Alaska y Mario
Hubo un tiempo en que Telecinco se anunciaba como la cadena amiga. Pero las nuevas generaciones han encontrado en ella el pasatiempo más elaborado e inútil de la televisión.
Al igual que el cine adolescente bajó de valoración cuando los jóvenes empezaron a interpretarse a sí mismos, sus programas y contenidos, en los que se unen el populismo y la superstición española, reflejan una sociedad desviada. Hace un año emitieron un programa llamado "Las joyas de la corona", en donde enseñaban a unos jóvenes educación. La educación, entendida por Telecinco, consistía en que si se portaban bien, les compraban un bolso y zapatos.
La MTV ha programado un reality que sigue la vida de Alaska y Mario Vaquerizo. Podría llamarse "Las joyas de la corona 2". En él se nos muestran unos personajes de plástico y descubrimos un marido de Alaska sin ningún talento, excepto el de la carcajada, tierno como el joven que preguntaba en "Million dollar baby" cómo metían el agua congelada en las botellas.
Figuras admiradas, han vuelto el esplendor de los 80, por más que se me revuelvan las tripas. Quitemos los personajes, quedémonos con el entorno. Admitámoslo, nos gustaría formar parte, nos vemos desplazados y no sabemos llegar. Pero existe un Madrid lejos de las oficinas y los Erasmus, una vida colorida y excitante. No es exacta a la nuestra, pero se parece en sus sueños y reivindicaciones.
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