Día 3 - La librería McNally Jackson
Cuando me senté a programar esta crónica antes del viaje tenía clarísimo que quería visitar una de esas librerías que te dejan un trocito de ellas mismas al partir. No tuve que rascar mucho cuando dos buenos amigos, Ramón Alcaraz, director del taller literario el desván de la memoria e Inka Martí, editora de Atalanta, coincidieron en sus recomendaciones. Tienes que ir a McNally Jackson. ¿Casualidad? Por supuesto que no.
McNally Jackson es una librería independiente situada en el 52 de
Prince Street, entre Lafayette & Mulberry, en pleno barrio del
Soho, uno de los centros de Manhattan. Nos reciben, y una de las
primeras cosas que grabo es la siguiente: - En Nueva york no se
entiende lo español sin lo latino-. Estas palabras son de Javier
Molea, uruguayo afincado en la ciudad y responsable de la sección
en español de la librería, entre otras. Hace ya días que sabe
de nuestra llegada y nos recibe en la que es su casa desde hace ya
siete años.
¿Cuál es la historia de McNally Jackson?
La dueña nació en una familia de libreros en Canadá. Tienen cuatro librerías allí. Cuando aterrizo aquí empezó a trabajar en una editorial hasta que decidió abrir esta librería independiente con el apoyo de sus padres. A los seis meses de abrir, ya estábamos promoviendo libros en español como algo destacado entre nuestras actividades. Otra cosa que se hizo nada más empezar y funcionó muy bien fue la cafetería, donde tenemos grandes sillones donde cualquier persona puede sentarse a ojear libros las horas que quiera sin preocuparse. También tenemos sillas o taburetes por todo el local para que se sienten. Esta no es una calle muy transitada, pero con el paso del tiempo hemos conseguido que la librería en si misma atraiga gente.
¿Cómo consigue una librería en inglés ser un referente de libros y autores en español?
Los libros en español son un cinco por ciento del total. No hay que olvidar que esta es una librería inglesa, efectivamente, pero vendemos y promocionamos muy bien la literatura española, que es una de las cosas que hago desde hace seis años y cada año que pasa, pese a que las ventas en español son pequeñas, aumentan en un cincuenta - setenta por ciento. Cuando yo empecé la dueña me encargó la tarea de impulsar esta parte de la librería, sobre todo con eventos. Una de las preguntas que me hizo al contratarme fue - ¿Me puedes traer gente como Isabel Allende?- Y yo le dije, obviamente, que sí… Al principio me costó organizar y buscar los eventos, pero como una bola de nieve, ahora mismo los eventos en español nos buscan a nosotros y te llegan.
¿Los eventos son importantes en McNally?
Estamos continuamente programando actividades. Somos una de las librerías más activas. Los eventos en español son un treinta por ciento del total. Somos la librería de Nueva York con más eventos de este tipo con diferencia. Además, hay que tener en cuenta que somos una de las librerías más prestigiosa y solicitada, por lo que cada semana podemos realizar tres o cuatro eventos sin problemas. Para mí ser librero es como un veneno. Me resulta apasionante. No podría hacer otra cosa.
¿Algún evento español lo recuerdas especialmente?
En el 2006 hicimos unos talleres de español gratis. Y más allá de que era algo muy simple, nos juntábamos, leíamos algún cuento o capítulo y lo comentábamos. Me dio un impulso en publicidad increíble porque todos los blogueros literarios de Nueva York lo levantaron con el título "aprende español gratis", y aparecía la librería por todas partes.
Han pasado por aquí muchos autores iberoamericanos…
Muchos, sí. Antonio Muñoz Molina, María Negroni, Elvira Lindo, Raúl Zurita, Arturo Corcuera. Trato de mantener un equilibrio entre grandes escritores, los que recién empiezan, los diferentes géneros... Después ellos trajeron más gente, y así hasta hoy. Lo verdaderamente importante es que estos eventos son un proyecto hacia la comunidad hispana, que puede ser literario o no, pero cumple un objetivo que me parece muy importante, que es darle voz y espacio a esta comunidad.
Desde tu visión de librero, ¿cómo anda la literatura hispana en Estados Unidos?
