de liberarse de la
tortura de la ausencia.
Se desama tan mal como bien se cree amar sólo por ser mucha la
pasión. "O le falta al Amor conocimiento o le sobra crueldad",
escribe Cardenio en una de sus cartas.
Ya podría imitar la realidad aquella literatura que, aún rebosante
de emociones desenfrenadas, sugiere una salida menos indigna a la
pérdida de la correspondencia amorosa. Como escribiera Cardenio,
para que una parte no quede arrepentida de lo que hizo y la otra no
tome venganza de lo que no desea.
Comentario de los lectores:
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