Hay dos posiciones en esto. Parece que los hispanos van a ser el grupo mayoritario dentro de cincuenta años. Ellos generan una cultura, que es la cultura latina. Pero hay que tener en cuenta algo muy importante, y es que esto no tiene ningún impacto en la literatura en español, porque la cultura de estos hispanos es inglesa. Casi todos han nacido o llevan muchos años aquí. Y por otro lado está el americano que quiere aprender español, y yo aposté por este mercado y parece que he acertado. Si el americano quiere aprender español, tiene que comprar libros en español. Por eso me traje traducciones españolas de autores como Murakami, etc… Por lo que el foco de atención lo tienen que tener buenos libros en español.
Como hispanohablante, ¿cómo ves el mercado estadounidense desde el mundo editorial hispanohablante?
Una cosa importante para entender el crecimiento del mercado americano es el efecto Bolaño, que eso genero millones de dólares y eso generó interés por la cultura en español. Por otro lado, también hay una lucha dentro de Estados Unidos por el mercado de la enseñanza en español, que es donde están los miles de millones dólares. Los imprimen en China, ok, pero ¿quién cobra?, ¿quién los vende?, ¿vienen de Barcelona o de Méjico? La guerra ahora está abierta en este país por ver quién domina el mercado del español. En cuanto al mercado que afecta directamente a las editoriales españolas o latinoamericanas es enorme y cada día crece más. El problema de todos ellos es que está pésimamente trabajado. Aquí me cuesta muchísimo conseguir libros de editoriales de España. Cuando trabajaba en Uruguay conseguí a muchos más libros en español, de España, que aquí. La excusa es que es muy difícil trabajar con Estados Unidos y distribuidoras que no tienen la formación o la capacidad de seleccionar los títulos adecuados y penetrar en un mercado tan grande como este. Sin embargo, me sorprende que sea más fácil trabajar con Montevideo que con esta ciudad. Aquí está todo por hacer. Pero hay que tener cuidado, porque el español está sobrevalorado en algunos sectores, cuando en realidad es algo muy marginal comparándolo con la cultura inglesa.
¿Y qué se vende en español?
El mercado, por el momento, sigue vendiendo los clásicos del boom latinoamericano: Gabriel García Márquez, Bolaño, Vargas Llosa, Isabel Allende... Y de España llegan algunos libros de autores como Vila-Matas, Zafón, Muñoz Molina, Javier Marías, Félix J. Palma, Pérez Reverte, María Dueñas…
¿Hacia dónde va la cultura hispana?
Seguirá creciendo, de eso estoy seguro. Aquí vamos a seguir haciendo muchos y mejores eventos. Pero una de las cosas más importantes es que mejore la forma en que las editoriales hispanas y las distribuidoras americanas trabajan con nosotros. Los canales no son los adecuados y no llega lo que tiene que llegar. Si esto no cambia, el público se alimentará de las traducciones que hagan las empresas americanas y se perderá una gran oportunidad.
Después de disfrutar de una hora charlando con Javier lo dejamos ordenando y reponiendo libros cerca de nosotros. Tenemos otra cita en la cafetería de la librería. Mercedes Salvador (Barcelona - 1964), profesora trilingüe, abogada, empresaria y escritora, publicará en Junio La copia de Van Gogh, su primera novela, con la editorial El desván de la memoria. Nuestro interés por Mercedes viene porque tiene instalada en Manhattan una pequeña pero interesante empresa dedicada a ofrecer diferentes servicios a escritores que están interesados en aterrizar con su obra literaria en los Estados Unidos. Considero que en este tiempo el trabajo, la creatividad y la innovación se merecen nuestra atención, por lo que concertamos una cita con ella para hablar de Escritorial, la empresa de la que es socia.
¿Cómo llegas a Manhattan?
Hace trece años yo era abogada de un despacho en Barcelona. Por aquel entonces mi marido ejercía como economista y trabajaba en una empresa, pero aquello no nos llenaba nada y acabábamos de tener dos hijos. Todo ello nos hizo replantearnos nuestras vidas ¿qué hacemos con estos trabajos que más que trabajamos parecen carreras de locos? Entonces dijimos "vamos a cambiar". Tuvimos el valor de poner en valor un dinero que heredó mi marido en estudiar varios masters, por aquella época todos estaban comprándose casas, coches, más de todo como locos, y esta inversión la pensamos en cambiar nuestra forma de vivir. Y, por todo esto, nos marchamos a California.
¡Menudo cambio!
Fue drástico, sí. Elegimos California porque mi marido buscaba un tipo determinado de escuelas, él se dedica a la investigación emocional en los niños, y Estados Unidos es un país interesante en este sentido. Aquí hay cuatrocientos tipos de escuelas diferentes. Mientras yo estudié un master de escritura creativa en la universidad de Vermont, él lo estudió en psicología. De hecho, gracias a esto conocí a Mariana, profesora del master y mi actual socia.
¿Y después de esta época de formación y redescubrimiento de una mismo?
Estuvimos en Estados Unidos dos años y medio. Cuando acabamos la formación volvimos a Barcelona, pero justo cuando regresamos, le llegó a mi marido una notificación que le anunciaba la admisión en un doctorado de Virginia. Y volvimos, esta vez para vivir la experiencia de la América profunda durante dos años. Para que te hagas una idea, la universidad se llamaba El Cinturón de la Biblia. Realmente es lo más retrógrado que he visto en mi vida. Cuando llegamos a la ciudad y nos presentamos a varias personas diciendo que veníamos de Barcelona, lo primero que nos dijeron es que les encantaban los burritos con chile… Allí tuve la oportunidad de hacer crítica literaria en dos diarios durante todo un año.
¿Qué pasó para que salieras de España?
En España no me gustaba cómo se hacían las cosas, y tuve que reaprender de cero. Fui a muchas conferencias, bebí de muchos profesores actuales como Robert Mckee. En España para abrir una empresa y trabajar debes hacer malabares. En Estados Unidos cuando empecé no me podía creer que fuera tan fácil empezar un negocio. Mi marido también me ayudó mucho en este proceso de crecimiento. Aunque cuidado porque en Estados Unidos no todo es maravilloso. Aquí vas a unas urgencias y te pueden pasar una factura de mil quinientos dólares, o tienes un hijo enfermo y te despiden porque no les sales a cuenta. Esto es una selva de sobrevivientes.
Háblame de Escritorial...
Pues un día, hace ya poco más de un año, hablando con Mariana, profesora de escritura durante quince años, planteamos la posibilidad de articular una plataforma de servicios para creativos que estén interesados en abrirse camino en Nueva York a precios muy competitivos. Primero fue Barcelona - Nueva York, pero a día de hoy estamos hablando del mundo hispano en general. En el comienzo tuvimos la suerte de contactar con Noemí Trujillo, escritora y poeta catalana con mucha fuerza. Le tradujimos el libro a la vez que publicamos varios otros libros. En el inicio de este proyecto me di cuenta de que si lo que escribes contacta con una sola persona, ya compensa el esfuerzo invertido.
¿Cómo empezáis con la empresa?
Pues fíjate, como te he dicho antes. Sólo con el security number ya estaba la empresa en marcha. Ni autónomos, ni tasas, ni nada. Por supuesto, hay que declarar los beneficios. Yo como abogada española, no me lo podía creer. En definitiva, Escritorial nace para ayudar a escritores y creativos que quieran abrirse camino en Nueva York, ese es el resumen de nuestro proyecto. Somos cuatro personas, y lo ponemos todo a disposición del escritor o la editorial. Yo transmito la idea y hago el networking necesario, la corrección profesional viene de Mariana Romo, la fotografía es el campo de Celia Miralles, también diseñamos portadas y Alberto, mi marido, es nuestro lector más crítico y nuestro economista. No somos una editorial de autoedición, nos consideramos una empresa que ofrece un servicio integral y sólido para intentarlo en Nueva York.
¿El mercado Estadounidense es duro?
No es duro. Es durísimo. Ahora estamos con un proyecto muy interesante y todo gracias al networking, que es fundamental. Además, nos plantearon el reto de hacerlo en tres meses. Nos hemos puesto manos a la obra y lo hemos conseguido. El libro se titula "Teaming: Monica´s Dream" y es de Jil Van Eyle. Fue, entre otras cosas, asesor de Rijkaard, entrenador del F.C. Barcelona. Ha sido un proyecto realmente apasionante y su objetivo es promocionar esta idea, la del Teaming, en los Estados Unidos. Cuando se publicó el libro automáticamente salió a la venta en Amazon, Barnes & Noble, etc… y tenemos contratada Ingram, una distribuidora física que nos permitirá llegar a las librerías pequeñas y al pequeño consumidor. Y lo más importante de este y otros proyectos es que no paramos de aprender y crecer en experiencias.
Para saber más sobre Escritorial podéis dirigiros a https://escritorial.org
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